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RESEÑAS

"DESCARTES INCIERTO"

Juan Carlos Moreno Romo

Auriga No. 11. Revista de filosofía y cultura.

Enero-abril de 1995

UAQ. Facultad de Filosofía

Por Mauricio Ávila Barba

UAQ*

 

El tema "Descartes incierto" es abordado con la previa ¾ y muy somera¾ caracterización del concepto de certeza (en este caso, sinónimo de verdad), al cual, junto al concepto de "duda" (tal vez, el concepto central), se irán entretejiendo las reflexiones que proponen reconocer el estado de incertidumbre radical que sufrió Descartes.

La certeza, el "saber que..." del hombre práctico, aludiendo aquí en cierta medida al realismo ingenuo de Moore, trata de ser ubicada en su "justo" nivel: el agua calma la sed, el fuego quema... No es que el filósofo ¾ el que "ve" el verdadero rostro de la filosofía¾ no conozca tales certezas; aquí se habla de una muy distinta: es la certeza que busca ¾ más con un trasfondo religioso que intelectual, aludiendo a Husserl¾ aquel que se ha asomado a la certidumbre que inhiere a la existencia humana; aquí las certezas del hombre práctico se tornan meras ilusiones. La búsqueda de la certeza se propone ¾ con Husserl¾ como el más íntimo motor del pensamiento occidental.

El pensamiento cartesiano mostrado en el Discurso del método pretende ser un "ojo" que le ve el verdadero rostro a la filosofía; muestra, cómo Descartes descubre y enfrenta la radical incertidumbre de la existencia. El desprendimiento cartesiano de toda certeza; nombradas como, costumbres, juicios del vulgo, de doctos, inclinaciones precipitadas; trata de ser mostrado más allá de su carácter retórico para sugerirnos y dejarnos entre ver el carácter radical de la duda. ¾ ya que el texto cartesiano, pareciera, sólo ofrece un "cuadro" final que salta o atenúa "el período de angustia existencial".

La duda cartesiana parece mostrarse como algo inevitable en el mismo Descartes, se sostiene que inclusive él mismo hubiera preferido permanecer al abrigo de su "casa común". Dado lo peligroso de la duda y del camino al que ésta nos arroja, la incertidumbre es abordada solamente desde un terreno epistemológico; de este modo, se propone, tal duda no se convertirá aquí como el "salvavidas" en el naufragio de la duda epistemológica. Se nos advierte que este "salvavidas" no atenúa lo radical y doloroso de la duda metódica cartesiana. El parisino, que gozaba de los muy incitantes y variados placeres ¾ se advierte¾ nunca pudo sustraerse a su naturaleza meditabunda, profunda. Ante los reproches de Pascal, Kierkegaard y Jaspers, acerca de la radicalidad de la duda, se nos ofrece un recorrido "bibliográfico" cartesiano con el fin de señalar pasajes de su vida, incluso, tres importantes sueños que, en palabras del propio Descartes, son decisivos en la realización su empresa; que hacen evidente el afán de búsqueda, su incertidumbre y decisión de recomenzar por él mismo su búsqueda intensa de la certeza.

El texto Descartes incierto, nombra a esta radical duda, como un previo al puesto donde Descartes habrá de llegar. El texto sugiere con Descartes, que la duda no debe llegar a un mero escepticismo, el quedarse flotando en la "nada": La actitud del texto siempre remite a un acto heroico, la duda es un acto prometéico que continúa hasta la búsqueda de la posibilidad de una ciencia "admirable", que no sólo atienda a los problemas que tuviesen que ver con la proporción o la cantidad; como en cierto modo lo hace la idea de combinar el álgebra y la geometría o bien la mathesis universalis. El texto sugiere que el método cartesiano de algún modo ya estaba en el Discurso del método como el horizonte que capta la dimensión metafísica del problema y proporciona los cimientos desde los cuales es posible afianzarse; esto se constituye como el puerto al que ha de arribar Descartes. Ahora sabemos, que desde la lectura de muchos esto se logró, pero, para lo que ahora el texto atiende, quizá esto no tenga tanta importancia. Lo que parece querer resaltar el texto, cuando habla de los sucesos existenciales y de los problemas teóricos a su alrededor, si bien, atienden a un teórico que empeña sus esfuerzos en dar una justificación y sustento a sus consideraciones, en este momento quiere resaltar, como en todo el texto trata de mostrarse, el estado de plena incertidumbre de Descartes. El método cartesiano, que posibilita salir victorioso del naufragio epistemológico, era sólo una posibilidad, un naufragio, del cual ni el mismo Descartes sabía si podría salir a flote.

 

*Universidad Autónoma de Querétaro.

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