'Me espanta el vacío de ideas en el discurso de la izquierda'
El celebrado autor chileno radicado en España acaba de publicar Amberes, una novela que tenía guardada desde hace más de veinte años y que llegará al país el próximo mes. De paso, ataca a los intelectuales, de Chile y todo el mundo: 'Me pone los pelos de punta el miedo a pensar que manifiestan tantos de los llamados intelectuales'.
Desde hace unos años Roberto Bolaño se ha erguido como uno de los narradores chilenos mejor catalogados en el extranjero. Su novela Los Detectives Salvajes ganó en 1999 el premio Rómulo Gallegos (considerado como el Nobel Latinoamericano), y sus otros trabajos, como Nocturno Para Chile y la compilación de relatos breves Putas Asesinas le han valido el aprecio de la crítica y de sus lectores, que han visto publicados numerosos trabajos con su firma en los últimos años.
Si bien el autor no concede entrevistas por teléfono desde hace un tiempo (dice que se le enreda la gramática y que queda "como un idiota"), conversamos con él por correo electrónico sobre su nueva vieja novela, Amberes (Anagrama). Ésta fue escrita hace más de veinte años, pero sólo se decidió a publicar ahora que su nombre suena fuerte en las casa editoriales. "Al principio estuvo guardada porque sabía que nadie la querría publicar y porque tampoco me interesaba demasiado hacerlo. Después, supongo que me olvidé de ella. Cuando la volví a encontrar decidí que era mejor que saliera ahora que póstumamente", dice el autor.
-¿Cómo nace esta novela?
- Como nacen todas las obras literarias: por casualidad y por desesperación. Se podría decir, en este caso, que era mi forma de matar el aburrimiento cuando trabajaba de vigilante nocturno en un camping cercano a Barcelona. O la forma de entender a los fantasmas que aparecían como platillos voladores por el camping. Vano intento, por supuesto: a los fantasmas no hay quién los entienda, salvo otros fantasmas, aunque sobre esto también tengo mis dudas.
- Usted dijo que Amberes era uno de los pocos libros que "podía releer sin que se me caiga la cara de vergüenza"
- Digamos que esto me ocurre con ciertos textos míos que se apartan de las grandes vías. Sé que Los detectives salvajes o Nocturno de Chile, son mejores y más ambiciosas como novelas pero mi simpatía está con Amberes, que ya desde la primera página, se excluye de las avenidas transitadas. En este sentido, Amberes es una novela-sin-jefe.
- Usted ha dicho que escribe sin pensar en el lector, pero tanto las novelas policiales, como Amberes y Los Detectives Salvajes, como su prosa, suelen llamar al que lee a que reconstruya los eventos.
- Escribo sin pensar en el lector, o no, pienso en un lector, bastante exigente, que soy yo mismo. O en ese otro lector del que hablaban los artesanos medievales, Dios. Cuando hacían esculturas o bajorrelieves muy hermosos pero también muy difíciles de hacer en lugares en donde posiblemente nadie los admiraría, generalmente en las partes más altas de las catedrales góticas, ellos decían que Dios sí que los ve. Esa actitud para mí sigue siendo la regla de oro de cualquier manifestación artística. Y yo no creo en Dios.
-¿Qué otros proyectos tiene en carpeta?
-Además de 2666, el único proyecto verdaderamente interesante es ver cómo crece mi hijo Lautaro y ver (y sufrir) las barbaridades que hace mi hija Alexandra.
La cifra en la respuesta es el título de lo que él llama "el mayor proyecto de mi vida como escritor". La novela que está preparando, 2666, tendrá más de mil páginas, y es tan ambiciosa que el mismo Bolaño dice que "probablemente fracasaré. Y ahí tal vez esté la lección, el aula magna de la Universidad Desconocida, que siempre he estado buscando. Pero, bueno, no nos pongamos líricos".
LA ESCENA LITERARIA CHILENA
Desde su casa en España, el escritor no ha escatimado en lanzar sendos torpedos contra numerosos escritores chilenos, atestando tiros contra colegas como Hernán Rivera Letelier, Luis Sepúlveda, Antonio Skármeta y Volodia Teitelboim.
¿A quiénes rescata, entre los narradores actuales chilenos?
- A muchos. Desde Varas hasta Fuguet, pasando por Contreras, Collyer, Brodsky, Franz, y algunos jóvenes que sólo tienen un libro publicado.
Sobre lo mismo, en una entrevista dijo que no le gustaba la idea de que Volodia Teitelboim ganara el Premio Nacional. ¿Qué dice esta victoria del premio?
- Todo lo que tenía que decir ya lo dije. El premio está desprestigiado, pero el desprestigio empezó con Pinochet.
-¿Qué es lo que más te agrada y lo que más te molesta de la escena literaria chilena actual?
- Aunque estoy alejado, me molesta el comportamiento funcionarial de algunos escritores. Me espanta el vacío de ideas en el discurso de la izquierda, pero esto no sólo en Chile, en todo el mundo. Me molesta la intolerancia que la izquierda sigue enarbolando, como si viviéramos en la época del padrecito Brezhnev, que es, ideológicamente, en donde vive, a trancas y barrancas, gran parte de la izquierda latinoamericana. Me pone los pelos de punta el miedo a pensar que manifiestan tantos de los llamados intelectuales. En realidad, a eso se reduce todo o casi todo. Miedo a pensar.
Fuente: www.lanacion.cl
Viernes 20 de Septiembre de 2002
Una de las plumas más reconocidas de la literatura chilena reciente falleció en Barcelona, España, debido a una insuficiencia hepática.
A los 50 años, y producto de una enfermedad hepática, falleció en Barcelona, España, el escritor chileno Roberto Bolaño, una de las plumas más brillantes de la literatura chilena de la década de los '90 en adelante.
Bolaño (Santiago, 1953) arrastraba el mal hace unos años, y vivió en este último tiempo en su residencia de la localidad catalana de Blanes. Su vida revela también un permanente viaje, y no sólo por las letras, sino por distintos puntos del globo: México, El Salvador, Francia y otros países fueron estaciones de su periplo, sin olvidar a España, país donde desembocó para consolidar su carrera literaria.
En Chile, fue reconocido -tarde, como suele suceder con los talentosos- con el Premio Municipal de Literatura 1998 por su libro de cuentos "Llamadas telefónicas". Luego, con "Los detectives salvajes", consiguió a nivel internacional el XVI Premio Herralde de Novela en 1998, y en el plano doméstico al año siguiente fue galardonado con el Consejo del Libro. Esta misma novela obtuvo ese mismo 1999 el Premio Rómulo Gallegos, considerado el Nobel de las letras hispanas, al cual han accedido figuras de la talla del colombiano Gabriel García Márquez o el peruano Mario Vargas Llosa.
En sus creaciones más notables también figuran "Nocturno Para Chile", la compilación de relatos "Putas Asesinas", "La literatura nazi en América" y "Amberes", entre otros, y algunos acercamientos a la poesía.
Trasgresor, su aproximación a la literatura se alejaba de los clichés, y sus definiciones fueron siempre sin medias tintas. Sus frases así lo delatan: definía su trabajo como "político y tenso"; sus obras como "legibles, pero no fáciles"; sus personajes como "extremos para no aburrirme", y para rematar con un "soy el mejor de la generación".
Además de su notable pluma, que lo ubica como un referente latinoamericano, Bolaño se hizo notar así por sus ácidas críticas, dirigidas en especial al mundo literario nacional. "El conjunto de la literatura chilena es más bien lamentable. Pero eso no lo digo yo, lo dice cualquiera que haya leído más de cien libros en su vida", sentenció en una entrevista.
El último Premio Nacional de Literatura, Volodia Teitelboim no escapó de su sarcasmo, ni tampoco otros autores de relevancia en el escenario de las letras chilenas como Antonio Skármeta o Hernán Rivera Letelier.
En una reciente entrevista con el diario español El Mundo, tampoco tuvo pelos en la lengua para destripar a íconos de la literatura en de este continente, como Pablo Neruda u Octavio Paz. "Representan dos polos de la inteligencia latinoamericana", espetó.
Su mirada crítica tocaba también a Chile, en especial a su Santiago natal. El mismo recomendó no visitar la capital: "es la típica ciudad tercermundista polucionada y masificada. Horrible"; mientras, en sus sueños dejó algo quizás premonitorio: "si volviera a nacer sería chulo de un burdel, pero de uno tranquilo, en un bosque. Los urbanos no me atraen tanto".
Escritores y autoridades lamentan deceso del escritor.
El poeta Gonzalo Rojas, el embajador de Chile en España Enrique Krauss, y el escrito Jorge Edwards, entre otros lamentan la muerte del talentoso escritor chileno. Para el escritor Gonzalo Rojas, quien se encuentra en Madrid participando en un curso de verano en la Universidad Complutense, la muerte del novelista nacional Roberto Bolaño, ocurrida el lunes, representa una perdida irreparable para las letras, pues "se va un narrador de la talla de José Donoso y cuyo aporte será difícil de sustituir.
Rojas destacó del extinto escritor "la imaginación y la capacidad para forjar caracteres, mostrar el mundo y un idioma muy fresco, muy lozano. Es una pérdida. Yo no fui un amigo mayor de él, pero yo siempre lo respeté como una gran figura".
Enrique Krauss, en tanto, destacó el pesar con que reflejó la prensa española el deceso del literato. "Se trataba de un autor de perspectivas notablemente promisorias, particularmente conocido y difundido fuera de nuestro país, probablemente porque desde muy joven, en 1973, por razones que se suponen, debió emigrar de Chile", afirmó.
"La reacción de los medios españoles es de notable pesadumbre. La prensa escrita, los medios radiales y televisivos han señalado lo que significa la pérdida de este escritor que, más allá de sus características personales -bastante contestatario-, tenía calidad. Probablemente algunos lo comparen con (Julio) Cortázar o con (Jorge Luis) Borges porque un poco eso se traslucía en sus libros", dijo.
Otro "colega" que lamento el deceso de Bolaño fue el escritor Jorge Edwards. El autor que recientemente publico Diálogos en un tejado, señaló "que lo veía de vez en cuando en Barcelona. Era un tipo difícil, reservado, solitario. Entre otras cosas, le tenía simpatía por eso. Era un escritor muy importante, con una imaginación muy desatada, fantástica, una fantasía muy original y un muy buen manejo del idioma. Habría podido llegar muy, muy lejos. Claro que aquí no se le reconocía su valor, lo que no es raro en Chile. Me da mucha pena que haya muerto".
Fuente: www.lanacion.cl
Antes de su muerte el chileno Roberto Bolaño entregó libro de relatos a su editor
Diario El Mercurio
Martes 15 de Julio de 2003, 08:16
BARCELONA, España.- El escritor chileno Roberto Bolaño, fallecido el lunes a los 50 años de edad, entregó un libro de relatos "magnífico" antes de ser hospitalizado para un transplante de hígado que no llegó, relató a la AFP su editor Jorge Herralde (Anagrama).
"El 30 de junio, Roberto (Bolaño) me entregó 'El gaucho insufrible', un libro de relatos magnífico, y esa misma noche fue ingresado en el Hospital del Valle Hebrón, donde falleció a la espera de un transplante de hígado", relató Herralde a la AFP.
"El Gaucho insufrible" debe su nombre a uno de los relatos que contiene el libro y que está dedicado al escritor argentino Rodrigo Fresán, "su gran amigo", añadió.
Herralde dijo que, "además de un gran amigo y un gran autor", el escritor chileno destacó por "su radicalización estética, ética y política". Para Bolaño, añadió, "la literatura estaba por encima de todas las cosas".
Murió Roberto Bolaño
Lunes 14 de Julio de 2003, 21:44
El Mercurio en Internet
SANTIAGO.- El destacado escritor chileno Roberto Bolaño falleció hoy a los cincuenta años, producto de una grave enfermedad hepática que padecía hace muchos años.
El autor murió en la ciudad de Barcelona a la 1:45 de esta madrugada (19:45 horas de Chile) luego de sufrir dos semanas de agonía.
Bolaño pasó sus últimos días en la localidad de Blanes, en la costa mediterránea de Cataluña, hasta donde se trasladó luego de residir en Chile, México y Estados Unidos.
Definido como un trotamundos, Bolaño hizo todo tipo de oficios. Hizo poesía y participó en política, lo que le valió su detención en 1973.
El escritor dejó más de una decena de novelas, entre las que destacan "Llamadas telefónicas, "Putas asesinas" y "Detectives salvajes". Ésta última consagró su reconocimiento de parte de la crítica y los lectores. Por ella recibió los premios Herralde de Novela y Rómulo Gallegos.
Bolaño no sólo remeció el ambiente literario chileno por sus obras, sino también por sus punzantes crónicas y entrevistas donde expuso, sin pelos en la lengua, su opinión sobre sus colegas, prodigando, por ejemplo, el calificativo de donositos a algunos de ellos.
El autor tuvo una vida errante. En su adolescencia, su familia se trasladó a México; regresó a Chile a participar en la experiencia de la Unidad Popular, fue detenido en Talcahuano y pocos meses después abandonó el país, rumbo a México, nuevamente, de donde saltó a Francia y posteriormente a España, donde se quedó. Regresó a Chile en 1997 para editar aquí "La pista de hielo".
Un centenar de familiares y amigos del escritor chileno Roberto Bolaño, que falleció ayer en Barcelona a los 50 años a causa de una enfermedad hepática, han despedido al escritor en una ceremonia laica en la que ha sido recordado como una persona radical y arriesgada, "un trapecista sin red".
El tanatorio del barrio barcelonés de Les Corts ha sido el escenario del último adiós a Bolaño, en un acto en el que los escritores Ignacio Echevarría y Rodrigo Fresán y su editor, Jorge Herralde, han leído unos emotivos textos en homenaje al autor chileno.
"No sé cómo hay escritores que creen en la inmortalidad literaria"
El argentino Rodrigo Fresán ha recordado con toques de humor algunos momentos de la vida y personalidad del escritor, un hombre a quien "le intrigaba y apasionaba Argentina", país en el que, decía, "hasta los escritores más pésimos saben escribir".
Revisando la última correspondencia por correo electrónico con Bolaño, Fresán ha encontrado un texto de su amigo que ha leído: "No sé como hay escritores que todavía creen en la inmortalidad literaria. Me dan ganas de abofetearlos para que reaccionen y salven su vida". "Era un escritor, pero también era un libro inmenso", ha dicho Fresán, quien ha asegurado que "para Roberto ser escritor no era una vocación, sino un modo de ser y de vivir la vida".
"Como Borges, Bolaño está en todas partes"
La obra de Bolaño, según Fresán, "seguirá vigente durante años porque como Borges, Bolaño está en todas partes". Ignacio Echevarría, para quien la muerte de su amigo representa una "pérdida irreparable para Chile", ha remarcado una cita del escritor: "Todo lo que empieza como comedia acaba como tragedia".
Por su parte, el editor Jorge Herralde, que no ha podido acabar el discurso a causa de la emoción, ha dicho que "en el último semestre de su vida ya aparecían indicios de una despedida implícita". El editor citó como ejemplos su asistencia hace tan sólo unos días a un encuentro de escritores latinoamericanos en Sevilla, o sus últimos viajes a París, Londres y Dublín, tras haber dado "varios plantones" anteriormente a los editores europeos.
Para Herralde, Bolaño era una "persona condenada al fracaso, un trapecista sin red", y de "radicalidad estética, ética y política".
Multiplicó sus publicaciones
Hace diez años, los médicos le diagnosticaron una enfermedad hepática y a partir de entonces escribió con mayor intensidad y multiplicó sus publicaciones. El autor de 'Los detectives salvajes', dice Herralde, "era un artista seriamente enfermo, pero había contagiado su salud estoica, altiva y desafiante en cuanto a su salud". 'Los perros románticos' (1994), 'Amuleto' (1999), 'Estrella distante' (1996) o 'Putas asesinas' (2001) son algunas de las obras que publicó en el último decenio, y en las que cultivó tanto la poesía como el relato corto y la novela.
Considerado uno de los escritores latinoamericanos más apreciados en España, Roberto Bolaño recibió en 1997 el Premio Internacional Ciudad de San Sebastián en la modalidad de cuentos en castellano por su obra 'Sensini'.
Su mayor reconocimiento, sin embargo, llegó en 1998, cuando obtuvo el Premio Herralde de novela por la obra 'Los detectives salvajes' (1998), obra con la que también obtuvo el XI Premio Internacional de Novela 'Rómulo Gallegos'.
Cinco novelas en una
Actualmente Bolaño trabajaba en su última novela, '2666', una ambiciosa obra inacabada de más de 1.000 páginas que tenía que ser publicada como una pentalogía, "cinco novelas que se leyeran de forma independiente". "Esta gran novela", ha comentado su editor, "fue creciendo con un tonelaje alarmante de cada vez más difícil manejo editorial". Un abatido Herralde ha asegurado que la muerte del escritor chileno ha sido uno de los momentos más duros de su trayectoria profesional.
"La muerte de Roberto Bolaño, junto a la de Martín Gaite, ha sido el mayor dolor en mi vida como editor", ha dicho el editor. Las cenizas de Bolaño, como él mismo quiso, se esparcirán al mar, cerca de la localidad gerundense de Blanes, dónde residía desde 1977.
martes, 15 de julio 2003
Fuente: elmundolibro.com, jueves, 17 de julio de 2003
FALLECIÓ POR UNA ENFERMEDAD HEPÁTICA
Un centenar de personas despide a Roberto Bolaño, "trapecista sin red"
EFE