CUESTIONES DE ESCUELA
escuela es el nombre dado por Lacan a uno de los lugares
privilegiados de puesta en juego del lazo entre analistas. No hace sólo a
aquello que tiene que ver con una intitución. El psicoanálisis es ante todo un
acto. y la escuela otro de los puntos donde poner a prueba si se puede ir más
allá del simulacro en el que han terminado por convertirse las instituciones
lacanianas y freudianas, animadas sólo por lo que anima a cualquier institución:
poder, dinero, prestigio. Los brillos de estos han terminado por opacar todo lo
referente a las cuestiones doctrinales o clínicas.
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Primera parte de la presentación publicada en POUBELLICATION N°8 LAS CUESTIONES DE ESCUELA Y EL DISCURSO DEL PSICOANALISIS PRESENTACION DE POUBELLICATION 6/7
PRIMERA INTERVENCIÓN: MARTA ITURRIZA
En Poubellication en varias oportunidades en forma de actas de
reuniones dedicadas a cuestiones de escuela han ido apareciendo notas,
reflexiones en torno a esto. Nos sentimos concernidos como analistas y nos
parece además que es una cuestión que concierne a los analistas más allá de la
inclusión en una Institución, o de una Institución que además se llame escuela.
¿Qué es lo que nos concierne? Como para empezar a hablar podríamos decir que
como punto de partida nos concierne lo que Lacan presentó como Proposición, lo
que dió en llamar "Proposición de octubre de 1967 sobre el analista de la
Ecole". Que consiste en que la modalidad del lazo entre analistas esté en
relación al discurso del psicoanálisis o al menos que no sea sin relación a él;
que el psicoanálisis en extensión, su incidencia pública tenga sus raíces en la
experiencia analítica. ¿Que podríamos decir de esto en Buenos Aires? Comenzaré
diciendo que en Buenos Aires la enseñanza de Lacan y su Proposición de escuela
'mordió' a Oscar Masotta , quien 'contagió' a su vez de psicoanálisis lacaniano.
Esa operación de transmisión del psicoanálisis en castellano recibió el nombre
Oscar Masotta. En el texto de la convocatoria a esta reunión uds. habrán visto
que aparece así "nombre Oscar Masotta" y no "el nombre de Oscar Masotta", porque
nos parece que este nombre, Oscar Masotta, nombra una operación discursiva que
va más allá del Sr. Masotta. Me parece también que otra cosa para destacar, al
comenzar a hablar de la cuestión es que esa introducción del psicoanálisis
lacaniano la realiza enseñando Freud. Abriendo de un modo nuevo los textos de
Freud. De modo que me parece que esa es una marca de nuestra entrada a Lacan,
ella ha sido con Freud. Aunque sería interesante también rastrear los distintos
momentos de la relación con los textos, los distintos momentos de lectura de
Lacan y de la relectura de Freud. Hablando de estas cuestiones en parte en la
perspectiva de realizar esta reunión, se me presentaba el hecho de que la
Proposición de Lacan de hacer escuela tiene que ver con poner al analista en
relación a un límite. Porque quizas escuela sea el nombre de un límite más que
el nombre de una Institución que se nombre como tal. Quizas es el nombre del
resultado de un acto que sólo a posteriori se podrá ubicar si puede llamarse de
escuela. Por eso entiendo que este término de escuela nombra algo siempre
pendiente, siempre en riesgo, que no se agota con la pertenencia a una escuela
concreta, a una Institución. Me parece que la cuestión escuela introduce siempre
una pregunta sobre distintas cuestiones. O al menos la formula, por ejemplo,
sobre la enseñanza, sobre el tratamiento de la clínica, sobre la autorización.
Formula la pregunta de tan otro modo que, creo, conecta con tener que vérselas
con un límite. Es lo que hizo Masotta leyendo con Lacan a Freud atendiendo a las
torsiones del texto. No voy a ser exhaustiva pero me parece que lo que les decía
acerca de que la Proposición de Lacan respecto a una escuela formula una
pregunta diferente, pone bajo pregunta la cuestión de la enseñanza. Fuerza
decisiones por ejemplo respecto a cómo se ordena esto en una escuela , por
ejemplo ¿se hablará allí de primer año,de segundo, etc?. ¿Cómo se considera el
pasaje por esas instancias, por años?. ¿Qué quiere decir esto? ¿Que el que hizo
primer año ya está?, ¿Cuándo ya está? Porque si es un cuerpo de saber el que se
administra entonces quizas esta pregunta tenga lugar de otro modo. Pero cómo no
hacerse esta pregunta si no se trata de impartir conocimientos, ya que en el
psicoanálisis hay algo que permanentemente socava el saber. Entiendo que también
interroga la clínica, por ejemplo ¿Qué se considera hablar de la clínica?¿Es
hablar de los pacientes? ¿Cómo hablar de un análisis? Introduce una pregunta
respecto a la autorización ¿Cómo se evalúa quien está en condiciones de
analizar? ¿A quien confiamos tal autorización? ¿A una instancia burocrática? En
ese caso ¿la confiaríamos a aquellos que por su habilidad en la negociación
política saben acceder e instalarse en los lugares de poder?. En la Proposición
Lacan decía que en ese tipo de Sociedades lo que él llamaba las Nulidades son
los que tienden a instalarse en esos lugares en las asociaciones profesionales.
Entonces ¿En manos de quién poner o por qué resortes tratar la autorización?
¿Ponerla en manos del Estado? Otra instancia donde se pone en juego algo del
orden de esto que presentaba como del orden del trabajo en relación a un borde,
a un límite. Por ejemplo en relación a la decisión de publicar: ¿qué cosas
publicar? ¿Cómo decidir eso? ¿Se trata de publicar "democráticamente" todo? ¿O
se trata de la decisión de algún criterio que recorte, que defina lo publicable?
Esto es del orden de una decisión. Creo que en principio la Proposición de Lacan
nos pone en relación a estas cuestiones. Con esto pasaría el micrófono, luego
podríamos retomar estas u otras cuestiones y enfoques.
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SEGUNDA INTERVENCIÓN: CELIA NUSIMOVICH
Imaginemos un diálogo entre analistas: "me decís
que sos lacaniano para que yo crea que sos freudiano cuando en verdad sos
lacaniano, por qué mentís?". Creo que semejante diálogo, quiza un tanto
vergonzante, no es impensable. Entre otras cosas habla de cómo la cuestión, en
el sentido fuerte del término cuestión, de la relación Freud/ Lacan nos alcanza
a cada paso. Tambien creo que las "versiones" que los analistas damos de la
relación Freud/ Lacan son un síntoma saludable con el cual resistimos al
malestar del psicoanálisis hoy. Claro que hay versiones dignas y versiones
canallas, no es eso lo que aquí me interesa destacar. Creo que la relación
Freud/ Lacan es un síntoma de la trasmisión; que interrogarse por la cuestión de
la relación es la manera de localizarse en la lógica del intervalo, en la serie
filiatoria, y que si el padre es un operador estructural es porque no hace uno;
quiero decir que la respuesta que esta cuestión encuentra dice de la relación,
transferencial, que ese que responde mantiene con esos nombres que lo inscriben
en la serie; inscripción, la del nombre, que deja un resto que sigue causando la
insistencia de la pregunta. Tambien es cierto que si a más de uno se le ha
ocurrido pensar que la consigna del retorno a Freud fue una estratagema de Lacan
para hacer pasar su enseñanza es porque se supone que, contrariamente a lo que
ese diálogo imaginado permite hacer oir, cuando Lacan mentía, porque era Lacan,
mentía de verdad. Pero dejemosle a "la Roudinesco", no es la primera ni será la
última, contar la historia en términos de los intereses del yo. La historia de
la que formamos parte, sin que eso nos absuelva de la responsabilidad de
pensarla, está tejida con amor, con odio y con ignorancia , no reneguemos de la
pasión que supone la transferencia pero si se trata del obstáculo es porque ahí
tiene que intervenir la función de la interpretación. Entonces, quiza, tal vez,
una interpretación posible....Freud escribe la "Historia del .Movimiento
Psicoanalítico" en el momento en que se ha encontrado con "Totem y Tabú", con el
análisis del hombre de los lobos, con un límite para la escritura de la
historia. Localizar el límite de la historia es la condición por la cual puede
empezar a escribir alguna historia. Localizar el límite de la historia es
tambien condición para argumentar que la transf y la resistencia configuran el
campo de la experiencia analítica, son el modo en que ese límite, no alcanzado
por la historia, es leído por Freud como silencio que se hace oír y causa de la
producción teórica, de la metapsicología del psicoanálisis, de "nuestra
mitología", como gustaba llamarla Freud. En esa continuación de la "Historia del
Movimiento Psicoanalítico" que es "Psicología de las masas....." en donde
analiza esas hordas históricas que son las instituciones, Freud declara que,
despues de 30 años lo sigue causando alcanzar la fundamentación del orígen y la
naturaleza de la autoridad sugestiva, explicar "la persistencia de la necesidad
religiosa y el amor filial, siempre despierto e insatisfecho". Porque ha
introducido el narcisismo en la teoría de la libido la pieza de su argumentación
es la construcción de la teoría de la identificación. Pero como la
identificación no va de suyo, no es natural y, además, es precaria, cuarenta
años más tarde Lacan "renueva el pacto".... y plantea que los analistas han
equiparado la magia de la sugestión, la sugestión como palabra mágica que todo
lo explica con otra palabra mágica, la identificación, que sirve para explicar
todo y que, sin embargo no ha sido interrogada. Desconoce Lacan la teoría de la
identificación de Freud?, la considera insuficiente? la supera? .No, la lee, es
decir, la interpreta, es decir, produce otra nueva; pero a partir de ahí la
teoría de la identificación que Freud articuló, ya no es lo que era antes de la
lectura de Lacan. Hubiera podido elegir otro lugar para señalar la misma
operación pero me interesa recortar que es la preocupación de Freud por
argumentar la diferencia entre transferencia y sugestión la que lo lleva a
producir la teoría de la identificación. Y es en ese surco que Lacan empieza a
construir su teoría de la letra, del objeto a. Entonces, quiza, tal vez, otra
interpretación posible....es frecuente oir que "aprendimos con Lacan a leer a
Freud" y que lo que está en espera es una lectura de la obra de Lacan. Me parece
que si la lectura de Freud está orientada por la operación que Lacan hizo
posible esa operación no es un resultado, el establecimiento del texto de Freud;
sería volver a clausurarlo ; tampoco se trata de la lectura infinita, siempre
posible, interminable; ni el placer de la literatura ni la devoción de la
religión. Se trata de que, para leer a Freud, contamos con la lectura de Lacan
pero con una ventaja sobre Lacan: no somos Lacan, podemos disponer de la lectura
de Lacan para leer a Freud, para leer a Lacan. Pero poder disponer de la lectura
de Lacan para leer a Freud, para leer a Lacan, implica pasar por la experiencia
de ciertas preguntas; por ejemplo, cuál es, para decirlo con las palabras de
Guillermo Koop, "el ojo de la lectura en psicoanálisis"?. Cuál es "la densidad
figurativa" que adquiere en nuestra posible lectura el texto de Freud una vez
que ha pasado por la lectura que constituye el texto de Lacan?. Creo que para
poder leer hay que desviar la mirada del ojo de Freud, del ojo de Lacan. La
cuestión de la relación Freud/ Lacan es, a partir de ahí, un modo de interrogar
la relación del psicoanálisis con la lectura y con la escritura; es un modo de
interrogar el lugar de la política en la trasmisión del psicoanálisis. Si lo que
trasmite es el estilo y el estilo obedece a las inflexiones de la lengua, que
lugar hace la situación del psis en 1997 a las incidencias de la lengua?. Cuál
es la política del psicoanálisis en relación a la "impronta globalizante" de una
política de mercados mundiales?. Cuál es la responsabilidad del analista
respecto de la mundialización y la mundanización del discurso del psicoanalisis
actual? . Creo que estas preguntas que hoy nos reúnen, y me parece auspicioso
que sean preguntas las que convocan a una reunión de analistas, creo que esas
preguntas tienen para nosotros una historia en la cual el nombre de Oscar
Masotta hace oir diversas resonancias. Por ejemplo, acerca de la relación del
psicoanálisis con la escritura: leamos lo que escribe Masotta: "...lo que hace
un libro de un libro es el hecho de su impresión más su diferencia con otros
libros. He aquí un ejemplar raro de esa ave vulgar, lector.Todo aquí es
diferencia.Un autor sospechoso que escribe sobre temas de psicoanálisis sin ser
un psicoanalista, un libro escrito en el español del Río de la Plata y que no
intercambia casi una palabra con otros libros sobre el tema escritos en el mismo
español, un texto que repite y transforma el texto de un autor europeo sin dejar
de avisar al lector que ahí donde repite tal vez traiciona y que ahí donde
transforma no es sino porque quiere repetir. Se trataba de Lacan. El pasado de
este imperfecto español no es gratuito.Un instante más y la bomba estallaba.
Estalló o no estalló?.Por poco." Esto escribe Masotta en la introducción a la
"Introducción a la lectura de Lacan". Se trataba, en ese entonces, de Masotta y
habría que agregar: "el pasado de ese imperfecto español", de ese porteño, el
estilo de Masotta, "no fue gratuito". Me parece que la cuestión, y otra vez, en
el sentido fuerte del término cuestión, de la función escuela es inseparable de
"la versión" del lugar que tuvo Masotta en la entrada del texto de Lacan en
Buenos Aires: insistamos, leamos lo que Masotta escribe al respecto: "La obra de
Lacan, que induce una interpretación precisa y una lectura dura de los textos de
Freud, al concederle su verdadera dimensión, y si facilita el proyecto no
resuelve la tarea". Quiero decir que el análisis de la función escuela no está
fuera de la experiencia histórica, de los avatares y las consecuencias políticas
de la experiencia histórica; que la Proposición hay que leerla en relación a la
disolución; y que la fundación que hace Masotta de la Escuela Freudiana de
Buenos Aires en 1974 no es ajena a lo que ahí se produjo; que los efectos de lo
que ahí se produjo han funcionado como trasmisión que nos alcanza, todavía, a
cada uno, al margen de que hayamos participado en ese entonces de esa
experiencia. Es cierto que, despues de Freud, Lacan es el primero en pensar la
cuestión de la formación y de la trasmisión, es el primero en pensar otra
institución, diferente que la que ordenó Freud; pero que se trate de otra, quiza
quiere decir que se trata de aplicarle a la formación y a la trasmisión los
principios que gobiernan la técnica, otra vez, entonces, que la transferencia
con Lacan, necesaria pero no suficiente, sea la vía que nos hace lugar a una
lectura de Lacan, a una interpretación del texto de Lacan. En ese sentido me
parece que cuando se afirma que no hay lectura de Lacan se está denunciando una
práctica reproductiva, religiosa, doctrinaria de la lectura que coincido que es
lo que más abunda; pero no estoy de acuerdo sin embargo en que no hay lectura,
interrogación, interpretación del texto de Lacan; quiza no hay transferencia con
esa lectura de Lacan que sí hay; y no es esta, tal vez una condición
privilegiada, una lectura que puede avanzar al resguardo de los efectos de la
demanda de amor?. Plantear que no hay lectura de Lacan nos condena a esperar la
llegada de un nuevo mesías. Masotta enseña que cualquiera que sea la cuestión
que Freud está tratando siempre se trata de que está pensando la transferencia.
Cómo sabe Masotta lo que Freud está pensando?. Así, cuando lee a Lacan, Masotta
escribe que el seminario es la escena donde Lacan "pudo y quiso" " poner en vilo
el lugar del analista".Me parece que la lectura de Masotta está orientada por la
localización de la cuestión del deseo del analista y esa es quiza una de las
razones de que la lectura de Masotta haya consistido en la puesta en acto de una
política, haya tenido el efecto, la incidencia, la eficacia de sacudir una
práctica que parecía darle la razón a la afanisis de Jones. En "El modelo
pulsional" comenta "la capacidad de Freud para pensar objetos teóricos
inquietantes" pero él llega al psicoanálisis despues de un recorrido intelectual
por la filosofía y la crítica literaria; no me refiero a su erudición en estas
cuestiones; me refiero a que, si actualmente, somos más, muchos más, los
analistas lacanianos que hace 20/25 años, la figura que casi ha desaparecido y
que Masotta sostenía holgadamente es la figura del intelectual; es la pasión de
Masotta, "necesariamente crítica, inevitablemente polémica, de pensar" la que
volvía inquietantes los objetos teóricos que pensaba. Las intervenciones de
Masotta en la escena cultural argentina han sido siempre políticas, si por
política entendemos no miembro de un partido o de una institución sino un modo
de intervenir interpelando los discursos consagrados en la polis;en sus
palabras: "una cierta manera nueva de plantear las dificultades". De sus clases
decía que eran de su audiencia y tambien decía que no tenía alumnos; me parece
que testimonia así de la puesta en acto de una política que consiste en
interpretar la función del maestro. Inherencia entonces de la política del
psicoanálisis con el acto analítico, diferencia con una política que confunde
trasmisión con reclutamiento, diferencia con otra política que confunde
trasmisión con clonación. Con esa trasmisión, la de Oscar Masotta, cada uno hizo
diferentes cosas pero, insisto, creo que no se puede analizar la escena del
lacanismo hoy en Buenos Aires sin tener en cuenta ese pecado original, el deseo
de Masotta. Localizar el deseo de Masotta como pecado original, entronización
del dios del Averno que no va acompañada de su interrogación, tal vez permita
advertir que pienso que no se trata, con el nombre de Masotta, de una referencia
a la infancia del lacanismo en Buenos Aires así como el nombre de Freud no dice
de una infancia del psicoanálisis hoy ya superada. Si la historia no es una
genealogía evolutiva, sino el modo de inscribirse un sujeto en la serie
filiatoria, la historia entonces implica, es efecto de la función de la
escritura y de lo que causa la letra. Se trata, otra vez, de cómo cada uno queda
localizado, por su enunciación del relato de la historia del psicoanálisis, en
el intervalo que la cadena de los nombres ordena. Para concluir, dada la
cuestión de la situación del psicoanálisis y la formación del analista en 1997,
en Buenos Aires, quiza una pregunta es: qué testimonios hay ahí, en la
localización de esa cuestión, que hagan oir un retorno de la cosa freudiana.
Celia Nusimovich 5 de junio de 1997
ADRIAN ORTIZ: La gente de la librería nos
pide que no fumemos, quizas sea mas fácil no fumar en la obscuridad. (Risas).
INTERVENCION NUMERO 3:
MARIO BETTEO BARBERIS
Bueno,creo que el clima mas
distendido que produce un chiste favorece la prosecución de un diálogo. Al no
contar con tiempo suficiente como para desarrollar una argumentación razonada
para abordar las cuestiones que hacen a esta presentación, decidí que me parecía
mas pertinente enumerar algunas estrechas constataciones que estuve haciendo
frente a la lectura de un texto, mas bien de un documento, que toca de lleno la
cuestión de la invitación de hoy. Se trata de la presentación que hiciera Oscar
Masotta ante Lacan y la Ecole Freudienne de Paris, de la Escuela Freudiana de
Buenos Aires en 1975. Cuando me invitaron a participar de este panel, en un
principio encontré que no consideraba que pudiera venir a decir algo que
"calzara" respecto a las cuestiones de escuela; es una posición. Pienso que las
cuestiones de escuela y el examen de lo que se llama función escuela, toca un
ámbito que no es ni público ni privado, sino ante algunos o alguno , donde cada
quien pueda colocar esa cuestión, y yo la coloco en la escuela a la que
pertenezco. Entonces, la cuestión de escuela no me parece que sea para discutir
o argumentar en un lugar público. Sería una cosa abusiva hablar de esto por mi
parte. Ahora bien, cuando leí la argumentación de este encuentro, leí allí algo
que era una pregunta de escuela, un proble-ma de escuela. Y consideré que eso sí
me "calzaba".Ese fue un buen aire, el cual me hizo dirigirme con franco interés
a participar. ¿A qué llamo una pregunta de escuela que "calza"? Quienes hablaron
antes de mí subrayaron, cada uno a su manera, cuestiones que tenían que ver con
la llamada introducción de Lacan en Buenos Aires. Y una pregunta de escuela
requiere una respuesta de escuela...ya que es una pregunta muy delicada. En el
argumento se sostiene que "el examen de la función escuela en el campo del
psicoanálisis supone ante todo la consideración de una acción que lleva el
nombre Oscar Masotta. Y con ella la introducción de la enseñanza de Lacan en
Buenos Aires ,con sus resonancias y consecuencias, entonces y hoy. [...] ¿Cuánto
de las particularidades e imposibilidades del fallido o nunca desarrollado
estatuto de la cuestión, en el pasado y hoy, se deben a la misma?"Esa pregunta,
es una pregunta fuerte y al mismo tiempo responsable, en el sentido que toma
nota de algo que no se puede dejar de lado y que es esto: ¿qué queremos decir
cuando hablamos de la "introducción de Lacan en Buenos Aires"? ¿A qué llamamos
con esto? ¿Que considera Poubellication en este caso, cuando dice " acción que
lleva el nombre Oscar Masotta"? Se me ocurrió plantearlo de este modo, para
prolongar y acompañar a esta pregunta, considerando que primero, antes de hablar
de una cuestión de escuela, existe una suposición que tenemos que tomarla como
tal. Y en segundo lugar, en lugar de acción, yo diría problema: el problema que
lleva el nombre Oscar Masotta. Porque si no planteamos las cuestiones desde este
punto de vista, estamos en un problema sin salida. Y para mí, problema quiere
decir, algo que se presenta como un obs-táculo pero que al mismo tiempo, a ese
obstáculo no lo podemos dejar pasar de largo ni superar, ni nada que se le
parezca sin ir hacia él y leer el problema. La figura de Oscar Masotta es una
figura muy compleja, muy difícil de aprehender. Es mas, diría - a mí me pasa
eso- es una figura huidiza, totalmente huidiza. desde el momento que plantea al
psicoanálisis al resguardo de la falta. Por ello es realmente importante
considerarlo, por eso aplaudo por decirlo así que Poubellication haya tomado el
riesgo de plan-tear las cosas de esa manera e invitar a este panel. Cuando hablo
de estrechas consideraciones es porque me ocurrió que hace pocos días,
preparando esta breve intervención, me tropecé con un libro recientemente
editado en Buenos Aires, un libro acerca de Masotta que se llama "Puzzle
Masotta", escrito por Rosangela Andrade de Rodriguez. En ese li-bro, que es muy
interesante, no tanto por los ejercicios de teorización que se hacen, sino por
las entrevistas que logró realizar con analistas y con figuras de la
intelectualidad de la época de la época en que Masotta realizaba su enseñanza
por acá y que, al ponerlos en consideración pública, hace que eso deje de ser un
corrillo o un chisme,para pasar a ser de orden público, en el sentido que
cualquiera puede intervenir sobre eso. Y en relación a la lectura que hiciera
Masotta en Paris, me encontré con una ocurrencia que cuenta Raúl Sciarreta,
acerca de la manera en que Masotta planteó las cosas en Paris, diciendo algo que
nunca yo había leído: que Masotta fue a Paris, propuso y al mismo tiempo fue
invitado para que hiciera esa exposición ante la Ecole y ante Lacan, pero que
fue la única vez que él se encontró con Lacan. Y que en dicho encuentro previo a
que diera la charla, Masotta le habría dado el escrito que llevaba a Lacan y que
es el texto que hoy pue-de leerse. Y que Lacan lo leyó y frente a Masotta le
habría di-cho: "Pero Ud no hace otra cosa que hablar de usted mismo". Lo que
dice Sciarreta al respecto es que Masotta no supo muy bien qué responder a esto
y que habría ido a la noche al hotel y con la máquina de escribir habría tratado
de modificar esta propuesta, ese discurso y que no le salía nada.Obviamente no
salía nada, imposible hacerle modificaciones ya que era justamente esa propuesta
la que lo llevaba a Paris. ¿Cómo modificarla en una noche? ¿Que propuesta sería
la que él llevaba? Modificarla era desdibujar las razones que lo llevaron a
decir ante Lacan y la Ecole Freudienne acerca de la constitución de lo que él
llamó una homónima. Y justamente hay allí una equi-vocación ya que un homónimo
viene a ser un mismo nombre por-tado por dos cuerpos distintos. El nombre
Escuela Freudiana de Buenos Aires resulta otro nombre tanto por cuestiones de
len-gua como de localización (entre otras). La cuestión es que el día siguiente
lee ese texto tal como lo traía de las costas de Buenos Aires. Aquí Sciarreta
dice que con esto se confirmaría que Masotta no tenía transferencia con Lacan, y
que sí tenía transferencia a los textos. ¿Se puede sacar esa conclusión? ¿De que
se habla cuando se habla de transferencia hacia los textos? ¿Un texto puede ser
soporte de una suposición de saber? Digamos que sí puede ser soporte de un
cierto saber. Entonces, porque no proponer que en el momento que Masotta va y
presenta el texto, va con su persona a cuestas y Lacan al decirle "Ud no hace
otra cosa que hablar de usted mismo", eso no bastó para encauzar las cosas. Hay
algo de parte de Lacan que no respondió. Lacan , como se comprueba en otros
casos, no se hizo cargo de esa carga transferencial que llamaríamos una demanda.
Se sabe por otra parte que Masotta después pasó por Paris y quiso invitar a
Lacan para que viniera a la Argentina y Lacan nunca vino. Tampoco aceptó en ese
entonces Safouan y así se diluyó algo que podría haber dado otra punta en lo que
atañe a la introducción del psicoanálisis lacaniano. Y es esta una de las cosas
que él plantea en ese discurso. No parece haberse leído que él consideraba una
condena el hecho de no haber pasado por un análisis. ¿Porque no tomar en serio,
a la letra, esto que decía? Podríamos considerar que Oscar Masotta fuera
discípulo de Lacan? Pareciera que no. Ni de Lacan ni de Freud, pero sí un
lector. Comparto algo que escuché hace un rato en una intervención, acerca de
que la figura de Masotta encaja en el campo de la intelectualidad. No estoy para
nada seguro de que a Masotta se lo buscara a título de analista. Favorecería
que pudié-semos hablar en esta reunión, y mas adelante con aquellos que sí
tuvieron un trato directo con él, para investigar si en ese momento en la
Argentina, a Masotta se lo tomaba como analista. Creo que se lo tomaba como un
fundador; y él también se tomaba como tal. Y esa es una palabra fuerte, la de
fundador. Cuando se habla del pecado original, del deseo de Masotta como pecado
original, hay allí algo que interrogar. Ya que si no nos detenemos en ese
punto, me parece que se nos pierde todo el costado de transferencia que sobre
la figura y el nombre de Masotta recayó y que me parece es algo que está aún
pendien-te. Habría quedado una deuda en el aire, en términos de que si esa
trans-ferencia existió, y se nota que existió, y existe aún hoy, ¿que pasó?
Seguramente hubieron razones estructurales que hicieron que no pudiera recibir
esas transferencias y darle curso con su cuerpo. Frente a lo limitado del
tiempo con que cuento, me limitaré a enumerar una o dos cosas mas. Otro punto
de esta conferencia me lleva a plantear lo siguiente. ¿Porque no se discute a
fondo el hecho de que en esos estatutos que configuraron la fundación de la
EFBA, y que configuraron aquello que Poubellication dice serían "las
particularidades e imposibili-dades del fallido o nunca desarrollado estatuto de
la cuestión escuela" se dijera en aquel entonces que se trataba de un problema
de autoformación el del analista? Creo que estamos dando vueltas alrededor de u
problema que es central y que es la cuestión del origen. Hay un punto de origen
que se escabulle a la intervención, en el sentido de poder decir algo sobre
eso, no para explicarlo, sino para decir algo. Esto de que habría en el inicio
de la constitución de la escuela - por eso es que la función escuela es lo que
convoca acá- una cuestión que se denominaba autoformación. Es un problema serio
que quedó cubierto por la fuerte figura de Masotta, o sea, queda a resguardo,
resguarda estos puntos y otros que merecen nuestra atención y un exhaustivo
análisis.
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