17 de marzo

17 de Octubre de 2002

El Nuevo Subsuelo de La Patria

Raquel Turrubiates
Red Bolivariana

Bueno, mira lo digo de una vez. Yo, yo no lo inventé a Perón. Te lo digo de una vez así termino con esta patriada de buena voluntad que estoy llevando a cabo en un afán mío de liberarte de tanto macaneo. La verdad: yo no lo inventé a Perón ni a Eva Perón, la milagrosa. Ellos nacieron como una reacción a tus malos gobiernos. Yo no lo inventé a Perón ni a Evita Perón ni a su doctrina. Nos trajo, en su defensa, un pueblo a quién vos y los tuyos habían enterrado en un largo camino de miseria. Nacieron de vos, por vos y para vos.

Enrique Santos Discépolo.

Era un 17 de octubre de principios del siglo y recuerdo la imagen del televisor en mi cocina de un piso 14 con vista al rió y al sur, ahí apareció la cancioncita y enormes letras rojas de Crónica TV, ahí mismito en Constitución, vi que en la pantalla apareció la imagen en blanco y negro de una fotografía con dos jóvenes que hace muchos años marcharon por la dignidad del pueblo, por su líder, estaban ahí sentados y cansados en la fuente de Plaza de Mayo, en mangas de camisa y con los pies en el agua para refrescarse del calor agobiante de la ciudad y de la marcha espontánea donde los descamizados y los cabecitas negras salieron a defender su proceso, "la civilización tomada por la barbarie" hubiera dicho Sarmiento al ver a los obreros salir de las fábricas. Después apareció otra imagen, el calor ese 17 de octubre no era agobiante, y en la misma fuente estaban dos viejos sentados se conocieron en 1945 y cada año desde entonces vuelven a la plaza y vuelven a verse, a conversar y a recordar la gesta heroica del pueblo argentino.

Me imagino las conversaciones de los viejos recordando cómo caminaron desde Avellaneda y algunos tuvieron que cruzar el río nadando, me imagino la emoción de esos hombres al ver a Perón hablando en el balcón a las 11 de la noche con la plaza colmada y la gente colgada de los postes de luz y trepada en los árboles esperando ver al Coronel, a su Coronel; el que les enseñó desde la modesta secretaría del Trabajo y Previsión Social que la historia de la Patria podía ser cambiada por ellos.

Me imagino ese 17 de octubre cuando la mentalidad del pueblo argentino cambió y empezó de manera contundente el tiempo del pueblo, y se quedó en la conciencia de todos los trabajadores y pobres argentinos la semilla política bien sembrada que ni siquiera hoy los políticos corruptos han sido capaces de aniquilar, al contrario cada tanto renace y lo hace con mas fuerza.

Creo que los viejos recordaban en esa plaza muchos años después las consignas que cantaban en el naciente peronismo, algunas decían así: "Yo te daré, te daré patria hermosa, te daré una cosa, una cosa que empieza con P... Perón." Y una mas que decía: "Perón, Perón, salvaste a la nación, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión".

Seguramente esos viejos han de estar este 17 de octubre en la plaza, sentados en la fuente y recordando el día de la lealtad popular. Quizá seguirán debatiendo por qué salió el pueblo cuales fueron los motivos, y siempre se dirán "por la huelga general exigiendo la libertad de Perón porque renunciar a Perón era renunciar a los logros sindicales", quizá solo porque la masa lo quería, pero no hay duda que ese día algo cambió en ese pueblo que sin los medios de comunicación y los recursos tecnológicos de hoy el pueblo tomó las calles y se dirigió al rescate de su líder, como dijera el gran Scalabrini Ortiz "Venían de las usinas de Puerto Nuevo, de los talleres de Chacarita y Villa Crespo, de las manufacturas de San Martín y Vicente López, de las fundiciones y acerías del Riachuelo, de las hilanderías de Barracas.... Hermanados en el mismo grito y en la misma fe, iban el peón de tambo de Cañuelas y el tornero de precisión, el fundidor, el mecánico de automóviles, el tejedor, la hilandera y el peón. Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la nación que asomaba."

Se que hay muchos sectores que en la Argentina no son peronisatas, que en estos momentos los partidos y los políticos están desprestigiados, pero se también que la del 45 fue la revolución de los obreros argentinos, en los 70s la de los jóvenes, que muchos eran niños en el 45, y hoy en el siglo veintiuno la de las mujeres, la de mis adoradas piqueteras, esas "gordas" que los compañeros quieren y respetan por su decisión de devolver la dignidad al pueblo.

Este diecisiete de octubre quiero rendirles un pequeño homenaje a esas mujeres que siempre están presentes en la lucha, que andan con el mate bien lavado y secando al sol la yerba para compartir lo que tienen, cocinando en la olla popular al frente de los piquetes, sin resignarse a morir, y empeñadas en la pueblada argentina, recuperando la dignidad para sus hijos, llamando a sus hombres a luchar, buscando el futuro que les han robado aunque tengan que enfrentarse con gendarmes para tomar una comisaría y ser escuchadas, y ahí andan sus hombres y sus hijos con ellas, orgullosos de sus mujeres.

Cada marcha a la que fui en Buenos Aires vi la alegría de la gente, de las mujeres y sus hijos, nunca faltó la "marchita" después o antes del himno, incluso en mis últimos momentos en Buenos Aires me acerqué a Plaza de Mayo, no era octubre y no era diecisiete. Era diciembre y estaban las madres de plaza de mayo recordando la primer vigilia desde que iniciaron su callada protesta, ahí estaban mis amigos piqueteros de la Matanza, y el recuerdo de los compañeros que cayeron en la represión, compañeros montoneros y peronistas, ahí en su cartel piquetero un enorme letrero que decía "la gran masa del pueblo está combatiendo al capital", recordé la letra de la marchita y supe que aunque mis amigos piqueteros y sobre todo las piqueteras hoy están gestando su movimiento propio, Perón sigue en las venas del pueblo y Evita cuidando desde la Recoleta a sus desposeídos.

Y me fui despacio con dolor de marcharme, con dolor de la despedida dejando a las viejas de Plaza de Mayo en su lucha contra el olvido y a mis queridas piqueteras en su lucha contra esa realidad que les afana el futuro y la esperanza, y con un nudo en la garganta susurraba para no olvidarme "…Por ese gran argentino, que se supo conquistar, a la gran masa del pueblo, combatiendo el capital. Perón Perón que grande sos, mi general cuanto vales, Perón Perón gran conductor, sos el primer trabajador…."

17 de octubre de 2002

Villa San Carlos de Austria, Edo. Cojedes, Venezuela

Luchando con su ejemplo piquetero por la patria grande en esta Revolución.

 

Tomado de Red Bolivariana


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