Caracas, miércoles 23 de octubre, 1996, El Universal
Un incendio provocado por reclusos revivió la tregedia de Sabaneta
VICTOR ESCALONA
CARACAS.- Un motín que hizo recordar las horas de tragedia vividas en la cárcel de Sabaneta, en enero de 1994, provocó la muerte de 24 reclusos en el retén La Planta, en El Paraíso, donde los internos del pabellón 4 provocaron un incendio ayer en la mañana, en protesta por un castigo de los carceleros de la Guardia Nacional.
Simultáneamente tres reclusos del pabellón 3 resultaron heridos con armas de fuego, en lo que los presos denunciaron como una agresión de la GN, mientras que las autoridades de Justicia explicaron que se trató de una riña entre internos.
Aproximadamente a las 6:00 de la mañana los Bomberos del Distrito Federal recibieron la llamada de emergencia que alertó sobre un incendio en el que estaban atrapados unos 50 reclusos, entre rejas cerradas con candados, sin recibir la ayuda de los custodias de la GN.
Según la versión del director de Prisones del Ministerio de Jusiticia, Antonio Marval, los custodias de la GN realizaron el conteo diario de reclusos del pabellón 4 y al poco tiempo los regresaron a sus celdas y nuevamente las cerraron con candados.
Esta actitud molestó a los internos, quienes intentaron quitarle una escopeta a un efectivo de la GN y luego iniciaron un motín, por lo cual fueron atacados con bombas lacrimógenas. Esto provocó que los internos incendiaran los colchones de la celda que está ubicada al lado izquierdo del pabellón.
En esa celda, de unos 4 metros de ancho por cuatro de largo, habían unos 50 internos. La mitad de ellos logró escaparse de las llamas por unas ventanas que están en la parte alta, las cuales se comunican con la celda vecina, de donde otros 50 presos pudieron huir, pues rompieron los candados y tumbaron la reja.
La llegada de los Bomberos, aunque sirvió para acabar con las llamas, no pudo resolver la situación que se había generado temprano, pues ya estaban totalmente calcinados los cuerpos de los presos.
El inspector general de los Servicios del Cuerpo de Bomberos, comandante Antonio Morillo, informó que el siniestro fue provocado con la quema de los colchones y que cuando los efectivos llegaron ya era un incendio generalizado. Sus cálculos fueron de 20 a 30 muertos.
Pese a que las autoridades afirmaron que se trató de un incendio provocado por los internos, la población reclusa, incluyendo a las mujeres que están detenidas en ese centro, denunciaron que el incendio fue provocado por las tres bombas lacrimógenas que les fueron lanzadas. Los reclusos acusaron al capitán de la GN Osmel Martínez, al subteniente Pérez Mujica y al cabo Zabala, como los agresores de ayer en la mañana.
Los tres efectivos, según testimonios de los reclusos, se habían convertido en una especie de 'dueños del penal, donde cometían atropellos' y ayer intentaron vengarse, por la fuga de un recluso el día lunes, según información extraoficial.
Más violencia en La Planta Una vez ocurrido el incendio, La Planta fue tomada por varios grupos armados de la Guardia Nacional que llegaron durante la mañana y parte de la tarde, con armas largas automáticas. Esto provocó el rechazo de los internos, quienes pedían la presencia de representantes de la Fiscalía y la prensa, porque de lo contrario no iban a permitir el levantamiento de los cadáveres, por parte de la Medicatura Forense.
El suceso provocó que se trasladara hasta La Planta una comisón integrada por los fiscales Antonio Mastropietro, Daniel Iglesias, Ernesto Manzanilla y Sabino Montrón. También se presentaron los diputados Rafael Narváez, presidente de la Comisión de -Hacinamiento Carcelario, Martín Pacheco, Luis Rizek, Carlos Melo y Gustavo Hernández, quienes solicitaron la presencia de un juez que dejara constancia de lo courrido.
Esta solicitud provocó la presencia de la juez 49vo Penal, Mary Carmen La Riva, y el juez 16vo Penal, Maximiliano Fuenmayor, ambos encargados de abrir la averiguación sobre los hechos ocurridos y ordenar las experticias y las declaraciones del caso a la PTJ.
Pese a que ya todo estaba listo, pues habían llegado los expertos de Homicidios, Criminalística, Siniestros, Inspecciones Oculares y Medicina Legal, éstos no pudieron realizar su trabajo, pues el motín continuaba en el patio del internado.
Desde las 6:00 de la mañana y hasta pasadas las 3:00 de la tarde, hubo ráfagas de tiros dentro del internado, lo que demostraba que los reclusos no estaban dispuestos a dejar entrar a los efectivos de la GN. Se supo que los internos estaban armados con dos pistolas calibre 9 milímetros, dos revólveres 38 y una pistola 45.
Los familiares de los reclusos también fueron víctimas, ya que mientras lloraban y pedían explicaciones, sólo recibieron ráfagas similares de perdigones y bombas lacrimógenas. Allí resultó asfixiada una niña de dos años de edad, de nombre Douglenis Castillo, quien fue socorrida a tiempo.
A las 2:30 de la tarde se presentó el ministro de Justicia, Enrique Meier, y entre empujones de camarógrafos y cables sueltos, logró entrar a La Planta. Su presencia fue corta, pero al parecer sirvió para calmar un poco a los reclusos, pues a los pocos minutos se supo que el motín había cesado. El ministro aseguró que sería abierta una averiguación contra los tres guardias que actuaron en La Planta y la población penal recibio similar información de parte de los jueces, fiscales y diputados que estaban en el lugar.
'Un cuadro dantesco' Aunque suene a lugar común, las autoridades que estaban en La Planta en el día de ayer coincidieron en que la escena final del pabellón 4 representaba un 'cuadro dantesco'. Al entrar a La Planta el patio de los reclusos daba la bienvenida, con una especie de revuelta protagonizada por internos sin camisas, descalzos, con capuchas y manchados con el hollín que dejó el fuego. Más allá, estaba un cuerpo quemado, en medio de una cancha de basquet, era 'El Teacher Vicente', quien pudo escapar del pabellón 4, pero no de las llamas.
La última escena era un cuarto oscuro, con olor a carne quemada, con un lote de cuerpos carbonizados, en posiciones similares, casi todos con los brazos abiertos, como queriendo abrazarse entre sí.
Caracas, miércoles 18 de junio, 1997, El Universal
EL CASO LA PLANTA y las presuntas ejecuciones sumarias, así como los excesos en la frontera, fueron los focos de las críticas de Amnistía Internacional a Venezuela. El premio Nobel de la Paz, José Ramos Horta, acompañó a los delegados en la presentación del informe en Caracas José Ramos Horta, acompañó a los delegados locales de Amnistía Internacional
Ernesto Ecarri Hung
Caracas.- Los sucesos de la cárcel de La Planta, donde 25 presos murieron calcinados y los hechos de la heladería La Poma, en los que presuntamente fueron ajusticiadas dos personas luego de ser aprehendidas por la Policía Metropolitana, figuraron entre los acontecimientos más importantes reseñados por el informe anual de Amnistía Internacional presentado ayer por los miembros de su seccional de Venezuela.
Además de los representantes de Amnistía Internacional, Fernando Fernández, miembro del comité ejecutivo, y de Alvaro Briceño, coordinador de la sección Venezuela, también se encontraba presente el premio Nobel de la Paz, José Ramos Horta.
El coordinador de la sección venezolana, Alvaro Briceño, explicó el trabajo que han venido realizando cerca de 40 organizaciones no gubernamentales para realizar más de 400 propuestas al Estado venezolano para el respeto de los derechos humanos en Venezuela.
'Junto a las organizaciones gubernamentales se está sintetizando y organizando un programa concreto y concertado para la protección y promoción de los derechos humanos en Venezuela', indicó Briceño.
Asimismo se anunció una reunión para el próximo 4 de julio entre los miembros más importantes del alto Gobierno, encabezados por el presidente de la República, Rafael Caldera, y representantes de las ONG en la cual se intentará darle forma a 'una política nacional para la defensa de los derechos humanos'.
Según el informe de 1997 de Amnistía Internacional, a lo largo del año en Venezuela 'decenas de personas, entre ellas niños, fueron ejecutadas extrajudicialmente en el marco de operaciones militares y policiales aparentemente concebidas para combatir el crimen'.
La policia también torturó a niños, y decenas de ellos estuvieron detenidos en condiciones crueles, indicó AI. 'La Policía Municipal de Sucre detuvo en julio a Arnold Blanco, de 15 años, por presunto consumo de drogas. Fue trasladado a la División de Menores de la PTJ, centro de detención para delincuentes juveniles en Cochecito, Caracas, donde los guardianes le golpearon brutalmente'. Recordó AI los sucesos de la heladería La Poma, cuando 'Carlos Perdomo y John Calderón fueron detenidos en el transcurso de una operación de la PM. El arresto fue filmado por cámaras de televisión. Ambos fueron vistos, con vida y sin señales de haber sufrido lesiones, cuando se los llevaban en un vehículo policial. Horas más tarde sus cuerpos acribillados a balazos eran trasladados al depósito de cadáveres'.
La organización pro defensa de los derechos humanos recordó las 'primeras visitas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y del relator especial para la tortura de la ONU'.
Según informes que maneja AI, algunas personas murieron a consecuencias de torturas cuando estaban bajo custodia, sin que los responsables comparecieran ante la justicia.
También denuncia el movimiento internacional las detenciones de decenas de personas a las que considera 'presos de conciencia' , pues fueron despojados de su libertad a causa de sus actividades pacíficas. Citó AI en su informe los casos de Juan Bautista Moreno, presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos, quien 'junto con otros cuatro defensores fue detenido, tras una redada efectuada en su domicilio por miembros de la Disip. El motivo del arresto fue exhibir un cartel con la Declaración Universal de los Derechos Humanos que los agentes calificaron de subversivo'.
Sobre este aspecto el informe reiteró que 'las condiciones penitenciarias seguían caracterizándose por su extremada dureza y llegaron a constituir un trato cruel e inhumano'.
Así recordaron que 'el 22 de octubre, al menos 25 reclusos, entre ellos uno de 17 años, murieron calcinados en la cárcel de La Planta. Efectivos de la Guardia Nacional los encerraron hacinados en una celda y arrojaron dentro botes de gas lacrimógeno que provocaron un incendio'. Se pronunció nuevamente AI en contra de la Ley de Vagos y Maleantes, la cual se ha continuado aplicando 'pese a las promesas gubernamentales de derogarla'.
El documento presentado ayer por los miembros de Amnistía Internacional alerta también sobre la situación en las zonas fronterizas venezolanas, indicando que ha habido 'torturas y malos tratos generalizados por parte de las fuerzas de seguridad, incluido el Ejército' y asegurando que 'los responsables continuaron disfrutando de impunidad'.
'El uso de la tortura fue sistemático en la zona fronteriza con Colombia, en donde las fuerzas de seguridad venezolana respondieron a las incursiones de grupos armados de oposición colombianos con la represión generalizada de la población civil, sospechosa de colaborar con dichos grupos', señaló AI.
Enumeró el informe los métodos utilizados en las torturas, señalando 'palizas, suspensión prolongada por las muñecas o los tobillos, semiasfixia con bolsas de plástico, descargas eléctricas y simulacros de ejecuciones para extraer confesiones'. Además afirmaron que 'los fiscales (del Ministerio Público) generalmente no cumplieron con su responsabilidad'.
Caracas, viernes 29 de agosto, 1997, El Universal
Menos de once meses transcurrieron desde el último gran suceso del tenebroso mundo penitenciario venezolano, el motín de La Planta
Caracas.- La matanza ocurrida ayer en El Dorado sucede a menos de once meses del motín de La Planta, en el que perecieron calcinados 25 reclusos, un acontecimiento que sacudió al país y proyectó al mundo dantescas imágenes del sistema penitenciario venezolano.
En aquella oportunidad, los Bomberos del Distrito Federal fueron alertados a las seis de la mañana sobre un incendio que se estaba produciendo en uno de los pabellones del retén ubicado en El Paraíso.
Según la versión que se manejó entonces, se produjo un motín cuando los custodios de la Guardia Nacional, tras realizar el conteo diario, volvieron a cerrar las puertas del pabellón, no permitiéndoles a los reclusos salir al patio.
Ante la rebelión, los efectivos militares lanzaron bombas lacrimógenas, tras lo cual se inició el incendio en una celda de cuatro metros de largo por cuatro de ancho, en la que quedaron encerrados cerca de 50 reos. La mitad de ellos logró escapar, pero los demás murieron carbonizados.
Después de que los bomberos lograron controlar el incendio continuó la violencia en el penal, pues la Guardia Nacional se dispuso a realizar una nueva acción para restablecer el orden, logrando exactamente todo lo contrario.
En horas de la tarde, y mientras se mantenían los enfrentamientos dentro del penal, llegó el ministro de Justicia, Henrique Meier, quien autorizó la entrada de los equipos de prensa, radio y televisión. Las imágenes captadas por las cámaras fotográficas y de TV recorrieron el mundo como un testimonio de la sórdida violencia de las cárceles venezolanas.
El infausto episodio de La Planta, que ahora es recordado como antecedente de lo ocurrido en El Dorado, había sido precedido, a su vez, por la tragedia de la cárcel de Sabaneta, en enero de 1994, y por la matanza de numerosos reclusos del retén de Catia, en un supuesto intento de fuga ocurrido en el marco del frustrado golpe de Estado de noviembre de 1992.
Después del suceso de La Planta, las autoridades penitenciarias redoblaron esfuerzos para atender la situación planteada y evitar nuevos acontecimientos de esa naturaleza. Fue demolido el retén de Catia e inaugurados los anexos de El Rodeo y Yare. Recientemente se realizó el censo de la población reclusa, primer paso para emprender la clasificación de los presos. No obstante, la violencia en las cárceles no ha cesado por completo. Esporádicos brotes habían ocurrido en diversos lugares del país. El sangriento enfrentamiento interno de ayer ha sido, sin embargo, el peor momento desde el incendio de La Planta y una nueva mancha para la reputación del sistema penitenciario. CH