17 de marzo

Nicaragua, 4 de diciembre del 2002

Consecuencias de la aplicación del ALCA (III)

Óscar-René Vargas (*)
El Nuevo Diario

Muchas personas estamos concientes respecto de los inconveniente del ALCA para los pequeños países centroamericanos; se debe tener una política soberana; hay unos compromisos, hay unas realidades de vulnerabilidad económica.

Centroamérica ha suscrito y ha sido parte de los acuerdos de los países latinoamericanos que participan en las negociaciones del ALCA, pero, no debemos tener una camisa de fuerza, no debemos ponernos plazos, tenemos que ir a las mesas a plantear el conjunto de inconvenientes que observamos. De tal manera, que estemos negociando, pero sin ningún compromiso; mientras se desarrolla una estrategia de reactivación productiva, económica, se fortalece la integración centroamericana, la integración latinoamericana, se van buscando otros mercados, el del MERCOSUR, por ejemplo.

Entonces es necesario, una salida política, que establece el cambio, o sea, se direcciona en ese sentido. Pero, en todo caso, tenemos que romper esta atadura, que es la vulnerabilidad, la dependencia hacia los Estados Unidos y hacia todas esas políticas de control del continente americano, para ello, tenemos que fortalecer un proceso de integración, un proceso de unidad de los pueblos latinoamericanos y de discusión de las consecuencias de la implementación del ALCA; tampoco es necesario ponernos fuera de la realidad, sino, que nos ponemos dentro de la realidad del continente americano, es decir, vamos a estar ahí, pero vamos a estar negociando, sin condicionamientos. Otras consecuencias de la implementación del ALCA serían:

12- El ALCA es un Tratado entre desiguales. El ALCA supone ampliar el modelo del TLCAN o NAFTA a todo el continente, ignorando la situación de desigualdades desde las que se parte y sin la creación de ninguna medida de redistribución regional de la riqueza, al estilo de los fondos de cohesión creados en la Unión Europea. De los 800 millones de personas que integran la población afectada por el ALCA, quinientos viven en América Latina y la mitad de ellas se encuentra en situación de pobreza. Frente a ello, el ochenta por ciento del peso económico del continente lo tienen los Estados Unidos y Canadá, quienes poseen el capital, la tecnología y las patentes.

América Latina no sólo no posee infraestructura ni tecnología, sino que cuenta con una deuda externa de 792 mil millones de dólares. Si exceptuamos a Brasil, todos los demás países de América Latina suman sólo el 12.3 por ciento del PIB del continente. Es imposible pensar en un mínimo de equidad entre países cuya renta per cápita oscila entre los 30 mil 600 dólares en los EE.UU., y los 500 dólares en Nicaragua. No podemos hablar de un acuerdo de libre comercio tabla rasa, donde nos midan a todos por igual. ¿Cómo se podría comparar Haití con Estados Unidos?, para poner el ejemplo más extremo.

En este contrato desigual América Latina pone la riqueza y, mediante la exacción constante y creciente de enormes sumas por concepto de pago de la deuda (de tributo al capital financiero), da el dinero a los Estados Unidos para que explote las riquezas ajenas y se apropie de ellas en nombre del desarrollo compartido. Los ferrocarriles, tendidos eléctricos, canales, caminos son las venas de un sistema. Por ellos no sólo circulan las mercancías, sino también las personas, las ideas.

13- El ALCA transformaría a América Latina en enormes zonas francas para las empresas norteamericanas que no pagan impuestos, o sólo muy reducidos. El proyecto del ALCA sería un estatuto de derechos y libertades para los inversionistas, consagrando la supremacía del capital sobre el trabajo, transformando la vida y el mundo en mercancías, negando los derechos humanos, saboteando la democracia y socavando la soberanía de los Estados.

Lo que está detrás del ALCA es reducir las posibilidades de los países latinoamericanos de comprar a quien le ofrezca mejores precios, marginando en los negocios a la Unión Europea y a la totalidad de los países del Asia, cuyas producciones serán aceptadas sólo si sortean fuertes aranceles, pero que los harían igualmente no competitivos por los fabricados por las empresas inversoras norteamericanas. Por supuesto, que también con el ALCA en marcha se liquidarán las alianzas que se están intentando desde Europa con diversas áreas económicas que se están desarrollando en Latinoamérica, como el MERCOSUR.

14- El ALCA va acentuar negativamente la distribución de la renta: Los estudios han demostrado consistentemente que la desigualdad entre el 10 por ciento de la población latinoamericana con rentas más altas y el 40 por ciento con rentas más bajas ha aumentado a lo largo de los últimos veinte años. Si miramos la parte más alta de la pirámide de rentas encontramos que ha surgido una nueva clase de "súper ricos" cuya riqueza y activos económicos exceden ampliamente cualquiera de las fortunas previamente acumuladas por las clases con mayor riqueza. Un vehículo de transformación de los "ricos" en "súper-ricos" ha sido la privatización de activos rentables a precios de saldo y la corrupción generalizada. Después de las ventas, las valoraciones han subido vertiginosamente sin que se produzca ninguna nueva inversión significativa, mientras las privatizaciones han ocasionado despidos masivos, precios más altos y pagos más bajos por los despidos.

15- El ALCA va afectar el nivel de vida de la población: Aunque en su conjunto los niveles de renta pueden haber aumentado en algunos países, los niveles de vida de los asalariados y pequeños productores han disminuido. La subida del desempleo, el crecimiento de la fuerza de trabajo informal, los recortes en los gastos estatales en salud, educación, bienestar y vivienda, implican que los salarios de América Latina no mantienen un ritmo de acción uniforme a los precios como en los EE.UU. La privatización de los servicios sociales significa que una mayor parte de la renta monetaria tiene que ser asignada para pagar lo que previamente era financiado gratuitamente o a más bajo coste por los programas públicos de asistencia. La calidad de la educación y de la salud pública también se ha deteriorado. Así, aparte de la disminución relativa y absoluta de la renta monetaria, la eliminación de los subsidios de los servicios y productos alimenticios, reduce el poder de compra de la clase asalariada y de los pequeños productores.

16- El ALCA no va en la dirección de impulsar la autosuficiencia alimentaria: Latinoamérica no tiene alimentos suficientes. La región ha llegado a ser dependiente alimentariamente incluso cuando aumenta sus exportaciones agrarias. Esto es el resultado directo de las políticas de "libre mercado" que favorecen las importaciones de alimentos estadounidenses y a las elites de las empresas agroalimentarias de los EE.UU., y latinoamericanas que se especializan en productos de exportación. Los campesinos productores y los granjeros pequeños y medianos eran los principales productores de artículos de primera necesidad (maíz, arroz, frijoles, etcétera...) para el consumo local. Como las políticas comerciales y de crédito del "libre mercado" han beneficiado a los productores especializados y arruinado a los pequeños productores. Latinoamérica se ha convertido en un importador neto de alimentos, un importador que no puede suministrar alimentos a precios asequibles a su población rural y urbana.

17- El ALCA va a desarrollar el empleo informal: Directa e indirectamente el sistema de "libre comercio" ha tenido un impacto importante en el mercado de trabajo. El cambio más espectacular ha sido el crecimiento de la fuerza de trabajo "informal"; es decir, el crecimiento del empleo inestable con baja remuneración y al margen de la normativa laboral. En muchos países latinoamericanos la "fuerza de trabajo informal" es mayoritaria y los trabajadores formales una distinguible minoría. El crecimiento y proliferación del empleo "informal" es una forma encubierta de desempleo.

El sistema de "libre comercio" ha provocado el despido masivo de trabajadores de las empresas privatizadas y de empleados públicos debido a los recortes en los gastos estatales especialmente en los servicios sociales. El resultado es un amplio conjunto de trabajadores que ejercen presiones a la baja en los salarios y que aumentan la rotación de los trabajadores con contratos temporales mal pagados. El anverso de esta situación es un tremendo aumento del poder de los empleadores e inversores extranjeros que tienen capacidad para reducir los costes laborales, aumentando las ganancias de los inversores.

(*) Autor del libro: ¿Qué es el ALCA? Globalización, Estados Unidos y América Latina (2002).

Tomado de La Insignia


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