Desesperanza
Saliendo de la noche ya no
puedo ver al sol caminando conmigo y con mis pasos. El dolor crece al mirar y darme cuenta
de que la muerte ronda. Oh si, cómo arde el gran Hades. El sol se siente cerca. Me duele
el hecho de pensar que yo alguna vez fui un amante del día, de la felicidad, y sin
embargo... nunca tuve luz. Nunca tuve felicidad. Duele. Duele sentir el frío en el alma.
La transformación empieza. Duele sentir las lágrimas en los ojos, por eso esta vez no
lloraré. Las ideas que salían de mi corazón están agonizando si no es que ya murieron.
El dolor, el dolor maldita sea. Hay un algo en mi interior que no me deja vivir, Yo ya no
merezco estar vivo. No hay energía en mi organismo. No quiero seguir viviendo. Oh pero como duele el Hades. Perdónenme
todos. Sentir en el ambiente el aroma de la muerte es un sentimiento vacío, triste.
Arrollador. No me permite respirar con la calma que antes era tan habitual en mi. La
muerte... la muerte se aproxima. El dolor aumenta. Cuanta belleza. Ahora... seré el
no-muerto Pensamientos
fríamente irónicos se mezclan en mi pensamiento amenazando con asfixiarme. Tanto
dolor... Belleza. Cuanto fuego exterior aborda la magia de estar no-muerto. Cuanto temor
implica la circunstancia de sentir miedo. Perderse en el abismo de la soledad. Miedo. En verdad siento mucho miedo.
¡Maldita sea! El decir adiós a la vida... al amor. Sentimiento, ya no lo será por el
día que hoy termina en el bello sonar de un réquiem de despedida. Oh luces, ¿en que
momento sucumbieron ante la noche que tanto temor me causó siempre? Ahora es tiempo de viajar hacia la
noche, y la luna me verá transformar entre las tinieblas que me esperan.... para quedarse
conmigo por siempre. FIN