Benjamín Valdivia
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- Literatura
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- Lenguas clásicas y modernas
- Música
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- Educación
- Naturaleza y ciencias
LITERATURA
Mis incursiones en la literatura vienen de mi adolescencia, por el año de 1976. Un par de experiencias previas (en la infancia temprana y luego en la pubertad) me indicaron una certeza: el mundo es comprensible bajo la máscara de los signos. Hay personas, como yo, que sólo ven claro en la oscuridad. Hacia 1977 se publicó un primer poema en un diario de mi ciudad natal, entonces pequeña y provinciana, y ahora grande. En esa búsqueda terrenal de los significados, he perseguido la especificidad de géneros diversos. Así, he dedicado tiempo y atención a la poesía, que para mí es muy principal; pero también a la prosa en sus variadas dimensiones, tanto en el ensayo como en la novela y la narrativa. En otras ocasiones me interné en la dramaturgia. Y hasta en letras para canciones y artículos periodísticos, que son los productos subsidiarios del lenguaje moderno.
FILOSOFÍA
Sin reflexión el hombre es una máquina ciega. Por otra parte, las explicaciones son siempre un agregado de las realidades, que las oscurece. ¿Cómo encontrar aquello ensombrecido por las explicaciones pero negreado también por la falta de reflexión? La humanidad se agita en los extremos de un péndulo. La falta de equilibrio distingue su accionar. Si fuese posible un pensar vivo, una mentalidad ligada al desplazamiento de sus objetos y a las otras dimensiones de la persona. Considero que el concepto puede mezclarse proporcionadamente al sentir; eso constituye la vivencia completa.
Tal vez por esa inquietud armonizante mis búsquedas en la filosofía tienen que ver con la estética y el arte. Sin embargo, esa impulsividad de la inteligencia se refrena en la puntualidad del método. Pues mi otro afán es la organización y la precisión reveladas en las metodologías. Incluso en las metodologías de la visión y la embriaguez. Si lográsemos un punto en el que la vida procediera con toda la razón y toda la pasión, estaríamos en la senda de lo que digo.
LENGUAS CLÁSICAS Y MODERNAS
Detesto la soledad: por eso me acompaño de mí mismo. Esa compañía es diversa y en veces me es grata y en ocasiones solamente indiferente. Mas siempre me hablo a mí mismo en distintos lenguajes. Gestos, señales, complicidad de las palabras. Me parece que los idiomas son vehículo de comprensión. Y también de ampliación de las formas y figuras del pensamiento y el arte. Quien persigue los significados en idiomas distintos encuentra los sentidos abiertos de la diversidad humana. Los idiomas son puntos de convergencia con lo distinto. No tanto para hablar o comerciar, sino para extender la frontera interior y transgredir el tiempo.
MÚSICA
Entre las artes, lo inasible de la música siempre me ha sorprendido. El movimiento de los elementos en un tiempo continuado que de golpe se cierra y deja de latir. Silencio que dice y luego se entrega a la vertiente de las notas, de las texturas y las intensidades.
Luego de cubrir la ruta de la voz y de los instrumentos, la vida es más vida y nosostros resurgimos transformados en aquello que hemos escuchado.
En mi juventud dediqué unos años a la fabricación de instrumentos. He pertenecido a un coro. He sido instrumentista en un par de conjuntos. Y he tocado algunas piezas en flauta, guitarra y piano. Si alguna vez tuviera que optar en la vida, la música sería una de las opciones más difíciles de abandonar.
TEATRO
El enmascaramiento puede convertirse en la comunicación del tímido. Así, buceamos en el ánimo para construir una vivencia imaginaria. Imaginaria, sí, pero real, sensible y presente. En las impresiones de los sentidos aparece la vida supuesta, le prestamos carne y sangre a la imagen, solidez a lo invisible, alma a lo inerte. Además reunimos música, luz, ritmo, palabra, épocas y estilos. En el teatro se hace momentáneo lo que se esperaba imposible.
Con la guía del mundo y de Sergio Magaña, alguna vez abordamos la dramaturgia. Ya antes había tocado la escena cerca de Ramiro Osorio, amigo colombiano apasionado de la representación. En su oportunidad tuve la suerte de avanzar en las fases múltiples de este complicado arte: actuación, producción, dirección, escritura, expresión corporal, música y contemplación.
El misterio de aquella obra que Gurdjieff jamás presentó en público ("La lucha de los Magos") señala una vía interesante de seguir: ¿cómo comprender la vida y el mundo y la persona mediante los acontecimientos escenificados? El mundo es una representación.
EDUCACIÓN
Cuando Sócrates dijo que solamente auxiliaba a que las personas "dieran a luz" los pensamientos, comparó acertadamente el arte materno de la parturienta al arte del educador. Facilitar al otro su enfrentamiento con un sector del mundo al que ya hemos visitado. Todos somos maestros de todos los demás. Y nadie enseña a nadie, sino que todos aprendemos de nuestras percepciones e intuiciones, hasta las más vagas o más pasajeras.
Sin embargo, la necesidad de educarse señala algo crucial: el humano está incompleto. Necesita instaurar aquellos conocimientos o habilidades que supone lo harán más pleno.
La educación es la prueba de la falta de plenitud.
Años de ganarse el día mediante la impartición de cursos, seminarios, talleres y conferencias llevan a compartir el presagio de Asimov: el futuro tecnológico dará a la sociedad más tiempo ocioso; y será el aprendizaje de algo la actividad fundamental de aquel entonces.
NATURALEZA Y CIENCIAS
El mundo natural se supone anterior al hombre. Y el conocimiento, pobre orgullo del hombre y a la vez poder superior del hombre, llega siempre después de sus objetos. El enorme logro de la ciencia es anticiparse a la conducta que tendrán sus objetos. Una ciencia sin anticipación es tan sólo una colección de experiencias. De la experiencia se obtiene la anticipación. Por eso se ha dicho que el futuro engendra el pasado para encontrar la actualidad.
Conocer la naturaleza es dominar el tiempo.
El tiempo, esa máscara del ser.
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Traducciones de algunos poetas favoritos
Una semblanza del autor
Paseante solitario
Email: valdivia@quijote.ugto.mx
