LICANTROPO
Personalmente me resulta abismal la idea de sacrificar pollos y crucificar sapos bocabajo, el solo echo de pensar en sorber de un cáliz la sangre tibia y fresca de una cabra, hace que mi lengua se estremezca, y sospecho que muchos otros no podrían soportar esos y otros importantes rituales de una auténtica ceremonia de la brujería negra.
No estoy muy seguro de que haya muchas personas capaces de enfrentarse a aquelarres de media noche en remotos cementerios, o a la visión de la cabra sabática elevándose de un altar flamígero, si se dedica usted a la magia negra es una persona ignorante y endurecida, y algunos psiquiatras dirían que es una persona psicótica.
En las culturas en las que las ceremonias negras forman parte del ritual religioso cotidiano, es absolutamente normal llamar a los diablos y conjurar a los espíritus malignos, sin embargo en nuestra cultura occidental, solo los "excéntricos" se atreven a llamar al malvado lucifer, sabiendo que aquí en nuestra cultura a los diablos no solo se les desaprueba, sino que se piensan que solo los consideran reales las personas que tienen una imaginación psicopática.
Afortunadamente para los occidentales interesados por la magia y que desean conocerla, las artes negras solo son un área de la brujería aunque grande, muy importante es la magia blanca, la cual casi con las mismas técnicas que la negra, se utiliza para lograr fines edificantes en lugar de malignos, también esta la magia gris, y además toda un área de hechizos y encantamientos que podría incluirse bajo el termino de magia informal.
Los laboriosos procesos de la magia formal tanto blanca como negra, exigen el uso de pentáculos (estrellas de 5 puntas), varitas consagradas y a veces, un estado de desnudez en compañía de otros grupos, pero la magia informal, igualmente eficaz, solo exige algunos elementos que pueden obtenerse fácilmente como hiervas, cera, etc.
Los practicantes de la magia formal se burlan de los brujos modernos y menos clásicos, (cuando hablo de brujos me refiero al término en un sentido amplio y no a los seguidores de la religión de la brujería), con los corazones civilizados y ceremonias nada violentas, los consideran aficionados benévolos en algo de lo que no saben nada, y, por la ignorancia creadores accidentales de catástrofes, dicen que un brujo no clásico, tonteando con hechizos, es como un profano tonteando con cables eléctricos, no son aficionados y claramente no son benignos, pero desde el punto de vista de las catástrofes accidentales, hasta cierto punto los magos clásicos tienen razón.
Cuando un mago es principiante e intenta hacer un hechizo, la primera vez suele recaer en él, me comentaba un mago que trabajaba en un despacho con un individuo particularmente molesto y pensó en embrujarlo para que se fuera a trabajar a otro lugar, a los pocos días todas las personas que trabajaban en esa oficina, excepto la persona que le preocupaba, contrajeron lo que se conoce como la fiebre de despidos, al mes siguiente casi todo el personal, salvo unos cuantos de los que habían empezado a trabajar al principio de la empresa se fueron para trabajar en otro sitio, excepto desde luego, la persona a la que el mago había embrujado, esto le ocurrió en por meterse donde nadie le llamaba y sin saber lo que estaba realmente haciendo.
Por muy complejo y simple que sea el ritual, la fuerza que hace que un hechizo funcione es la misma en todos los casos, 9 días de ayuno, dormir poco y los humos embriagadores de hierbas narcóticas quemándose en un altar pueden conseguir que un diablo cumpla sus ordenes, pero las abrumadoras emociones conjuradas en estos casos y escasos minutos de concentración en el odio, o en la avaricia pueden crear también los resultados deseados por los magos negros, pues el poder de la magia está en la fuerza de una emoción dirigida hacia una persona o un objeto.
Evidentemente no servirá cualquier vieja emoción, hay grados de sentimientos de odio y obsesiones y en la magia solo la emoción más alta puede producir algún efecto, en parte los magos negros desarrollan una capacidad para despertar una enorme cantidad de estos sentimientos y se necesita una concentración sobrehumana para invocarlo y proyectarlo adecuadamente.
También es absolutamente inútil en aspirar a convertirse en brujo ya sea blanco o negro, sin la capacidad de formar imágenes mentales claras, muchas personas no piensan con imágenes sino con palabras y por eso son incapaces de crear una imagen tan perfecta como la de una fotografía de la persona a la que desean embrujar, lo que en realidad hacen los magos negros es enviar oleadas de odio a una persona telepáticamente, ya que no tenemos una palabra mejor, cada vez aprendemos más sobre los efectos de unos sentimientos poderosamente proyectados.
Unas técnicas ya conocidas se pueden ver especialmente sobre las plantas que reaccionan perceptiblemente al amor y odio humano.
La ciencia ficción nos dice que finalmente seremos capaces de comunicarnos telepáticamente unos con otros, quizá incluso de dejar congelado a un enemigo con una mirada, la magia, la religión más antigua de la humanidad ha celebrado siempre el poder que tiene la mente para controlar y alterar las relaciones, quizá el concepto de la magia antigua gobierne en un futuro todos los aspectos de nuestras vidas.
Los Sumerios, Babilonios, Asirios, Egipcios, Hebreos, Griegos y Romanos aceptaron y trasmitieron las tradiciones mágicas que aparecieron finalmente en Europa como brujería, el arte de la brujería una religión completa con cierta influencia entre 1450 y 1750, surgió de la hechicería, pero se desarrollaron creencias separadas, las brujas que se reunían en los aquelarres de los sabat conjuraban a Satán, lo veneraban, y contraían con él, el poder de realizar la magia negra, a cambio se burlaban públicamente de DIOS, y del cristianismo, sin embargo los hechiceros tradicionales no se enemistan con DIOS, más bien invocan a los señores del universo hasta que "les respondían a los encantamientos y aparecían con la bendición" de DIOS (es como una especie de camuflaje, como tener dos caras), para captarlos y utilizar sus poderes con el fin de controlar el universo
Todas las facetas buenas y malas de un hombre, amor, y odio, generosidad y avaricia, piedad y deseo, en las que creía un hechicero clásico estaban representadas en los señores del cosmos, p.e.: La codicia humana está encarnada en un dios de la avaricia, mediante un proceso de expansión mental, el hechicero trataba de salir hacia afuera y abarcar a esos poderes divinos para someterlos a su voluntad, en las ceremonias negras por ejemplo, llamaba a DIOS para que los protegiera físicamente de los diablos a los que deseaba invocar, se colocaba en trance, quizás quemando hierbas narcóticas para facilitar el proceso, luego, cuando la mente se había liberado de su cuerpo (los indios llamaban a ese estado satori), lo dejaban crecer abarcando finalmente los poderes del dios invocado, se convertía en ese dios, después solicitaban del espíritu grande en el que se había convertido, quizá Lucifer, Belcebú o Asterot, que cumpliera sus ordenes pidiéndole (desde su estado mental libre y omnipotente) que matara a un enemigo o le permitiera encontrar un tesoro oculto.
Como ayuda para conseguir el poder de un dios, el hechicero, lo mismo que fausto, buscaba conocimiento y más conocimiento, como el hombre del renacimiento, aspiraba a ser completo, un señor de todas las cosas.
En la tradición el rey Salomón, un maestro mago de todos los tiempos rezaba a Jehová para pedir protección y ayuda en sus empresas, pero, siguiendo las instrucciones de un grimorio europeo (un libro de texto mágico), podía apartarse del mundo hasta 6 meses para meditar, estudiar los libros sagrados y prepararse para su acto mágico, ayunaba, se abstenía de las relaciones sexuales, se dedicaba horas interminables y disciplinadas al ritual de la oración, fabricaba instrumentos mágicos, consagraba todo lo que hacía como podía hacerlo un sacerdote, y cosía símbolos místicos en sus prendas de seda.
Tras las fachadas de cristal de los edificios de apartamentos de Nueva York y los muros de las suntuosas casas y villas europeas hay hoy en día hechiceros que emplean toda una vida en realizar diligentemente trabajos de magia negra, los aquelarres de brujos contemporáneos, de creencias tradicionales y de número sorprendente (en EE.UU. hay unos 400 aquelarres diarios), emplean también un tiempo considerable en recorrer el camino de la mano izquierda, la popularidad de la brujería clásica con su veneración al diablo prolifera entre los jóvenes y desafectos al sistema.
Algunos psicólogos dicen que las personas se vuelven hacia la magia, en las épocas de gran incertidumbre cuando la importancia del individuo parece desaparecer y la vida pierde sentido, los judíos de la Biblia se volvieron hacia Moisés, aquí le consideraban como un poderoso hechicero, para que los salvaran de los temibles egipcios, y es muy posible que el cristianismo floreciera porque la gente llegó a creer que la magia protectora de Jesús era más poderosa que la de los otros magos hebreos y romanos, simplemente estoy especulando desde luego, pero, según la Biblia Jesús era adepto de operaciones mágicas, como la de levantar a los muertos, calmar las aguas, convertir el agua en vino y curar a los enfermos con un toque de sus manos entre otras muchas cosas.
También es cierto que vivimos en una época de superbombas, con gobiernos de tamaños monstruosos cuyas intenciones no son siempre claras para el pueblo y el atractivo de la magia negra aumenta uniformemente.
Hay muchas variedades de magia, p.e.: Las religiones como la brujería, el vudú o la magia popular con sus pociones y hechizos, lo que ofrecen en común al practicante es el poder personal, el poder de destruir enemigos, de promover el odio, de enriquecerse, de controlar el destino, hay innumerables ocasiones en una vida en la que un hechizo o encantamiento mágico pueden ser útiles, en esos momentos es consolador saber que con el uso de la magia se ha dirigido favorablemente en la media de lo posible el curso de los acontecimientos.
Los métodos mágicos que elige un individuo son un asunto de gusto plenamente personal, me parece que la hechicería clásica consume demasiado tiempo y es embrollada y complicada, la magia tal como se explica en los pocos Grimorios auténticos que existen, es imposible de alcanzarla sin la ayuda de un erudito mágico sentado al lado.
Los amuletos y hechizos mágicos que emplean las brujas de los pueblos, los gitanos de Europa, las chicas campesinas de muchos países y que en algunos casos emplearon los antiguos hebreos y egipcios tienen cierta cordura incluso encanto (p.e., en el caso de determinados hechizos amorosos), que atraen a la sensibilidad moderna
Este es un pequeño resumen de como se utilizan las fuerzas para la magia negra, lo que si le trasmito es que si quiere ser un mago, piense detenidamente en que dirección quiere ir, elija bien, y también le digo que si se dedica a ello y se encuentra haciendo una ceremonia y descubre que le resulta verdaderamente desagradable, desconéctese, no tiene sentido que trate de ver lo que hay a través de ella, váyase.