11 de septiembre del 2002
Una América Latina unida y socialista es posible
LITci
(Liga Internacional de los Trabajadores - Cuarta Internacional)
Después del 11 de setiembre, el imperialismo norteamericano, como reacción al derrumbe de las torres gemelas y parte del Pentágono, desató una contraofensiva global de la cual la guerra contra Afganistán es sólo una parte. Acosado por la crisis económica, en medio de crecientes movilizaciones contra la globalización neoliberal y ante los fracasos de estos planes, usó el pretexto del llamado combate al terrorismo, para relanzar una nueva ofensiva recolonizadora. El centro de la guerra contra Afganistán es en realidad la lucha por el control de la riqueza petrolera de esa zona que el régimen de los talibanes se resistió a entregar incondicionalmente al imperialismo norteamericano.
Antes del 11 de setiembre el gobierno de Bush encaraba dificultades para obtener el denominado fast track o vía rápida para llevar adelante acuerdos como el Tratado de Libre Comercio de las Américas (ALCA), debido a las contradicciones entre diversas fracciones de las transnacionales vinculadas sobre todo al control energético. Pero con el pretexto mencionado Bush alcanzó no sólo un consenso nacional para la guerra contra Afganistán, sino también para su contraofensiva global. Tan es así que el fast track, entrampado hasta hace pocos meses, fue aprobado ya por el Congreso norteamericano.
Y es que el imperialismo para salir de la aguda recesión económica en la que se encuentra, del fracaso de sus planes de ajuste, necesita apretar más a los trabajadores y a los pueblos del mundo con el fin de superexplotarlos y hacerles pagar los costos de la crisis y por esa vía superar las graves dificultades en que se encuentra.
La victoria militar contra Afganistán logrado con todo el poderío de una santa alianza imperialista contra uno de los pueblos más pobres, le envalentona para plantar sus garras contra otros países y otros pueblos como en Oriente medio. Es en este marco que el FMI declara que el ALCA es más necesario que nunca, y es por esto que el Congreso norteamericano le dio el pase de la vía rápida. Se trata de acelerar la implementación del ALCA para asegurarse el control absoluto recolonizador del conjunto de América Latina como medio para salir de su crisis.
Pero sin darles apenas tiempo a que saborearan su ignominiosa victoria los trabajadores y el pueblo argentino salieron a la palestra abriendo una crisis revolucionaria que derribó dos Gobiernos en quince días y mantiene abierta hoy una revolución obrera y popular en curso que es la vanguardia destacada de América Latina contra la miseria y el expolio al que el imperialismo somete al subcontinente latinoamericano.
Es el signo de estos tiempos, la lucha encarnizada entre revolución y contrarrevolución. Frente a la ofensiva recolonizadora en todas sus formas y hoy materializada en al ALCA se hace imperativo afirmar la respuesta unitaria de los trabajadores y los pueblos de América Latina , siguiendo los pasos de la clase obrera y el pueblo argentino.
Está puesto ala orden del día impulsar un amplio movimiento para impedir la aplicación del ALCA, para derrotarlo con la movilización de las masas de todo el continente. Hay que continuar las batallas de Buenos Aires y de Quebec, ahora en el marco revolucionario que abrió el Argentinazo. Saludamos el encuentro hemisférico de lucha contra el ALCA realizado en la Habana donde concurrieron la amplia mayoría de organizaciones sindicales, sociales y de la juventud de América latina y también de Canadá y los EEUU. Compartimos el acuerdo de impulsar el plebiscito popular contra el ALCA para que sean los trabajadores y los pueblos y no los gobiernos entreguistas y la burguesía sumisa , las que decidan a sus espaldas el destino del continente.
Estamos firmemente convencidos de que hoy es más necesario y más posible que nunca impulsar un gran movimiento unitario de masas para derrotar el ALCA. Y convencidos de que esta tarea sólo la puede tomar con consecuencia la clase trabajadora latinoamericana, porque de la patronal y sus gobiernos, as¡ como de muchas direcciones burocráticas, no se puede esperar más que entrega, sumisión y capitulación al amo imperialista.
Para los socialistas revolucionarios la lucha contra el ALCA, contra la recolonización no puede desembocar sino en una salida obrera y socialista para el continente, en una Federación Socialista de América latina.
En el marco de una ofensiva global del imperialismo post caída del muro de Berlín, la idea del ALCA es lanzada en 1991 por el entonces presidente de los Estados Unidos Bush padre. Se buscaba como una medida de reaseguro y de expansión imperialista, constituir un "bloque comercial" hegemonizado por los EEUU y compuesto por Canadá y todos los países latinoamericanos , menos Cuba. Este "bloque" alcanza a 800 millones de habitantes y genera un Producto Bruto Interno (PIB) de 11.4 billones de dólares que es el 40 % del PIB mundial. Desde entonces empiezan los preparativos para llevar adelante esta propuesta. En 1994 en Miami, se realiza la primera cumbre de presidentes de los 34 países que lo integran y se inicia formalmente las negociaciones. Dando continuidad a las tratativas se han realizado las cumbres de Santiago de Chile en 1998 y la de Québec-Canadá del presente año. Todas estas cumbres han sido precedidas por varias reuniones ministeriales y de las comisiones encargadas de las negociaciones entre los países.
De esta manera países tan débiles como San Vicente o Granada, con un Producto Bruto Interno (PIB) de un mísero 316 millones de dólares, entrarán a "competir" en un mercado abierto con la primera potencia del mundo que ostenta un PIB de 8.7 billones de dólares. Tal el escenario y los protagonistas de este proyecto.
A pesar de que últimamente se ha llegado a hablar bastante del ALCA, debido sobre todo a las manifestaciones de protesta de los trabajadores y la juventud en Argentina y en Québec y últimamente el Encuentro Hemisférico de Lucha Contra el ALCA realizado en Cuba, muy poco se ha dado a conocer de las negociaciones entre los gobiernos, ya que estas discusiones se vienen realizando en secreto, completamente a espaldas de la población trabajadora y de la absoluta mayoría de los pueblos de los 34 países. A dichas reuniones se ha negado la participación de organizaciones que no sean parte oficial de los gobiernos, pero donde sí participan, como no podía dejar de ser, representantes de las grandes empresas transnacionales.
El ALCA entrará en vigor a partir de Enero del 2006, pasando por una serie de reuniones y cumbres que terminen de redondear los acuerdos que den luz verde a la aplicación formal del proyecto.
En las últimas dos décadas con la aplicación de los llamados planes neoliberales al mando del FMI América Latina viene sufriendo un proceso de recolonización. La política de sobreexplotación, saqueo y pillaje imperialista empujar a un cambio en las relaciones estructurales entre los países latinoamericanos y el imperialismo. Se trata así de modificar en forma cualitativa la actual relación de dependencia, semicolonial, en dirección a una nueva dominación colonial. Este proceso tiene aspectos económicos, políticos y militares. Y se expresa en el extraordinario aumento de la deuda externa, la desnacionalización del patrimonio por medio de las privatizaciones, la dolarización de las monedas, la adecuación de las leyes a los dictados del capital transnacional y el control de las fuerzas militares por las del imperialismo. Se trata de la imposición de una brutal superexplotación de los trabajadores y los pueblos que viene profundizado la desocupación, el hambre y la miseria en nuestros países.
La deuda externa es la punta de lanza por la cual se extrae ingentes cantidades de riqueza que van a las manos de las transnacionales y los países imperialistas. Es un mecanismo mediante el cual se chantajea a los países para someterlos a los planes del FMI. Esta deuda se multiplicó por diez desde 1975 y se triplicó desde 1980. En 1990 se debía 439,700 millones de dólares y hoy esa cifra ha ascendido alrededor de la astronómica cantidad de 800,000 millones de dólares, a pesar de que entre 1992 y 1999 se pagó 913,000 mil millones. Es decir generaron un circulo infernal de saqueo que hace que cuanto más se paga más se debe, convirtiéndose así en deuda,..eterna.
Por medio de las privatizaciones se ha rematado la mayor parte del patrimonio nacional de nuestros países en ramas como las materias primas, empresas públicas, telecomunicaciones, bancos, electricidad, etc., y está en curso áreas como la educación y también el agua...
Todas las monedas nacionales están sujetas al dólar, el 70% de las economías latinoamericanas están dolarizadas. Países como Panamá, El salvador y últimamente Ecuador han sido forzados a adoptar el dólar como moneda oficial. La pérdida de la moneda nacional es una de las máximas expresiones de la pérdida de la soberanía nacional.
En el terreno militar el imperialismo busca readecuar los ejércitos de nuestros países a la necesidad de enfrentar protestas y movilizaciones de las masas que amenacen su poder. Para ahorrarse una intervención directa que les resultaría contraproducente, despliega el control de esos ejércitos mediante asesores que los monitorean. Y para instrumentar ese objetivo ha instalado bases militares en Tres Esquinas y Tolima (Colombia), Manta (Ecuador) e Iquitos (Perú). El Plan Colombia es la expresión más avanzada de este proceso. Se pretende con ello, bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, una intervención militar para recomponer el Estado capitalista en crisis y acosado por la lucha de masas y la guerrilla.
El control y dominio del imperialismo se expresa también en el hecho que incluso las legislaciones se han adecuado alas necesidades del capital, en particular en lo que atañe a la legislación laboral, la protección de la propiedad, la exención de impuestos, etc. Estas readecuaciones llegaron a tener rango Constitucional como en el caso de Perú. De esta manera se permite que hombres de confianza de transnacionales (Fraga en Brasil, Kusinsky en Perú) y el FMI dirijan directamente la economía de nuestros países y hasta se digiten gobernantes de hecho como fue la designación de Cavallo en la Argentina.
Todo este proceso viene produciendo miles de desocupados, crecimiento de la pobreza, pérdida de la soberanía. Los gobiernos de nuestros países vienen aplicando todo este plan hambreador y entreguista bajo el argumento de que no hay otra salida que el libre mercado para nuestros países. Son los agentes directos de la aplicación de los dictados del FMI.
Mediante el ALCA se busca afianzar y profundizar todo este proceso de saqueo y sometimiento de nuestros países. Es decir no es que la aplicación del ALCA empezará de cero, sino que partirá de lo que ya existe para llevar a un grado extremo la superexplotación y dependencia a América Latina.
Frente a los defensores del ALCA, a los que niegan que profundizará el proceso de recolonización en curso, se hace obligado analizar los resultados del Tratado de Libre Comercio (NAFTA por sus siglas en inglés) que es un acuerdo entre el imperialismo norteamericano, Canadá y México, basado en los mismos principios en que se sustentará el ALCA. Este acuerdo empezó a aplicarse en 1994 lleva pues tiempo de vigencia más que suficiente para ver en qué medida México un país dependiente del imperialismo, se ha hecho más o menos dependiente, más o menos sometido y explotado, para ver si los trabajadores y el pueblo han elevado su nivel de vida o por el contrario se han empobrecido más todavía. De esta manera tendremos una aproximación a los resultados de lo que le espera a América Latina con la aplicación de un NAFTA extendido a todo el continente.
Los defensores del NAFTA como los del ALCA afirman que este tipo de acuerdos generará en nuestros países más inversiones, más comercio, más exportaciones, más empleo, en suma más desarrollo.
Es cierto que en 6.5 años de aplicación del NAFTA en México se han incrementado las inversiones llegando a 102,215 millones de dólares de inversión extranjera. En 5 años el comercio con los EEUU creció 118 %. Las exportaciones pasaron de 23.307 millones de dólares en 1981 a 138.147 millones de dólares en octubre del 2000. La industria manufacturera pasó de 20.4% en 1981 al 87.05% del total de las exportaciones en el 2000.
Pero ocurre que en todo este período la deuda externa mexicana en lugar de bajar aumentó desmesuradamente. En 1990 la deuda externa total ascendía alrededor de 107 mil millones de dólares para ascender a 164 mil millones el en año 2000. La deuda publica en 1990 ascendía a 70,843 millones de dólares y en marzo del 2001 pasó a ser 81,602 millones de dólares a pesar de que se pagó por pasivos de esta deuda 64,000 millones de dólares en los últimos 10 años.
En lo que respecta a las exportaciones en 1981 tenían un contenido nacional de 85.9% y en 1996 había bajado a 41.8%. Por cada dólar de exportación industrial a EEUU hay en el 2001, la irrisoria cantidad de 18 centavos de contenido nacional. En las industrias de ensamblaje, las llamadas maquiladoras, el componente nacional sólo alcanza 2 centavos de dólar. Las 5 mayores exportadoras son empresas extranjeras En la industria textil el 71% de las empresas son extranjeras.. Es decir lo que se ha producido es la desnacionalización de la industria por efectos de la importación de insumos industriales del extranjero que han desplazado a los nacionales. Con relación al sistema financiero, en el primer semestre del 2001 con la venta del BANAMEX al CITIBANK, el 83 % del sistema financiero mexicano pasó a manos extranjeras, principalmente de los EEUU, y Canadá.
Ocurre también que en 1982 México importaba 790 millones de dólares de alimentos agroindustriales, pero en 1999 pasa a importar 8, 240 millones de dólares. México casi no importaba arroz, hoy importa de los EEUU el 50% del consumo. México exportaba papas, hoy se rechaza las papas mexicanas aduciendo razones fitosanitarias, para importar del extranjero. México exportaba algodón, hoy es uno de los mayores importadores de este producto. Como consecuencia se ha reducido la superficie cultivada y hay más de 6 millones de trabajadores del campo desplazados y en camino ala migración en busca de trabajo. La pobreza también ha aumentado, en 1984 había 11 millones de pobres, el 16% de la población, en el 2001 pasa a ser 54 millones, el 58% de la población. Cerca de 20 millones son indigentes. En estos últimos años el costo de la canasta familiar aumentó 560% mientras que los salarios solo aumentaron 135 %. En las maquiladoras el salario de un trabajador es 15 veces menor que en los EEUU por producir lo mismo. En 1980 el salario de un trabajador norteamericano era 4 veces superior, en los noventa pasa a ser 10 veces más. Respecto al desempleo hay 50 millones de mexicanos, la mitad de la población, auto empleados en microempresas, es decir sin sindicalización, ni derechos sociales.
Por si todo esto fuera poco la empresas transnacionales al amparo de las normas de este acuerdo han patentado productos tradicionales de México como el maíz, el tomate y también en ramas de la medicina. Mediante este acuerdo todas las leyes están al servicio de las multinacionales. Y producto de esta relación de dominio el petróleo mexicano una empresa emblemática, PEMEX, pasó a ser la garantía de un préstamo de los EEUU (FMI) por 52,000 millones de dólares otorgado para paliar la crisis de 1994.
A la luz de estas cifras no se puede decir que México se haya desarrollado con la aplicación del NAFTA, sino todo lo contrario, se ha vuelto más dependiente, más explotado, más pobre, casi sin soberanía nacional y en proceso avanzado de recolonización imperialista. Baste ver de Presidente del país al ex-gerente de la Coca Cola.
1- El NAFTA significó para México la desnacionalización de sus industrias; el aumento de la deuda externa; retroceso agrícola; aumento del desempleo; disminución de los salarios, pérdida de la su soberanía a favor de un mayor dominio del imperialismo. El ALCA incorpora todos los criterios básicos del NAFTA que ha hecho de México más explotado y dependiente, pero avanza mucho más en favor de las empresas transnacionales y en desmedro de los trabajadores y la soberanía de nuestros países. Ello es así porque se pretende aplicar todas las draconianas exigencias del gran capital que son recogidas por la Organización Mundial de Comercio (OMC) y en especial por el Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI). Así por ejemplo, en nombre de proteger la propiedad y salvaguardar las inversiones, el ALCA incorpora el tristemente celebre capitulo 11 del NAFTA en virtud del cual se subordina el interés publico y ambiental de un país y de sus leyes a tratados internacionales favorables a las corporaciones transnacionales. Las grandes transnacionales quedarán absolutamente fuera del control de los estados latinoamericanos, amparadas por una legislación por encima de las leyes nacionales. Es decir la pérdida completa de cualquier rasgo de soberanía.
En el NAFTA quedó fuera del acuerdo la cuestión de los recursos energéticos, ahora mediante el ALCA se pretende considerar las fuentes energéticas del continente (petróleo, gas, electricidad, el agua, etc), como "propiedad hemisférica", es decir "norteamericanizar" la energía, o lo que es lo mismo pasar todos los recursos energéticos a propiedad del imperialismo norteamericano. Este objetivo apunta también a apropiarse de lo mejor de la Amazonía mediante una pretendida internacionalización de la misma, especialmente de la brasileña.
De esta manera, el ALCA no puede ser considerado sino como el instrumento jurídico político imperialista para legalizar y profundizar la recolonización de América Latina y, de aplicarse, será la coronación colonizadora de nuestros países.
Contra el proceso de recolonización imperialista en América Latina viene desarrollándose una respuesta combativa de las masas obreras y populares. Punto elevado de esas luchas fue la insurrección popular del Ecuador que, encabezado por las organizaciones indígenas (la CONAI y el Parlamento de los Pueblos), derribó al gobierno de Mahuad y tomo el poder por 8 horas. Fue un levantamiento contra la dolarización impuesta por los gobiernos y el imperialismo. Hoy la vanguardia de esa lucha de toda América latina son los trabajadores y el pueblo argentino. La revolución argentina en curso se ha convertido en un ejemplo para todos los trabajadores y pueblos latinoamericanos y en la más firme esperanza para enfrentar al imperialismo.
Parte de este cuadro de movilizaciones y luchas obreras y populares son también las grandes movilizaciones en Bolivia, destacándose la gran movilización en defensa del agua en Cochabamba, la llamada guerra del agua, que echó por los suelos la pretensión imperialista de privatizar este líquido elemento; luchas que se han dando se siguen dando en el marco de combativas movilizaciones de los cocaleros y de otros sectores populares. Hay que señalar asimismo las grandes jornadas de movilizaciones en Perú que terminaron con la dictadura de Fujimori y golpearon fuertemente a su plan hambreador impuesto por el FMI. A ello se suma la extraordinaria huelga de los estudiantes mexicanos de la UNAM contra los planes privatizadores de la educación del gobierno y del Banco Mundial. Al mencionar estas luchas que más han sobresalido no olvidamos que en varios otros países se han producido y vienen dándose jornadas de combate contra los planes neoliberales de hambre y contra los gobiernos sumisos como en Centroamérica, Paraguay, Brasil, etc., que forman parte con sus desigualdades del proceso de ascenso revolucionario continental.
En estas luchas han surgido, en los momentos de mayor enfrentamiento, organismos de poder alternativo como en Ecuador con el parlamento de los pueblos, en Bolivia la Coordinadora del Agua de Cochabamba, o formas embrionarias de ese poder como la asamblea de los piqueteros o las asambleas populares o barriales en estos días en Argentina, Se expresa así el nivel de radicalización y de enfrentamiento contra los gobiernos y los planes del imperialismo. De hecho son movilizaciones y luchas que se enfrentan a los planes recolonizadores, a la deuda externa, las privatizaciones ala Banca y sus consecuencias como la desocupación, la caída de los salarios y la pérdida de la soberanía de nuestros países. La expresión más elocuente y gráfica de todo esto está siendo hoy Argentina donde se enfrenta a los Gobiernos corruptos, hambredores y entreguistas del país, se enfrenta a las multinacionales españolas o yanquis, a su Bancos de ladrones, la lucha se hace así abiertamente anticapitalista y antiimperialista. Las tareas de la liberación nacional y social se entremezclan así inevitablemente.
Podemos decir que al enfrentarse a la política recolonizadora del imperialismo son luchas que ya se enfrentan a la implantación del ALCA que no será sino la coronación del proceso de saqueo y sometimiento imperialista en curso.
Pero, además, específicamente empezaron también las manifestaciones y movilizaciones directamente contra el ALCA, aunque a nivel de la vanguardia de obrera y popular. Así se demostró en Buenos Aires en abril del pasado año, donde 15 mil trabajadores y jóvenes con la presencia de delegaciones extranjeras nos manifestamos bajo la consigna de ¡NO AL ALCA! Luego vendría en ese mismo mes la más grande movilización desarrollada hasta el momento, en Québec (Canadá) donde 50 mil trabajadores y estudiantes manifestaron su rechazo al ALCA, y donde se hicieron presentes organizaciones sindicales de los propios EEUU.
Y es que con la generalización del NAFTA mediante el ALCA las consecuencias para los trabajadores y la juventud norteamericana serán mucho más devastadores, en la medida que anuncian despidos, recortes de salarios, precarización de los empleos... de ahí que sea necesario impulsar un proceso de confluencia con las luchas de los trabajadores y la juventud de Latinoamérica. Igual sucede con los trabajadores de Canadá donde por efectos de la aplicación del NAFTA han perdido sus empleos hasta el 2001 más de 400 mil trabajadores. No fue pues por casualidad que haya sido en Canadá donde hasta el momento se haya dado una de las más contundentes manifestaciones contra el ALCA.
De esta manera, en el marco del ascenso de las luchas latinoamericanas contra los planes neoliberales recolonizadores, sus mentores al mando del FMI y sus ejecutores los gobiernos entreguistas, se viene perfilando la posibilidad de un gran movimiento contra el ALCA. En la lucha por este objetivo han empeñado sus esfuerzos diversas organizaciones sindicales y populares del continente donde destacan por su amplitud la Alianza Social Continental que protagonizó en Québec Canadá. Un paso adelante muy importante en esta tarea ha sido el Encuentro Hemisférico de Lucha Contra el ALCA realizado en Cuba a mediados de noviembre del pasado año. Este encuentro que involucra a la casi totalidad de las más importantes representaciones sindicales y sociales de América Latina y de importantes sectores de Canadá y los EEUU, constituye el más importante empuje a la posibilidad de conformar ese gran movimiento unitario antiimperialista de lucha contra el ALCA.
El Consenso de la Habana, como así se llama la Declaración Final de este encuentro, considera al ALCA como "un proceso, ya en marcha, de anexión y recolonización de nuestros pueblos" ; El objetivo declarado es impedir la aplicación del ALCA, para lo cual se plantea un conjunto de medidas que van desde la necesaria propagandización a nivel generalizado sobre el significado del ALCA, hasta la exigencia de someter a este engendro a un plebiscito popular en todo el continente. El impulso en Brasil de un amplio movimiento de masas contra el ALCA que encabezan el MST, sectores de la Iglesia, la izquierda de la CUT y numerosas organizaciones entre las que esta el PSTU, pueden y deben ser un factor cualitativo de desarrollo de un poderoso movimiento de masas en América Latina contra el ALCA.
Nosotros creemos que al calor de la revolución argentina, del ascenso latinoamericano, de grandes y sucesivas luchas en nuestros países, así como la reacción positiva de sectores de los trabajadores norteamericanos y del Canadá, está planteada la posibilidad de derrotar al ALCA, podemos derrotar al ALCA, y dar así un revés mortal a este curso imperialista que amenaza con convertir todo el subcontinente en una colonia del imperialismo.
Se trata ahora de redoblar esfuerzos en el impulso del Plebiscito contra el ALCA y la Deuda externa y llamamos a todos los trabajadores y pueblos del continente a movilizarse para exigir a los gobiernos su realización.
La lucha contra el ALCA ha planteado la discusión de qué alternativa oponerle, la discusión de una alternativa de integración latinoamericana, una solución reformista o revolucionaria de fondo a la recolonización imperialista. Nosotros coincidimos con todos aquellos que sostienen que el ALCA es un proyecto de anexión y recolonización de nuestros países y coincidimos en que hay que movilizarse unitariamente para derrotarlo, coincidimos en que hay someterlo al plebiscito de los pueblos. Marchamos y golpeamos juntos juntos para derrotar al ALCA. Pero discrepamos en las alternativas que se proponen y llamamos a discutir esas alternativas.
La mayoría de las direcciones de los partidos más influyentes de la izquierda como el PT brasileño, así como de las más importantes centrales sindicales como la CUT de Brasil, CTA Argentina, y también de Cuba han manifestado que una alternativa es defender y fortalecer el Mercosur. Tanto Lula como Aloizio Mercadante Diputado Federal del PT han expresado esta idea. Este último manifestó categóricamente que "tenemos que fortalecer y ampliar el MERCOSUR para aproximarla al ideal de la integración latinoamericana". En la reciente declaración del Consenso de la Habana en una clara alusión al Mercosur se dice: "Abogamos por una alternativa de integración que lejos de minar, paralizar y eliminar los procesos integradores que han venido desarrollándose en América Latina y el Caribe, les dé cabida y aliento... ".
Se requiere, pues, analizar el Mercosur, su relación con el imperialismo y actitud frente a los intereses de los trabajadores y de los pueblos que conforman este "bloque". El Mercosur fue adoptado en 1991 como un acuerdo de libre comercio entre Brasil, Argentina Paraguay y Uruguay. Lleva ya más de 10 años de aplicación y de vigencia y por tanto sus resultados están a la vista. ¿Es el Mercosur un acuerdo que se opone al imperialismo? ¿En diez años de experiencia los cuatro países que lo conforman se han vuelto más dependientes o menos dependientes del imperialismo? ¿Los trabajadores y los pueblos de esos países ha subido o han bajado en su nivel de vida? Responder a estas preguntas elementales es fundamental para ver si el Mercosur es una alternativa o más bien es un acuerdo proimperialista que viene preparando el terreno para el ALCA.
En estos diez últimos años de ofensiva recolonizadora del imperialismo los países que conforman el Mercosur han sufrido como el conjunto de los países latinoamericanos la desnacionalización de sus industrias, la privatización de sus empresas a favor de las multinacionales, la dolarización de sus economías, el aumento desmesurado de sus Deudas externas, la injerencia directa del FMI en el monitoreo de los planes de ajuste, el aumento del desempleo por vía de los despidos, el aumento del hambre y la miseria. Argentina, uno de los grandes del Mercosur, se debate hoy en una de sus más graves crisis de su historia. Un país saqueado empujado a la una pobreza nunca conocida. Formar parte del Mercosur no impidió sino facilitó que la mayor parte de su patrimonio nacional pasara al control de empresas extranjeras, no impidió que su Deuda externa se a los casi 160 mil millones actuales. En Brasil, grandes empresas como Metal Leve de auto piezas, Continental y Prosdócimo del sector electrodoméstico , Bom preço del supermercado, as¡ como grandes bancos como REAL, Bamerindus o Banespa pasaron al control de empresas extranjeras, junto al 57% de las empresas del sector alimentos o el 87 % del sector higiene y limpieza. Comandar el Mercosur no significó disminuir sino aumentar su Deuda externa que pasó de 123 mil millones en 1990 a alrededor de 250 mil millones en la actualidad.
¿Y por qué sucedió esto? Sencillamente porque el Mercosur lejos de constituir un freno ala voracidad imperialista permitió el aumento del saqueo de estos países que "en bloque" se sometieron a los dictados del FMI. No podía ser de otra manera y no sólo porque los gobiernos han demostrado su entreguismo, sino porque el Mercosur se sustenta en los mismos principios neoliberales de apertura a los capitales, de desregulación de las leyes laborales, de apertura arancelaria, de privatizaciones y desnacionalizaciones en beneficio de las grandes transnacionales. Y como iba ser de otra manera si en el mismo año en que entraba en vigor, el Mercosur firmaba un Acuerdo con los EEUU. "reconociendo la significativa contribución del Mercosur" para "facilitar la reducción generalizada de barreras al comercio y ala inversión".
Pero, ¿tal vez este acuerdo significa ventajas para las economías más débiles?. Lamentablemente tampoco es así, porque como todo acuerdo capitalista el Mercosur reproduce la dominación de las economías más chicas por las más grandes, un mecanismo del que se vale a su vez la cadena de dominación imperialista, utilizando países de mayor poder para dominar a los más pequeños en determinadas regiones. Paraguay en relación a Brasil en esta asociación resulta perjudicado, como dan fe hasta las protestas de su gobierno por el trato comercial desigual por el cual ese país se abre a los productos de Brasil pero sin reciprocidad por parte de éste.
Ni qué decir respecto a la suerte de los trabajadores para los cuales el Mercosur además de desempleo, bajos salarios, etc., significa la división en sus filas, la competencia y el enfrentamiento entre sectores de la clase obrera, que son llevados a defender su empresa o su país en la competencia de los capitalistas por incrementar su ganancia en el mercado ampliado.
¿Cómo pensar que el Mercosur podría ser una alternativa al ALCA cuando se sustenta en los mismos principios neoliberales y ha mostrado el catastrófico balance de sumisión y pérdida de soberanía de estos países? Nosotros creemos que el Mercosur es parte del proceso de recolonización imperialista de América Latina, que no es como muchos creen, incompatible con el ALCA, sino que lo viene preparando y que la apuesta por él contra el ALCA es la negación de la unidad latinoamericana, es la división entre los trabajadores y los pueblos que acaba trabajando por la anexión imperialista.
La imperiosa necesidad de la unidad latinoamericana solo es posible en esta época bajo la forma de lucha resuelta por la Federación Socialista de América Latina.
La lucha contra el ALCA es la lucha contra la recolonización imperialista de nuestros países y de nuestros pueblos, no es sólo el enfrentamiento a uno de los modelos de superexplotación capitalista, el modelo neoliberal; es el enfrentamiento al sistema de explotación y dominación capitalista- imperialista. Forma parte de la batalla por la liberación de nuestros países y de nuestros pueblos del yugo colonizador. Es el combate por la segunda independencia, por la liberación nacional y social de América Latina. No hay alternativa de integración latinoamericana contra el ALCA dentro de los marcos de la dominación y explotación capitalista imperialista.
Propuestas Intermedias" como proponer un "Mercosur reformado" se inscriben en los marcos del capitalismo imperialista. También propuestas confusas como sostiene el Consenso de la Habana, "una integración solidaria", no dejan claro la necesidad de romper con el capitalismo colonizador. Son alternativas de integración capitalista con rostro humano, a la anexión colonizadora del capitalismo salvaje neoliberal.
Al proceso de recolonización en marcha que el ALCA pretende legalizar solo es posible oponerle la lucha unitaria de los trabajadores y los pueblos latinoamericanos por una salida obrera y socialista. Y es que en esta época imperialista no hay la menor opción de lograr salir del hambre, garantizar una vida digna o preservar la soberanía nacional o los derechos democráticos más elementales sin enfrentar al imperialismo, rompiendo con el FMI, dejando de pagar la deuda externa, renacionalizando las industrias claves, nacionalizando la banca y el sistema financiero. Y eso es precisamente avanzar en el camino de una revolución obrera y socialista.
Nosotros nos identificamos plenamente con el grito que recorrió las calles de Seattle:
"el capitalismo mata, muerte al capitalismo': No compartimos esas políticas de búsqueda de alternativas sustentadas en el ejercicio de la "ciudadanía ; en el "control social de la economía mundial" o la "defensa del estado democrático de derecho" tan queridas a la socialdemocracia o a la llamada centro-izquierda.
Los intentos por racionalizar el sistema capitalista acaban más pronto que tarde no siendo otra cosa que el empeño desesperado por preservar el sistema capitalista mismo.
Sostenemos que la única vía para acabar con la dependencia y el atraso, para acabar en América Latina con el hambre, la violencia, la falta de vivienda, el desempleo, la explotación... es la lucha por una revolución socialista que haga posible la Federación Socialista de América Latina. Nosotros decimos que una revolución Socialista es posible. Que es posible ese camino lo demostró Cuba en 1959-60 expropiando al capitalismo y al imperialismo.
Nosotros opinamos que la experiencia de los primeros años de la revolución mostró que los problemas del hambre, la desocupación, la miseria...que no pudieron ser solucionados por los países de la región e incluso varios de ellos ni siquiera pudieron ser solucionados por las grandes potencias, como es el caso del desempleo, comenzaron a ser solucionados.
En Cuba, con la revolución, ¡se acabó con el desempleo! ¡se acabó con los problemas de la salud! Se conquistó la atención médica para toda la población y no sólo para los privilegiados y, más aún, se hicieron avances impresionantes en el terreno de la investigación médica y de la farmacología. Lo mismo ocurrió en otros terrenos como la vivienda y la educación. Y esos avances se vieron reflejados en otros aspectos de la vida como la alfabetización, o el mismo deporte.
Cuba consiguió todo eso, no como producto de un "milagro" sino como consecuencia de una revolución. De una revolución que no se conformó con derrotar a la dictadura de Batista sino que avanzó mucho más: Rompió con el imperialismo, rompió con el capitalismo. Los expropió y de esa forma colocó el conjunto de la economía al servicio del país. Se hizo una economía estatal y planificada y eso es lo que explica ese aparente "milagro".
Lamentablemente el curso que impuso la dirección castrista, con la teoría stalinista del "socialismo en un solo país" que rigió la política de todos los llamados estados socialistas en Europa del Este, el curso político aplicado con los acuerdos de Esquipulas o Contadora, con la política de no hacer de Nicaragua una nueva Cuba ni de El Salvador una nueva Nicaragua, facilitó más aún el bloqueo imperialista. Esa política condenó al aislamiento la revolución cubana a la que la dirección cubana respondió, en nombre de un supuesto pragmatismo, impulsando medidas abiertamente restauracionistas del capitalismo. Esa política restauracionista ahonda la crisis, la desigualdad y va introduciendo en Cuba las mismas lacras del sistema capitalista y el mismo proceso de recolonización que sacude a todo el subcontinente.
Muchos dirigentes de la izquierda dicen: "Hoy en día pretender hacerlo que hizo Cuba en la década del 60 es una utopía": Nosotros opinamos que para cualquier país intentar hacer lo que se hizo en Cuba a partir de 1960 es una tarea muy difícil. Nadie puede pensar que acabar con el hambre y con el desempleo es una tarea fácil. Hacer la revolución socialista no es una tarea fácil. ¿Pero por qué utópica, si la realidad demostró que se puede hacer?.
Lo utópico es querer, mediante una batalla ideológica, racionalizar y humanizar el capitalismo. Por el contrario dar la perspectiva de la revolución cubana no tiene nada de utópico, está fundamentada en una parte decisiva de la lucha y la historia de América Latina. Es un hecho. Es una tarea difícil, muy difícil. ¿Pero hay otro camino para acabar con el hambre y el desempleo? ¿Qué país capitalista, o más aún, cual de las grandes potencias, con EE.UU. a la cabeza, fue capaz de acabar con el desempleo o el hambre? ¡Ninguno! porque el desempleo y la miseria son inherentes al capitalismo. Y más aún lo son en los países periféricos en los que estamos obligados a ser los abastecedores de sangre y sudor para beneficio de la clase dominante imperialista. Mientras haya capitalismo habrá desempleo. Mientras el imperialismo siga dominando, Latinoamérica será el quintal de EUA o Europa. Nosotros decimos ¡sí! hoy en día ser realista es ser SOCIALISTA REVOLUCIONARIO, es emprender el camino de la primera experiencia revolucionaria latinoamericana que expropió al capitalismo y al imperialismo. Pero hacerlo en el marco de la lucha por la revolución socialista internacional y con el método de la democracia de los trabajadores, para no retroceder de nuevo al capitalismo como hoy hace el régimen de Fidel Castro.
Para acabar con la miseria, el hambre y la entrega de América Latina nosotros reivindicamos ese camino revolucionario hoy desgraciadamente abandonado incluso por los que ayer estuvieron al frente de esa revolución. Cuando el capitalismo imperialista con la implantación del ALCA amenaza convertir todo el subcontinente en una colonia, cuando los trabajadores y pueblos latinoamericanos se levantan en forma heroica como hoy hace la clase obrera y el pueblo argentino, hay que decir: no hay camino más realista, más pragmático... y más necesario que apostar por una estrategia de revolución socialista, porque una América Latina Socialista es posible.
Argentina - FOS Frente Obrero Socialista
Argentina - CS - Convergencia Socialista (sección simpatizante)
Bolívia - MST Movimiento Socialista de los Trabajadores
Brasil - PSTU Partido Socialista de los Trabajadores Unificado
Chile - MPS Movimiento por el Socialismo
Costa Rica - MTC Movimiento de Trabajadores y Campesinos (sección simpatizante)
Costa Rica - POS Partido Obrero y Socialista
México - POS Partido Obrero y Socialista
Paraguai - PT Partido de los Trabajadores
Peru - PST Partido Socialista de los Trabajadores
R. Dominicana - LIT Liga Socialista de los Trabajadores
LITci - Liga Internacional de los Trabajadores - Cuarta Internacional
Enero de 2002
Tomado de Rebelión