Revista de Educación Septiembre 2000 Edición Nº278
   Editorial

EL IDIOMA: UN ALIADO INCONDICIONAL
En Cerro Navia, cerca de 3 mil niños y niñas que asisten a escuelas municipales, inician su aprendizaje de lectoescritura en prekinder y kinder, es decir, a partir de los 3 años de edad. El primer paso que dan en éste, el proceso cognitivo más difícil del desarrollo humano según los expertos, consiste en diferenciar texto de imagen. Luego dibujan signos sin límites, hasta que descubren la escritura segmentada y surgen las palabras.

De allí en adelante, el lenguaje oral y escrito se convierte en el más incondicional de los aliados comunicativos. Una vez adentrados en el dominio lingüístico, se espera que estos pequeños crezcan y se expandan en el conocimiento. La idea es que terminen el primer ciclo básico comprendiendo lo que leen y escribiendo adecuadamente para ser comprendidos. Esta metodología precoz, que tiene revolucionada a la comunidad educativa de esa comuna santiaguina, es propiciada por la ong ORT de Inglaterra, y ya ha sido probada en Argentina y México exitosamente.

Bien valen la pena los empeños pedagógicos por rescatar el lenguaje en esta época de bombardeo imaginario, donde apenas caben unos cientos de palabras, mal dichas, y pocos parecen inquietarse ante la evidente displicencia social que sufre nuestro idioma español, usado por más de 400 millones de personas en el mundo. Es lamentable, pero la mayoría de los medios escritos, muchos líderes de opinión y personajes de la vida pública, tampoco se esmeran por cuidar esta poderosa herramienta de crecimiento individual y colectivo. Históricamente, el lenguaje es reconocido como el artífice de la realidad que vamos transmitiéndonos de una generación a otra.

Rafael Echeverría, en su Ontología del Lenguaje, alude a la potencia que éste adquiere a través de las declaraciones fundamentales. Potencia que se traduce en acciones humanas y transformación, al ser capaces de manejar con mayor sutileza y, por lo tanto, con más conciencia, los juicios que emitimos, las afirmaciones que hacemos, nuestras demandas y ofertas. Siendo hábiles en el lenguaje nos podemos parar sobre la base del poder personal, aquel que entrega autonomía, poder de decisión y de selección, ambos recursos indispensables hoy, viviendo en medio de la globalización.

Y en el Chile cotidiano, hay que reconocerlo, se nota una pobreza en el uso lingüístico extendida a un vasto espectro social. Los jóvenes han restringido al mínimo su vocabulario y muchos adultos están en el límite del analfabetismo funcional por falta de ejercicio, sea en la lectura o en el cultivo del foro, el diálogo, la conversación.

Del famoso comunicólogo uruguayo, Mario Kaplún, se rescata:"ese instrumento imprescindible del conocimiento que constituye el acervo lingüístico, sólo se incorpora y amplía en la interlocución: escuchando y leyendo a otros, hablando y escribiendo para otros, presentes y distantes. Existe entonces, una inseparable imbricación entre la función expresiva-comunicativa y el desarrollo de la cognición".

A fin de cuentas, el idioma bien escrito y bien hablado conduce a la emancipación y a la plenitud...

María Teresa Escoffie.


   Sumario

Entrevista
LEOPOLDO SÁEZ

Para el lingüista Leopoldo Sáez, director del Bachillerato de Ciencias y Humanidades de la Universidad de Santiago, el problema no es que el lenguaje cambie. Lo que ocurre es que en Chile, en general, carecemos del dominio de esta valiosa herramienta y mostramos dificultades en su uso. Acusa que en nuestro país se subvalora el hablar bien.