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POEMA NOVENO
Tengo
un corazón, abandonado en la arena
Que me pide una entrega de pasión
Y desventura...
Y tengo cristales de luna, lloviendo
Sobre mi cara...
Como un espejo de espumas
Reflejando lo que ansío.
Un árbol de la impaciencia
Le da sombra a mis delirios,
Y le ofrece una uva mas ácida
Que el vino...
Es la sangre de mis versos
Que se derrama por los muros..
De una vida espesa de agonías
Y una sombra, proyectada en el presente..
Escalo, esa montaña tan renuente
A ese sordo grito de aventuras..
Ahí, donde escalan los que
tienen mas fortuna...
O quedan perdidos para siempre.. .
Y en esa montaña, de los ecos de la vida
Grito tu nombre, con toda mi locura..
Y luego caigo, abatida de rodillas...
A llorar por mi triste desventura...
Quien me dijo que te amara no vio mi llanto...
Es un dios carente de profecías...
Es un ciego, que no vio que mi agonía...
Es cantarle al amor, sin ser amada...
Este claustro de amor, que llevo dentro...
Se desangra de ti , aquí en mi alma...
Y me hace pensar, hasta en la muerte...
Cuando es ya tanto el dolor y no se aguanta...
Patricia Téllez
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