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Mi Amigo Aag, La Rebotica de Talandra y Otras Reflexiones

 

No lo he contado hasta ahora por miedo a no ser creído, y sobre todo por lealtad a la promesa que le hice de no hablar de él hasta que hubiese pasado cierto tiempo. Lo conocí en un cine en el que proyectaban una película de ciencia-ficción espacial. En su rostro, que nosotros llamaríamos inexpresivo, sólo una pequeñísima curvatura de las comisuras de los labios delataba su ironía. Luego supe que ese levísimo gesto era para él un grave defecto que había adquirido en la Tierra, pues en Ut, su planeta, los sentimientos, remansados por una inmensa serenidad, sólo se manifestaban por un cambio en la coloración de los ojos que normalmente eran azules claros, pero que podían verdear de esperanza, enrojecer de enojo, etc.

Es curiosa la tendencia que tenemos a imaginarnos a los extraterrestres con tamaños y formas raras, pequeños y verdes y cosas así. Aag es por fuera como tú y como yo, sólo que algo más alto y mucho más guapo. Por dentro la cosa varía; por lo visto la evolución ha convertido esos pequeños vasos que acompañan a nuestras grandes arterias, y de los que esperamos que entrenados con persantin nos libren de la catástrofe cuando las grandes se atasquen, en un doble sistema circulatorio completo con dos corazones, dos aortas, etc. Algo así como el doble circuito de frenos de los coches. también tiene dos hígados, dos bazos, tres testículos.., en fin que está mejor dotado que nosotros. No hay que acomplejarse, pues parece que nos lleva una ventaja de más de cien mil años de evolución. Es encantador. De su cerebro no me quiso hablar porque dijo que había cosas que el mío no podría resistir.

-Imagínate a un hombre de Cro-Magnon ante un televisor en color. Verlo le haría pensar en la magia, pero "entenderlo" de golpe le fundiría los plomos, vendría el apagón. Hay muchas cosas de las que no puedo hablarte.

Había tardado veinticinco años en llegar a la Tierra y llevaba aquí otros tantos estudiándonos y escogiendo a uno de nosotros para darse a conocer. No sé si me escogió por estimarme de una mediana, suficiente para entender lo que él quería que entendiese y nada más -como pienso cuando estoy optimista- o si fue por considerarme lo bastante tonto como para cumplir mi promesa de darle tiempo antes de hablar de él.

-No te extrañe -me dijo- la duración de mi viaje. Ut está en una lejana galaxia. Ni que a pesar de esos años y los transcurridos aquí mi aspecto sea joven. En primer lugar, en Ut vivimos unos cien años nuestros que equivalen a cuatrocientos vuestros. Pero, además, no cambiamos casi nada de aspecto hasta la Separación.

-Que buenos médicos y farmacéuticos tendréis.

-Se han vuelto a unir en una sola profesión. Les llamamos Restauradores porque su labor es la de restaurar las corrientes de energía del organismo que son las que curan.

-Entonces -pregunté aterrorizado- ¿no usáis medicamentos?.

-Si, puedes estar tranquilo. Usamos más que nunca. No sabes lo difícil que es a veces restaurar las corrientes esas. Además, una de las cosas imprescindibles para lograr la serenidad es el hacer desaparecer las pequeñas molestias; yo soy un gran consumidor de aspirina y bicarbonato aquí donde me ves. Y es que, hijo, no sabes como me gustan vuestros terribles alimentos; los callos, la fabada, esa extraña bebida estimulante que llamáis vino.. No, si vuestra vida es corta; pero la aprovecháis bien, eso no puede negarse. Porque, hablando de otra cosa, vuestras mujeres son preciosas y..

-Oye majo, me parece que te estás aficionando a la antigüedad ¿no? Háblame de vuestros Restauradores, anda.

-Hubo que unificar a médicos y farmacéuticos porque no había manera de que se entendiesen. Ahora, en vez de pelearse, colaboran entre sí y con los psicólogos en la lucha contra la única verdadera enfermedad que es el mal enfoque de la Vida. Precisamente de esto quiere Ut comunicar algo a los terrícolas para ver si podéis acortar etapas.

-No me digas que vas a revelarme el secreto (ya me veía multimillonario con la venta exclusiva de los medicamentos de que se tratase; orden, orden, hay para todos..).

-Abre tu mente -adivinó mi pensamiento- y sácala de tu rebotica. Escucha, vosotros no os morís; os matáis. No es la guerra y los tóxicos lo peor, porque no son causa sino efectos de vuestra postura ante la Vida. Esa postura es la que tenéis que cambiar. No hay vidas rigurosamente individuales, sino una Vida de la que todos participamos en algo. ¿Por qué crees si no que al morir un ser querido os sentís morir un poco?. Tampoco hay muerte como aquí la entendéis, sino Separación para llegar a la Conversión. De esto si os hablaron hace unos dos mil años vuestros, pero no acabáis de creerlo por lo visto. Lo principal de momento es que os percatéis un poco de estas cosas y de que el tiempo no existe tal corno lo concebís; es una simple unidad de medida, como el metro o el litro, y tan relativo como estos. Hay que utilizarlo, pero no "vivirlo". La prisa y la rabiosa individualidad os llevan a la tensión y la angustia y estas a los tóxicos, y todo ello reduce vuestra primera fase de Vida a menos de su cuarta parte. Nosotros empezamos a darnos cuenta hace mucho tiempo de todo esto, y ahora vivimos sin prisa el Gran Presente. Hemos aprendido a dominar nuestro organismo con la mente, a ralentizarlo, y ahora tenemos unas treinta pulsaciones, veinte grados de temperatura, una tensión sanguínea máxima de nueve o diez..., y la energía ahorrada no sólo ha prolongado nuestra vida; también ha duplicado o triplicado nuestros órganos vitales.. Luchad, luchad contra la prisa. Se hacía tarde y llegó la hora de la despedida.

-Chitz Carlos ("chitz" equivale en utiano a nuestro "hasta más ver")

-Aag, chitz.

-Jesús -dijo una vieja que pasaba y creyó que yo estornudaba.

En espera de posibles nuevos contactos he meditado mucho. He recordado la lentitud de mi mujer al arreglarse para ir al cine. Y la de La Administración para solucionar nuestros problemas..

Debemos estar rodeados de extraterrestres.

 

 

OOOOOOOOOO

AAG, SU SUEGRA Y EL LORO. Hacía un buen día. Mirábarnos pasar la gente sentados en la soleada terraza de un café. Yo tenía terciada mi caña de cerveza y Aag, que se habia bebido la suya de un trago, tenía en sus ojos una cierta luz melancólica.

-Pide otra- le dije, pensando que un vaso vacío es siempre deprirnente.

-No, gracias. No es eso -adivinó mi pensamiento-.Saqué mis cigarrillos y le ofrecí uno, creyendo que no lo, aceptaría pues nunca le había visto fumar, pero lo tomó, le di fuego y aspiró profundarnente el humo con evidente deleite.

-No te extrañe -siguió adivinando-. En Ut no se funa ni bebe hace mucho tiempo. Pero al venir para informarles de vuestras cosas me re comendaron que siguiera vuestras costumbres para integrarme más y co noceros mejor, y como llevo aquí bastante tiempo.. (se calló, absorto en la contamplación de una rubia preciosa que pasó ante nuestra mesa).

-Quien la pillara en tu planeta ¿eh?.

-Yo hubiese podido venir a la Tierra libre de ese tipo de inquietudes, tenernos pastillas para esas cosas, pero como te digo se trataba de vivir las cosas como vosotros, y claro..

1-Comprendo, comprendo. Pues estás listo. Porque aqui no es que no haya pastillas, pero específicamente para eso. . Además, no creo que nadie las tomase, la verdad. No tenemos remedio. Pero, oye, con el tiempo que llevas aquí.., bueno, si soy indiscreto no me contestes.

-La melancolía que antes has visto en mis ojos está relacionada con eso. Yo no tengo, como ese Agente 007 de vuestras películas, licencia para matar, pero sí para casarme durante mi estancia aquí. Bueno, para casarme o algo parecido, ya me entiendes. Y lo he hecho. Irene me cree un terrícola. No pensé que podría tomarle carino, pero ahora, cuando pienso que he de dejarla aquí...

-Llévatela -propuse. -

-No puedo. En Ut está abolida la poligamia, que a su vez se había implantado para superar los inconvenientes del enlace monogámico, que a su vez.. Bueno, lo cierto es que está abolida y yo allí estoy casado, acuérdate, y tengo cincuenta y cuatro hijos.

-¿No la podrías llevar, digamos de estraperlo?

-¿De qué? -(Hay cosas tan superadas por lo visto en Ut que Aag no las puede ni entender).

-No, nada, nada. ¿Y qué piensas hacer?

-Tengo que superar psicológicamente el problema. Empezaba a hacer fresco. Se había nublado ligeramente el cielo. Nos levantamos y paseamos lentamente por el bulevar. Durante algún tiempo ambos guardamos silencio. Me hacía el efecto de que Aag dudaba entre decirme algo o no decírmelo.

-Me vas a considerar cruel -empezó por fin a hablar-, pero me he llevado a casa a mi suegra.

-¿Cruel?, pero si eso está muy bien.

-No seas hipócrita. Hasta con la mejor de las intenciones eso es cambiar una ilusión de generosidad por la catástrofe acelerada del rnatrimonio. Pero es que yo, además, lo he hecho deliberadamente ¿comprendes? Pretendo infernar mi vida conyugal aquí en la Tierra. Mi suegra ya me ha suprimido la mantequilla en el desayuno apoyándose en no se qué razones acerca de mi colesterol, y ha empezado a convencer a Irene de que mi lectura matinal del periódico y mis estudios nocturnos son manifestaciones de crueldad mental. Pronto nuestra vida será inaguantable y lo que de todos modos ha de suceder será una liberación en vez de un drama..


El fresco se había convertido en desagradable frío y decidimos despedimos. "Qué tío -pensaba yo camino de sai casa-, lo que no sepan estos"


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Dos meses después, en vez de hacer mejor tiempo como parece decente que ocurra cara a la primavera lo hacía peor. Como siempre en Madrid. Nos habíamos citado y yo tomaba mi café caliente cuando llegó Aag con el último atentado político rodeado de carteleras pomo debajo del brazo. Dejó el periódico sobre la mesa y pidió otro café.

-Ya -me dijo-, ya sé que estás lleno de curiosidad. Tuve la debilidad de hacerte aquella confidencia y ahora no sería justo no llevarla hasta el final. Pues bien, mi plan no funcionó.

-No me digas.

-Como lo oyes. Lo del colesterol era verdad y mejoré mucho al no tomar mantequilla. Por otra parte, cuando mi suegra se dió cuenta de que el ambiente se estropeaba cambió de táctica. Empezó a decir a Irene que mi lectura matinal y estudio nocturno eran frutos de mi interés por las cosas y de mi afán de mejorar el nivel de las personas que amaba. Irene cada día era más feliz.

-¿ Entonces?

-Aquello era agradable, pero no podía continuar así porque el problema final se agrandaba. Puse a funcionar el cerebro y compré un loro.

-¿Un loro?

-Si, un loro- enseñe a decir constantemente: "El mañana está detras de la puerta". ¿Comprendes? La frase, continuamente oída, me impedía olvidar el inevitable final de la situación, no me permitía entusiasmarme con el amor de Irene, me ayudaba a ser desagradable para desilusionarla y suavizar la final despedida. Entiéndelo. Ser blando es ser muy duro. El sentimentalismo es como la gripe; lo debilita a uno para el cumplimiento del deber y a veces tiene resultados fatales. Compréndeme.

-No, no, si te entiendo. Es heroico. Entonces, ¿todo vá bien, o sea todo vá mal para bien?

Las pupilas de Aag se agrisaron.

El martes pasado -me dijo- Irene había estado llena de ternura, no de ternura pegajosa y cumplidora, sino de encanto, de ese amor que te apoya sin aprisionarte, del que te sujeta haciéndote sentirte libre y dichoso.. Me sentía perdido.

-Pero, al salir, el loro..

-Sí, dijo su frase. Dos veces. No pudo acabar la tercera porque lo destrocé de un paraguazo.

Debía estar muy avergonzado, porque evitaba mirarme.


Le dejé pagar los cafés, porque al precio que hoy están eso ayuda siempre a olvidar otras tragedias.

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