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LECTURA DE CARTAS

 

EI Tarot es el más popular y universal de los métodos de adivinación y predicción. Está compuesto por un mazo de 78 cartas distribuidas en dos grupos.

Las primeras 22 son cartas numeradas que contienen otras tantas figuras y reciben el nombre de Arcanos Mayores. El resto de las cartas, 56 en total, son los Arcanos Menores; éstos se dividen en cuatro series similares a las de una baraja normal: oros, copas, espadas y bastos.

La palabra "Arcano" es sinónimo de secreto; secretos que hay que desvelar para llegar a conocer todo el misterio y el significado emblemático encerrados en cada una de las 78 cartas que componen este arte quiromántico.

El simbolismo que emana de ellas es palpable, no sólo en el significado que cada una de las figuras adquiere por sí misma; también fue muy importante en su tiempo el color de las cartas. Las láminas del Tarot clásico aparecen coloreadas de rojo, azul, marrón rosado y amarillo y a cada uno de ellos le correspondían valores que aumentaban su poder adivinatorio. Este colorido y simbolismo de sus figuras llevó a buena parte de los europeos del siglo XV a denominarlo "Juego de Oro".

Para agotar todas las posibilidades respecto al color, hay que tener en cuenta que el rojo es símbolo de vitalidad física y de entereza psíquica. Al color azul se le asocia con la secreta oscuridad y con la pasividad. El marrón rosado es símbolo de todo aquello que guarda relación directa con la condición humana: pasiones, afecto, odio, bondad, maldad, vida, muerte, tristeza, alegría... Y el color amarillo indica dualidad y ambigüedad .

LIBRO DE THOT

Los orígenes del Tarot siguen siendo un misterio aún sin descifrar, y son muchos los estudiosos que se han ocupado de investigar sus arcanos. Destaca especialmente la figura del prestigioso arqueólogo francés Court de Gebelin quien, a finales del siglo XVIII, lanzó la idea de que los 22 Arcanos Mayores del Tarot habrían sido acunados por los antiguos egipcios. Estas cartas habrían sido la herramienta de los sacerdotes para vaticinar a los faraones la forma más segura de salvaguardar los logros conseguidos por su rica cultura. Así nacieron las cartas del Tarot, con sus figuras pintadas sobre cuero y papiro.

Los únicos capacitados para la interpretación eran los miembros de la jerarquía sacerdotal y eran poseedores del conocimiento de los siete colores permitidos para cualquier dibujo: rojo, marrón, verde, amarillo, azul, blanco y negro. Su poder se extendía a lo divino y lo profano.

Y así, puesto que Thot estaba considerado entre los antiguos egipcios como el dios de la magia, se llamó "Libro de Thot" al Tarot, pues sus coloreadas y enigmáticas láminas contenían, de forma simbólica, las doctrinas herméticas y secretas que, a lo largo de los tiempos, había descubierto y elaborado esta milenaria civilización.

Este legado alcanzaría rápidamente una gran popularidad debido a la belleza estética de sus simbólicos dibujos y a su carácter lúdico.

Asimismo, se ha dicho que el Tarot es obra de antiguos sabios que llevaban una vida bohemia, que conocían todas las costumbres de los diversos pueblos y culturas de la antigüedad y que, para comunicar cuanto habían visto y oído en sus largas correrías, habían dibujado unas misteriosas figuras que, con el correr del tiempo, se transformaron en las cartas del Tarot.

CLAVES SIMBÓLICAS

Para una mejor interpretación de las cartas del Tarot, hay que tener en cuenta que cada uno de los Arcanos Mayores tiene, además de su significado característico, una dimensión asociada. Las cartas que ocupan el primer lugar de cada grupo ternario se corresponden con el plano del espíritu y simbolizan el elemento activo; las cartas que ocupan el tercer, o último, lugar de cada grupo ternario corresponden al plano del cuerpo y simbolizan el elemento pasivo; las cartas que están en medio, es decir, en segundo lugar, se corresponden con el plano del alma y simbolizan tanto al elemento activo como al elemento pasivo. Según esto, al ser 22 cartas y haber siete grupos de 3, hay una carta que no quedaría incluida en ninguno de ellos. Se trata del Arcano de "El Loco", la carta comodín que no se asocia a ningún plano. El resultado final sería el de las tres primeras cartas - El Mago, La Sacerdotisa y La Emperatriz - formando el primer ternario y con el simbolismo del espíritu, el alma y el cuerpo respectivamente. El resto de las agrupaciones resultará de seguir el orden lógico de las cartas, es decir, el segundo ternario estará formado por las cartas IV, V y VI; la VII, VIII y IX para el tercero y así sucesivamente. En cuanto a los septenarios, se desglosan para su significación emblemática en tres grupos de siete. El primero está formado por las cartas I, IV, VII, X, XIII, XVI y XIX para el grupo de espíritu; el segundo por la II, V, VIII, XI, XIV, XVII y XX para el alma y el resto para el cuerpo. FIGURAS EMBLEMÁTICAS EL LOCO Dentro de los Arcanos Mayores del Tarot destaca la figura de "El Loco", la única sin numerar y que se utiliza de comodín para reforzar el significado de las otras cartas. La significación emblemática de esta figura depende, en definitiva, del conocimiento que se tenga de los Arcanos Mayores, de la preparación y capacidad de concentración del intérprete o echador de cartas y del contexto bajo el que se realiza la consulta. El simbolismo asociado a esta carta, cuando aparece del derecho, es el de pasividad, despreocupación e irresponsabilidad. Si, por el contrario, se muestra boca abajo, "El Loco" es signo de incapacidad para razonar, de extravagancia y de ambigüedad. El dibujo que la representa corresponde a un vagabundo, bufón, juglar o trovador que camina en compañía de un perro y lleva sus pertenencias en un hatillo sujeto a un palo que apoya sobre su hombro. En las láminas del Tarot tradicional, lleva un adorno en el cuello de color azul, símbolo de pasividad y huida, de rechazo de responsabilidades y compromisos. EL MAGO Esta es la primera figura numerada del Tarot. Ocupa el primer lugar del primer ternario y del primer septenario de los Arcanos Mayores. Todo esto, unido a la variedad de su colorido, hace de esta carta una de las más significativas. Para estudiar de un modo exhaustivo todo su simbolismo hay que comenzar describiendo las formas y analizando los colores dominantes de esta carta en el Tarot clásico. En ella aparece, en primer término una mesa, tras la cual se encuentra de pie un personaje de hermoso rostro, con el pelo ensortijado y aspecto juvenil, que tiene levantada una mano con la que sostiene una varita mágica de pequeñas dimensiones, muy similar a un pergamino enrollado. Este personaje apoya la otra mano muy debajo de su cintura, a la altura de la mesa como si señalara hacia el suelo, y sujeta una moneda entre sus dedos. Esta posición contraria de las manos es interpretada como ambivalencia. En sentido positivo es signo de habilidad, destreza y espíritu despierto. Cuando su posición es invertida, se asocia a la charlatanería, la agitación y la ausencia de escrúpulos. También es símbolo de vitalidad física, puesto que al ser el primero en todo, "El Mago" tiene que generar confianza y seguridad, independencia y espontaneidad, tolerancia y rectitud de juicio.

 LA SACERDOTISA Figura marcada con el número II pertenece a "La Sacerdotisa". Ocupa el segundo lugar del primer ternario y del primer septenario de los Arcanos Mayores del Tarot. Esta carta representa a una mujer sentada sobre un trono que permanece cubierto y oculto bajo los amplios pliegues de sus holgadas vestiduras. El contraste de los colores de esta figura, en el Tarot clásico, entre los que sobresale el rojo de su túnica, el azul de su capa y el marrón rosado de su velo, indican la complejidad y riqueza emblemáticas encerradas en ella. Algunos estudiosos del Tarot, han identificado este velo con el que la mitología egipcia atribuye a Isis, diosa de la fecundidad y la fertilidad. Con todo, la gran fuerza simbólica de esta figura reside en el libro abierto que "La Sacerdotisa" sujeta con las manos y que mantiene apoyado en su regazo. El apacible rostro de la mujer parece indicar que medita sobre lo leído. En sentido positivo representa a la madre, lo bueno de la diversidad y el valor del mundo interior. En posición invertida, significa dificultad de expresarse, ausencia de prudencia y pereza. LA EMPERATRIZ Esta es la tercera figura de los Arcanos Mayores del Tarot y aparece numerada con el guarismo romano III. Con "La Emperatriz" se cierra y cumplimenta el primer ternario, por lo que conviene interpretar su significación inmediata en relación con las dos figuras que la preceden y que, junto con ella, completan el primer ternario. Si "El Mago" (arcano I) representaba la posibilidad de que en lo uno estuviera encerrado lo múltiple o que la diversidad se complementara con la unidad y, a su vez, "La Sacerdotisa" (arcano II) personificaba la fusión de lo inmanente con lo trascendente o la unión de lo ideal con lo real; la figura de "La Emperatriz" (arcano III), en cambio, simboliza la fuerza de la creación que se opone a lo yermo y estéril; es una de las figuras más cargadas de simbolismo beneficioso, místico y corpóreo al mismo tiempo. La carta de "La Emperatriz" en el Tarot clásico aparece representa bajo la figura de una mujer joven que sostiene en su mano izquierda un cetro y con su mano derecha se aferra a un escudo que tiene dibujada un águila. Su cabeza está cubierta por una corona que le tapa la frente y deja al descubierto sus cabellos color oro, que le caen hacia la espalda y reposan sobre sus alas. Este es el atributo más significativo de "La Emperatriz", pues las alas simbolizan la fuerza de la sublimación y la superior idealización. Las alas son un símbolo de la necesidad de pureza, pero también simbolizan el poder del conocimiento y la fuerza que puede llegar a adquirir el pensamiento. En posición normal, "La Emperatriz" es comprensión, elegancia y riqueza. En posición invertida es presagio de frivolidad, adulación y vanidad.

EL EMPERADOR La figura número IV de los Arcanos Mayores del Tarot corresponde a "El Emperador". Con ella se inicia el segundo ternario y en su descripción destaca la interacción entre lo real y lo simbólico. En este sentido la figura que estamos reseñando es símbolo de poder y protección, cuenta con la garantía de la ley. En el Tarot clásico la figura de "El Emperador" aparece revestida con los mismos atributos que la carta precedente ("La Emperatriz"), es decir, con el cetro y con el escudo, lo cual indica la sutil proyección y correspondencia establecidas entre ambas figuras. "El Emperador" sujeta su cetro, en posición recta, con la mano derecha, mientras que "La Emperatriz" lo sostenía con su mano izquierda y lo apoyaba suavemente, en posición oblicua, sobre la parte delantera de su hombro. Se resaltan así, haciéndose aún más patentes, los aspectos complementarios de ambas figuras: por un lado aparece "La Emperatriz" encarnando a la madre, y por otro se destaca la figura de "El Emperador" simbolizando al padre. También el escudo de armas aparece en las dos figuras, aunque "El Emperador" tiene su escudo apoyado en el suelo, al lado del trono, y la efigie del águila aparece con su cabeza mirando en dirección contraria. En esta cuarta figura del Tarot sobresale como color dominante el rojo, lo cual es símbolo de actividad y pasión, de dominio y de victoria. En posición normal es símbolo de autoridad, fuerza de voluntad, rigor y sabiduría. Cuando aparece invertida se la asocia a testarudez y tiranía. EL SUMO SACERDOTE Es la quinta figura de los "Arcanos Mayores" del Tarot, y aparece numerada con el guarismo V. Se sitúa en el segundo lugar del segundo ternario y en su descripción siempre se hace hincapié en la fuerza simbólica de las dos columnas (la razón y la ley) que se sitúan tras la figura principal. Y es que, además de la imagen de "El Sumo Sacerdote", que aparece de frente, también hay otras dos figuras que, con humilde ademán, se arrodillan a sus pies para recibir su bendición. Por esto mismo, en ocasiones, a este quinto arcano se le ha denominado "El Papa" y el "Maestro de los Arcanos". El rojo y el azul son los colores dominantes de esta quinta carta de los Arcanos Mayores del Tarot y ello significa que existe una superioridad manifiesta del plano de lo psíquico sobre los estratos de los sentidos, el entendimiento y lo trascendental. En posición normal es símbolo de autoridad moral, indulgencia y sociabilidad. Si se presenta invertida es señal de dogmatismo, limitación y falsedad.

LOS ENAMORADOS La figura número seis del Tarot aparece marcada con el guarismo VI y ocupa el tercer y último lugar del segundo ternario. Puesto que se trata de un Arcano que cierra un ternario su simbolismo es clave y en el Tarot clásico la lámina de "Los Enamorados" cuenta con la presencia de Cupido, personificación del amor. La flecha de Eros señala la dirección en la que se encuentra el joven, con lo cual se quiere dar a entender que existe una gran responsabilidad a la hora de elegir pareja, y que no se deben tomar a la ligera sentimientos tan profundos como el afecto y el amor. En posición normal indica valentía para enfrentarse a las circunstancias adversas con criterio recto y sano juicio, especialmente en lo referente a cuestiones sentimentales. En posición invertida se corre el riesgo de tener como única compañía la incertidumbre, la irresponsabilidad y los errores amorosos. EL CARRO Esta es la séptima figura de los "Arcanos Mayores" del Tarot, y aparece numerada con el guarismo romano VII. Con "El Carro" se inicia el tercer ternario y, por lo mismo, su significación emblemática se acentúa. Esta séptima lámina lleva implícita un simbolismo pleno de fuerza pasional, de movimiento y de dinamismo. Otro de los aspectos a tener en cuenta en la descripción de "El Carro" es el colorido de esta figura séptima de los Arcanos Mayores. De las cuatro columnas sobre las que se sujeta el techo del carruaje dos son rojas y las otras dos azules. Lo mismo ocurre con los caballos que tiran del carruaje: uno es azul y el otro rojo. En definitiva, este antagonismo de colores en elementos iguales indica la zozobra interior a que se siente sometido todo ser humano, debido a las contradicciones que tiene que soportar cuando se enfrentan su aspecto físico con el espiritual. En posición normal es símbolo de buena suerte, pasión y entereza. Cuando aparece invertida, lo es de riesgo por una actitud arrogante, prepotencia y desprecio hacia el hábitat natural. LA JUSTICIA Figura número ocho de los Arcanos Mayores del Tarot. Aparece marcada con el guarismo romano VIII, y con ella se inicia el segundo septenario. Por esto mismo, el simbolismo de la carta de "La Justicia" es el más universal de cuantos componen las figuras del Tarot. Sus significados inmediatos y esenciales aparecen relacionados con el equilibrio, la ecuanimidad y la objetividad. En el Tarot clásico este octavo arcano se reviste por igual con los tres colores más cargados de significación emblemática, es decir, de amarillo, rojo y azul; todo lo cual confiere aún mayor fuerza predictiva a tan enigmática carta. Esta figura femenina, lleva en su mano derecha una espada que mantiene en posición vertical, uniendo lo trascendente con lo personal. Símbolo de este equilibrio ha sido, durante siglos, la figura de la balanza que La Justicia lleva en su mano izquierda.

 

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