Ana Belen
La madre
Nada que ver con la común historia
nadie me quiere, todas esas cosas
ella fregaba suelos
nunca se compró ropas
por darle un buen colegio
multiplicó la sobra.
Cuál sería
el instante
quién le enseñó estas cosas
cuándo probó la muerte
y amaneció entre sombras.
Qué te puedo dar
que no me sufra,
qué te puedo dar
que no te hunda,
que no vea en tus ojos
reflejos de cristal
que me matan tu angustia
que me puede tumar.
Qué te puedo dar.
Quiso ayudarle sin saber
ni como
y aunque no pudo fue vendiendo todo
pero todo era poco
para un saco sin fondo
un golpe a una farmacia
algún pequeño robo.
Ya de vuelta en la casa
del hospital sabía
que más pronto que tarde
la herida se abriría.
Qué te puedo dar
que no me sufra, ...
Con la prudencia que
dá la locura
buscó los datos
aclaró sus dudas
con un último esfuerzo
le compró la más pura
y al mirarle a los ojos
se le borró entre bruma.
Él creyó
que soñaba
en el fugaz instante
en que acabó su tiempo
abrazado a la madre.
Qué te puedo dar
que no me sufra, ...