Tengo ganas de volver a casa,
echarme en la cama y no hacer más que pensar,
pensar, pensar…
Dejar mi imaginación volar, ciega y secreta,
llena de intimidades
que nada ni nadie puede traspasar,
oculta y compleja…
nadie me puede entender
¿será esto una depresión?
Únicamente pensar,
llamar con la imaginación
a aquellos personajes,
reales o ficticios,
que cada día me hacen sonreír,
que es lo más bonito en la vida,
sentir que eres feliz, que te sientes bien
y que los demás son felices,
se sienten bien contigo.
Pensar, pensar, pensar…
Mi interior me dice qué hacer,
pero yo necesito reflexionar,
libre de presiones, de cargas,
todo se queda en el mundo,
pero la imaginación vuela,
flota por un paraíso
lleno de incertidumbres,
en el que sólo es válido pensar…
de repente todo se desvanece,
porque vuelves a la realidad
y con tristeza observas
que nada ha cambiado,
que todo sigue igual,
todo igual de rutinario.
lo único que puedes hacer
es volver a pensar,
pensar en amar,
pensar en olvidar,
pensar y escuchar
ese yo interno
que quiere descansar
de toda la monotonía
existente en la realidad,
con las presiones terminar,
tan solo…PENSAR.
Arancha 1999