Salón
De la mano del dolor
caminé entre mis sombras
como dos enamorados.
Eramos ternura y tormento,
yo lo quería y era cierto,
que caminaba con el dolor.
Era mi mejor amigo,
el más amado, el más querido,
con él aprendí a hacer versos,
y a llorar por el amor.
Ay dolor enamorado,
que te arrullas en mi pecho,
ay dolor que en mi alma
hace brotar mi frenesí...
Amigo dolor, porque te quiero,
porque te amo y desespero,
me acostumbré ya a tus tormentos,
y al no poder vivir sin ti...
De la mano del dolor
caminé por el olvido,
caminé por mis delirios,
mis locuras y mis demencias.
¡ Triste vida de poeta!,
condenada hacia el martirio
condenada a que otros gocen,
lo que he de llorar yo...
De la mano del dolor,
me condenan a la muerte,
de llorar siempre los sueños
imposibles de pasión...
De llorar porque en el mundo,
voy vagando y sin retorno...
Si...
Voy vagando y sin retorno,
en busca del amor...
De la mano del dolor...
¡qué locura mi Dios !
en estas horas que yo embriago,
la amargura de mis penas,
más mi sino de poeta...
Y mi triste desolación.
Patricia Téllez
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