17 de marzo

23 de abril, 2002

Renuncia el ministro de Economía de Argentina

CNN

 

BUENOS AIRES -- El quinto ministro de Economía de Argentina en poco más de un año, Jorge Remes Duhalde (der.) conversa con el gobernador Carlos Reutemann en la residencia presidencial. Lenicov, renunció el martes después de que el Congreso retrasara el tratamiento de un impopular plan de canjear los depósitos por bonos, asestando un duro golpe al atribulado gobierno del presidente Eduardo Duhalde, quien busca evitar el colapso del sistema bancario.

El candidato más firme como su reemplazante era el actual secretario de Energía, Alieto Guadagni, un funcionario con experiencia en comercio exterior.

La dimisión del ministro se produjo después de que el Senado, de mayoría peronista, se negara a tratar un plan para convertir los depósitos a plazo fijo en bonos del Estado y así frenar una avalancha de demandas con los que los ahorristas logran retirar su dinero pese al congelamiento de fondos y que amenaza con dar un tiro de gracia al ya debilitado sistema financiero.

Los retiros de fondos se estaban produciendo a razón de 50 millones de dólares diarios, debido a fallos judiciales favorables a los depositantes, que impugnaban por inconstitucional al "corralito", como se conoce a las restricciones impuestas. El gobierno dijo que de continuar, podrían provocar la quiebra del sistema bancario.

La iniciativa --considerada por el gobierno como la única salida-- no convenció a los legisladores, presionados por una serie de protestas populares.

Duhalde fue elegido para el cargo en enero por una Asamblea Legislativa, después de que una serie de saqueos y el caos económico causaran la caída del presidente Fernando de la Rúa y de un sucesor interino, Adolfo Rodríguez Saá.

La crisis de la tercera mayor economía de América latina se profundizó en enero tras la devaluación del peso, que estuvo atado en un régimen de paridad uno a uno con el dólar durante una década para estabilizar los precios y poner fin a un ciclo inflacionario que había agobiado al país.

El peso se devaluó aún más frente al dólar y cotizaba a más de 3 unidades por dólar, creando una marcada inflación en un país cuya economía no ha crecido en cuatro años.

La dimisión del ministro se produjo en medio de conjeturas periodísticas de que otros integrantes del gabinete e incluso el propio presidente Eduardo Duhalde podrían renunciar y adelantar las elecciones previstas para el 2003.

El lunes, Duhalde dijo a periodistas que estaría dispuesto a dar un paso al costado si el Congreso se lo pide.

"Lo único que ayuda a Duhalde es que no hay otra persona que quiera el puesto. Por otra parte, nadie quiere que Duhalde haga nada, pero nadie tampoco quiere que se vaya", dijo Christian Stracke, estratega de deuda de mercados emergentes de Commerzbank.

Miles de ahorristas están congregados desde el lunes frente al Congreso, custodiado por medio millar de policías, protestando al golpe de sartenes y cacerolas en rechazo de una eventual aprobación del plan de canje de depósitos por bonos. En la noche del lunes, atemorizados legisladores, ampliamente despreciados por la población, tuvieron que salir con escolta del edificio.

¿Momento clave?

Remes Lenicov ya no está en la mesa

La renuncia de Remes Lenicov podría marcar un gran cambio en la política económica de Duhalde, quien en los cuatro meses que lleva en el poder ha visto frustrados sus intentos de conseguir una ayuda del Fondo Monetario Internacional, y podría anticipar el inicio de un régimen de paridad fijo o bien, el fin de los intentos del gobierno por recortar el gasto, dijeron algunos analistas.

Otros observadores dijeron que la salida del ministro de Economía podría señalar el principio del fin para Duhalde, impopular en las encuestas y presionado por algunos políticos para convocar a elecciones adelantes antes de que concluya su mandato interino en el 2003.

La dimisión también puso de relieve la atribulada gestión de cuatro meses de Remes Lenicov, durante los cuales luchó en vano por persuadir a las autoridades escépticas del Fondo a dar ayuda mientras el peso, cuya cotización había sido liberada, perdía dos tercios de su valor, desatando una inflación.

Desde la devaluación y la libre flotación de la moneda en enero, Argentina se ha acercado aún más al borde del precipicio. El gobierno declaró la cesación de pagos de su deuda superior a los 140.000 millones de dólares, en tanto la economía puede contraerse hasta un 15 por ciento este año.

Según algunos observadores, Duhalde, un político que tenía reputación de populista, está atrapado entre los grupos de presión empresarios, las protestas callejeras, los sindicatos y los gobernadores provinciales, lo que ha puesto al gobierno en un limbo.

El FMI simplemente no ha creído en las promesas de austeridad fiscal de Argentina. Remes Lenicov regresó con las manos vacías de sus reuniones con funcionarios del organismo en Washington el fin de semana.

Balas de goma, comercios custodiados

La policía antimotines trata de contener a manifestantes en San Juan.

En la provincia de San Juan, en el noroeste del país, varias personas resultaron heridas después de que trabajadores estatales –que no han recibido su paga desde enero por parte de un gobierno local presionado por recortar los gastos como condición de ayuda del FMI— atacaron edificios gubernamentales con piedras y la policía respondió disparando balas de goma.

Unas mil personas desempleadas marcharon hacia la alcaldía de Lomas de Zamora, un suburbio de Buenos Aires y de donde es Duhalde, exigiendo comida. En otros dos suburbios, se reunieron multitudes frente a supermercados custodiados por la policía montada, consciente de los saqueos y disturbios de diciembre, en los que murieron al menos 27 personas.

Los bancos estaban perdiendo decenas de millones de pesos por día por órdenes de jueces a favor de ahorristas que declararon como ilegales las restricciones para el retiro de los depósitos. Las medidas provocaron iliquidez en el mercado y desataron airadas protestas.

El lunes, el gobierno declaró un feriado bancario que concluirá el jueves, mientras el Congreso debatía el plan de canje por bonos, causando el enojo de los legisladores, que vieron el feriado como una forma de extorsión.

Debido a la negativa de muchos comercios de aceptar tarjetas de crédito debido a la incertidumbre sobre el futuro de los bancos, y con los cajeros automáticos prácticamente vacíos, las avenidas habitualmente concurridas de la capital estaban casi desiertas.

"Es esencialmente un reflejo del fracaso del plan de bonos. Si bien iba a ser realmente muy duro para la gente común, era visto como una salida ortodoxa de una situación verdaderamente de pesadilla", dijo Ben Laidler, un analista del banco UBS Warburg.

Un analista político local, James Neilson, dijo que el cambio de gabinete eliminó un "freno" a las tendencias populistas que trae Duhalde de su partido peronista. Según Neilson, Remes era un "ministro ortodoxo muy sensato que frenaba al populista".

 

Tomado de CNN


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