17 de marzo

4 de Julio de 2002

Hambre y Plomo

Luis Ammann
Red Bolivariana

El miércoles 26 de junio de 2002, la represión policial se cobró la vida de dos jóvenes de 21 y 22 años, cerca de un cruce de caminos, en una estación de ferrocarril, en la República Argentina. Los caídos pertenecían a un grupo de "piqueteros" donde militan desocupados humanistas de la zona sur, estaban desarmados y uno de ellos fue baleado por la espalda mientras permanecía al lado del compañero herido. No estaban encapuchados, como han dicho los "comunicadores sociales", llevaban bufandas y pasamontañas habituales contra el frío y útiles cuando el aire se enrarece con los gases policiales. Por cierto, inadecuados contra las balas de plomo.

Los piqueteros son ex - trabajadores que se agrupan y manifiestan para hacer conocer su situación, presentar sus reclamos y exigir soluciones al gobierno. Esos reclamos son perentorios. Sin trabajo desde hace años, sin seguro de desempleo, sin cobertura social, ellos y sus familias sufren hambre, frío, enfermedad, desesperación. Son personas que sufren la violencia permanente del Estado que debería protegerlos y darles la oportunidad de trabajar y vivir dignamente.

El grupo "Aníbal Verón" es uno de los mejor organizados. Han hecho más de cuarenta (si, más de 40) cortes de ruta pacíficos, dialogando con la policía que les cierra el paso, esmerándose para dejar una vía alternativa y cumplir con la ley que garantiza la libre circulación por las carreteras. Se han organizado mejor, notoriamente, para la acción no-violenta que para el uso de la violencia.

No estamos pecando de ingenuidad. Hubo, hay, y habrá cada vez más, a medida que el tiempo pasa y las soluciones no llegan, la reacción propia de quien se ve acorralado y arroja piedras contra un tanque. Hubo, hay y habrá, cabezas calientes dispuestas a entrar en el juego de la acción y la reacción violenta. Es inevitable en la multitud, algún día la paciencia se acaba. Pero no se puede culpar a los que luchan por sus familias y por sus vidas, agotados por el hambre, sin tener otra culpa que la de ser argentinos. El gobierno no puede seguir demonizando a las víctimas.

El 26 de junio hubo dos jóvenes muertos, dos heridos muy graves, 60 heridos de diversa magnitud, 160 detenidos: todos piqueteros. Ese mismo día, en Buenos Aires, once personas murieron de frío. Ese día, también, 100 niños murieron de hambre en todo el país y, además, se conoció la información de que en Mar del Plata, el 13 por ciento de los bebés nace desnutrido. Las víctimas, los muertos, son todos del mismo lado.

Del otro lado, no oyen, no ven, no saben. Contestan sumando muerte de plomo a la muerte del hambre.

Es que la violencia es la naturaleza misma del sistema. Esta represión reciente no es un error o un accidente, es una expresión reiterada de la esencia del sistema que nos han impuesto.

Los humanistas queremos que se vayan esos gobernantes insensibles e ineptos, responsables del dolor y el sufrimiento de nuestra gente. Que se vayan es el modo de abrir el futuro y comenzar, ahora, a construir los cambios que necesitamos. Nuestra propuesta es dura, fuerte, simple: Argentinos: ¡hagámonos cargo ya!

* Periodista y escritor, es Secretario General del Consejo Nacional del Partido Humanista

Tomado de Red Bolivariana


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