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El Reencuentro V

-Una sombra entre los... esccombros... ¿es mi imaginación? -se dijo una chica entre los restos del cine que seguía en llamas. No se podía mover, un asiento la había aprisionado por la cintura y otro más oprimía sus piernas. Tenía la cara con varias cortadas, un brazo al parecer roto y no se podía mover.


-¡Ja, ja! Eh, Trunks, que fue un plan super pro... bastante divertido... -repetía Kenji, demasiado inmiscuido en decir esa frase como para darse cuenta de lo que sucedía alrededor de él.

-¡Ya cálmate Kenji! Estoy de acuerdo con que fue muy divert... -Trunks cayó al suelo junto con sus amigos, quedando un poco aturdidos todos.

Trunks alzó la mirada y no vió a nadie... ¿Había sido él mismo? ¿O su padre? ¿O...? ¡¿Quién diablos pudo haber sido?! Estas preguntas volaban alrededor de la mente de Trunks, era imposible pasarlas por alto... si algo les hubiera pasado a él y sus amigos... No, no podía ser... Goten no se hubiera arriesgado por esa estúpida... No podía ser... No podía... ¡Era imposible que por una tipa tan vil y despreciable su amigo se sacrificara, aún cuando tuviera el amor puro e inocente, totalmente incondicional de Paris!

-¡Goteeen......! ¡¡Nooooo.....!! -gritó Trunks desesperadamente, marchando al cine en llamas aún a buscar a su amigo.

Mientras tanto, Goten, bastante asustado y confuso por cómo se había portado Trunks, entró en el cine. Pensaba en su amigo, en cómo había logrado caer tan bajo como para poder hacer una acción tan despreciable: ¡matar a un humano indefenso! Por más motivos que tuviera, no creía que Trunks matara a sangre fría a una persona que bien sabía que no podría defenderse, por más "poderosa" que fuera, no había nadie en el universo que superar los poderes de los saiya-jines. O por lo menos, ¡cómo pudo haber pensado en siquiera destruir una vida! ¡Destruirla por el simple placer de hacerlo! ¡¿Cómo se atrevió?! ¡¿Cómo?! ¡Era imposible!

Goten empezó a volcar todos los asientos, buscando deseperadamente a Nicky que, en esos momentos, ya se encontraba inconsiente. La encontró y levantó ambos asientos. -¡Nickyyyyyyy! -gritó Goten, presa de la desesperación. Quizá la chica había muerto y él... él no había hecho nada para evitarlo. ¿Por qué? ¡¿Por qué?! ¡Trunks no podía! ¡Su amigo de la infancia, su ídolo, el chico a quien siempre había querido copiar, el modelo de valentía, gallardía, buenos sentimientos, justicia, lealtad...! ¡El hombre a quien podía llamar con toda certeza... amigo! No era justo que el destino, que la ira corroyera su alma, aquella alma buena, bondadosa, quien siempre había estado allí para ayudarlo, para apoyarlo y enfrentar a cualquier peligro, con tal de proteger la vida de aquellos seres a quienes amaba...

¿Por qué la vida es tan cruel?... que nos arranca de los brazos a aquellas personas a quienes amamos, para no devolvérnoslas de nuevo. Una mala jugada del destino, una encrucijada se había llevado a Trunks por el camino del odio.

Goten encontró a Nicky entre los escombros, bastante malherida. La tomó en brazos y salió del lugar justo antes de que se derrumbara.


Al salir del cine en llamas que ya estaba a punto de derrumbarse, Goten se quedó inmóvil... Justo frente a él estaba una figura alta, que por el calor que se desprendía del fuego era imposible reconocer, su silueta se escondía y se confundía con la negrura de la noche...

Alcanzó a ver pequeñas perlas brillantes en el rostro confuso de la figura enfrente de él... ¿Perlas? ¡No, eran lágrimas...! Pero por más que miraba no alcanzaba a distinguir a la persona.

-¡¿Quién es usted?! ¡¡Ayúdeme, por favor!! -dijo llorando Goten.

-¡¡Nunca!! -contestó la otra voz, lleno de rabia y resentimiento.

Goten reconoció a la persona... era Trunks. Así era... en efecto su amigo había cometido esa masacre, él había asesinado a personas inocentes, personas que nada tenían que ver con su problema. Se sintió totalmente defraudado, vacío... Triste, comenzó a andar hacia Trunks. Se detuvo justo enfrente de él, con Nicky en sus brazos. Intercambiaron miradas. Ambos notaron las lágrimas en los ojos. Ambos leyeron los pensamientos del otro en sus ojos. Ambos se sentían defraudados. Traicionados. Y ambos sabían que sólo uno podía vivir.

La amistad infantil, inocente, ciega, eterna... podía irse al demonio.

Odio. Sólo existía eso.

Ninguno se movió de su sitio. Sólo se miraban. Repentinamente, llegó Gohan. Ambos permanecieron callados mientras él, eufórico, les preguntaba qué había sucedido. Goten le dió a Nicky y le pidió a su padre que la llevara a un hospital y que les dejara solos. Tenían que hablar. Luchar. Y morir.

Gohan, sintiendo la tensión, miró a ambos, apretó los labios y se retiró rápidamente, visiblemente enojado.

Trunks empezó a incrementar su ki. Goten también. La Tierra comenzó a estremecerse ante el poder de Goten.

-Bien... creo que he sido demasiado bueno hasta ahora. Pero por lo que puedo ver, eres solamente una basura. Por el bien de la raza saiya-jin, debes ser eliminado... -dijo fríamente Trunks.

-Creo que debo ser yo el que diga eso. -contestó de igual manera Goten.

-Idiota... -dijo Trunks entre dientes.

Acto seguido, Goten lanzó una bola de energía a Trunks que con un ligero movimiento de mano, la desvió hacia el espacio. Goten se sonrió y atacó a Trunks con un Kame-hame-ha. Trunks simplemente pateó el ataque y lo devolvió a Goten que no pudo resistir el impacto repentino y cayó al suelo, lastimado. Se levantó y ambos intercambiaron algunos golpes rápidos, que se interrumpieron cuando Goten cayó nuevamente.

Trunks se disponía a marcharse... no sin antes darle un último golpe mortal.

Goten nuevamente se levantó y comenzó a preparar un kame-hame-ha de nuevo, pero esta vez al máximo poder y para ello incrementó su ki de manera impresionante. Sin embargo, Trunks permaneció indiferente. Goten, sin poder resistir más, atacó a Trunks y éste, repentinamente en un acceso de furia contestó el ataque. Goten no podía más... el poder de Trunks comenzó a subir rápidamente, causando grietas en la superficie del planeta, que se estremeció nuevamente. Las lágrimas volvieron a inundar los ojos de Goten, pensando en su muerte, en sus amigos, en sus parientes, en su padre y su madre, en Paris, en Nicky...

Se sintió culpable. Comprendió que Trunks no lloraba por rabia, sino porque había rasgado su alma, destruido una parte de él, la confianza que se tenían... ¡pero es que él no había podido evitarlo! ¡Nicky le había dicho que estaba enamorada de él! Al principio no creyó que fuera verdad, ella y Trunks se amaban y después repentinamente cambió de parecer. Empezó a tratarlo demasiado íntimamente, le tomaba la mano, lo abrazaba... y lo besaba. Ella le decía que Trunks había sido malo con ella, que la había lastimado profundamente, que necesitaba a alguien. Pero él no le había creído... ¡Era culpa de ella! Ahora lo veía demasiado claro, ella se había aprovechado de él para vengarse de Trunks. Ella sabía que Trunks estaba muy necesitado de cariño, de sus amigos y se había propuesto arrebatarle todo lo que era tan importante para él.

El ataque de Trunks lo derribó y lo dejó casi inconsciente. Apenas podía moverse.

Trunks sólo pensaba en el modo de acabar de una vez por todas a Goten. Sacó su espada de su forro, que como siempre cargaba a la espalda. Decidió que con un solo golpe certero moriría. De esa manera no sería tan doloroso para ninguno de los dos.

Alzó su espada que brilló con la escasa luz que había en el rincón donde estaba tirado Goten...

-¡¡¡NOOOOOOOO!!! -gritó Goten, con las pocas fuerzas que le quedaban.

Las lágrimas inundaron lo ojos de Trunks. Ver a su amigo en esas condiciones lo hacía sentirse mal. Los ojos de Goten trataban de establecer contacto con los de Trunks, tan azules como siempre, que parecían un espejo y sólo reflejaban a Goten acostado en el pavimento, en lugar de mostrar las emociones y los pensamientos de Trunks. Comenzaron a llenarse nuevamente de lágrimas...

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El reencuentro IV
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