Mayo 19 de 2002
moir
El Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA) es un instrumento que busca apalancar el control hegemónico de Estados Unidos y apropiarse de las fuentes excedentes de las actividades primarias de América Latina. Por medio de este acuerdo se pretende institucionalizar los instrumentos de control de corte policíaco y militar en la región. Además, busca acentuar el saqueo de los recursos naturales del continente, regulando de manera racista los flujos de migración.
Estos son algunos de los conceptos vertidos por los analistas John Saxe-Fernández, Andrés Barreda y Héctor de la Cueva, al participar en el foro "México después del 2 de julio y el mundo actual", con el tema "El Acuerdo de Libre Comercio para las Américas: sus implicaciones", organizado por la Casa Lamm y La Jornada.
Saxe-Fernández afirmó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) son instrumentos de Estado y de clase. Explicó que el Tratado de Libre Comercio (TLC) es considerado la base del ALCA y éste a su vez toma las concesiones y las potencializa más a favor de las corporaciones multinacionales que responden a los intereses del capital.
Mencionó que hay una relación de simbiosis entre los Estados-nación y las corporaciones. Los Estados capitalistas, en este caso el estadounidense, promueven los intereses de sus corporaciones y representa la esencia de la experiencia del imperialismo. "Los Estados capitalistas centrales como Estados Unidos promueven por medio del ALCA los intereses de sus corporaciones eliminando cualquier barrera o regulación". El ALCA no se da en el vacío, sino en el contexto de una economía permanente de guerra, que es la economía de Estados Unidos.
John Saxe-Fernández consideró que el Tratado de Libre Comercio (TLC) y el Plan Puebla-Panamá (PPP) no son estrictamente proyectos empresariales, también tienen el apoyo y la proyección geopolítica del Estado y los instrumentos de esa proyección. Cuentan con el apoyo del BM y el FMI y una cantidad muy grande de organismos, como las instituciones para fomentar la inversión extranjera y otros como el Departamento de Defensa de Estados Unidos, el Servicio de Inteligencia que tiene operaciones en sus embajadas y algunas clandestinas en países latinoamericanos, como fue el intento de derrocamiento del presidente de Venezuela Hugo Chávez.
El académico aseguró que el ALCA impide el bienestar de la población de los países latinoamericanos pues es un importante ariete para erradicar la regulación estatal y el desarrollo nacional. El pedigrí del ALCA se remite a la crisis petrolera de 1979, cuando los países árabes productores de crudo decidieron aplicar un embargo, y desde entonces Estados Unidos empezó a ver a México con otros ojos. De ahí nace la propuesta de crear un mercado continental con Canadá, Estados Unidos y México para integrar los recursos energéticos en beneficio principalmente de Estados Unidos.
En su oportunidad, Andrés Barreda indicó que la propuesta del ALCA es extender el libre flujo de capitales, pero impidiendo el libre mercado laboral. Además representa el saqueo de los recursos naturales de América Latina. Aseveró que el área de libre comercio representa un asalto a la economía de Latinoamérica.
El ALCA, agregó, no sólo se propone destruir la incipiente cadena industrial y productiva de los países de la región, sino que además de pretender privatizar los viejos recursos naturales como el petróleo, también espera apropiarse de los minerales que son indispensables para las nuevas tecnologías. También tiene el objetivo de la privatización del agua y de la biodiversidad. El acuerdo busca apalancar el control hegemónico de Estados Unidos en las fuerzas productivas del planeta. Asimismo, busca lograr el control completo de las políticas públicas de los estados de América Latina. Se propone, dijo, erradicar la autonomía industrial y mantener el control de la inversión científica de la región.
Andrés Barreda afirmó que al ALCA le urge sellar los puntos de fuga de la hegemonía de Estados Unidos, y en el caso de México, está casi resuelto por la incondicionalidad de las últimas administraciones gubernamentales. "Al ALCA le urge regular de manera racista los flujos de migración", advirtió.
Por su parte, Héctor de la Cueva aseguró que los 11 equipos que están negociando el ALCA, que deberá entrar en vigencia en 2005, lo están haciendo a espaldas de la población. Este acuerdo, añadió, es un sinónimo de exclusión social y repite un modelo perverso de reproducción de la desigualdad. "Trato igual entre desiguales, sólo reproduce mayor desigualdad".
De la Cueva aseguró que el PPP es parte de ese rompecabezas que está armando Estados Unidos con la subordinación de México. Sin embargo, resaltó la labor opositora al ALCA que están realizando movimientos como la Alianza Social Continental, que pretende derrocar este acuerdo y para ello el 12 de octubre iniciará una gran consulta popular en México y en el hemisferio cuyos resultados serán dados a conocer el 21 de marzo de 2003.
Tomado de Revista @ Pangea