Ángeles Caídos
Es el cruce del tiempo
y de la hora. Se repetirá el sonido de nuestros pasos en cada escalón y en cada
muro de la casa, lo mismo nuestras sombras que se agrandan tal vez por el temor que
sientes de estar envuelta en este manto de noche conmigo, en este culto a las sombras, en
este resguardo al arribo del día. Sin embargo no debieras de temer, en muchas cosas somos
iguales: También yo te temo, también yo te sueño. A mí también me gusta la lluvia y los días grises, me traen
recuerdos. Dicen que llueve porque alguien que esta lejos, muy lejos, te quiere; es
agradable pensar en ello, suponer que alguien te extrañará apenas te llenes de ese aroma
que deja la muerte, impregnando de él toda tu piel, tu cama, tu miedo. Lo siento no quería hablar de
cosas desagradables, solo trataba de conversar, quiero demostrarte que no somos tan
distintos, que respiramos el mismo aire que mueve las hojas de los arboles, que nuestra
sangre es roja dulce y deliciosa; que aborrezco la luz, pues esta solo me a mostrado los
defectos físicos de la gente que quiero pero no me deja ver mas allá. ¿Opinas
distinto?, Anda dilo; piensas que soy un monstruo porque me sientes detrás de ti sin ver
mi reflejo en el espejo, por que volteas y ya no me encuentras; por que mi sombra se
escabulle entre tus pensamientos, no temas, ellos están salvos conmigo. Que bueno que no
creas en nosotros, en cierta forma te lo agradezco. No hace falta usar mascaras en esta
vida, tampoco te sirve esa cruz sino crees en ella. Créeme, yo tengo una que jamas me hace caso; tal vez por que no fui
nunca muy devoto, mi devoción era por otro motivo, le tengo devoción a tus ojos, no los
cierres, no te escondas en un suspiro. Deja calmar el temblor de tus labios, eso, quita
los dedos y déjalos hacer a los labios lo que saben, entrégate toda. No tengas reservas
de lo que tú eres y de lo que yo soy, eso ya no importa ahora. Anda, ven acuéstate,
puedes prescindir de las sabanas, no harán falta. El frío lo podrás controlar con el
pensamiento; también al viento, a los lobos o a las ratas. Muy bien, deja a los dedos
sentir los trazos que hay en mi piel marchita, siente como cambia tu piel al roce mío,
siente el latir de un corazón sin vida, conoce la respiración paralela. Tienes que recordar que la
sangre es vida y la vida lo es todo; eso, aferraste a ella, tómala, siente su tibieza en
la garganta. Drena
tu pasión entera por estas heridas gemelas, por estos aguijones que escondo detrás de
mis labios. Abrázame. Créeme que nada he visto más
hermoso que tu rostro, que nada es más bello que esa expresión de tus labios
entreabiertos. Quisiera robarte un beso; recorrer de una caricia todo tu cuerpo, enredarme
entre tus piernas, sentir como correspondes a mi cariño. Te amo... Sabias lo que eso significaría
y no te importó. Arrancaste ya la cruz de tu cuello, has cambiado, ya no eres la misma.
Te paseas de noche por tu casa mirando a ningún lado, duermes de día; a tu madre la has
obligado a tener las cortinas cerradas, te vistes de negro. No sonrías, ya no es limpia,
tampoco tu rostro que se ha tornado pálido, tampoco tus manos, tampoco tu sangre. ¿Que
te paso? ¿Por qué no eres más ese ángel que eras? ¿Que te hice por dios?, Por ese
dios que me ha condenado, maldita sea mi sangre, ¡¡maldita mi especie¡¡. No rías mas por favor. No me abras los brazos para
ofrecerme consuelo. Que
consuelo podrías darme. ¿Ya no me quieres? Pues entonces mátame Aunque parezca lo contrario también puedo morir. Soy lo que quise ser. Tu me odias por haber hecho
esto. Y yo te amo. Creo
que ninguno de los dos habrá de sobrevivir al otro. Me gustabas mas antes, antes de esta hambre y esta sed eternas.
Cuando solo venias en sueños y no te atrevías a hacerme el amor, cuando te temblaban los
dedos antes de acariciarme. ¡Demonio¡ Eso soy. ¡Angeles caídos¡ Eso somos... FIN