El 1er Paso: Mapocho
El comienzo, o como por ahí sale escrito: la caleta humilde y con olor a pescao' fresco; eso es Mapocho, un buen comienzo para los que empiezan a conocer este submundo que se mueve a medialuz, y que atrae como la miel a las moscas.
El ambiente ya lo dice todo, y permite pronosticar con qué uno se encontrará; una hilera de taxis con sus dueños pasaos' a copete en una vereda protegida por unos árboles que han visto más que cualquier cristiano. Son 3 ó 4 los topless que nos ofrece este paisaje del centro de esta capital, un "anfitrión" ofrece entrar por precios que ululan entre las 5 y 6 gambetas.
Prepárese sobre todo si va de día, pues la profunda oscuridad lo puede confundir, ya una vez que los ojos evolucionan, y sentado en una orilla aparecen poco a poco los rincones que van a ser disfrutados durante las próximas horas. Ahí esta una realidad para muchos lejana, pero para más que a muchos conocida y reconocida hasta el vicio.
Bueno, poner más sería como tratar de describir un olor con letras; ahí estará el que se espanta y quiere correr y estar en su casa, por eso si se va, se va preparado y convencido, pues si no, lo más probable es que se quede en la vereda dando vueltas, hasta que la paranoia y el ridículo lo hagan escapar hacia el metro o quizás hacia el mercao'.
Si no se ubica muy bien geográficamente váyase hasta la estación mapocho (metro cal y canto), párese mirando hacia el mercado y empiece a girar en su puesto hacia la derecha, hasta que se encuentre con esa cuadra hija de un edificio antiguo y mal cuidado, que cobija a una serie de taxis. Una referencia importante puede ser un Blockbuster que está en la esquina de dicha cuadra.
Si ya has tenido el placer o suerte, o en una de esas, desgracia de haber ido pa' allá, por favor cuéntanos de tu experiencia al mail (la podemos publicar):
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