DIME SEÑORA LUNA, DIME SEÑOR SOL
Buenas noches señora Luna, buenos días señor Sol,
gracias por dejarme ser el guardian de sus días y sus noches,
y poder cuidar sus sueños y despertares,
disfrutar su aroma soñoliento en mi alcoba
y sentir su calido aliento en mi almohada.
Nunca imaginé llegar a este precioso momento,
cuando sus pupilas penetren las mías
y en su surrurar oiga un te amo,
y dibujada en su rostro una lágrima de gozo
por haber soltado palomas blancas de su alma.
Compartiremos el mismo anhelo bajo una noche estrellada
y por donde ande seguiré sus pasos
porque llevará prendada en su vientre la semilla que mi cuerpo abriga.
Qué lejos han quedado esas ingratas golondrinas
que una vez agobiaron mi existencia,
las curé y un día les di alas,
y no volvieron… esas ingratas.
Dime señora Luna, dime señor Sol,
¿por qué le di mi abrigo en una noche de frío?
¿por qué su amor inspira mi corazón de poeta?,
¿por qué su amor me basta y sobra en las noches de vigilia?,
¿por qué su amor es mi flor de cada día?,
¿por qué la quiero noche y día?,
¿por qué su amor es el centro de mi vida?,
dime señora Luna, dime señor Sol…
¿por qué?
Autor: Roberto I. Salame
Cancion: Para Elisa