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Publicadas en el libro
"
La Mujer en la Décima 2005"

 

Del Puerto de Veracruz
es mi trova y mi nación,
soy Madre de profesión
de dos niños: Son mi luz.
Teresita de Jesús
Islas Ochoa soy, señores,
no vengo a ganar honores,
solo a expresar sentimiento
y a mecerme con el viento
como en el jardín las flores.

 

Con estoicismo latente
quiero conseguir, siquiera,
hallar la verdad primera
del ser, espíritu y mente.
Conocer en el presente
el misterio de la vida,
con ansiedad desmedida
en quimérica tarea,
y contra viento y marea
no me daré por vencida.
¡Dame siquiera un motivo
para vivir con tu ausencia!,
Dame tu mística esencia,
que estar sin ti no concibo.
Un solo beso recibo
como muda despedida.
¡Hazme siquiera una herida,
márcame con tu estilete
como oleaje que arremete!
¡Aunque me cueste la vida!

Aunque me cueste la vida
te daré mi último aliento,
me elevaré con el viento
ofrendando mi partida.
Ya en la oscuridad perdida
de tu somnífero lecho,
como una leona al acecho
velaré por tu descanso
y en suave y tierno remanso
te arroparé con mi pecho.

El llano de Sotavento
me trae de la lejanía
una antigua melodía
que se mezcla con el viento.
Y con efímero acento
que mi pensamiento anuda,
va despejando la duda:
mi alma vuelve a palpitar
porque vuelvo a respirar
aromas de albahaca y ruda.

 

Te vi de pronto llorar
con tus ojos angustiados
de lágrimas empapados
y así lograste cantar

Socorro Terán Beltrán

En esa calma y quietud
cuando presagia la aurora,
la luz se filtra incolora
sibilina plenitud.
Brota el canto en un alud
y la música al danzar,
tal parece musitar
secretos que lanza al viento;
desbordando sentimiento
te vi de pronto llorar.

¿Porqué atraviesa desnuda
tu alma entre ese zarzal
y a la herida pones sal
y el ardor te deja muda?
No vaciles, y reanuda
tu marcha en sinuosos vados
y en alazanes alados,
que desafían al destino;
no mirarás el camino
con tus ojos angustiados.

 

Eres flor que en llano crece
el cornizuelo es tu amigo,
eres dulce como el higo
y el Son te arrulla y te mece.
Cuando el Fandango amanece
ya has trovado en todos lados,
en rincones apartados
de tristeza es tu mirar,
tus ojos: aciago mar,
de lágrimas empapados.

Mas después de la tormenta
de la niebla surge hermoso
un arco iris grandioso
que en ti, la tristeza ahuyenta.
La lírica que te alienta
y que te inspira a trovar,
muy pronto te hará olvidar
aquel oscuro momento;
se lanzó tu voz al viento
y así lograste cantar

 

 

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