Fue
mujer a los catorce años
cuando
el miedo era intenso
pero
menos que su deseo y ese tipo perverso,
cuando
sus quince los paso en un hospital
quitando
de su vientre a su primer hijo
que
quedo solo con su madre,
el
día que su padre los dejo en soledad.
Tenia
diecisiete años, cuando comenzó a trabajar
en
las calles de los barrios
callejones
oscuros, un turno en la indignidad,
le
pagaban su tarifa y la volvían a abandonar
desnuda
y sin abrigo en la noche invernal
mujer,
mujer de las calles
mujer
que entre muchos hombres
buscas
uno para amar
mujer,
mujer solitaria,
mujer
adolescente, madre en soledad
tan
bonita, con su minifalda, con su remera ajustada
alquilando
su cuerpo una noche más.
Su
pequeño y hablaba, sabia decir mama,
cumplió
los dieciocho, ya era mayor de edad
seguía
buscando un padre
para
su hijo que empezaba a preguntar,
respuestas
inconclusas y lagrimas para ocultar,
demasiados
fueron los cerdos
que
al saber su historia
cerraron
sus puertas y no la dejaron entrar
llego
a tener veinte años,
mil
trescientos hombres, que siempre pagaron
y
que a todos, ella quiso amar
y
un día determinado, encontró su pareja
su
niño tuvo papá
ella,
vive cada día alegre, su pasado ha borrado
Con
su marido a su lado, nunca mas fue a trabajar.
Sebastián
Veryegnassi
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