Temia
Temía
estar solo, hasta que aprendí a quererme a mi
mismo.
Temía fracasar, hasta que me di cuenta
que únicamente fracaso si no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí,
hasta que me di cuenta de que de
todos modos opinarían de mí.
Temía que me rechazaran, hasta que
entendí que debía tener fe en mi mismo.
Temía al dolor, hasta que aprendí que
éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que
descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte, hasta que aprendí que
no es el final, sino más bien el comienzo.
Temía al odio, hasta que me di cuenta
que no es otra cosa más que ignorancia.
Temía al ridículo, hasta que aprendí
a reírme de mi mismo.
Temía hacerme viejo, hasta que
comprendí que ganaba sabiduría
día a día.
Temía al pasado, hasta que comprendí
que no podía herirme más.
Temía a la oscuridad, hasta que
vi la belleza de la luz de una estrella.
Temía al cambio, hasta que vi que
aún, la mariposa más hermosa
necesitaba pasar por una
metamorfosis antes de volar.
Hagamos que nuestras vidas
cada día tengan mas vida
y si nos
sentimos desfallecer
no olvidemos que al final
siempre hay algo más.
El amor ahuyenta el miedo y,
recíprocamente el miedo
ahuyenta al amor.
Y no sólo al amor el miedo expulsa;
también a la inteligencia, la bondad,
todo pensamiento de belleza y verdad,
y sólo queda la desesperación muda;
y al final, el miedo llega a expulsar
del hombre la humanidad
misma.
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