Desde que era un niño me dí cuenta que pensaba y actuaba de una forma muy diferente a la gran mayoría de las personas de mi edad, esta situación se repetía en cada etapa de mi vida. La sensibilidad era un aspecto muy importante para mí, ya que veía y presentía situaciones. Esto me afectó profundamente porque creía que nadie sabía que las penurias que sufría la humanidad se debían a razones mas sutiles. En mi familia nunca se inculcó ningún tipo de religión aunque la búsqueda de algo mas allá a nivel espiritual era evidente. Decidí sumergirme en el ateísmo y en corrientes filosóficas existencialistas, pero ninguna de ellas explicaban la grandiosidad de la naturaleza y de la vida misma. En el fondo de mi corazón, sabía que tenía que existir algo que las organizara.Terminé padeciendo una enfermedad y mi vida siguió transcurriendo ausente de la satisfacción que anhelaba.

Tengo 20 años y recibí la Realización hace un año aproximadamente, pero tuvieron que pasar cuatro meses para que terminara aceptando a Sahaja Yoga como eje central de mi vida y de mi búsqueda espiritual. Para que ello se llevara a cabo ocurrió lo siguiente:

Una mañana yo quería estar en la universidad a las 8 de la mañana para presentar un examen final de mi carrera; sabía que el examen empezaría a las 8:30 a.m.. Justo antes de salir ví que mi mamá estaba meditando en la sala, y ella al ver que yo iba con afán para llegar a tiempo me preguntó si me había subido la Kundalini (mi energía espiritual). No, lo había hecho, y estuve a punto de no hacerlo, pero me dí cuenta que no tenía realmente excusas para no llevarlo a cabo.

Subí mi Kundalini y me hice el Bhandan (protección sobre uno mismo) a conciencia, después de eso salí hacia la universidad. El trayecto en el bus no tuvo ningún inconveniente y después de aproximadamente 35 minutos estaba a punto de llegar, ya se divisaba el puente peatonal de una de las entradas a la universidad, como a unos 40 o 30 metros, cuando estalló una bomba justo debajo del puente. Rápidamente me bajé del bus y empecé a acercarme hacia la entrada de la universidad. Creo que era el único que iba en esa dirección, ya que todos los demás iban corriendo en la dirección opuesta.

Estaba confundido y asustado con lo acontecido y ya me encontraba tan solo a 15 metros de donde había sido colocado el explosivo. Ví que había una mujer herida y un cadáver en el piso cerca al paradero de buses y obviamente cerca de la entrada a la universidad. Pasaron como 40 segundos y en ese instante algo muy dentro de mí, como una voz muy en el fondo me dijo que lo más probable era que estallaría otra bomba en el mismo lugar, que me fuera de ahí lo mas pronto posible. Termine entrando casi corriendo a la universidad y me sentí más seguro.

Caminé hasta la facultad donde tengo clases regularmente y me dirigí hasta la cafetería para tomar algo y calmar un poco los nervios. Justo en ese instante estalló otro explosivo en el otro extremo del puente, y habían transcurrido entre 5 a 10 minutos. Se me escurrieron las lágrimas involuntariamente y no sabía si sentirme feliz o triste por lo acontecido o por la fortuna de estar vivo. Supe que no había sido por azar que estuviera en ese instante y que hubiera tenido que vivir esa situación.

Ahora digo con total seguridad que Sahaja Yoga marcó un nuevo comienzo en mi vida, y que todas las preguntas a nivel espiritual que tenía han sido resueltas poco a poco, en la medida en que yo lo he permitido, y en la medida en que todos lo permitamos podemos cambiar favorablemente nuestras vidas.

Alvaro Monguí Cruz - 20 años

Bogotá, Colombia.2002.