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·«ETA es un síntoma, no el problema;
el vasco es un problema de derechos», afirma Reid
El
sacerdote irlandés Alec Reid y el reverendo protestante
Harold Good recibieron ayer en Gasteiz el premio René
Cassin 2005 en reconocimiento a su labor en el proceso de paz
en Irlanda. Ambos opinaron que es posible un acuerdo para resolver
el conflicto que vive Euskal Herria, que, a su juicio, debe
llegar mediante el diálogo. Tras indicar que «todos
ganan con un acuerdo democrático», Reid afirmó
que «ETA es un síntoma del problema vasco, que
es un problema de derechos».
GASTEIZ
El
sacerdote católico Alec Reid y el reverendo protestante
Harold Good participaron ayer en un desayuno con medios de comunicación
en Gasteiz, donde recibieron horas después el premio
René Cassin 2005 de Derechos Humanos concedido por el
Departamento de Justicia de Lakua. Ambos religiosos, reconocidos
por su labor en favor del proceso de paz en Irlanda, compartieron
su larga ex-periencia con los presentes e insistieron en que
el diálogo es la única receta para afrontar conflictos
como el que vive su país o el que enfrenta a Euskal Herria
con los estados español y francés.
Fue Reid, quien recordó al inicio de su intervención
que ha pasado gran parte de los últimos tres años
en Euskal Herria ejerce de fedatario de la labor realizada
primero por la Mesa para la Resolución del Conflicto
y después por la Mesa para el Acuerdo, el que más
se acercó a la realidad vasca, y consideró que
«hay razones para estar esperanzado» ya que «existirá
una resolución de este conflicto». «Una resolución
que sea aceptada por todos los participantes», concretó.
Argumentó su opinión en el hecho de que «todos
los partidos tienen un compromiso de dar solución al
conflicto de una forma en que se respeten los derechos de todos
los participantes», y sostuvo que «el único
camino para ello es el diálogo».
Tras
retroceder a los tiempos en que el PP ocupaba el Gobierno español,
el sacerdote de Belfast censuró que aquel Ejecutivo no
apostaba por el diálogo, «sin el cual no es posible
avanzar». Sin embargo, dijo que en el actual del PSOE
«sí existe voluntad para entablar diálogo
y para negociar. Este es un hecho muy importante».
«Es
una nación»
Para Reid,
«la sociedad vasca y los partidos coinciden en aceptar
que el pueblo vasco es una nación y que debe tener el
derecho de autodeterminación», así como
en que «ese derecho tiene que ejercitarse de forma que
se respeten los derechos de todos los participantes».
Sobre esta base, apostó por una solución «que
traiga la paz y la prosperidad para todos», y consideró
que «ésta es una oportunidad, no sólo de
alcanzar la paz y un acuerdo político, sino para construir
los cimientos de una sociedad justa».
A fin de cuentas, para el sacerdote irlandés, «con
un acuerdo democrático todo el mundo gana, nadie pierde».
Durante
su intervención, Reid hizo mención a ETA en más
de una ocasión. Subrayó que «hay que tener
mucho cuidado con sugerir que ETA es el problema o que el IRAes
el problema, y que esto se acaba cuando se acaba ETA. Lo que
hay que decir es que ETA es un síntoma del problema»,
ya que «éste es un problema de derechos».
Por ello, abogó por ir «a las causas» del
conflicto.
Señaló
también que «hay que sacar el conflicto de las
calles, porque ahí no se puede solucionar», y explicó
que ésa ha sido la base del proceso de paz irlandés.
Asimismo, apuntó que «el que ETA diga que deja
las armas para alcanzar sus objetivos puede ser una contribución
al proceso de paz», pero matizó que «todo
el mundo está diciendo que ETAes el problema, cuando
eso no es cierto».
El
clérigo irlandés, de hondas raíces republicanas
y cuyos padres fueron militantes del IRA en la guerra de independencia
de Irlanda, opinó que «el uso de las armas en cualquier
conflicto es un error, podemos decirlo de Irak o de cualquier
otro lugar», pero puntualizó que «tengo unos
orígenes y entiendo por qué la gente participaba
en el IRA, aunque ahora diga que el uso de la fuerza es un error».
Por
su parte, Good observó «grandes similitudes»
entre Euskal Herria e Irlanda, y declaró que tanto irlandeses
como vascos «tenemos que aprender mucho los unos de los
otros». El reverendo protestante, natural de Derry, explicó
que en Irlanda «llevamos mucho tiempo en pos de una solución,
un largo viaje que todavía no ha finalizado pero del
que hemos caminado una gran parte».
Prueba
de ello es que, a su parecer, «existen nuevas posibilidades
para que podamos compartir el territorio de Irlanda respetando
nuestras mutuas diferencias culturales, religiosas y políticas».
En
este camino, consideró que «hay que dar a todas
las partes del conflicto la oportunidad de compartir el proceso»,
y tras recordar que en su país «la violencia ha
venido desde distintas partes», manifestó que «aquellos
que han rechazado dejar las armas deben seguir el camino de
aquellos que sí lo han hecho».
Ibarretxe:
«La paz es posible, pero trabajando con discreción»
El lehendakari Juan José Ibarretxe afirmó ayer
que «es posible
conseguir la paz y lograr un acuerdo para la normalización
política en Euskadi», pero agregó que «la
discreción es un acompañamiento
necesario de cualquier proceso de paz». En la entrega
de los premios René Cassin, Ibarretxe alabó la
labor de Alec Reid y Harold Good, y dijo haber aprendido de
ellos que «el trabajo hecho en la parte trasera vale mucho».
Al acto acudieron representantes políticos como Jone
Goirizelaia (Batasuna), Oscar Rodríguez (PSE), Begoña
Errazti y Carlos Garaikoetxea (EA), y Mikel Basabe (Aralar).
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Diálogo,
compromiso y confianza como recetas
GASTEIZ
Antes
de dar por concluida su intervención ante los medios,
Reid y Good dejaron sobre la mesa sus particulares ingredientes
que, extraídos de su experiencia en Irlanda, pudieran
servir para abordar un proceso político en Euskal Herria.
El sacerdote católico volvió a incidir en la necesidad
del diálogo. «El diálogo es la forma de
alcanzar la paz y resolver el conflicto», concluyó.
También habló de la necesidad de incluir el punto
de vista de las mujeres a la hora de tomar decisiones, «ya
que si hubiéramos tenido una participación igualitaria,
masculina y femenina, no hubiésemos sufrido las grandes
catástrofes del siglo XX».
A
estos principios, Good añadió «la confianza,
algo muy difícil de alcanzar, porque implica adoptar
riesgos. Hay que conseguir dar a las personas motivos para que
confíen en uno», opinó. Agregó a
todo ello la necesidad de adoptar compromisos. «El compromiso
estaba mal visto en ambas partes, pero no podemos avanzar sin
él», apuntó.
euskalherria.com
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