LECTURAS, El Universal, Caracas
Un pueblo es esclavo cuando el gobierno,
por su esencia o por sus vicios,
huella y usurpa los derechos del ciudadano o súbdito.
Simón Bolívar, 6.IX.1815
La ignorancia es la columna más firme del despotismo.
José de San Martín, 1820
Entre los individuos, como entre las naciones,
el respeto al derecho ajeno es la paz.
Benito Juárez
La política, tanto interna como externa, ha sido uno de los grandes fracasos latinoamericanos. Mientras otros países lograron consolidar verdaderos sistemas democráticos, además de clases dirigentes justas, legítimas y creíbles, Latinoamérica, muchas veces, no llegó a arraigar verdaderas democracias ni líderes respetables.
El cáncer político latinoamericano es la corrupción. La sistematización, penetración y omnipresencia continua de la corrupción hacen que el nombre "hipercorrupción" sea una palabra más que indicada para describir el mal político casi generalizado por toda Latinoamérica. El abogado argentino Luis Moreno Ocampo, anterior Fiscal de la Cámara Federal de su país, describe la situación:
En los países con mayor organización social se descubren casos en donde porcentajes del 2% al 3% fueron destinados al soborno de funcionarios que facilitaron la operación. Uno de los oficiales involucrados en fraudes cometidos en las compras del Pentágono era llamado General 5%. En Argentina se lo llamaría General 500%, ya que las causas judiciales registran denuncias por compras de buques en los que se pagó el doble del valor real, o de anclas a seis veces su costo. En un caso en trámite se grabó una conversación en la que un gerente de una empresa estatal decía: "Esto no puede ser, ya cobró cinco veces la obra y todavía no la hizo".
En estas condiciones no hay una pequeña ganancia en un negocio real, sino que el único negocio es el fraude. No hay operación comercial que soporte estos márgenes de corrupción. Ningún buque comprado al doble de su valor puede dar ganancias; ninguna empresa puede subsistir pagando cinco veces una obra que no se hace.
Estos márgenes desmesurados pueden no modificar el análisis ético o jurídico, pero definen un gravísimo problema económico. En un país donde no hay fondos para los jubilados, los hospitales y los colegios, reducir el fenómeno de hipercorrupción a uno de corrupción marginal es una tarea fundamental.
Sin embargo, Argentina no es la "oveja negra" sino más bien un ejemplo típico de la situación regional. Bastaría con cambiar la palabra Argentina por Perú o Venezuela para igualmente describir la situación de esos países, entre tantos otros de la región.
El abogado y periodista argentino Mariano Grondona habla de la "desnaturalización" del Estado, en su excelente libro La Corrupción, para describir esa situación. En Latinoamérica no existe un "acto" de corrupción sino un "Estado" de corrupción donde los políticos no viven para la política sino que viven de la política. Los políticos, de hecho, viven y trabajan para ellos mismos mientras la situación de sus países continúa empeorando. Mariano Grondona explica brillantemente la desnaturalización del Estado:
El funcionario del cual depende una decisión no se halla ante ella como en un mercado en donde otros compiten con él; al contrario, goza de un monopolio: es el único con jurisdicción para decidir el tema. Si explota esta situación monopólica para que le rinda, comete un acto de corrupción. Se da entonces la paradoja que propuso el Premio Nobel de economía Gunnar Myrdal: en los países subdesarrollados el sector privado es estatista porque pide protección y subsidios al Estado, y el sector público es privatista porque lo anima el espíritu de lucro individual. Los roles se invierten: los privados operan en la esfera pública, mientras la esfera pública opera bajo el influjo del lucro privado.
La otra causa de la desnaturalización del Estado fue señalada por Lord Acton: "Todo poder tiende a corromper; el poder absoluto corrompe absolutamente". El drama del poder es que, como escribió James Wilson, "pone a personas ordinarias ante tentaciones extraordinarias". Alguien que carece de una sensibilidad moral excepcional, y que no es sino una persona "ordinaria" (común y corriente), puede sucumbir a la tentación "extraordinaria" que surge de las inmensas posibilidades del poder –a menos que se limite y controle–. Nuestra Constitución no es sino un intrincado sistema de controles para evitar la corrupción del poder. Plazos, límites, separación de poderes, niveles federal, municipal, local: se trata de una constelación de controladores recíprocos. A mayor publicidad de los actos de gobierno y mayores controles, menos corrupción. Por eso es tan importante que los máximos organismos de control –la Corte Suprema, la flamante Cámara de Casación Penal– no sean complacientes; esto es, que sean independientes.
Es realmente difícil de comparar los niveles de corrupción alrededor del mundo. No hay manera segura y sencilla de "medir" la corrupción. Sin embargo, sí existen algunas instituciones internacionales que tratan de clasificar los países en grupos según los niveles percibidos de corrupción oficial. Una de esas instituciones es Business Environment Risk Intelligence (BERI) que clasifica a los países en tres grandes clases: mucha corrupción (Nigeria y Venezuela), mediana corrupción (Brasil y China) y poca corrupción (Alemania y Singapur).
El cuadro 1 muestra otra clasificación más detallada aunque igualmente subjetiva. Básicamente es posible dividir a los países de acuerdo con la magnitud de la corrupción, los niveles de responsabilidad involucrados y los castigos aplicados por corrupción. En primer lugar, se encuentran los países con menor corrupción ya que la castigan duramente y suelen tener sus corruptos principalmente en los niveles más altos donde los hombres "ordinarios" a veces no resisten las tentaciones "extraordinarias". Aquí se encuentran países con reconocidos bajos niveles de corrupción como Alemania, Escandinavia, el Reino Unido, Singapur y Suiza.
Cuadro 1: La corrupción en el mundo
Magnitud de la corrupción | Niveles con corrupción | Castigo a la corrupción | País o región |
Baja | Alto | Severo | Escandinavia, Suiza Alemania, Singapur Reino Unido |
Media | Alto y medio | Severo | EUA, Canadá |
Japón, Corea del Sur | |||
Sistemática, | Alto, medio y | En aumento | Europa del Sur |
penetrante y | bajo | Débil | Latinoamérica |
omnipresente | Laxo | Europa Oriental | |
Inexistente | África (cleptocracia) |
Fuente: Basado en Grondona (1993)
En segundo lugar, se encuentran países con niveles medios de corrupción y donde los corruptos se encuentran tanto en niveles altos como medios. EUA, Canadá, Corea del Sur y Japón son ejemplos típicos de este grupo. Es importante notar que son los países más desarrollados los que tienen baja y mediana corrupción pues castigan severamente a los corruptos que son detenidos. Tanto los corruptos del sector público como los del sector privado reciben castigos legales pues no hay que olvidar que si hay un corrupto que recibe, también hay otro corrupto que da. Además es útil enfatizar que en los países asiáticos hay igualmente varias formas y niveles de corrupción: Singapur tiene un gobierno sumamente profesional y poco corrupto mientras que Japón y Corea del Sur tienen mayor corrupción y en más niveles. Una forma generalizada de corrupción en Asia es el clientelismo político donde diferentes grupos especiales obtienen beneficios de los políticos de nivel medio.
En tercer lugar, se encuentra la mayor parte de los países del mundo. En esos países que van desde Argentina a Venezuela, desde Argelia a Zimbabwe, existen formas de corrupción sistemática, penetrante y omnipresente. La corrupción no sólo es generalizada sino que también aparece a todos los niveles: alto, medio y bajo. La corrupción es tan generalizada en muchos de esos países que a veces es considerada una forma de ingreso adicional para los mal pagados funcionarios públicos. En muchos de esos países pobres los corruptos van desde el presidente, o dictador de turno, del país hasta el director de una escuela u hospital. Sin embargo, aún entre esos países hay diferentes categorías de acuerdo con los castigos aplicados a los corruptos. Los países de Europa del sur (principalmente España e Italia) están comenzando a fortalecer sus sistemas legales y judiciales para castigar más severamente a los corruptos tanto del sector público como privado. Particularmente sensacional ha sido el operativo mani pulite (manos limpias) para reducir la tangente (soborno) en Italia. España también ha endurecido los castigos, especialmente en el sector privado. Luego sigue Latinoamérica donde los castigos son muy endebles y aleatorios. Después aparecen los antiguos países de Europa Oriental donde se ha "democratizado" la corrupción con la caída de los viejos sistemas. El súbito derrumbe del comunismo generalizó la corrupción de la antigua "nomenklatura" a muchos otros sectores que antes no tenían poder de decisión. Por último aparecen la mayoría de los países africanos (particularmente Nigeria y Zaire) donde prácticamente existe una "cleptocracia" o gobierno de los ladrones.
Hay que enfatizar que suelen ser precisamente los países más pobres donde la corrupción está más expandida, aunque éste tampoco es siempre el caso; por ejemplo, Japón tiene más corrupción que Singapur, Venezuela tiene más corrupción que Costa Rica y EUA tiene más corrupción que el Reino Unido, a pesar de que los primeros países son más "ricos" que los segundos.
Otra gran diferencia entre la corrupción en los países más ricos y los más pobres es que en los primeros los corruptos suelen renunciar inmediatamente al ser implicados, pedir disculpas públicas y muchas veces terminan cometiendo suicidio. En los países más pobres los corruptos suelen escapar y vivir de sus apropiaciones indebidas. Sin embargo, también hay grandes diferencias en los niveles y alcances de la corrupción entre los países de un mismo grupo o región geográfica. Específicamente los niveles de corrupción varían enormemente en Latinoamérica.
The Economist Intelligence Unit (EIU) clasifica la corrupción en Latinoamérica desde "poca" (little en inglés) en Chile, hasta "agobiante" (overwhelming en inglés) en Perú y Venezuela en 1994 (ver el cuadro 2). Los resultados del análisis de la EIU para 1994 representan, de hecho, un progreso para Latinoamérica pues Argentina había dejado de ser un país con corrupción agobiante, como era clasificado al comienzo de la década de 1990, y la situación en Perú estaba mejorando. De forma que Venezuela permanece como la "oveja negra" de la hipercorrupción entre los mayores países de la región.
Los niveles de burocracia y "permisología" también iban desde bajos en Chile, limitados en Colombia y México, extensivos en Argentina, Brasil y Ecuador, y agobiantes en Perú y Venezuela. La situación en los dos últimos años había mejorado en Argentina, pero empeorado en Brasil. La ventaja de las clasificaciones de instituciones como la EIU es que éstas son organizaciones autónomas, independientes y libres de compromisos políticos. De manera que sus clasificaciones imparciales son respetadas por los observadores y analistas externos aunque los líderes nacionales de países con malos "resultados" siempre encuentran excusas y errores en tales clasificaciones. ¿Quién se equivoca, los evaluados o los evaluadores? La experiencia internacional indica que los malos líderes son los errados, pero al final son los pueblos los que en verdad llevan las de perder.
Desgraciadamente, muchos de esos líderes corruptos, populistas o, simplemente, incompetentes escapan de sus propias naciones y se establecen en otros países, muchas veces en la misma región. Así, por ejemplo, han habido "salidas" de Argentina a España (Juan Domingo Perón), de Bolivia a Argentina (Luis García Meza), de Brasil a Tailandia (Paulo César Farías), de Haití a Francia (Jean-Claude "Baby Doc" Duvalier), de Nicaragua a Paraguay (Anastasio Somoza), de Paraguay a Brasil (Alfredo Stroessner), de México a España (José López Portillo), de Perú a Colombia (Alan García Pérez) y de Venezuela a Costa Rica (Jaime Lusinchi).
Las casos de corrupción en Latinoamérica son increíblemente variados y abarcan todo tipo de situaciones y países. Desde el reclamo del embajador de EUA en Buenos Aires por estar sujeto a "coimas", y el "Yomagate" (por el nombre de la ex-cuñada del presidente argentino Carlos Saúl Ménem) por el lavado de narcodólares, hasta la venta de leche en mal estado por el secretario privado del presidente en Argentina. Desde la renuncia del embajador de EUA en Quito por hablar de corrupción, hasta la "operación ciclón" donde cayó preso el narcotraficante Jorge Reyes Torres con cerca de US$ 1 MMM en Ecuador. Desde el desvío de US$ 180 MM para una fundación de la madre política de Fernando Collor de Melo, y el fraude del entonces dirigente del Partido do Movimento Democrático Brasileiro (PMDB) por sobrefacturación de US$ 310 MM por equipos electrónicos israelitas, hasta los más de US$ 340 MM adquiridos por el tráfico de influencias de Collor de Melo y Paulo César Farías en Brasil, y el pago de US$ 15 MM por reembolsos tributarios a compañías inexistentes en Brasil. Desde las malversaciones en la Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá (EEEB) por la hidroeléctrica del Guabio cuyo presupuesto subió de US$ 71 MM a un monto de cerca de US$ 4 MMM, hasta la destitución del general de policía José Guillermo Medina y el encarcelamiento de varios alcaldes en Colombia.
Dentro de la enorme "variedad" de prácticas corruptas latinoamericanas, hay dos países que se llevarían medallas de oro por sus elevados niveles de corrupción. Según la EIU el premio recaería, casi con empate, en Perú y Venezuela. Aquí siguen sus historias.
El gobierno del partido peruano APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) bajo Alan García generó uno de los gobiernos más corruptos de Latinoamérica. Sin embargo, la grave crisis peruana terminó expandiéndose por muchas otras áreas. El economista peruano Carlos Boloña Behr, ex-minstro de economía y finanzas de su país, explica:
Los dos más grandes terroristas que ha tenido el Perú empiezan con las iniciales "A.G.": Abimael Guzmán y Alan García. El primero es un terrorista tradicional que ha sembrado la muerte y destrucción en el Perú, pero nunca pudo tomar el poder. Hoy está encarcelado con el número 1509; su organización, "Sendero Luminoso", perdiendo la "lucha armada" y su ideología derrotada en el mundo. Guzmán es responsable del asesinato de miles de personas en 12 años y de la destrucción de bienes por miles de millones de dólares. García, por su parte, sí llegó al poder y en sólo cinco años logró una destrucción económica y un empobrecimiento de la población mayores que los de Guzmán. Para ello contó con una ideología completamente equivocada y una gran vocación por la demagogia. Hoy goza de un confortable auto exilio, viviendo entre París y Bogotá.
Alan García ha pasado a la historia como el peor presidente que ha tenido que padecer el Perú. Los grandes desastres que ocasionó al país no tienen precedentes y se pueden resumir en los siguientes puntos:
La corrupción se extendió en forma alarmante. Entre 1985 y 1990 el área dedicada al cultivo de la coca prácticamente se duplicó alcanzando 200.000 hectáreas. El dólar MUC (Mercado Unico de Cambio), la colocación de las reservas en el BCCI (Bank of Credit and Commerce International), la negociación de papeles de la deuda y las importaciones de alimentos fueron solamente la punta del iceberg de la inmoralidad de la gestión pública de esos años.
La hipercorrupción del período de Alan García también corresponde a los peores episodios de hiperignorancia, hiperpobreza e hiperinflación que haya jamás visto Perú. Alan García estuvo implicado en el manejo de dólares especiales (MUC), la quiebra del banco árabe BCCI, la malversación de fondos de PetroPerú y la construcción inconclusa del metro de Lima, entre tantas otras acusaciones. En 1992 abandonó su país después de que Alberto Fujimori clausurara el mismo Congreso corrupto que no permitía el enjuiciamiento de Alan García y otros implicados. Mientras los peruanos viven en la miseria que Alan García causó, él escapó de su país y ahora vive fastuosamente en Bogotá y París.
El caso de Venezuela es igualmente trágico e involucra montos mucho más grandes. La corrupción en Venezuela, como en tantas otras partes de Latinoamérica, ha sido un mal omnipresente y continuo pero con la diferencia que en Venezuela había mucho más que robar. La corrupción es tan generalizada que existe una colección de varios volúmenes sobre la historia de la corrupción desde el reinicio de la democracia en 1959. El tercer volumen del Diccionario de la Corrupción en Venezuela cubre el período entre 1984 y 1992 y cuenta con 750 páginas de casos, además de un índice de denunciantes con seis páginas y otro índice de involucrados con 16 páginas. Ambos índices parecen una lista de "quién es quién" en Venezuela.
En el primer volumen del Diccionario de la Corrupción en Venezuela se describe el caso del buque refrigerado Sierra Nevada en el que se malversaron más de US$ 8 MM. El presidente de Venezuela en ese entonces, Carlos Andrés Pérez, fue inculpado por el Congreso de responsabilidad política (132 votos contra el presidente y 102 a favor), pero absuelto de responsabilidad moral (113 y 115 votos) y responsabilidad administrativa (111 y 119 votos).
La responsabilidad administrativa de Carlos Andrés Pérez se hubiera producido con sólo un voto más afirmativo, lo cual lo habría inhabilitado para volver a ser Presidente de la República. Ese hecho no fortuito se produce gracias a la ausencia del Dr. Rafael Caldera y del Dr. David Brillembourg; las abstenciones (voto en blanco) de José Vicente Rangel ...
El buque Sierra Nevada, que costó más de US$ 20 MM, nunca fue utilizado y terminó abandonado en el río Orinoco. A pesar de haber sido inculpado de responsabilidad política en el caso de corrupción del Sierra Nevada, Carlos Andrés Pérez podía ser reelecto como presidente de Venezuela bajo la vigesimoquinta Constitución venezolana. En febrero de 1989 Carlos Andrés Pérez asumía de nuevo la presidencia de Venezuela y pronto se volvió a ver implicado en situaciones irregulares:
Casos de corrupción llenaban las páginas de los periódicos; el periodista José Vicente Rangel se concentró en los Bs. 250 MM faltantes de la partida secreta, que insiste en que fueron malversados. Sin embargo, ésta no fue sino la acusación más espectacular sobre corrupción. Se calcula que aproximadamente un 30% del presupuesto se lo reparten directa o indirectamente a través de las empresas del Estado, los políticos corruptos. De ser así, significa que de unos Bs. 1,1 MMMM (US$ 1,3 MMM) para 1993, hasta Bs. 0,4 MMMM fueron malgastados, derrochados o robados. Por supuesto, en esta suma se incluye a todo el personal superfluo en la administración pública, así como quienes sólo visitan la oficina el día de pago para cobrar.
En 1993 Carlos Andrés Pérez fue inhabilitado de la presidencia después de dos fallidos intentos de golpe de Estado en 1992. Desde entonces está siendo enjuiciado por su presunta implicación en la "partida secreta".
El caso más espectacular de corrupción en toda Latinoamérica, quizás en el mundo entero, ocurrió durante el período de controles cambiarios después de la devaluación de la moneda venezolana en 1983. En ese momento se creó un complicado sistema cambiario con cuatro tipos de cambio para el Bolívar, incluyendo la tasa de libre mercado de la moneda venezolana, que iban desde Bs. 4,30 por US$ en 1983 hasta Bs. 39,60 por US$ en 1989. Durante ese tiempo existió el fraudulento Régimen de Cambio Diferencial (RECADI). El tercer volumen del Diccionario de la Corrupción en Venezuela indica:
El caso RECADI constituye la expresión culminante del proceso de degradación moral de la Venezuela contemporánea ... Tiene dos vertientes muy bien definidas: la de los comerciantes e industriales particulares que obtuvieron los mayores beneficios de la gigantesca estafa a la nación y la de los funcionarios públicos, de mayor o menor jerarquía, que fueron sus cómplices directa e indirectamente, por acción u omisión ... Cabe resaltar la complicidad evidente del Banco Central de Venezuela que hizo posible la realización de la gigantesca estafa.
El monto de la estafa es realmente increíble. Durante su existencia RECADI contó con un presupuesto de US$ 28,3 MMM, pero otorgó permisos para divisas que correspondieron a US$ 43,5 MMM. En pocas palabras, RECADI malversó directamente US$ 15,2 MMM aunque el monto indirecto es por lo menos cuatro veces esa cifra. Debido a que los dólares eran otorgados a las menores tasas de cambio pero luego terminaban siendo revendidos generalmente a la tasa de cambio libre, el monto malversado pudo incluir dólares comprados desde Bs. 4,30 y vendidos hasta a Bs. 39,60. Según la respetada revista latinoamericana Visión, el monto malversado alcanzó los US$ 60 MMM, o sea casi el doble del monto de la deuda externa venezolana en ese momento.
Es realmente difícil imaginar el monto de la corrupción de RECADI pues corresponde a cerca de todo el PIB anual de Venezuela o al de Colombia y Perú juntos. Sin embargo, después de la malversación de US$ 60 MMM sólo hubo un inculpado. El ciudadano de origen chino, nacionalizado venezolano, Ho Fuk Wing fue el único preso. Debido a delitos relativamente "menores", por los que recibió el nombre del "chino" expiatorio, fue apresado el 1 de junio de 1989. Ho Fuk Wing permaneció detenido alrededor de tres años sin haberse dado siquiera una primera sentencia. Finalmente fue sentenciado y permaneció preso cuatro meses más. El 23 de octubre de 1992 salió libre el "chino" expiatorio e inmediatamente declaró a la prensa:
Fui un preso político: 26.000 empresas se beneficiaron con dólares preferenciales de RECADI, alrededor de 200.000 empresarios involucrados, y fui el único preso.
La corrupción en Venezuela se ha convertido en un verdadero cáncer. El economista venezolano José Toro Hardy identifica algunos de los principios de la corrupción que fueron olvidados:
El mismo Simón Bolívar, quien antes de morir descubriría trágicamente que no era profeta en su propio país, exclamó: La impunidad de los delitos hace que éstos se cometan con mayor frecuencia.
Los políticos hipercorruptos constituyen obviamente un enorme riesgo no sólo político sino también social y económico. Las percepciones que ellos transmiten sobre los países que dirigen afectan tangiblemente el riesgo de sus naciones.
Instituciones internacionales como el Country Risk Service (CRS, Servicio de Riesgo País) dan seguimiento al riesgo político por nación a nivel internacional. Publicaciones internacionales como Euromoney también hacen seguimiento a las consideraciones políticas y sus efectos económicos. Según Euromoney, los países latinoamericanos presentan grandes riesgos pues no llegan a aproximarse a los niveles de seguridad de EUA, Japón o la Unión Europea. El cuadro 3 indica los niveles de riesgo calculados anualmente por Euromoney (0 corresponde a un riesgo total y 100 a la mayor seguridad posible). Mientras los países desarrollados presentan bajos niveles de riesgo (o sea, índices cercanos a 100), los países latinoamericanos tienen riesgos apenas comparables a aquéllos de países mucho más pobres como China e India. De hecho, en 1994 Chile era el único país latinoamericano con mayor seguridad que la China comunista. Asimismo, los tigres asiáticos presentaban mucha mayor seguridad que cualquier país latinoamericano. Los índices desde 1982 indican que la situación latinoamericana tampoco ha mejorado sustancialmente desde el comienzo de la Mega Depresión.
Cuadro 3: Los políticos y el riesgo de
Latinoamérica
(Percepción mundial del riesgo por
país. Escala de 0 a 100 con riesgo en disminución)
País | 1982 | 1986 | 1994 | País | 1982 | 1986 | 1994 |
Latinoamérica | – | – | – | Norteamérica | – | – | – |
Argentina | 37,5 | 29,0 | 56,2 | Canadá | 87,0 | 98,0 | 94,7 |
Barbados | 52,0 | 51,0 | 52,2 | EUA | 100,0 | 100,0 | 97,9 |
Bolivia | 28,0 | 16,0 | 38,7 | Europa | – | – | – |
Brasil | 45,3 | 35,0 | 49,0 | Alemania | 100,0 | 100,0 | 94,9 |
Chile | 53,3 | 21,0 | 70,4 | España | 86,6 | 84,0 | 91,1 |
Colombia | 66,2 | 42,0 | 61,0 | Francia | 99,0 | 94,0 | 95,6 |
Costa Rica | 25,4 | 22,0 | 48,1 | Italia | 74,0 | 83,0 | 87,4 |
Cuba | 29,0 | 29,0 | 5,8 | Países Bajos | 87,3 | 100,0 | 95,4 |
Ecuador | 43,9 | 30,0 | 41,6 | Portugal | 66,4 | 71,0 | 85,7 |
El Salvador | 23,1 | 6,0 | 39,9 | Reino Unido | 100,0 | 100,0 | 95,6 |
Guatemala | 30,0 | 23,0 | 43,2 | Suecia | 100,0 | 100,0 | 90,6 |
Guyana | 23,6 | 20,0 | 24,2 | Federación Rusa | 48,4 | 84,0 | 24,3 |
Haití | 23,1 | 16,0 | 32,1 | China | 48,0 | 78,0 | 73,3 |
Honduras | 27,1 | 13,0 | 33,6 | India | 72,6 | 69,0 | 59,7 |
Jamaica | 24,5 | 30,0 | 42,2 | Japón y Tigres | – | – | – |
México | 41,9 | 31,0 | 62,2 | Corea del Sur | 65,2 | 73,0 | 82,9 |
Panamá | 71,0 | 43,0 | 43,1 | Hong Kong | 86,8 | 75,0 | 87,0 |
Paraguay | 53,2 | 31,0 | 46,5 | Japón | 100,0 | 100,0 | 96,4 |
Perú | 54,0 | 21,0 | 41,1 | Singapur | 86,2 | 68,0 | 96,9 |
R, Dominicana | 26,2 | 23,0 | 39,0 | Taiwán | 66,0 | 68,0 | 92,1 |
Trinidad y Tobago | 65,9 | 38,0 | 51,0 | Oceanía | – | – | – |
Uruguay | 43,0 | 28,0 | 52,8 | Australia | 88,0 | 92,0 | 90,1 |
Venezuela | 55,2 | 31,0 | 46,6 | Nueva Zelandia | 88,0 | 93,0 | 90,8 |
Fuente: Basado en Euromoney (varios años)
Además de las mediciones del riesgo político, otras instituciones producen comparaciones internacionales de riesgo para expropiaciones, litigios comerciales y hasta turismo. De hecho, incluso varios gobiernos, entre ellos los de Alemania, EUA y Japón, evalúan el riesgo para sus nacionales en visitas de negocios o turismo alrededor del mundo. Las fantásticas playas de Rio de Janeiro, el Corcovado y el Pão de Açúcar lamentablemente tienen altísimos índices de riesgo. El elevado riesgo de Brasil, por citar un caso, no es sólo para los turistas sino para los mismos brasileños que tienen que vivir día a día esa situación de inseguridad y peligro.
Gran parte del problema político latinoamericano reside en la falta de legitimidad, credibilidad y continuidad de muchos gobiernos. El liderazgo efectivo se ve socavado cuando los gobernantes han sido elegidos con poca participación electoral, ante un clima de desinformación, promesas populistas imposibles de realizar y bajo la incertidumbre de si el proceso fue realmente legal y transparente.
La misma presencia de muchos políticos les resta credibilidad además de dejar mucho que desear: mal educados, gordos y prepotentes, al igual que enormemente propensos a la corrupción. Cuando son entrevistados por radio se escucha lo mal que hablan, o lo bien que tergiversan la información. Cuando aparecen por televisión se puede ver su mala presencia: a veces tan gordos que sus chaquetas, corbatas y correas no cierran. Obviamente ésta no es una crítica biológica (pues ciertamente hay muchas personas con tendencia a la obesidad, aunque los obesos parecen estar mucho mejor representados entre los políticos) sino social, ya que mientras muchos de los políticos se dan una vida de "marajaes", sus "constituyentes" viven en la marginalidad.
La educación política debe comenzar con el ciudadano común para lograr una verdadera profundización de la democracia. Después de todo, democracia significa gobierno de la gente, para la gente y con la gente. Para garantizar una democracia estable y sólida es necesario que todos los ciudadanos participen y contribuyan con su propio gobierno. Es necesario elevar el nivel de información política y participación del ciudadano común. Asimismo es necesario "medir" la actuación de los gobernantes pues ellos tienen la responsabilidad de las cosas realizadas, y no realizadas, durante sus administraciones. Al igual que en la empresa privada, los administradores públicos deben ser responsables y "respondables" (similar al término inglés "accountable") para rendir cuentas por sus acciones. Esta simple medición de lo prometido y lo realmente realizado garantizaría una mayor profesionalización de los gobiernos.
La educación política de los mismos dirigentes debe estar dirigida a eliminar los grandes vicios del pasado como la motivación por el poder y no por el logro, el estatismo y paternalismo político, la desconfianza interpersonal y la ausencia de verdadera metas programáticas. El mismo debate político entre los diferentes líderes tiene que pasar de las palabras a los hechos y de las suposiciones a propuestas concretas y realistas. Es difícil verificar o rechazar argumentos cuando éstos no se basan en análisis verdaderos.
Al mismo tiempo es necesario diferenciar entre los problemas políticos partidistas y los problemas nacionales. Los primeros no tienen nada que ver con los segundos y su efecto es más bien bastante nocivo para el desarrollo de los países. Las políticas de desarrollo deben ser continuas, año tras año, gobierno tras gobierno, de manera que los países alcancen una estabilidad y crecimiento sostenido. Esto no significa que las políticas de desarrollo no se revisen y se mejoren, sino que simplemente estén fuera de influencias partidistas nocivas. Las verdaderas metas nacionales deben ser independientes de los gobiernos. Los países necesitan estabilidad y continuidad. Mientras que Argentina, Brasil, México y Venezuela han pasado cíclicamente por grandes períodos de avance y retroceso durante las últimas décadas, Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán han tenido crecimientos no sólo mucho mayores sino también, y casi más importante, sostenidos en el tiempo. Ver el crecimiento económico de los países latinoamericanos da la impresión de estar en presencia de una montaña rusa, llena de altibajos pero, además, sin ninguna relación.
El desafío político es doblemente importante pues afecta directamente cualquier otra decisión social y económica a corto plazo. Las medidas políticas hacen inmediatamente sentir su efecto en todos los otros sectores de la sociedad. Esto es aún más cierto en países con gran volatilidad política como muchos en Latinoamérica. La incertidumbre de regímenes políticos sin continuidad genera enormes expectativas, muchas veces en espera de lo peor, y sólo cuando hay un verdadero convencimiento de que las medidas continuarán es que se restablece la credibilidad.
Dos de los principales problemas que afectan al ciudadano común, y su habilidad de participar activamente en procesos políticos constructivos, son los relativos bajos niveles de derechos políticos y de libertades civiles en Latinoamérica. Mientras que los países desarrollados más ricos tienen excelentes marcas en derechos políticos y libertades civiles, Latinoamérica en general sigue muy rezagada. Excepto por la excelente situación política en Costa Rica, Puerto Rico y Trinidad y Tobago, seguidos por Chile, Panamá y Uruguay, los niveles latinoamericanos son más bien comparables a los de potencias pobres como India y la Federación Rusa (ver el cuadro 4).
Cuadro 4: Los derechos políticos y las libertades
civiles
(Clasificaciones en 1994: el mejor nivel es 1
y el peor es 7)
País | Derechos políticos | Libertades civiles | País | Derechos políticos | Libertades civiles |
Latinoamérica | – | – | Norteamérica | – | – |
Argentina | 2 | 3 | Canadá | 1 | 1 |
Bolivia | 2 | 3 | EUA | 1 | 1 |
Brasil | 2 | 4 | Europa | – | – |
Chile | 2 | 2 | Alemania | 1 | 2 |
Colombia | 3 | 4 | España | 1 | 2 |
Costa Rica | 1 | 2 | Francia | 1 | 2 |
Cuba | 7 | 7 | Italia | 1 | 2 |
Ecuador | 2 | 3 | Reino Unido | 1 | 2 |
El Salvador | 3 | 3 | Suiza | 1 | 1 |
Guatemala | 4 | 5 | Federación Rusa | 3 | 4 |
Haití | 5 | 5 | Polonia | 2 | 2 |
Honduras | 3 | 3 | República Checa | 1 | 2 |
Jamaica | 2 | 3 | China | 7 | 7 |
México | 4 | 4 | India | 4 | 4 |
Nicaragua | 4 | 5 | Japón y Tigres | – | – |
Panamá | 2 | 2 | Corea del Sur | 2 | 2 |
Paraguay | 4 | 3 | Hong Kong | 5 | 2 |
Perú | 5 | 4 | Japón | 2 | 2 |
Puerto Rico | 1 | 2 | Singapur | 5 | 5 |
R. Dominicana | 4 | 3 | Taiwán | 3 | 3 |
Trinidad y Tobago | 1 | 2 | Oceanía | – | – |
Uruguay | 2 | 2 | Australia | 1 | 1 |
Venezuela | 3 | 3 | Nueva Zelandia | 1 | 1 |
Fuente: Citado en Freedom House (1995)
En Asia Oriental el alto nivel de derechos políticos y libertades civiles de Japón es seguido por el de los tigres asiáticos. Es interesante notar que los grandes avances económicos han sido seguidos rápidamente por avances políticos. Antes se decía que la democracia era impensable e imposible entre los "dragones" de Asia. Sin embargo, el desarrollo económico ha demostrado que genera también desarrollo político. En otras palabras, las libertades económicas son seguidas por las libertades políticas. De hecho, no puede haber desarrollo político si antes no hay crecimiento económico. Como dicen los mismos chinos: "el peor enemigo del hombre no es el hombre sino el hambre". El Chile de hoy es el testimonio latinoamericano de que el desarrollo económico produce eventualmente desarrollo político. Pero antes de llegar a la democracia pluralista, legítima y estable hay que comer. Es allí, trágicamente, donde todavía están muchas de las precarias democracias latinoamericanas.
La falta de estabilidad política, al igual que los malos gobiernos, también genera enormes problemas sociales. Uno de los más graves es el de los refugiados y los desplazamientos internos de los grupos más pobres debido a los problemas políticos de sus países de origen. Según el reporte anual de refugiados (World Refugee Survey) del Comité de Refugiados de EUA, para 1992 había cerca de 18 MM de refugiados en el mundo. De esos, más de un cuarto de millón estaban en las Américas y alrededor de 115.000 en Latinoamérica (ver el cuadro 5).
Cuadro 5: La política y los refugiados
(Sólo refugiados en necesidad urgente de ayuda)
País | Origen | Número | País | Origen | Número |
Latinoamérica | Latinoamérica | 115.600 | Norteamérica | Varios | 141.400 |
Argentina | Varios | 1.800 | Canadá | Varios | 37.700 |
Belice | Guatemala, El Salvador | 6.100 | EUA | Varios | 103.700 |
Bolivia | Varios | 100 | Europa a | Varios | 894.500 |
Brasil | Varios | 200 | Alemania | Ex-Yugoslavia | 536.000 |
Chile | Varios | 100 | España | Varios | 12.700 |
Colombia | Varios | 400 | Francia | Varios | 29.400 |
Costa Rica | El Salvador, Nicaragua | 34.350 | Italia | Ex-Yugoslavia | 19.100 |
Cuba | Haití | 1.100 | Reino Unido | Varios | 24.600 |
Ecuador | Varios | 200 | Suiza | Ex-Yugoslavia | 81.700 |
El Salvador | Varios | 250 | Federación Rusa | Varios | 460.000 |
Guatemala | El Salvador, Nicaragua | 4.900 | China | Mianma(Birmania) | 12.500 |
Guayana Francesa | Surinam | 10.000 | India | Bangladesh, Tíbet | 378.000 |
Honduras | Varios | 150 | Japón y Tigres | Vietnam | 46.950 |
México | Guatemala, El Salvador | 47.300 | Corea del Sur | Vietnam | 700 |
Nicaragua | El Salvador | 5.850 | Hong Kong | Vietnam | 45.300 |
Panamá | Varios | 850 | Japón | Vietnam | 700 |
Paraguay | Varios | 100 | Singapur | Vietnam | 100 |
Perú | Cuba | 400 | Taiwán | Vietnam | 150 |
Uruguay | Varios | 100 | Oceanía | Varios | 24.000 |
Venezuela | Cuba, Haití | 1.350 | Australia | Varios | 24.000 |
a. Incluye refugiados en otros países de Europa
Occidental
Fuente: Basado en World Refugee
Survey (1992/1993)
A pesar de que el número para Latinoamérica pudiera parecer reducido comparado con todos los refugiados en otros países de Asia, África y Europa, es importante notar que el número de desplazamientos internos, además de los refugiados no necesariamente políticos, escapa a la totalidad de las cifras anteriores. Eso hace aumentar las cifras mucho más y, de hecho, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) el número de refugiados en las Américas se acerca más a los 2 MM aunque el total en el mundo sigue en el orden de 18 MM. De esa mayor cantidad la mitad se encuentra en Canadá y EUA, muchos provenientes de Latinoamérica, y la otra mitad por toda Latinoamérica, aunque particularmente en México. Cabe indicar que a partir de 1990, México introdujo la palabra "refugiado" en sus leyes. De cualquier forma, "contar" refugiados no trasmite la magnitud del problema causado por muchos gobiernos o grupos subversivos internos. Los refugiados son apenas una indicación de las condiciones políticas de las naciones.
Países como Colombia, Guatemala, El Salvador y Perú han vivido los efectos dolorosos del terrorismo. Por un lado, la falta de legitimidad de los gobiernos y, por otro lado, la ineficaz defensa por éstos de los derechos más básicos de sus ciudadanos han provocado extensos conflictos internos. En Guatemala han muerto más de 140.000, en El Salvador 75.000 y tanto en Colombia como en Perú cerca de 25.000. El caso del terrorismo del Sendero Luminoso de Abimael Guzmán ha sido particularmente atroz. Durante más de una década el Sendero Luminoso destruyó los bienes públicos de Perú y masacró a sangre fría a miles de inocentes. Mientras tanto, el gobierno peruano era incapaz de hacer algo para realmente defender a sus ciudadanos. El economista peruano Carlos Boloña compara a Abimael Guzmán con Pol Pot y su genocidio en Camboya:
La década de los ochenta conoció el crimen terrorista, liderado por Sendero Luminoso. Su objetivo era la aplicación de los principios marxistas, leninistas y maoístas a la sociedad peruana. Se proponía imponer un sistema comunista, mediante una estrategia basada en el terror, al estilo Pol Pot en Camboya. En este sistema se pretende liquidar el mercado, lo que lleva a eliminación de la libertad económica y política, y a la imposición del totalitarismo. Esta política causó en Camboya más de 1 MM de muertos y probablemente ese mismo número se habría repetido en el Perú de haber triunfado Sendero Luminoso. (Perú) habría sido así escenario del "Tercer Genocidio de este Siglo" ...
Para medir los efectos de la barbarie terrorista durante la década de los ochenta se requieren indicadores que salen del campo de la economía. Debido a la subversión más de 22.000 personas murieron, 50.000 niños quedaron huérfanos y 700.000 peruanos fueron desplazados de su lugar de origen. Se perdieron asimismo US$ 22 MMM en bienes materiales. Los atentados producidos sumaron más de 20.000, 1.100 de los cuales fueron contra torres de alta tensión. Los subversivos seguían el "Camino de Camboya" en un momento en que la ideología socialista y comunista se desmoronaba junto con el muro de Berlín, como resultado del colapso económico del bloque socialista. Guzmán y Sendero se mostraban como terroristas sin ideología ni romanticismo, como meros asesinos. Sendero había iniciado el camino de su destrucción, pero su accionar había ocasionado una gran fuga de capitales y había ahuyentado a la inversión extranjera provocando la migración de cerca de 240.000 peruanos al extranjero, entre los cuales había por supuesto una gran cantidad de profesionales. Había generado por último, una pérdida de confianza nacional e internacional en el Perú como país viable.
Pero no sería justo afirmar que este cuadro de miseria es atribuible únicamente a Guzmán y a sus huestes asesinas. Lo cierto es que sus propósitos devastadores recibieron una gran ayuda desde el Palacio de Gobierno entre el ‘85 y el ‘90.
Todo el sufrimiento del pueblo peruano no fue suficiente frente a un terrorismo sanguinario, un gobierno irresponsable y la casi completa indiferencia internacional. Ver a Abimael Guzmán en la televisión era toda una experiencia, un psicópata y asesino sin ningún remordimiento, trastornado sexual que además guardó las películas de video que había grabado durante sus orgías con menores de edad. Ver a Alan García era igualmente trágico aunque de otra forma: un demagogo y corrupto que sólo buscaba su interés propio.
El efecto social de las malas decisiones políticas incluyen los problemas a corto plazo como refugiados, desplazamientos internos y terrorismo al igual que problemas sociales a más largo plazo como la pobreza, desigualdad y violencia generalizada. La solución es atacar las causas de los problemas y no únicamente los síntomas. Hay que comenzar por los dirigentes y sus muchas veces erróneas decisiones políticas, sociales y económicas.
Perú es también un muy buen ejemplo del impacto económico de las medidas políticas (ver la figura 1). El 5 de abril de 1992 fue cerrado el Congreso y en los próximos meses hubo mayores atentados terroristas en el prestigioso barrio limeño de Miraflores. Durante esas fechas el índice de la Bolsa de Valores de Lima (IBVL) bajó sensiblemente. En septiembre fue capturado Abimael Guzmán y a finales de 1992 se celebraron nuevas elecciones para el Congreso. A partir de ese momento el índice IBVL repuntó drásticamente.
Figura 1: La política y la economía
(Índice de la Bolsa de Valores de Lima)
Fuente: Basado en Bolsa de Valores de Lima (1993)
Resultados muy similares a los de Perú se pudieron observar claramente en las Bolsas de Valores de Argentina en 1990 (por ejemplo el 3 de febrero con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con el Reino Unido y el 3 de diciembre tras el fracasado golpe militar), Venezuela en 1992 (con los dos intentos de golpe de Estado el 4 de febrero y luego el 27 de noviembre), Brasil en 1993 (con los continuos retrasos de las privatizaciones y el aumento de casos de corrupción) y en México en 1994 (con el alzamiento de Chiapas el 1 de enero, el asesinato de Luis Donaldo Colosio el 23 de marzo, el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu el 28 de septiembre y la devaluación del peso el 20 de diciembre). En pocas palabras, hasta los mercados bursátiles latinoamericanos dependen más de los acontecimientos políticos que de verdaderos principios financieros. Toda la economía, de hecho, depende de las decisiones, o falta de ellas, por parte de los dirigentes políticos.
El rotundo fracaso de muchos gobernantes políticos civiles ha involucrado, directa e indirectamente, a las fuerzas armadas en los gobiernos latinoamericanos. Lamentablemente, lo que los civiles no han sabido resolver los militares generalmente tampoco han podido corregir.
En 1995 todos los gobiernos del hemisferio americano contaban con regímenes más o menos democráticos. La única gran excepción es Cuba, donde todavía predominan los militares. El regreso a la democracia fue, no obstante, un proceso largo y doloroso durante la Mega Depresión de la década perdida. Desde la elección de Jaime Roldós en Ecuador en 1979 hasta la toma de posesión de Violeta Barrios de Chamorro en Nicaragua en 1990, 14 países latinoamericanos han intentado el regreso a la democracia: 13 de ellos con éxito aparente hasta el momento, además de Haití. El caso de Haití fue trágico pues después de su primer año de vida democrática, en muchas décadas, regresó al militarismo por tres años y tan sólo a finales de 1994 estaba comenzando a consolidar su naciente democracia.
El retorno de la democracia durante la década pasada debe ser inteligentemente defendido, mediante votantes conscientes y participativos. De lo contrario, su verdadera consolidación estaría en peligro. Hay que recordar que en 1961 sólo había dos países abiertamente bajo el control de las fuerzas armadas: la Cuba de Castro y el Paraguay de Stroessner. Sin embargo, en los años siguientes las democracias locales se desmoronaron como piezas de dominó:
Argentina Marzo de 1962
Perú Julio de 1962
Guatemala Marzo de 1963
Ecuador Julio de 1963
República Dominicana Septiembre de 1963
Honduras Octubre de 1963
Brasil Abril de 1964
Bolivia Noviembre de 1964
Argentina Junio de 1966
Perú Octubre de 1968
Bolivia Agosto de 1971
Ecuador Febrero de 1972
Uruguay Febrero-junio de 1973
Chile Septiembre de 1973
Las perspectivas democráticas en la década de 1990 son aparentemente mucho más sólidas y amplias que 20 años atrás; sin embargo, no hay que olvidar el exitoso golpe de Estado en Haití el 30 de septiembre de 1991, y los intentos fallidos en Argentina en 1990, los dos de Venezuela en 1992, Perú en 1992, Guatemala en 1993 y las continuas amenazas de algunos militares sobre la corrupción e ineptitud, aunque estas descripciones sean muchas veces acertadas, de los políticos brasileños.
El 23 de enero de 1958 era depuesto el dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez. Desde ese entonces Venezuela se jactó de tener la democracia más solida de Latinoamérica. Desgraciadamente esa solidez no venía de sus instituciones democráticas, sino de las reservas petroleras más grandes del hemisferio. El constante flujo de petrodólares no sólo financió la llamada Venezuela "Saudita" sino que también alimentó la mayor corrupción que haya visto el continente. Venezuela pronto demostraría que la democracia no se sostiene con barriles de petróleo sino con ciudadanos conscientes, y que la riqueza no está en los pozos petroleros sino en los cerebros de sus ciudadanos.
El 27 de febrero de 1989 ocurrió el llamado "Caracazo" a consecuencia de un pequeño aumento de los precios de la gasolina, todavía la más barata del mundo, para una población completamente acostumbrada a los subsidios gubernamentales. El 4 de febrero de 1992 ocurrió el primer intento de golpe de Estado debido al mal gobierno y a la impunidad frente a la corrupción desmedida. Rafael Caldera, entonces senador vitalicio, declaró ante el Congreso de Venezuela ese mismo 4 de febrero:
Venezuela era algo como la vitrina de exhibición de la democracia latinoamericana. Esa vitrina la rompieron en febrero de 1989 los habitantes de los cerros de Caracas que bajaron enardecidos. Ahora, la han roto la culata de los fusiles y los instrumentos de agresión que manejaron los militares sublevados.178
La realidad es que Venezuela nunca fue la vitrina de la democracia sino un caso patético de mercantilismo feudal, con un gobierno terrible y una población que no recibía mucho del auge rentista petrolero. La misma riqueza petrolera no fue suficiente para sostener una economía altamente rentista y poco productiva. Cuando la bonanza terminó, la democracia se desplomó.
Lamentablemente los sistemas ineficientes y corruptos que habían crecido bajo los fastuosos ingresos petroleros no desaparecieron con el 4 de febrero de 1992. Tampoco desaparecieron con el segundo intento de golpe de Estado el 27 de noviembre de 1992. Están allí latentes como lo demuestra el más alto nivel de hipercorrupción para toda Latinoamérica.
El Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200) intentó dos veces tomar el poder. ¿Si hubiera tenido éxito lo habría hecho mejor? Es realmente imposible saberlo con certeza, pero el hecho de que durante el segundo intento golpista no hubo apoyo popular es un buen indicativo que si bien el público estaba enormemente descontento tampoco estaba loco. Cuando aparecieron en la televisión los líderes golpistas hablando con la retórica de varias décadas atrás y con la misma, o peor, apariencia que los políticos corruptos, la gente prefirió esperar.
Algunos describen un golpe de Estado como una ruleta rusa invertida que, en vez de contar con una sola bala, está cargada completamente excepto por un orificio. Las oportunidades de que el resultado del golpe sea bueno son verdaderamente pequeñas. Como con una ruleta rusa invertida, existen todas las posibilidades, menos una, de que alguna bala dispare. Por otro lado, una democracia parecería funcionar como una ruleta rusa normal. Hay por lo menos más posibilidades de que no salga una bala pues los electores ya tienen una idea de cuáles son las alternativas. No sólo hay transparencia, a diferencia de un golpe de Estado, sino que también después de un período fijo de años se puede cambiar de alternativa.
Con los militares no se sabe lo que viene y aún menos se sabe cuando se sale de ellos. Chile tuvo relativa suerte en su golpe de Estado en 1973. A diferencia de todos los otros gobiernos militares que han gobernado a Latinoamérica, y que representan más de la mitad de los gobiernos locales desde la independencia, los militares chilenos que llegaron eliminaron la hiperinflación e impidieron el caos político que se acercaba. Todo esto, sin embargo, tuvo un altísimo costo humano. ¿Habría sido posible esperar la salida política de Allende? También habría sido posible, pero a un costo igualmente muy alto: la fragmentación de la sociedad civil. De nuevo, Chile tuvo relativamente suerte con su ruleta rusa invertida. ¿Pero si habría sido aún peor con los militares, como ya lo demuestra la gran experiencia latinoamericana?
Si las dictaduras fueran la salida para Latinoamérica, entonces Latinoamérica, con su enorme tradición caudillista y dictatorial, debería ser un verdadero paraíso. La respuesta es que la democracia, como lo explicó Winston Churchill hace muchos años, sigue siendo la "menos mala de las formas de gobierno".
Costa Rica es un caso único de estabilidad política y completa ausencia de la fuerza militar. La pequeña nación centroamericana es un ejemplo mundial de lo que una sociedad libre y consciente puede lograr. Sin embargo, ni en la misma Latinoamérica ha sido bien estudiado como modelo de lo que es realista y factible a corto plazo.
Latinoamérica ha visto más de 3 MM de sus habitantes muertos debido a conflictos armados después de la independencia. Peor aún, de ese número 2 MM han sido civiles y 1 MM militares (ver el cuadro 6). Costa Rica era prácticamente una isla de tranquilidad política y militar hasta finales de la década de 1940. Pero en 1948 estalló una guerra civil en ese paraíso centroamericano.
Durante muchos años los costarricenses habían estado orgullosos de que, a diferencia de todos sus vecinos, en su país había más maestros que soldados. También estaban orgullosos de la democracia en Costa Rica, sobre todo debido a la existencia de varias dictaduras por la toda región. Esa era la situación cuando el 8 de febrero de 1948 hubo una elección presidencial en la que ganó Otilio Ulate Blanco. Sin embargo, el gobierno no reconoció al ganador a pesar de que un comité especial ratificó la victoria de Ulate por dos tercios el 28 de febrero.
El gobierno, entonces ilegítimo, decidió continuar en el poder y se preparó para una guerra civil. Por otro lado, José Figueres Ferrer, quien había organizado una pequeña milicia, se dispuso a defender la democracia y garantizar la elección anterior derrocando al gobierno ilegítimo. El gobierno organizó sus fuerzas militares y además contó con una muy extraña coalición de partidarios: los comunistas costarricenses y algunas fuerzas nicaragüenses enviadas por el dictador derechista Anastasio Somoza, padre. No obstante, José Figueres Ferrer y sus fuerzas social-demócratas vencieron y reinstauraron la democracia costarricense. El 24 de abril de 1948, Figueres entraba triunfante en San José y declaraba:
Las armas traen victoria ... Sólo las leyes pueden traer libertad.
Ese mismo año Figueres abolía las fuerzas armadas costarricenses y dejaba la policía como asegurador del orden público. Sin embargo, el 8 de diciembre de 1948 Somoza lanzaba un ataque en La Cruz, Costa Rica, para tratar de restablecer al anterior gobierno ilegítimo. Figueres tuvo que organizar rápidamente una milicia voluntaria, pues ya no existía el ejército, y en pocos días los nicaragüenses eran expulsados. Otros 16 costarricenses tuvieron que morir para defender la democracia después de los cerca de dos mil, entre civiles y militares, que habían perecido durante la guerra civil.
El 7 de noviembre de 1949 era aprobada una nueva constitución, hasta hoy vigente, que establecía la seguridad social y abolía definitivamente el ejército. El día siguiente Ulate se convertía en la cabeza del nuevo gobierno democrático. Así comenzaba una nueva democracia latinoamericana basada en los principios básicos establecidos por Figueres: (1) honestidad en el gobierno, (2) libertad para los ciudadanos, (3) profesionalismo en la administración pública y (4) conciencia social.
Cuadro 6: La política y las guerras
(Conflictos armados latinoamericanos con más de 2.000 muertos después
de 1830)
País | Años | Conflicto | Civiles | Militares | Total |
Argentina | 1841-51 | Liberales vs. Gobierno, interv. de Francia y RU | 10.000 | 1.000 | 11.000 |
1870-71 | Provincia vs. Gobierno | – | – | 2.000 | |
1955-55 | Fuerzas Armadas vs. Perón | 2.000 | 2.000 | 4.000 | |
1976-79 | Desaparecidos | 12.000 | 3.000 | 15.000 | |
Bolivia | 1932-35 | Paraguay vs. Bolivia (Guerra del Chaco) | 70.000 | 130.000 | 200.000 |
1952-52 | Revolución vs. Gobierno | 1.000 | 1.000 | 2.000 | |
Brasil | 1657-61 | Holanda vs. Portugal | 0 | 4.000 | 4.000 |
1893-94 | Conservadores vs. Gobierno | – | – | 2.000 | |
Chile | 1851-51 | Liberales vs. Gobierno | – | – | 3.000 |
1891-91 | Congreso vs. Gobierno | – | – | 5.000 | |
1925-25 | Huelga minera vs. Ejército | 2.000 | 0 | 2.000 | |
1973-73 | Golpe de Estado. intervención de EUA | – | – | 5.000 | |
1974-74 | Ejecuciones por el Gobierno | 20.000 | 0 | 20.000 | |
1987-87 | Huelga minera vs. Ejército | 3.000 | 0 | 3.000 | |
Colombia | 1840-42 | Liberales vs. Gobierno | – | – | 4.000 |
1860-62 | Liberales vs. Gobierno | – | – | 3.000 | |
1879-79 | Masacre revolucionaria | – | – | 80.000 | |
1899-02 | Liberales vs. Gobierno | 75.000 | 75.000 | 150.000 | |
1949-62 | Liberales vs. Gobierno | 200.000 | 100.000 | 300.000 | |
1986-92 | Narcotráfico y guerrillas | 14.000 | 8.000 | 22.000 | |
Costa Rica | 1948-48 | Unión Nacional vs. Gobierno, interv. de EUA | 1.000 | 1.000 | 2.000 |
Cuba | 1868-78 | Cuba vs. España | 75.000 | 75.000 | 150.000 |
1895-98 | Cuba vs. España, intervención de EUA | 80.000 | 50.000 | 130.000 | |
1898-98 | EUA vs. España sobre Cuba | 190.000 | 10.000 | 200.000 | |
1958-59 | Castro vs. Batista, intervención de EUA | 2.000 | 3.000 | 5.000 | |
El Salvador | 1931-32 | Levantamiento campesino | 24.000 | 8.000 | 32.000 |
1979-91 | FMLN vs. Gobierno | 50.000 | 25.000 | 75.000 | |
Guatemala | 1954-54 | Conservadores vs. Gobierno, interv. de EUA | – | – | 1.000 |
1966-92 | Masacres indígenas, intervención de EUA | 100.000 | 40.000 | 140.000 | |
Honduras | 1969-69 | El Salvador vs. Honduras (Guerra del Fútbol) | 3.000 | 2.000 | 5.000 |
México | 1832-32 | Liberales vs. Gobierno | – | – | 4.000 |
1846-48 | EUA vs. México | 4.000 | 17.000 | 21.000 | |
1858-61 | Liberales vs. Gobierno, intervención europea | – | – | 8.000 | |
1862-67 | Francia vs. Juárez, interv. de Austria-Hungría | 0 | 20.000 | 20.000 | |
1910-20 | Guerra civil, intervención de EUA | 125.000 | 125.000 | 250.000 | |
1926-30 | Cristeros vs. Gobierno | – | – | 10.000 | |
Nicaragua | 1855-57 | Liberales vs. Gobierno | – | – | 2.000 |
1978-79 | Sandinistas vs. Somoza | 25.000 | 25.000 | 50.000 | |
1981-88 | Contras vs. Sandinistas | 15.000 | 15.000 | 30.000 | |
Paraguay | 1864-70 | Paraguay vs. Argentina, Brasil y Uruguay | 800.000 | 300.000 | 1.100.000 |
1911-12 | Liberales vs. Gobierno | – | – | 2.000 | |
Perú | 1853-58 | Liberales vs. Conservadores | – | – | 7.000 |
1879-83 | Chile vs. Perú y Bolivia | 0 | 14.000 | 14.000 | |
1894-95 | Liberales vs. Gobierno | – | – | 4.000 | |
1983-92 | Sendero Luminoso vs. Gobierno | 20.000 | 6.000 | 26.000 | |
R. Dominicana | 1863-65 | España vs. Santo Domingo | 0 | 7.000 | 7.000 |
1937-37 | Masacre de Haitianos | 11.000 | 0 | 11.000 | |
1965-65 | Guerra civil, intervención de EUA | 1.000 | 2.000 | 3.000 | |
Venezuela | 1859-63 | Liberales vs. Gobierno | – | – | 20.000 |
1868-71 | Conservadores vs. Gobierno | – | – | 3.000 | |
Latinoamérica | 1830-1994 | Varios conflictos con más de 2.000 muertos | 2.017.500 | 1.151.500 | 3.169.000 |
Fuente: Basado en Sivard (1993)
Mientras Costa Rica avanzó sin militares, la mayoría de sus vecinos retrocedieron precisamente debido a ellos. Cada vez que llegaba un nuevo gobierno militar había esperanzas de, por lo menos, reducir la corrupción. Pronto, no obstante, esas esperanzas desaparecían y los militares no terminaban haciendo nada mucho mejor. Panamá, justo al sur de Costa Rica, demostró que los gobiernos militares no llevaban ni a la prosperidad ni eran menos corruptos. Todo lo contrario, Panamá se estancó durante varios años y el general Manuel Noriega terminó siendo uno de los militares más corruptos que haya visto el continente. En otros países los militares también trajeron más inestabilidad y corrupción. Las guerrillas tampoco fueron nada mejores. A pesar de nombres que recordaban a líderes latinoamericanos, desde Túpac Amaru hasta César Augusto Sandino y pasando por Simón Bolívar, las guerrillas y terroristas sólo trajeron más caos y pobreza a la población en general. ¡Pobres héroes! Costa Rica, con su énfasis en la democracia y la educación, ha mostrado ser el ejemplo a seguir.
Hay un chiste muy famoso en toda Latinoamérica que cuenta la historia de la creación del mundo. El relato indica que cuando Dios estaba repartiendo los recursos por todo el planeta comenzó a favorecer a Latinoamérica.
Dios le dio a la región las selvas más grandes, los ríos más anchos, las montañas más hermosas, las cascadas más altas, las islas más maravillosas, las playas más impresionantes, las tierras más fértiles, los depósitos minerales más abundantes, los océanos más grandes, la flora más exótica, la fauna más variada, el clima más completo y, hacia el final, la combinación de gente más diversa, imaginativa y alegre. Ante tal aparente falta de parcialidad, los ángeles le preguntaron a Dios que cómo podía darle tantas cosas buenas a Latinoamérica y tan poco a los otros países. Dios les respondió sencillamente:
-Sólo tienen que esperar para ver los dirigentes que les voy a dar.
Efectivamente pareciera que Latinoamérica lo tuviera todo excepto por buenos dirigentes. El chiste latinoamericano anterior es contado con diferentes matices por los argentinos, brasileños, colombianos, mexicanos, peruanos y venezolanos, entre otros. ¿Pueden equivocarse tantas personas? Lo peor es que casi pareciera cierto que Latinoamérica padeciera algún castigo divino.
La verdad es que Latinoamérica sí tiene una excelente distribución de recursos tanto naturales como humanos; sin duda entre las mejores del planeta. También es cierto, sin embargo, que Latinoamérica ha conocido uno de los peores sistemas que jamás haya visto la humanidad. Mientras que en los países desarrollados el mercantilismo y el feudalismo han desaparecido desde hace siglos, en Latinoamérica se mezclaron y evolucionaron para crear uno de los peores sistemas que han existido. El mercantilismo feudal, junto al comunismo, ha sido la causa no sólo de la enorme destrucción de riqueza en el continente sino también del estancamiento y desaceleración del desarrollo en muchas regiones. Mientras la estabilidad política y el libre mercado permitían a muchos países avanzar a gran velocidad, la inestabilidad política y el mercantilismo feudal frenaban el desarrollo a largo plazo de Latinoamérica.
Aunque fuese cierto lo del chiste y que Dios le haya dado a propósito malos dirigentes a Latinoamérica, el consenso político de una mayoría educada podría resolver tal castigo divino. De hecho, ese castigo es para la mayoría por haberse dejado manipular y convencer con promesas engañosas de falsos líderes. Es esa misma mayoría, una vez consciente, libre y educada, la que podrá eliminar su castigo y avanzar hacia la prosperidad que espera a una Latinoamérica unida.