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Mi alma gira y gira...

 

Con movimientos de amor y de esperanza

turgescencia que viene cada mañana

a posarse como palomas desde mi ventana.

 

 

Y danza conmigo junto a la fragua

candente de pasión y de agonía,

y es tan grande la pena mía

que no la entiende mi alma.

 

 

Arranca de mi dolor cual un fantasma

y cierra la puerta de su cuarto,

y pone un cartel de "ya no aguanto"

y trata de apartarse de mi vida.

 

 

¡Ay alma!... por qué siempre tan perdida,

si sabes que al amor, no le hago falta,

solo dulces versos en mi garganta,

anudan el dolor de mi desdicha.

 

 

Alma, toma la mano de mi vida,

caminemos juntas por esta senda,

en  fin, las dos somos unas poetas,

que al amor le cantan, todavía.

 

 

No andes conmigo tan esquiva,

acaso ¿no te cargo aquí en mi pecho?,

acaso no bebes, en mí el sosiego

y te acuestas en mi lecho todo el día.

 

 

Y en la noche, cual dos espectros,

danzamos a la luz de la agonía,

y bebes el néctar de esta pena mía

para después esculpirlo en un verso.

 

 

Deja a Chopin, seguir el dueto,

junto a mi corazón que se encapricha,

ante al trinar de su melodía

que resuena temblorosa aquí en mi pecho...

 

Alma...

Alma... Alma... Alma....

Porqué te agitas...

acaso huyes de mis lamentos,

cada vez que siembro

dentro de tus salones, versos...

Que con sangre se riegan...

Junto a tu lira.

 

 

 

Patricia Téllez