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El romance a través de Internet

Ricardo Carmen Manrique
Psicoterapeuta

ricardocarmen@hotmail.com

Quienes han leído "El amor en tiempos del cólera" de García Marques deben haber encontrado muy romántica la relación entre Fermina Daza y Florentino Ariza: en esta novela, Florentino, vio a la distancia a Fermina y eso fue suficiente para quedar fascinado por ella, para hacerla única depositaria de sus afectos y ensueños amorosos los mismos que vertía copiosamente en una nutrida correspondencia; tal derroche de verbigracia no fue inútil pues consiguió encender el juvenil corazón de Fermina y la condujo a delirios de pasión sublimada. El idilio prosperó por la vía epistolar hasta que Fermina sin poder contener su curiosidad se decidió a conocer mas de cerca de su amado, preparó un encuentro casi casual, lo tuvo ante sus ojos y para su desgracia el esmirriado Florentino no daba la talla de sus ilusiones, resultó que distaba mucho de la imagen de príncipe azul o del distinguido caballero delineado por sus ensueños y el rechazo no se hizo esperar. En esta novela el desencuentro da inicio a un relato fascinante el mismo que concluye con un final reparador.

Una historia así parecería solo viable en una novela de Gabo o en uno de esos relatos del tiempo de la radio, sin embargo la realidad es más sorprendente que la fantasía y sí, estos romances equívocos y otros más afortunados se dan todos los días en este "nuevo" medio llamado Internet.

La manera de conocerse y relacionarse entre los humanos ha cambiado notablemente a través de la historia con el paso del tiempo y los avances tecnológicos, así, la incursión del teléfono en el ecenario doméstico revolucionó la manera de iniciar, mantener y terminar las relaciones entre las personas. El aparato telefónico apareció como un mago capaz de abolir las distancias, de recordar afectos, de iniciar amistades y claro que sí, muchos romances.

El desarrollo de la aviación comercial luego de la segunda guerra mundial, el incremento del turismo y la aparición del crédito para estos fines puso al alcance de casi cualquier mortal con trabajo estable, prácticamente cualquier ciudad del mundo, playas paradisíacas, mágicas ciudades perdidas y por supuesto, al alcance de nuestros brazos a algún romántico y lejano amor. Entonces los límites que definen las relaciones humanas se han visto modificados sucesivamente por el tiempo, los cambios socioeconómicos y el avance de la tecnología.

Ultimamente nos ha tocado vivir los tiempos de la postmodernidad, del inicio de la "realidad virtual" que hasta el momento encuentra en la Internet su más vasta expresión. La Internet es lugar de encuentro de cada vez mayor de personas de diferentes grupos de edades y ocupaciones, que se entretienen, negocian, consultan, investigan y trabajan conectados a la red tendiendo a crear un nuevo tipo de "sociedad en línea" con sus propias reglas, estilos de relacionarse y características aun en definición. Este medio ha dado lugar a relaciones humanas virtuales basadas en encuentros en salas de chat, listas de interés, foros de discusión y correo electrónico, y si bien la Internet aun está limitada a un grupo minoritario en relación con la población general, no se puede negar la existencia de este nuevo universo virtual, el cual está definiendo nuevas maneras de relacionarse, nuevos tipos de sensibilidad, así como un espacio de encuentro válido para un número creciente de personas.

Si tomamos en cuenta que es frecuente que los profesionales de la salud tengan romances entre sí, al igual que los trabajadores de las aerolíneas o los empleados administrativos en general, entonces resulta comprensible que el romance florezca entre aquellos cuyo trabajo o intereses está relacionado a la Internet. Existe pues, un grupo humano cuyo trabajo, comunicaciones y relaciones se dan principalmente a través de la Red, entonces no es inusual que el romance surja entre ellos y lógicamente, es la Red el lugar de encuentro. Sin embargo, lo que se inicio como una práctica que podría ser característica de un grupo de trabajadores especializados se extendió a la gran "comunidad de Internautas" en todos sus niveles.

Al igual que en la lectura o en los tiempos de la radio, la imaginación y la fantasía juegan un papel muy importante en las salas de chat o en las relaciones basadas en correo electrónico, pues la pantalla (por lo general) nos brinda poca información de nuestros interlocutores de la sala de chat y es nuestra mente la que "completa el cuadro" de acuerdo a sus necesidades y expectativas propias. Así, para muchos resulta casi irresistible dar rienda suelta a la fantasía en este tipo de relaciones y de paso echar un "vistazo" a través de esa "ventana" que nos comunica con personas del otro sexo con la única censura y distancia que nosotros mismos establezcamos.

Lo más frecuente es que los primeros encuentros se produzcan en una sala de chat, en un foro de opiniones o en una lista de interés en el cual el internauta advierte "algo diferente" en la manera de conducirse de alguien, puede ser el nickname (seudónimo o nombre virtual), su manera de expresarse o algún otro rasgo que le atrae. Si bien "esa" característica es virtual, creada para ese medio, aun así, forma parte de la personalidad, es un reflejo del autor y en cierta forma habla de el o ella. En realidad, nuestras relaciones en "el mundo real" está mediatizada por símbolos y códigos, para los cuales hemos desarrollado las habilidades de interpretarlos; en Internet ocurre casi lo mismo, se trata de un sistema de códigos propios que reflejan nuestra particular manera de ser, al interactuar con otros cibernautas los códigos tienden a homogenizarse, surgen ciertos protocolos de "las buenas maneras en línea", reglas de seguridad, etc. Definiéndose así, cierta identidad virtual, dando a un "aspecto cibernético de la personalidad", lográndose una relación que eventualmente llega a desarrollar toda la potencialidad propia de una relación humana.

Por lo general la relación se desarrolla tras el encuentro, con el intercambio de e-mails y una correspondencia que gradualmente se vuelve más cálida y con expresiones de afecto. Luego, el coqueteo se instala, vienen las insinuaciones y los avances. El entusiasmo acompaña a la expectativa que antecede al abrir la casilla de correo y hallar la ansiada frasecita "tiene nuevo correo". Una vez que se ha llegado a este punto se está lo suficientemente involucrado como para decir que se está viviendo un romance "on line", es inútil negarlo. Si bien muchos inician este tipo de relaciones muy "deportivamente" y toman el asunto como un juego, lo real es que las emociones que acompañan al flirteo son muy reales y muchas veces el cazador (a) resulta cazado (a).

El romance basado en el correo electrónico y en el chateo es un nuevo tipo de relación en la que sujetos reales presentan parte de su realidad o sus fantasías a otras personas, también reales. Si bien hay quienes toman estos encuentros fortuitos en Internet como un juego del gato y el ratón, para el cual desarrollan técnicas y estrategias como cualquier conquistador (a), aun así, expresan su personalidad, su propia y particular manera de ser; auténtica en algunos casos, mediatizada o impostada en muchos otros. Este presentarse está condicionado por las características vigentes de la Internet y por la habilidad en el manejo de los recursos disponibles que tenga el usuario para construirse una "identidad virtual" (nombre, imágenes, sonidos, etc.).

En el cyber espacio los limites de distancia, edad o aspecto físico tienen otro valor, en muchos casos se han diluido pues carecen de sentido práctico, ya que por lo general los primeros encuentros son "a ciegas" otorgándose mayor importancia a la habilidad para desenvolverse y a ciertos aspectos propios de la interioridad de la persona. Este tipo de relaciones nos lleva replantear nuestra capacidad de percibir nuestras necesidades y respuestas emocionales en las relaciones vía Internet, a re definir el manejo de los límites y pone a prueba nuestra calidad humana.

Hemos vivido tiempos caracterizados por relaciones en las cuales la atracción física, la satisfacción de ciertas expectativas económicas y sexuales constituyen la base del inicio y el sostén de muchas relaciones; sin embargo, existen sectores de la población que otorgan mayor importancia a otros atributos como la ternura, el compañerismo, la amistad, etc. priorizando la satisfacción de sus necesidades en términos de afecto, compartir intereses, comprensión, etc. sin que la apariencia física sea determinante, en las que el contacto físico es de un segundo orden, que buscan relacionarse de manera que casi no exista el riesgo de ser acosados, teniendo la seguridad de mantener una distancia segura, sin peligro de contagios o imprevistos. Para los cuales la Internet resulta el medio no solo suficiente, sino que en algunos casos puede ser el medio ideal. Este tipo de relaciones es más frecuente en adolescentes y jóvenes que se inician en el aprendizaje del amor y sus caminos, encontrando en las salas de "chat" el medio propicio y seguro para ensayar sus lances, coqueteos y técnicas de seducción así como para dar rienda suelta a su fantasía y curiosidad. También acuden a la red en busca de romance aquellos jóvenes y adultos que encuentran en su rutina o forma de vida limitaciones para establecer nuevas relaciones, las mismas que no tienen validez o importancia en este medio. Aunque son una minoría en términos poblacionales, cada vez son mas las personas que mantienen una relación principalmente vía Internet y desarrollan una vida en línea, además de los diferentes tipos de relaciones que tienen fuera de la red.

En el romance en la red, el medio puede parecer muy artificial y fácil de controlar pero las emociones y sentimientos que se llegan a vivir pueden llegar a ser bastante reales y difíciles de manejar. Uno puede enamorarse, incluso apasionarse, ser muy feliz o sufrir mucho de acuerdo a los vaivenes de una relación en línea, tal como ocurriría en una relación convencional.

Cuando estos cyber romances se encuentran fuera de la red con frecuencia surgen las decepciones; no todos asumen la realidad con el mismo vigor y entusiasmo que a una ilusión o fantasía. De la misma manera que el amor romántico (aquel que no llega a consumarse) difícilmente sobrevive al encuentro personal, pues casi siempre le sigue la separación o por el contrario, se llega a mayor intimidad, perdiéndose igualmente la naturaleza romántica.

Sin embargo no todo es desencuentro en el mundo virtual, cada vez es más frecuente el enterarse que algún amigo o conocido encontró su pareja a través de la Red y que les va muy bien; no solo se halla romance en la red, también muy buenas amistades, aquí parece cumplirse una vez mas la regla de la informática que dice mas o menos que uno obtiene de la computadora aquello que introduce en ella, algo así como dar calidad para recibir calidad.

Decir que este tipo de relaciones sean de amor o no, puede ser motivo de largas discusiones, las clases y calidades de amor ha sido tema de interesantes trabajos ("amor, sexo y matrimonio" de Carlos A. Seguín) pero al margen de las definiciones y los expertos, quien está envuelto en una relación de estas no tiene dudas sobre el tema, para muchos es amor sin lugar a dudas y su opinión es tan válida y digna de respeto como cualquier otra.

Si usted o alguien de su entorno está envuelto en una de estas relaciones conviene tener presente algunas recomendaciones:

  1. Es importante tener claras las expectativas sobre hasta que punto está dispuesto (a) a llegar o el tipo de relación que desea tener. Si lo que busca es una relación que sea viable de concretarse en un compromiso a mediano plazo, entonces asegúrese que las personas con las que se va a relacionar estén dispuestas al compromiso o tengan los atributos que usted considera indispensables. Si por otro lado, lo que desea es entablar una amistad con alguien de un medio diferente al suyo y que se desarrolle fundamentalmente a través de la red, entonces no tiene mucho sentido el preocuparse por el color de su cabello o estatura, sino por otras cualidades. Entonces aclare lo que desea antes de comenzar a "romancear" o puede terminar en una situación bastante incómoda o absurda.
  2. Tenga presente que del otro lado de la PC también hay otra persona, que tiene su propia historia (diferente a la suya), su manera de ver la vida, otra manera de expresarse y sentimientos. Es importante el respetar las diferencias.
  3. Es fácil caer en el juego de la seducción y pretender ser algo diferente a lo que uno en realidad es. Esto ocurre en la red, tanto o más como ocurre fuera de ella. Trate de ser honesto (a) y se ahorrará explicaciones imposibles y decepciones posteriores.
  4. Si espera continuar la relación fuera de la red haga un intercambio oportuno de fotografías (vía e-mail) y datos personales, de manera que tenga una idea cercana a la realidad de cómo es "la persona depositaria de sus afectos", con frecuencia las personas son muy diferentes de cómo las imaginamos.
  5. Si está planeando un encuentro en persona, dentro de lo posible, asegúrese de que la persona con la que se está involucrando tiene una actitud saludable frente a la relación y que podrá conducirse apropiadamente.
  6. Escoja el lugar de encuentro y procure que sea un lugar público, seguro, que le permita interrumpir la reunión de ser necesario. Hágase acompañar por una amistad de confianza de manera que pueda ver a su cita y esté cerca hasta que usted le haga saber todo está bien y que se puede ir.
  7. No olvide que así como se dio la oportunidad de iniciar una relación usando la Internet, puede hacer lo mismo con la gente que está a su alrededor o cerca. Todo es cuestión de atreverse y darse la oportunidad.

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