Maracaibo, miércoles 29 de enero de 2002
El mercado a la expectativa
Isaura Rodríguez
Panorama Digital
Voceros iraquíes y analistas coinciden en que el interés de EE UU es controlar el petróleo iraquí. Bush espera por la aprobación del Congreso. Retorno de los inspectores de armas no le cambió la idea a Washington.
Aquel 2 de agosto de 1990, Iraq invadió a Kuwait porque éste se resistió al pedido de 27.000 millones de dólares de indemnización.
El gobierno de Saddam Hussein penetró en Irán en 1980, y después de una guerra que se prolongó por ocho años, le exigió compensaciones a varios países sunnitas extractores del hidrocarburo.
Ahora George Bush busca la aprobación del Congreso y del Consejo de Seguridad de la ONU, para atacar el territorio ubicado entre los ríos Eufrates y Tigris y lograr el "cambio de régimen".
A principios de este mes Hussein acusó a Washington.
"Estados Unidos cree que si logra controlar el crudo de Medio Oriente será capaz de controlar al mundo entero", declaró el mandatario iraquí de quien se dice dispone de armas de destrucción masiva.
"Controlando el petróleo, Estados Unidos fijará los precios y las cantidades de crudo vendidas a los países consumidores, y de este modo decidirá la tasa de crecimiento económica de esos países", aseveró Saddam.
Así también lo cree el catedrático de la Universidad Central de Venezuela, Mazhar Al Shereidah. "El motivo de EE UU es ejercer un control más estricto y perfecto sobre los recursos petroleros del Medio Oriente y, particularmente, sobre el crudo de Iraq y Arabia Saudita".
Para evitar una ofensiva, Bagdad comunicó el lunes la decisión del retorno de los inspectores de armas que se retiraron en diciembre de 1998.
EE UU y Gran Bretaña recibieron la noticia con escepticismo.
El jefe de la Liga Árabe, Amr Moussa, aprobó la idea al comentar que fue un "paso positivo" acceder a permitir el regreso de los inspectores, para despejar toda duda sobre si Iraq posee armas de exterminio masivo.
Pakistán, Tailandia, Vietnam y Malasia, pidieron incluso un levantamiento de las sanciones en cuanto vuelvan los revisadores.
Antes de eso, Bush había exigido a Saddam dejar de apoyar el terrorismo, de perseguir a las minorías étnicas, de vender petróleo ilegalmente y responder por los soldados y pilotos desaparecidos desde la Guerra del Golfo Pérsico.
"EE UU tenía los votos necesarios, entonces el régimen de Saddam se encontró en un callejón sin salida. Las transacciones diplomáticas que USA ha tenido con Rusia y China hacen pensar que se había ganado el apoyo de ambos para la intervención militar", dijo Elsa Cardozo, de la Universidad Central de Venezuela, para explicar por qué Iraq aceptó la condición.
"Saddam tratará de ganar tiempo y aceptará por ahora las condiciones de la ONU. Cree que tarde o temprano el mundo islámico se sublevará. Cuando eso ocurra, está convencido de que podrá ser el líder mesiánico de una nación árabe unida, que con sus inmensas riquezas petroleras podrá enfrentarse a Occidente", escribió el analista José Toro Hardy.
Algunos como el ex presidente de Petróleos de Venezuela, Andrés Sosa Pietri, defienden la actitud del gobierno norteamericano.
"El interés de EE UU es poner al mundo en paz... me parece incluso que está esperando demasiado, porque si se deja pasar el tiempo Saddam puede armarse con una bomba atómica".
En el borrador que el presidente estadounidense envió el jueves al parlamento para que le dieran el visto bueno, se le autoriza "a hacer uso de todos los medios incluyendo la fuerza" contra Iraq, cuya capacidad de producción asciende a 2,8 millones de barriles por día.
Pero el viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz declaró a AFP: "Estados Unidos no tiene pretextos ni razones genuinas para justificar su agresión contra Iraq".
De acuerdo con las agencias internacionales, USA ha enviado desde hace varias semanas equipo pesado y municiones a Kuwait, con el argumento de que se utilizarán en un programa de entrenamiento con participación alemana y checa. Tropas estadounidenses comenzaron este mes un ejercicio en el desierto.
El virtual ataque supone obviamente variaciones en el mercado petrolero.
Destronar al rey
"Para los conservadores de Washington, la invasión a Iraq no sólo brindaría una necesaria prueba de poderío, sino que permitiría acceder al petróleo más codiciado del mundo", opinó en un artículo el experto Alfredo Toro Hardy.
Toro Hardy citó también una reciente publicación de The Economist: "... si la producción de Iraq se adecuara a sus reservas, podría acabar con la dominación de Arabia Saudita en los mercados petroleros mundiales".
También The Wall Street Journal refirió esa idea esta semana.
"... (Arabia Saudita) ya no podrá determinar los mercados petroleros mundiales", respondió Patrick Clawson, subdirector en el Washington Institute for Near East Policy.
"El fin del régimen de Saddam Hussein podría ser muy bueno para los consumidores y para una serie de compañías petroleras, sobretodo las rusas", dijo a The Wall Street Journal, John Kingston, director de petróleo para Platt"s Global Energy en Nueva York.
Si se levantaran las sanciones, empresas de Rusia, China, Francia, India, Italia, Argelia podrían ejecutar sus programas de explotación de campos.
Aunque la guerra aún no tiene fecha, Mudhafar al-Adhami, un profesor universitario de Bagdad entrevistado por AFP está seguro como muchos otros de la inminencia del ataque. "No creo que detendrá las amenazas contra Iraq porque su verdadero objetivo es derrocar al gobierno e instalar un régimen marioneta".
Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal: "Cómo impactará una acción militar, si ocurre, sobre el precio del petróleo está obviamente en función de cuánto tiempo lleve".
"Toda intervención militar contra un país productor de petróleo tendrá un efecto. La magnitud de dicho efecto dependerá de lo que suceda en los países vecinos de Irak, ya sea Arabia Saudita, Irán o Kuwait", señaló el ministro saudita de Petróleo, Alí Al Naimi.
La Opep aumentaría su producción en el caso de que se produzca una escasez.
Tomado de Panorama Digital