¿TIWANAKU EN AREQUIPA?
Introducción:
La riqueza agrícola y ganadera del altiplano circumlacustre fue un pilar importante para el surgimiento de los desarrollos culturales más significativos en el área Centro Sur Andina.
A partir del planteamiento del Control Vertical (Murra 1975), se han postulado una serie de teorías orientadas a explicar el desarrollo y expansión de las sociedades altiplánicas especialmente hacia los valles occidentales.
Los contactos de las sociedades alto aldinas con los valles occidentales, se hacen especialmente notorios a partir de las fases Trapiche y Alto Ramíres (300 a.C 300 d.C), ambas vinculadas estrechamente al desarrollo Pukara del altiplano peruano.
En el valle de Moquegua se ha comprobado que la ocupación Tiwanaku fue bastante intensiva, los sitios son numerosos y complejos; Omo y Chen Chen son los más grandes ocupando varias hectáreas de terreno. En Omo se levanta el único templo Tiwanaku de patio hundido ubicado fuera del altiplano; mientras en Chen Chen se encuentran y se han excavado antiguos depósitos de granos (maíz) (Goldstein 1990; Cardona y De la Vega 1996). Goldstein ha sugerido para Moquegua un modelo de ocupación que ha llamado "Archipiélago Administrado" (Goldstein 1990).
Recientemente Albarracín citando a Platt (1987), ha sugerido que Tiwanaku en el altiplano no tuvo un carácter centralista. Por el contrario caracteriza a la política Tiwanaku "como una hegemonía que conlleva atributos de un Estado andino segmentario, donde la centralización y la burocracia no fueron las principales características de su sistema" (Albarracín 1996).
El modelo de "archipiélago" se registró en los documentos del siglo XVI, son numerosas las referencias que señalan la existencia de poblaciones foráneas establecidas en el suelo Arequipeño, en convivencia con poblaciones locales y miqmat incaicos. Esta documentación aunque tardía ilustra etnohistóricamente el modelo de "Archipiélago"(Galdos 1985). El "Estructuralismo Socio Económico" como lo ha denominado Galdos "nos pone ante una antigua información de poblaciones serranas, relativa a los enclaves que requerían ellas para su autoabastecimiento..." (Galdos 1992).
La información arqueológica refrendada por fechados radiocarbónicos perteneciente a las fases Omo y Chen Chen (equivalentes a las fases IV y V del altiplano), están mostrando que simultáneamente convivieron dos grupos distintos de gente relacionada con Tiwanaku, por lo menos en un periodo parcial de su desarrollo (Owen y Goldstein 2000). Estos datos refuerzan la hipótesis del modelo archipiélago, cuya base histórica sería por lo menos tan antigua como el Estado altiplánico de Tiwanaku.
Tiwanaku en Arequipa, Antecedentes
Cuando nos referimos a Tiwanaku en Arequipa, debemos de aclarar que este tema tiene antecedentes que remontan a los primeros años de la presente centuria, cuyos avances en las siguientes décadas han sido lentos, notándose una creciente preocupación a partir de la década de los años 80.
La primera referencia pertenece nada menos que a Uhle, quién hacia 1905 hace referencia a un tipo de cerámica con rasgos Tiwanaku así como de otra degenerada a partir del primero. (Rowe, 1954; Linares M., 1964).
Pasaron muchas décadas hasta que Huanqui en 1974 excava en los cementerios de Kakallínca (en Kasapatac) y en el cementerio de Challapampa, pero fue Lumbreras quien hace notorias las diferencias en la forma de las cistas funerarias, morfología y decoración de la cerámica; con estos datos planteó la existencia de dos fases: Churajón Temprano (Kakallinca) y otra tardía (Challapampa). Lumbreras resaltó el hecho de que la cerámica de la fase Kakallinca, correspondía a un grupo que tenía un aspecto totalmente "Tiwanakota" (Lumbreras, 1974: 72).
Siguiendo los planteamientos de Lumbreras, López en 1998 muestra con claridad que en el sitio de Kasapatac se encuentra una secuencia cronológica que se inicia con anterioridad a la fase Kakallinca. Sus resultados le permitieron plantear la existencia de una fase que llamo Kasapatac, la misma que relaciona con la fase V del Tiwanaku Boliviano, una fase siguiente que corresponde a Kakallinca (o Churajón Temprano), seguida de una desarrollo con características muy locales (Churajón), y finalmente la fase Tres Cruces (Churajón Tardío) que es contemporánea a la ocupación incaica.
Un año después, en 1989 Linares se preocupa nuevamente de la secuencia y cronología del valle del Chili, concuerda con López (1998) en la secuencia de las fases, pero en base a los materiales excavados en la calle Fernandini del Distrito de Sachaca, opta por renombrar con este nombre a la fase Kasapatac. Linares menciona que la fase Sachaca es la fase"...más antigua de la expresión cerámica para el valle de Arequipa. Este grupo incluye rasgos estilísticos que los emparentan tanto con Tiwanaku V como Tiwanaku VI, propuestas por Goldstein (1986) para el valle de Moquegua". (Linares 1989).
En una publicación posterior De la Vera (1996), se ocupa brevemente de los sitios Tiwanaku en el valle de Arequipa. Toma como referencia los planteamientos de López (1998) y de Linares (1989). Menciona que los sitios "Sonqonata y Kasapatac" corresponden a la fase IV de Tiwanaku, hace notar que mayor es el número de sitios de la fase V correspondientes a la fase local llamada Churajón Temprano. Como observamos hay una confusión generada a partir de un error en la secuencia numérica de las fases de Tiwanaku.
Otros investigadores también hacen referencia sobre materiales de las fases Kasapatac y Kakallinca, en especial en Yumina (Cardona 1991) y Cerro Gordo en Characato, en estos sectores del valle destaca la facilidad de riego a partir de afloramientos de agua (manantiales); y también algunos fragmentos ubicados en recientes investigaciones en el sitio tipo de Churajón (Belan y Szykulski 1997).
EL VALLE DE AREQUIPA
El valle de Arequipa se encuentra ubicado en la parte media de la subregión norte de los Andes Centro Sur (De la Vera 1996). Al sur se ubica el Valle de Tambo, sector que tiene una marcada influencia Tiwanaku; y por el norte los valles formados por las cuencas de los ríos Colca-Majes, y Cotawasi, lugares donde se viene confirmando su vinculación con las tradiciones culturales del área central andina, por lo menos desde el periodo Formativo (De la Vera 1996; Neira y Cardona 2000)
Nos ocuparemos brevemente de la ocupación del valle de Arequipa durante el Periodo Temprano (Formativo). Con anterioridad a este trabajo los datos sobre el periodo eran prácticamente desconocidos. Sin embargo nuestras recientes investigaciones han permitido identificar numerosos asentamientos humanos a lo largo de la parte baja del valle de Arequipa (Cardona 1998, 1999, 2000; Neira y Cardona 2000).
El patrón de asentamiento que presentan los sitios formativos se identifica como aldeano disperso; los sitios son pequeños y por lo general muy inferiores a ¼ de hectárea, se ubican en los bordes superiores a los lechos de los ríos, e igualmente adyacentes a los afloramientos de agua (manantiales).
Las áreas agrícolas atribuidas a la Fase Socabaya son pequeñas, limitadas por lo general a los fondos de los ríos, o muy próximos a los afloramientos de agua (manantiales). No se encuentra arquitectura pública, y la arquitectura doméstica ha dejado muy pocos restos, evidencias de terrazas son raros, por lo que pensamos que se deben de haber construido principalmente sobre terrazas no muy formales, y las viviendas de materiales ligeros como la quincha. La cerámica por lo general es llama, con formas en las que destacan las ollas globulares sin cuello, o con cuello pequeño y corto. El tratamiento comúnmente corresponde a un alisado muy descuidado, que justamente representa su patrón. Son muy escasos los materiales con alguna decoración plástica, y también son escasos los materiales engobados, pintados y pulidos. El material analizado procedente de ambos extremos del valle, macroscópicamente muestra muy pocas diferencias en la pasta y en su tratamiento, por en contrario se nota una tendencia hacia la simpleza y regularidad. Estas características de sitios indiferenciados y extendidos a lo largo del valle reflejan una escasa cohesión política durante la fase.
Se ha constatado la presencia en Sonqonata III, en asociación con la cerámica de la fase Socabaya la presencia de algunos materiales relacionados con la cerámica altiplánica de Pukara Tardío; estos datos sugieren que la fase Socabaya tendría una cronología que se puede ubicar a partir de los 300 a.C., cuya duración podría ser bastante larga con posibilidades de extenderse hasta el contacto con las poblaciones de la fase Kasapatac, cosa que no debe de parecernos extraño, si tenemos en cuenta que en los valles de Siguas y Vitor se encuentra muy extendido el estilo La Ramada (Santos 19 ), cuya cronología absoluta lo ubica alrededor del año 800 d.C., y en Moquegua la fase Warakane se extendería desde los...........
LOS SITIOS TIWANAKU
Durante el trabajo de inventario llevado a cabo dentro de las actividades del CIARQ, en las temporadas 1998 a 2000, hemos registrado un total de 4 sitios que corresponden a la fase Kasapatac.
Los sitios arqueológicos se encuentran ubicados en cerros altos que permiten observan los campos agrícolas, y el paisaje en una gran área, incluyendo las montañas locales más altas e importantes (volcanes), especialmente el Misti.
Los campos agrícolas asociados -como es el caso de Sonqonata, Pillo, y Kasapatac- corresponden a terrenos propicios para la agricultura, son llanos, de origen coluvial, con poca pendiente, abundante recurso hídrico y buen drenaje. La tendencia a seleccionar este tipo de terrenos puede tener su origen en la tecnología agrícola desarrollada en el altiplano. Un patrón con similitudes se encuentra en Chen Chen (Moquegua) (Willians et al 1990).
La arquitectura presenta rasgos comunes para todos los sitios. Son populares las terrazas paralelas que siguen el nivel del cerro y que prácticamente rodean el sitio, se ha constatado en Pillo y Sonqonata, que del área total de las terrazas muchas veces no están totalmente ocupadas por unidades domésticas. Como señalamos al interior de las terrazas se distribuyen estructuras domésticas conformadas por un patio, y una o dos habitaciones pequeñas de planta más o menos cuadrangular.
Los pocos espacios abiertos, de uso público y ritual se encuentran en la parte superior y central de los sitios.
Un elemento arquitectónico muy importante corresponde a las murallas que rodean los sitios. Este elemento cuya función ha sido bastante discutida, está presente en los sitios de Sonqonata y Kasapatac, no es observable en Pillo ni en Sonqomarka. De acuerdo a algunos autores refleja la caída y desintegración del Estado Tiwanaku dando lugar al surgimiento de pequeños reinos cuya competencia es evidente.
A los pies de Sonqonata (norte) se encuentran los restos de las terrazas agrícolas abandonas, selladas por ceniza del Huaynaputina en el año de 1600. Estos campos asociados a la ocupación de la fase Kasapatac, son el único testimonio de las obras comunales de mayor envergadura desarrolladas durante esta fase en Arequipa. Se ha constatado la ausencia casi total de materiales tardíos en los campos adyacentes a Sonqonata.
Dejando libre el área descrita, se localizan varios sitios arqueológicos, los mismos que se relacionan con la agricultura, ritual, y producción de cerámica desde periodos tempranos de la conquista hispana.
Una primera clasificación de materiales cerámicos decorados, nos ha permitido distinguir ocho tipos; que son: negro - gris inciso precocción, engobado rojo, decorado de acabado medio tosco, decorado pulido, scaloped grande-llano, modelado, fibra vegetal, y vasijas llanas con puntos incisos en un aplique presente en el área inferior del cuello. Las formas de las vasijas corresponden a tazones abiertos, vasos (k´eros) que presentan la típica acanaladura medial que algunos conocen como rudón. Aunque existen paralelos entre las formas de la cerámica y decoración con la que se encuentra en el valle de Moquegua, muestra cerámica tiene rasgos locales. Por ejemplo, el tratamiento de las piezas nunca alcanza la finura de los materiales moqueguanos, se encuentran menores elementos decorativos, y engobe que en muchos casos tiene a desprenderse con la aplicación de agua. El tipo negro gris inciso precocción corresponde a un grupo del cual se encuentran solo fragmentos pequeños. Este grupo presenta formas, acanaladuras mediales, y otros rasgos que sugieren tratarse de vasos (k´eros). Cerámica gris ha sido descrita especialmente para la fase Omo, pero, también se encuentra en Chen Chen, y por lo general corresponde en su más alto porcentaje a vasos (k´eros). También se encuentran incisiones, pero la diferencia principal corresponde a la ejecución postcocción.
La distribución de estos materiales en el valle resulta muy interesante. Los ocho tipos están presentes en Sonqonata, pero en el resto de sitios se encuentra por lo general solo uno o dos de ellos (tipos decorados pulidos y decorados de acabado medio tosco). Los scaloped y el negro-gris inciso únicamente se han ubicado en la parte central y superior de Sonqonata, lo que podría señalar que la cerámica gris tendría gran importancia en las actividades rituales.
Los sitios más grandes y con mayor concentración de material cerámico son primeramente Sonqonata, seguido de Kasapatac, Sonqomarka y finalmente Pillo; el resto de sitios presentan escasa evidencia de materiales superficiales, que en el mejor de los casos llega cantidad de ellos bordea solo 50 fragmentos.
Las excavaciones en el sitio de Sonqonata y Pillo muestran una escasa estratigrafía, aunque la erosión puede ser uno de los principales factores de alteración, es también claro que en ambos sitios no se encuentran acumulaciones de materiales que puedan haber sido desplazados por la fuerza de las aguas procedentes de las precipitaciones aluviales.
Tenemos dos alternativas sugeridas para explicar estos datos: una corta duración de la fase, o por el contrario una población no muy grande. En el primer aunque no contamos aún con fechados de C14, consideramos que la fase Kasapatac, debió suceder hacia finales de la fase V de Tiwanaku o clásica, previo o inmediatamente antes a la caída del Estado altiplánico, en este aspecto apoyaría la explicación de las murallas defensivas.
En el segundo caso tenemos el antecedente de una población formativa (fase Socabaya), y de otra más bien tardía (fase Kakallinca), que en ambos casos se encuentra distribuida en unas pocas y pequeñas aldeas.
Finalmente aunque no contemos en el valle de Arequipa con obras públicas de élite, es innegable que existe una centralización dirigida desde Sonqonata, reflejada en varios tipos de cerámica, y áreas agrícolas que reflejan una tarea organizada, planificada, con una voluntad política para desarrollar estas obras y quizás empleando antiguos sistemas de trabajo comunitario.
Bibliografía Citada
Albarracín 1996.
Belan, Augusto y Szykulski 1997
Cardona R. Augusto 1991
Cardona Rosas, Augusto 1998
Cardona Rosas, Augusto 1999
Cardona Rosas, Augusto 2000
Cardona R. Augusto, Edmundo de la Vega. 1996
De la Vera, Pablo 1996
Galdos 1985 y 1992
Goldstein 1990).
Huanqui, Manuel 1974
Linares Delgado, Lucy 1989
Linares Málaga 1964.
López, Marko 1998
Lumbreras, Luis Guillermo 1974
Murra, John 1975
Neira, Máximo; Augusto Cardona 2000
Owen Bruce y Goldstein Paul 2000
Rowe, John 1954
Santos, Rene 19