Entre los tantos levantamientos que se producen en los primeros años de la democracia, uno de las más cruentos es la insurrección cívico-militar de Puerto Cabello, mejor conocida como “Porteñazo”.
La acción se inicia el 2 de junio de 1962 con una sublevación en la base naval de Puerto Cabello. Apenas el gobierno nacional se entera del intento de golpe, para controlar la situación envía efectivos de la Fuerza Aérea y del Ejército, quienes bombardean y rodean la ciudad. Combates frontales entre las fuerzas insurrectas y las leales al gobierno se producen durante 24 horas dejando un saldo sin precedentes de 400 muertos y 700 heridos.
El día 3, el ministerio de Relaciones Interiores anuncia que las Fuerzas Armadas leales al gobierno han puesto fin a la rebelión. El día 6, son trasladados a prisión los jefes insurrectos, el capitán de navío Manuel Ponte Rodríguez, el capitán de fragata Pedro Medina Silva y el capitán de corbeta Víctor Hugo Morales. Más tarde se comprobará la participación de activistas ligados al Partido Comunista de Venezuela y se dará inicio en el seno de las Fuerzas Armadas a un proceso de depuración de aquellos oficiales ligados o sospechosos de simpatías con la izquierda.
Como dramático
testimonio de esos días ha quedado este registro del fotógrafo venezolano
Héctor Rondón. La imagen es publicada por la revista Life, se hace merecedora
del premio Pulitzer de ese año y le da la vuelta al mundo a través de las
agencias de noticias. La imagen del soldado herido que busca protección en el
cuerpo del padre Padilla se convierte en un símbolo contra la violencia
política de los sesenta.
Tomado de Historia de Venezuela en Imágenes FUNDACIÓN POLAR - EL NACIONAL