Nacido en Santiago en 1947, Gonzalo Millán es una de las principales figuras de la así llamada Generación del Sesenta y es considerado unánimemente dentro de los poetas latinoamericanos más relevantes de la actualidad.A los 21 años, mientras cursaba estudios de pedagogía en castellano en la Universidad de Concepción, publicó Relación personal, libro en el que ya es perceptible la contención expresiva o, más exactamente, la extrema concisión característica de su poesía: "Me pagas con mala moneda, mujer,/ y con un sueldo vital el empleo/ que te hago de mi amor y de mi tiempo./ Me voy a jubilar un días de estos/ y me retiraré a vivir gastado,/ sólo con mis pobres rentas".En 1979, es decir, once años después de este primer volumen, Gonzalo Millán publica La ciudad. Por entonces el poeta vive en Canadá, país en el que transcurre buena parte de su exilio. La ciudad es para muchos el mejor libro del poeta y uno de los textos más importantes de la oposición a la dictadura militar. Articulado a la manera de un inventario, el poema instala una reflexión poética y política a partir de un riguroso "objetivismo" en el que influyen lecturas de la poesía en lengua inglesa contemporánea.Dragón que se muerde la cola y Vida aparecen en 1984, siempre en Canadá, mientras en Chile se publica, simultáneamente, Seudónimos de la muerte, libro que pronto será integrado en versiones posteriores de La ciudad. De todas estas publicaciones es Vida el poemario que marca una continuidad con la poética de Relación personal que a la vez se proyectará en Virus, de 1987, libro que suele considerarse la máxima manifestación de otra vertiente acaso siempre latente en el trabajo de Millán: la metapoesía. En efecto, el tema principal, en Virus suele ser la poesía misma: "Como un chicle que ha perdido/ hace tiempo su sabor y aroma/ vuelves a corregir este texto/ soso, amorfo y descolorido/ que ya sólo sabe y huele/ a la lengua que lo amasa,/ a los dientes que lo mastican".Una breve colección de poemas (5 poemas eróticos, 1990) y dos antologías, a saber, Strange houses (1991) y Trece lunas (1997), constituyeron toda la actividad editorial de Millán durante casi quince años, hasta que en 2002 apareció Claroscuro, un libro estructurado en torno a comentarios de pinturas clásicas que el autor ha presentado como la primera entrega de una trilogía tentativamente titulada Autorretrato de memoria.
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