Abel queda atrapado en el mundo de los muñquitos
Rated: R o NC-17
Va por el capítulo 3
Por: Geisha y Denny
"Papi, papi yo quiero ver los muñequitos" le insistió Juliet a su papá por milésima vez. Abel trataba de ver su programa favorito pero se le hacía imposible con su nena pidiéndole ver muñequitos así que decidió complacerla y le puso el cartoon network. "Wow los Thundercats!! hace tiempo que no veía esto" pensó emocionado y le dijo a su hija "complacida mi amor?". "Sí gracias papi" le contestó ella con una sonrisa y se puso a ver la televisión. Abel la había llevado a almorzar y él siempre después de comer le entraba un poco de sueño, era la 1:00 de la tarde y hace tiempo que no había podido darse una siesta, así que decidió aprovechar que su hijita estaba sumamente entretenida viendo muñequitos y le djo "Juli mi amor, me voy a dormir un rato, si quieres algo me despiertas". "Sí papi" le contestó ella sin quitarle la atención al televisor. Los ojos le pesaban tanto que ya no los podía mantener abiertos mientras el sonido del televisor se iba alejando hasta que parecía como si lo hubieran apagado. Abel fue callendo en tremendo hollo negro que parecía no tener final, su mente ya estaba flotando y estaba totalmente relajado callendo por ese hollo que ahora le parecía un universo lleno de estrellas, pero a la vez le parecía raro pues mientras iba bajando las cosas fueron tomando nuevo color y todas las cosas parecían muñequitos. De momento sintió un tremendo golpe y se dio cuenta que por fin había llegado al final de aquel hollo. Apoyó sus manos en el suelo para levantarse y notó que tenían algo raro, se levantó del suelo, aún sin mirar a su alrededor, se frotó los ojos y se volvió a mirar las manos. Ahora era una caricatura y no sabía donde rayos se encontraba, se rascó la cabeza tratando de recordar lo que le había ocurrido y cómo había llegado allí, y por fin miró a su alrededor. Estaba en algún tipo de caricatura, todavía no sabía exactamente de cual caricatura ahora era parte y miró a su alrededor tratando de encontrar algún personaje que reconociera. De momento vio unas figuritas azules a lo lejos que venían corriendo en su dirección y que cada segundo estaban más cerca de él. "OOOOHHH son los pitufos!!! WAO!!! no lo puedo creer" pensó recordando cuando de pequeño despues de llegar de la escuela prendía el televisor para verlos. "Corre, corre escóndete que viene Gargamel" sus pensamientos fueron interrumpidos por uno de los hombresitos color azul con pantalones y sombrerito blanco. Abel se quedó paralizado tratando de recordar quien era Gargamel, se le metió en la cabeza la famosa frase que él decía "ODIO A LOS PITUFOS!!" y poco a poco fue callendo en cuenta de que si no se escondía lo confundirían con uno de los pitufos y lo atraparían. Sus ojos se fueron abriendo cada vez más en terror y reaccionó corriendo de lado a lado mientras gritaba una y otra vez "AHHHH AUXILIO AUXILIO VIENE GARGAMEL, ME TENGO QUE ESCONDER!!" De momento escuchó a alguien gritándole "pero escóndete y deja de correr como una gallina sin cabeza". Abel reaccionó y se quedó quieto pensando lo ridículo que se debió haber visto y sintió a alguien halándolo por el brazo llevándoselo a un lugar a salvo. Ambos se escondieron detrás de unas hojas gigantes y le taparon la boca para que no dijera nada. Abel aún no sabía quien lo había rescatado, pero decidió no moverse y tratar de averiguar quien fue para no hacer ruido. Después que Gargamel se fuera frustrado por no haberlos encontrado y gritando "ODIO A LOS PITUFOS, ODIO A LOS PITUFOS. ALGUN DIA LOS ATRAPARE", Abel se viró para ver quien le había salvado la vida y vio la figura azul más bella que había visto en su vida. Fue amor a primera vista, sus ojos brillaban mientras escuchaba música romantica en el fondo y lo único que salió por sus labios fue "Pi... Pe... Wao... que be... ahhh... gracias!!" Pitufina le sonrió con una mirada seductora y le dijo "no te apures, pero la próxima vez ten más cuidado, bueno nos vemos". Se fue nuevamente dejando a Abel aún pensando en sus hermosos ojos. Respiró profundamente mientras la veía alejarse y se dijo a sí mismo "estoy enamorado". Al lado se le apareció un pitufo con un regalo en las manos y le dijo "Enamorado?? de quién?" Abel se viró con ojos de soñador y le respondió entre suspiros "siiii enamorado, de Pitufina, el color de su piel me exita y como le cae el pelo en los hombros, y ese sombrero que lleva se le ve tan sexy, si tan sólo la pudiera conquistar, sería feliz". El pitufo rodó sus ojos después de escuchar a Abel y le dijo con cara de travesura "mmm... quieres que se enamore de ti?? yo te puedo ayudar". Abel se emocionó, al ver lo rápido que se ofrecieron ayudarlo y le dijo "de veras y cómo me vas a ayudar". "Es fácil, ves este regalo, ella es lo más interesado que existe-" iba a seguir hablando pero Abel lo interrumpió "interesada, ella? no puede ser". El pitufo un poco enojado después de que Abel lo interrumpiera, continuó "quieres tenerla a tus pies o no?" Abel movió su cabeza a la derecha para ver a Pitufina de lejos, se estaba arreglando el sombrero y el viento le movió el pelo, le pareció tan linda que su pene ahora estaba completamente despierto y luego de mirárselo y coger una hoja para taparlo le dijo al pitufo que lo estaba ayudando "sí, que hago?" El pitufo continuó "OK, pues sólo le das este regalo y ya, la tendrás a tus pies, quedará completamente enamorada de ti". "Sólo le doy este regalo y ya?" le preguntó Abel un poco incrédulo y el pitufo le contestó "sí, te acabo de decir que es lo más interesado que hay". Abel aún no lo podía creer y le dijo "Pero que hay aquí adentro que le va a gustar tanto?" "quieres tener a Pitufina enamorada de ti, sí o no?" le preguntó el pitufo un poco irritado por que Abel aún no aceptaba llevarle el regalo. "Sí, oye amigo gracias" le dijo Abel tomando el regalo en sus manos y caminando en dirección a Pitufina. Llegó hasta donde ella y comenzó a decirle muy nervioso "ehhhh... Pi...Pitu..." ella lo miró de arriba a abajo y se quedó mirándole el pantalón en la parte del pene sorprendida, pues aún lo tenía parado y parecía como si fuera a romper el pantalón. "Dime que quieres" le dijo ella aún mirándolo allá abajo. "OK es que te traje un regalo" le dijo él mientras el corazón se le aceleraba y le nacía una sonrisa en los labios. "Un regalo? para mí?!?! QUE LINDO ERES, GRACIAS!!" le dijo ella arrebatándole la caja de las manos y mientras con cuidado le iba quitando la envoultura Abel le preguntó "Pitufina, quisieras ser mi novia?" Ella paró de quitarle el papel al regalo por un momento y lo miró a los ojos para decirle "primero déjame ver que me tienes y después te digo si acepto o no, esta bien?" y continuó destapando el regalo mientras Abel le contestó "ok" escondiendo las manos detrás de su espalda con los dedos cruzados. Abel se le acercó mucho pues quería sentir su aroma y ella un poco íncomoda al notar lo que él trataba de hacer, lo miró y le dijo "me voy a esa sombra para abrirlo, espérame aquí mientras lo abro y si me gusta, te doy el sí, ok". "OK" le contestó Abel deseando con todo su ser que a ella le agradara el regalo. "Dios mio que mucho se tarda en destaparlo" pensó Abel un poco desesperado pero sus pensamientos fueron interrumpidos por una gran explosión. Asustado empezó a buscar con su vista de donde había venido aquel estruendoroso ruido y vio a Pitufina con la cara negra y sin pelo, se le veía el casco azul que hasta se parecía a un huevo azul, así que Abel no pudo evitar reirse. Ella comenzó a llorar sin consuelo y empezó a señalarlo mientras gritaba "FUE EL, FUE EL, ME ENGAÑO, ATRAPENLO!!" De momento salieron un montón de pitufos enojadísimos con palos en las manos mirándolo con ganas de matarlo. Abel no sabía que hacer y lo único que le salio fue una carcajada nerviosa para luego empezar a correr para que los demás pitufos no lo pudieran atrapar y darle. "ATRAPENLO, LE JUGO MAL A PITUFINA, ELLA SE QUEDARA CON EL QUE LO ATRAPE!" gritaba uno de los pitufos mientras corrían detrás de Abel. Abel se había escondido cerca de un río enfurecido que pareciese apunto de desembocar en el mar, notó que lo habían encontrado y salían corriendo en dirección a él asi que decidió tirarse al río dejando que la corriente se lo llevara.
Trataba de buscar una manera de aguantarse a un piedra pues sentía que se ahoga, pero no había nada para poder salvarse. Siguió flotando hasta que desembocó en el mar y poco a poco se fue hundiendo a la profundidad. No encontraba la manera de salir y como no podía respirar, se estaba ahogando y poco a poco fue perdiendo el conocimiento. Mientras esperaba su muerte vio a lo lejos lo que parecía ser una muchacha de pelo rojo que poco a poco se iba acercando a él. "Te sientes bien?" le preguntó la muchacha y al ver que Abel se estaba ahogando se lo llevó de la mano a un lugar donde él pudiera respirar. Llegaron a una cueva, lo colocó encima de una roca y lo comenzó a jamaquear para tratar de despertarlo. "Ariel, creo que vas a tener que darle respiración boca a boca, por que no está respirando" le dijo su mejor amigo, Sebastián, que era un cangrejo rojo. "Bueno, esta bien no puedo permitir que muera, es taaaaann cute!!!" dijo ella mientras acercaba su boca a la de él, pero Sebastián la agarró por el pelo y la detuvo diciéndole "pero Ariel, tienes que recordar que él es un ser humano y tú eres una sirena, y aunque lo encuentres cute, como tú dices, tienes que dejarlo ir, por que aquí en el mar no sobreviviría". Ariel miró mal a su amigo y en tono molesto y sarcástico le dijo "sí, sí ya lo sé, como siempre me tocará quedarme aquí under the sea, como dices tú, y tendré que soportar el hecho de que sólo puedo hacer lo que al libretista de Disney le de la gana de escribir". Iba a acercar nuevamente su boca a la de él pero Sebastián la volvió a agarrar por el pelo diciéndole "promételo, promete que lo vas a dejar ir". Ella cogió a Sebastián y le dijo "sí, cangrejo lo prometo, ahora por favor déjame salvarlo" luego tiró a su amigo al fondo del mar y por fin acercó su boca a la de él y comenzó a darle respiración hasta que Abel reaccionó tociendo. "Quién eres" le preguntó Abel aún con un poco de dificultad al respirar. "Te salvé la vida, me llamo Ariel y tú cómo te llamas?" le dijo ella con una sonrisa de oreja a oreja. Abel le contestó la sonrisa, para luego sentarse y le dijo extendiédole la mano "Soy Abel, mucho gusto y en realidad no se como agradecerte el que me hallas salvado la vida". Ella tomó la mano de Abel saludándolo y con una sonrisa le dijo "no te preocupes, no me lo tienes que agradecer" "claro que sí, si no fuera por ti, ahora mismo estaría muerto". Ariel lo miró de arriba a abajo y le dijo "bueno, pues pensándolo bien, ya se como me puedes agradecer..." "a ver, dime como" le dijo Abel mirándola a los ojos. "Pues me das un beso en los labios y ya" le dijo ella con simpleza. Abel dio una pequeña carcajada, la miró a los ojos "ok" le dijo y se acercó a ella para besarla. Luego de 10 minutos besándose ella terminó el beso diciendo con una sonrisa "bueno, creo que ya te debes de ir, por que la marea sube ya mismo y si no te vas ya, no podrás salir de aquí". "Ok, por donde me voy?" le preguntó Abel poniéndose de pie, ella le señaló la salida y se quedó mirándolo mientras el salía de aquel lugar.
Tan pronto salió de aquella cueva por donde Ariel le había dicho, callo por un hollo negro bastante hondo pero al caer no se dio tan duro ya que algo había roto su caída. Sentía algo duro que se le enterraba un poco en el roto del trasero y cuando lo cogió en sus manos, era una enorme zanahoria y rápido captó que estaba en una de las guaridas de Bugs Bunny ya que estaba sentado encima de una montaña de zanahorias. Se trató de poner de pie, pero entre tantas zanahorias no podía y perdió su balance callendo al suelo con una zanahoria en su boca. Escuchó unos pasos y al alzar su mirada vio una sombra que se acercaba a donde él estaba. Antes de que se pudiera quitar la zanahoria de la boca llegó Bugs Bunny, y al verlo se enojó tanto que le empezó a gritar. "COMO TE ATREVES ESTAR AQUI SIN MI PERMISO, APESTANDO MIS ZANAHORIAS Y PARA COLMO ROBANDOMELAS". Abel por fin logró quitarse la zanahoria de la boca y se la entregó con una sonrisa inocente en sus labios. "Perdone señor Bunny, lo que pasó es que entré en una cueva para salvarme del mar y caí a-" Abel iba a seguir explicándole pero Bugs Bunny lo interrumpió "ESTO ES PROPIEDAD PRIVADA, QUE NO ENTIENDES EL SIGNIFICADO DE LA PRIVACIDAD". Lo levantó por el cuello de la camisa y lo llevó por pasillos oscuros. Llegaron hasta un escudo gigante que decía WARNER BROS. lo abrió, lo tiró al aire y cuando estaba callendo le dio una patada en el trasero que lo hizo volar como Super Man... o más bien como el super ratón. Mientras volaba por el aire asustado de a donde iría a parar, vio a lo lejos la figura de la cabeza de un ratón con las letras DISNEY debajo. "Oh no y ahora que más me va a pasar" pensó mientras se acercaba al portal de Disney. Cuando por fin calló por aquella figura de ratón, llegó hasta una cama y se golpeó la cabeza con la cabecera quedando inconciente. Miney ya tenía su babydoll puesta y estaba lista para sorprender a su amado Mickey. "Oh Mickey, mi amor llegaste antes de tiempo" dijo Miney desde el baño tratando de que su voz chillona le quedara más sensual. Cuando salió del baño se llevó una sorpresa, no era Mickey el que estaba en su cama, sino que un hermoso ser humano. "Dios mío, gracias me lo mandaste del cielo" pensó Miney acercándose más a Abel. En unos segundo su cara de ratoncita buena, cambió a una de maldad y rápidamente buscó entre sus gabetas algo para poder amrrarlo a la cama y que no se le escapara. Encontró unas corbatas que le había regalado a Mickey en el aniversario de sus 50 años, pero que él nunca usó, pues siempre le gustaba llevar la misma ropa. Mientras Abel aún seguía dormido, lo desnudó poco a poco y le amarró las muñecas a la cama. Lo comenzó a besar desde la cabeza hasta los dedos del pie. Abel se despertó y sintió exitación ya que alguien le estaba lamiendo las bolas. Estaba tratando de recordar con quién había estado, cambió su vista para abajo para ver quien le hacía ese masaje tan rico. Cuando vio a una ratona gigante allá abajo empezó a gritar histérico y asustado "Quién eres??? Qué haces???". Miney levantó su vista y luego de dar una pequeña carcajada malévola, le dijo "mi nombre es Miney y baja la voz que no quiero que Mickey se entere de lo que estamos haciendo". "ESTAMOS?!?!, YO NO ESTOY HACIENDO NADA, ME ESTAS VIOLANDO... AUXILIO, AUXILIO ME VIOLAN!!!!" gritó Abel histérico mientras Miney le pedía que bajara la voz. "Por favor no grites, Mickey llegará en cualquier momento y si te ve aquí, te matará" le dijo ella llevándose los dedos índice de sus dos manos a la boca en señal de que hiciera silencio. En ese momento se escuchó la puerta de la entreda cerrarse de cantaso "oh, oh... ya es muy tarde, ya llegó" le dijo esta vez con cara de preocupación y en ese instante entró Mickey por la puerta. Miney se salió de encima de Abel rápidamente y se tapo con la frisa hasta la nariz para que Mickey no viera su cara de satisfacción después de haberle sido infiel con un ser humano. MINEY, NO PUEDO CREER ESTO!!! ME HAS SIDO INFIEL Y CON UN SER HUMANO... *mira a Abel* Y QUIEN CARAJO ERES TU... MALDITO LA PAGARAS". En ese momento Mickey caminó a su armario y sacó una escopeta apuntándosela a Abel. "No, por favor señor, esto ha sido un mal entendido no me mat-" *PUUUUUMMM* pero antes de que Abel pudiera terminar de explicarle Micky le disparó en la cabeza.