Euskal Herria
DOCUMENTOS DE ETA SOBRE EL PROCESO POLITICO: EXPLICACIONES DE PNV Y EA
PNV y EA aseguran que no existió acuerdo alguno al rechazar ETA sus propuestas

* Arzalluz afirma que la organización armada ha ocultado la respuesta que dio a la formación jeltzale * Knörr insiste en que la relación de documentos publicada por GARA es «de parte e incompleta»

MIrari ISASI | BILBO

Los dirigentes de PNV y EA coincidieron ayer en su respuesta a los documentos publicados por GARA en torno a los contactos mantenidos por ambas formaciones políticas con la organización armada ETA. El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y el secretario general de EA, Gorka Knörr, aseguraron que la información publicada por este diario estaba incompleta, puesto que ETA omitió los escritos enviados a los dos partidos, en los que expresaba su rechazo a la propuesta de desarrollo del acuerdo que las tres partes suscribieron en agosto de 1998, a iniciativa de ETA. Ambos manifestaron que no hubo acuerdo porque la organización armada no aceptó el texto añadido por los partidos.

Xabier Arzalluz y el portavoz del EBB, Joseba Egibar, entregaron ayer a los medios de comunicación documentos que ETA y la formación jeltzale se intercambiaron durante los contactos que mantuvieron entre julio de 1998 y agosto de 1999, así como una nota en la que ofrecen su propia cronología: la propuesta de ETA del 30 de julio de 1998, en la que aparecen la firma de PNV, EA y ETA; las propuestas de las dos formaciones políticas para el desarrollo del acuerdo original, fechada el 13 de agosto de ese mismo año; la carta enviada por el PNV a ETA ese mismo día; la respuesta que dio ETA, fechada en setiembre del 98; la nueva propuesta de construcción nacional de ETA a PNV y EA, del 11 de julio de 1999 (esta fecha corresponde a la reunión con ETA, mientras que la organización armada hace pública su propuesta con fecha de agosto); y la respuesta del PNV a ETA, de agosto del 99, rechazando esa segunda propuesta.

En el escrito dirigido por el PNV a ETA, la formación jeltzale recoge las especificidades añadidas al «acuerdo firmado», después de constatar que «se nos ha propuesto, y hemos firmado, un acuerdo básico dirigido a dar comienzo a una nueva etapa». Unas especificidades reproducidas el pasado domingo por GARA.

Según subrayó Arzalluz, la respuesta de ETA, recogida íntegramente en estas páginas, demostraría que no hubo acuerdo, ya que la organización armada no suscribió el añadido. En el documento, ETA señalaba que «no aceptamos las especificaciones que nos dirigís los dos partidos».

Arzalluz afirmó ayer que ETA ha actuado «de mala fe» al haber ocultado el documento en el que responde a la carta del PNV, pero insistió, como también lo hizo Gorka Knörr con respecto a EA, en que el PNV no variará su estrategia, seguirá trabajando por una solución dialogada al conflicto político y no abandonará Lizarra-Garazi. Asimismo, indicó que el PNV seguirá trabajando con otras fuerzas abertzales en el cotejo de las alternativas para la consecución de un nuevo marco jurídico-político.

Arzalluz explicó que entre julio de 1998 y agosto de 1999 hubo «dos intentos de acuerdo, los dos fallidos», entre PNV, EA y ETA. Afirmó que el primero no salió adelante porque ETA rechazó las propuestas añadidas, mientras que el segundo no cuajó por la negativa inmediata de PNV y EA a aceptar la propuesta de ETA, que incluía la celebración de unas elecciones nacionales en Euskal Herria a cambio de una tregua definitiva.

Por eso, a su juicio, ETA «miente cuando dice que rompe el alto el fuego» por el incumplimiento por parte de PNV y EA de los acuerdos y aseguró que el PNV todavía espera «la verdadera razón» de la ruptura.

El líder del PNV achacó a la «deslealtad» de ETA tanto que se hayan hecho públicos los documentos como «que haya mentido llamando acuerdo a lo que no lo es». No obstante, indicó que la publicación quizás se deba a que esos documentos estén en manos de las FSE, aunque también la atribuyó, en la misma línea que lo hizo Knörr, a un intento de ETA de explicar la ruptura de la tregua «a sectores de la izquierda abertzale que no lo entienden».

EA defendió la misma versión que el PNV al manifestar su secretario general, Gorka Knörr, que los documentos publicados reflejan «una información de parte e incompleta».

Según señaló, faltaba el documento, fechado en setiembre de 1998, en el que ETA manifestaba a EA su negativa a aceptar el desarrollo añadido al acuerdo inicial así como la respuesta, al menos de EA, en la que se añade que «si desde ETA no se nos dice nada, se entenderá que el documento quedará sin efecto».

Knörr no mostró ningún documento, pero sí detalló el intercambio de escritos entre ETA y EA, para mantener que no hubo acuerdo entre PNV, EA y ETA. Dijo que «ETA hizo llegar, por escrito, con fecha de 19 de setiembre, a EA su negativa a aceptar nuestras condiciones, reprochando a nuestro partido su cabezonería» por plantear que «no tendría validez un acuerdo que recogiera únicamente las propuestas de ETA», y apuntó que «el documento que aprobaría EA es el que contiene los añadidos que hacemos los partidos».

Knörr rechazó que «un eventual acuerdo» suponga «arrodillarse» ante ETA o signifique «el abandono de las armas para alcanzar la independencia», y afirmó que EA seguirá buscando una solución negociada pese a las críticas del Gobierno español, del PP y del PSOE, y pese a los intentos de responsabilizar a PNV y EA de la ruptura de los compromisos adquiridos.


Réplica de ETA a la respuesta del PNV

A continuación se reproduce el texto íntegro de la carta que, según informó ayer el PNV, envió ETA a este partido en setiembre de 1998 (la traducción al castellano fue facilitada por el PNV en la rueda de prensa de ayer):

«Saludos:

Una vez estudiada la respuesta que habéis dado a la propuesta de acuerdo que os dirigimos, os queremos trasladar las siguientes decisiones y reflexiones:

* Nos parece poco serio, desde el punto de vista formal, realizar modificaciones sobre el documento original. Más si esas modificaciones pretenden ser una lectura o desarrollo del acuerdo. Según nos dijisteis, vosotros también lo veíais así, y fue el deseo de EA la razón de hacer las cosas así. Entendemos, por tanto, que las respon- sabilidades son diferentes, pero como está firmado por ambos, nos vemos obligados a decíroslo también a vosotros.

* No aceptamos las especificaciones que nos dirigís los dos partidos. Y es que la mayor preocupación que podemos apreciar en lo referido a los contenidos es el referido al mantenimiento de vuestro espacio, y en cierta medida una falta de arrojo para dar pasos hacia delante.

* Más adelante tendremos ocasión de hablar largo y tendido sobre las aclaraciones en torno al acuerdo y los pasos a dar en aras del logro de la soberanía.

* Vosotros nos planteasteis que preferíais mantener unas relaciones bilaterales y trabajar un acuerdo entre los dos. Nosotros pensamos que no se debe desplazar a nadie y que la responsabilidad de la construcción nacional nos corresponde a todos, a pesar de que las fuerzas y capacidades sean diferentes. Por lo tanto, hemos querido mantener la fórmula que implica a los tres. Ello no implica la negación de las relaciones bilaterales, del mismo modo que en otras ocasiones pueden ser trilaterales o multilaterales.

Por otra parte, os queremos trasladar ciertas reflexiones en torno a la postura que hemos apreciado en el PNV. Y en este sentido, tenemos que diferenciar la postura anterior al alto el fuego y al Acuerdo de Lizarra, y la posterior.

Desde que recibimos vuestra respuesta hemos detectado comportamientos totalmente distintos en vuestros alderdikides. Así como el PNV como partido ha mantenido en general una discreción y una seriedad, hemos apreciado una postura en absoluto honesta en ciertos miembros de vuestro partido, responsables del Gobierno de Gasteiz. En primer lugar porque han tenido poca discreción. Y todos sabemos que el protagonismo y el partidismo en nada ayudan en los momentos políticamente importantes. Pero lo que más nos ha preocupado es el esfuerzo realizado por deformar el acuerdo y la situación que podía surgir.

No tiene mucho fundamento el intento de explicar los cambios políticos que están acaeciendo solamente mediante la evolución y transformación de la Izquierda Abertzale. Como si se quisiera tomar la delantera a la publicación de la decisión de la Organización. Comprendemos la necesidad de ir trabajando ciertos mensajes, aunque sólo sea para guardar la espalda ante los ataques mediático/políticos dirigidos desde España. Pero los intereses de cada cual no pueden poner en riesgo en absoluto el paso que puede darse entre todos. Y esos comportamientos han puesto en riesgo la posibilidad de dar cualquier paso. Sabemos perfectamente que el PNV y el Gobierno de Gasteiz no son la misma cosa y que, por lo tanto, los mensajes y las posturas han de ser diferentes, pero ese "juego de roles" sobraba en este momento. Así nos parece por lo menos.

El mensaje político que hemos apreciado en este espacio de tiempo en el PNV no ha girado en torno a la soberanía o en torno a la posibilidad abierta para su consecución. Se ha hablado en exclusiva de la "paz" e identificando siempre la paz con el alto el fuego de ETA. Sin embargo, la fase política que afrontamos no es la de la "paz", sino la de la SOBERANIA. Y la legislatura del Parlamento de Gasteiz no va a ser la de la "paz", sino LA ULTIMA LEGISLATURA. Ese era, por lo menos, el sentido del acuerdo propuesto. Luego habrá que ver hasta dónde llegamos por ese camino, qué obstáculos encontramos, qué fuerzas aportamos entre todos, etc.

Y para eso, la preocupación que nos ha de aglutinar no es la respuesta que den Madrid o París, sino el compromiso que asumimos o los pasos que damos los abertzales. Sabéis perfectamente que la cuestión no es pedir "responsabilidad y valentía" al Gobierno de Madrid, sino poner en práctica el compromiso adoptado de palabra. La responsabilidad la hemos de pedir los abertzales a nosotros mismos, para aprovechar esta situación política y para dar los pasos necesarios de forma que pongamos bases firmes para el futuro.

En este sentido, consideramos apropiado e importante el Acuerdo de Lizarra. Y, en verdad, valoramos en todo su calado la postura adoptada por el PNV, porque es un claro exponente de su compromiso en torno a los pasos que llevan hacia la soberanía. Por lo tanto, damos por bueno el foro de diálogo y el punto de partida para el acuerdo político que supone el Acuerdo de Lizarra, y nos parece que es el marco idóneo para la participación y el trabajo en común.

Del mismo modo, valoramos como muy positivas tanto la situación surgida a raíz de la iniciativa adoptada por la Organización como los cambios políticos que, en general, se están apreciando en Euskal Herria. Se están poniendo de manifiesto en la sociedad la posibilidad de dar pasos y el compromiso para el logro de acuerdos políticos. Todos nos encontramos en una situación especial que queríamos ver desde hace mucho tiempo. Precisamente, ante la inmejorable posibilidad de dar pasos dirigidos hacia la Soberanía. Y ante estas posibilidad es indispensable la participación, el compromiso y la responsabilidad de todos.

Por todo ello, nos ha parecido adecuada la postura adoptada por el PNV ante el alto el fuego. Porque ha demostrado seriedad y madurez política. Os enviamos una copia del comunicado publicado, porque es conveniente que lo recibáis directamente a pesar de que ha aparecido en los medios de comunicación.

Sin ninguna duda, nos encontramos ante el camino que se dirige al logro de la soberanía en Euskal Herria. Siendo eso así, no minimizamos en absoluto la ilusión, la determinación de ir hacia delante y el deseo de vivir en paz que se aprecia en la sociedad vasca. De todas formas, a pesar de que se hable de una "situación sin violencia", Euskal Herria está sufriendo la violencia en todas partes y a cada momento. Las fuerzas armadas de ocupación siguen sembrando el miedo en las calles de nuestro pueblo, la misma Ertzaintza no ha desterrado su comportamiento represivo, los presos continúan dispersos, el euskara continúa siendo objeto de un ataque generalizado, los derechos de nuestro pueblo continúan pisoteados... La violencia, por lo tanto, existe, y es la que utilizan los estados que pisotean a nuestro pueblo. Y a eso deberemos hacerle frente entre todos.

Por otra parte, os planteamos muy claramente que la responsabilidad de que esta situación se tornara definitiva era de todos. Y cuando decimos todos, en principio no tenemos en cuenta ni a España ni a Francia. La responsabilidad es de todos los que queremos y amamos la libertad de Euskal Herria. Vosotros os situáis, por lo menos de palabra, en ese espacio; a ver si todos hacemos lo propio mediante los hechos. Y es que se requieren pasos prácticos, y no intenciones para mañana o pasado mañana.

Vivimos tiempos de colaboración, cada uno desde su entorno de trabajo y desde su óptica. Pero, siendo objetivo de todos el logro de la soberanía y de la paz, pensamos que tenemos una oportunidad de reunir esos enfoques en un acuerdo general. Ya que, como hemos referido en público, nos encontramos ante una oportunidad sin igual para compartir responsabilidades y crear acuerdos y entornos de colaboración en el camino de la independencia de Euskal Herria. Y por nuestra parte, tenemos la total determinación de avanzar por ese nuevo camino de acuerdo.

Nos despedimos, con la esperanza de que todos trabajaremos y daremos pasos firmes en esta situación que tiene una importancia crucial para el futuro de Euskal Herria».

En Euskal Herria,

a setiembre de 1998

 

 


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