El
Ocaso
Siento el ocaso
en mis espaldas,
el frío de la
muerte lo siento en mi nuca,
ya se nubla mi
mente ya todo es gris,
de la luz
blanquisima sale una mano,
y alcanza la mía,
siento el aroma de mil rosas,
susurran mi
nombre,
siento mis labios
humedecidos,
abro mis ojos,
una lágrima tuya cae en mi rostro
quiero hablarte y
no puedo,
quisiera gritarte,
pero la luz me llama.
Abrazas mi cuerpo
a tu pecho...
Amor no llores,
siempre estaré
contigo,
seré la luz que
alumbre tu camino,
seré el ángel
que cuidará tus pasos,
ademas no estaras
sola,
he sembrado mi
semilla dentro de ti.
¿Tendra mis ojos,
mi pelo o mi sonrisa?
No lo sé...
solo sé que es
el fruto tan deseado...
de nuestro amor...
Michael
Castillo
Lajas,
Puerto Rico
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