14 de enero 2003
La Haine
El inicio de los bloqueos camineros, anunciado hace semanas por los cocaleros del trópico de Cochabamba, tuvo el resultado que se temía, aunque sólo afectaron a dos vías interdepartamentales.
A pesar de que el Gobierno puso en ejecución su Plan de Contingencia y niega el impacto de las movilizaciones, éstas consiguieron su objetivo: obstruir las carreteras más importantes del país, Cochabamba-Chimoré-Santa Cruz y Cochabamba-Oruro-La Paz.
El efecto perjudicial del conflicto fue inmediato para los viajeros y transportistas que transitaban por esas rutas y tuvieron que esperar horas antes de llegar a destino. Los daños mayores, aquellos que afectan a la economía y al cotidiano de la mayoría de la gente, son menos manifiestos, pero más nefastos.
Aunque las versiones oficiales aseguran que "las carreteras están expeditas", Los Tiempos constató que las mencionadas vías estaban ayer prácticamente vacías. En la carretera Cochabamba-Santa Cruz, "en todo el día pasaron ocho o nueve camiones" señaló anoche el policía Juan Mamani, destacado en el retén Chiñata, a unos 20 kilómetros de Cochabamba.
Esa cifra significa menos del dos por ciento del tráfico que se registra cuando no hay bloqueos, pues "normalmente pasan de 90 a 120 camiones cada día", según el agente Mamani.
En la carretera Cochabamba-Oruro-La Paz, después de las 10 de la mañana, ningún vehículo, aparte de los que transportan militares y policías, pasó por el retén de Suticollo, a unos 25 kilómetros al oeste de Cochabamba, de acuerdo con el informe del empleado encargado de cobrar peajes en el retén de esa localidad.
Desde la madrugada de ayer, la violencia volvió a apoderarse del trópico cochabambino. Los primeros bloqueos se registraron en las localidades de Avispas y Shinahota, donde se registró el primer enfrentamiento entre uniformados y cocaleros, cerca de las 2.30 de la madrugada del lunes.
Los que más perdieron en esta primera batalla fueron los pasajeros de flotas y otros motorizados que se quedaron varados: tres pasajeros de la flota Cotoca que salió de Santa Cruz fueron heridos por los cocaleros que les tiraron piedras.
En el primer día de bloqueos, se registró una serie de enfrentamientos en las localidades de Shinahota (por la madrugada) y Cesarzama, en la mañana, determinando que el tráfico vehicular sea suspendido por varias horas.
"Este paro es contundente, si bien la Policía y el Ejército están en la carretera, nosotros tenemos nuestros lugares específicos para bloquear y hacer que ellos se tengan que movilizar", dijo Eulogio Varacaya, dirigente de la federación Centrales Unidas.
Varacaya explicó que la estrategia de los cocaleros es cansar a los efectivos policiales realizando bloqueos esporádicos. Un oficial militar que no quiso identificarse, manifestó que tienen todo el apoyo logístico para evitar cualquier tipo de anormalidad en la zona, por lo que estarán patrullando las 24 horas del día.
Según su informe, cada 50 kilómetros están patrullando 300 policías y 150 militares.
"No es el Chapare de los días de fiesta, la gente ya sabe que se viene un problema largo y duro, pero ya se acostumbraron. Unos saben que no venderán nada desde el día de los bloqueos, pero otros están felices de que se pueda luchar por la dignidad de los pueblos", dice don Mario, un chapareño que ya vivió muchos conflictos como el de ahora.
Él explica que este movimiento está tan bien organizado, que el Gobierno no podrá desarticularlo, y que los cocaleros podrían vivir sin problemas durante dos meses de enfrentamientos.
"No van a resistir (los policías y militares). Se van a cansar de desbloquear y después recién saldremos a bloquear y cerrar toda la carretera. Es muy difícil detener a un cocalero", dice, con un aire de suficiencia y de convencimiento.
Aida Cutipa (55), vive en Shinahota y no sabe a quién acudir para que el conflicto entre el Gobierno y los cocaleros no afecte a las personas que "no tienen nada que ver con el tema". "Estamos cansados de que los policías entren al pueblo a atentar contra la vida de nuestros familiares", se queja.
Esteban García (45), un campesino de la central Puerto Alegre, que participaba de un enfrentamiento en Cesarzama, a unos 200 kilómetros al este de Cochabamba, fue herido de bala por un militar, ayer.
El impacto le destrozó la mandíbula, los labios y el labio inferior. García fue llevado al centro de salud San Juan de Dios, en Chimoré, donde la doctora Silvia Pozo lo atendió y ordenó su traslado a Cochabamba, por la gravedad de la herida.
García recibió el balazo cuando los policías de la Unidad Operativa del Trópico y tropas militares intentaban despejar el bloqueo y se defendían de una "lluvia de piedras" que les lanzaban los cocaleros.
Primeramente, los militares utilizaron gases lacrimógenos, luego balines y después balas. Cuando el cocalero cayó al suelo, hombres y mujeres campesinas trataron de contrarrestar a los uniformados intensificando sus ataques con piedras y palos. Los militares empezaron a detener a cocaleros pero, cuando notaron la presencia de los representantes de Derechos Humanos, los soltaron.
Este oficial de Policía, sin identificación ni grados visibles, olvidó ayer que vivimos en democracia e interpeló a periodistas de Los Tiempos que observaban a un grupo de policías buscando a supuestos bloqueadores, entre los sembradíos de un valle próximo a Parotani. El policía atenuó su ruda actitud cuando se le mostró una credencial de prensa, pero eso no impidió que amenace al reportero gráfico.
Una marcha de universitarios de la Universidad Mayor de San Simón, en respaldo al movimiento cocalero, fue frenada ayer con violencia, por más de medio centenar de policías paceños del Grupo Especial de Seguridad, más conocidos como Dálmatas.
Un bombardeo de gases lacrimógenos y de balines detuvo la movilización de los estudiantes; sin embargo, los Dalmatas no dudaron en invadir los predios de esta Casa Superior de Estudios y atacar a los universitarios.
Las explosiones retumbaron en los patios y aulas, en los momentos más tensos los uniformados dispararon sin reparo contra todo lo que se movía. El enfrentamiento se extendió durante toda la jornada, generándose una lucha con piedras y balines; el cual derivó en la detención y golpiza de dos estudiantes, quienes aún se encuentran detenidos.
Frente a este conflicto, la sociedad civil vociferó en contra de la actitud policial calificándola de dictatorial y salió en defensa de los universitarios. Este suceso paralizó todas las actividades en la Universidad.
La Policía reprimió anoche a un centenar de rentistas mineros de Cochabamba, cuyo líder, Daniel Ordoñez Plata, fue detenido mientras se encontraba crucificado en uno de los mástiles de El Prado de La Paz, en inmediaciones de la plaza Venezuela.
En menos de 20 minutos, una patrulla de la Policía, al mando del coronel Rómulo Vargas y con la asistencia de un Fiscal, despejó el área que eventualmente pretendían ocupar los jubilados y las viudas derechohabientes, quienes apenas pudieron evadir los gases lacrimógenos lanzados por los efectivos policiales.
La medida de represión se cumplió en sujeción al mandato gubernamental, cuyas autoridades advirtieron que no permitirán la crucifixión de los rentistas, considerando que la protesta de ese tipo atenta contra la vida y la salud de los ex trabajadores.
Ayer, el ampliado de los jubilados que se encuentran en Calamarca, a uno 75 kilómetros sobre la carretera entre La Paz y Oruro, amenazó con que algunos de sus miembros se crucificarán si es que el gobierno no elimina un artículo de la Ley de Mantenimiento de Valor que desvaloriza sus rentas indexadas al dólar.
A las 15.00 de ayer, Ordoñez Plata se instaló en una cruz de madera sobre uno de los mástiles de El Prado, cerca de la sede de la Federación de Trabajadores Mineros de Bolivia. A las 19.30, la Policía irrumpió el lugar, dispersó a los manifestantes y detuvo al dirigentes, quien fue bajado del mástil por la fuerza y tirado sobre una carpa sostenida por los policías. Algunos rentistas mineros contaron a La Prensa que Ordoñez Plata cayó malherido -con la misma cruz- y de costado.
El dirigente Carlos Villarroel protestó por la violencia ejercida por la Policía. "Este MNR nos ha botado de nuestro trabajo; este mismo MNR nos quiere matar a bala", arengó en una breve reunión que tuvo con sus compañeros.
Un total de 168 detenidos en varios sectores del país y seis heridos a lo largo de la carretera Cochabamba-Santa Cruz, es el saldo de las manifestaciones y bloqueos de ayer, coincidieron en informar el ministro de Gobierno, Alberto Gasser, y el diputado del MAS, Evo Morales.
Gasser señaló que los detenidos actuaron agresivamente al lanzar piedras contra los vehículos y atacando a la Policía y están a disposición de los fiscales adscritos a la Policía Técnica Judicial (PTJ) para ser remitidos al juez cautelar. Denunció que todas las personas detenidas.
Dos camiones Volvo y una camioneta de color amarillo sirvieron para que la Policía traslade a más de un centenar de detenidos hasta un galpón de la Base Aérea Militar de Cochabamba.
Para Evo Morales, "el primer día de bloqueo fue un éxito" y el número de detenidos (168) "es un récord". Según el Gobierno, las carreteras de Potosí, Oruro, Chuquisaca, Beni, Pando, Tarija y Santa Cruz se encuentran sin problemas. En La Paz la situación es de normalidad a excepción de la marcha de los jubilados, mientras que Cochabamba se registraron esporádicos bloqueos, controlados por las fuerzas del orden.
Los prefectos de los departamentos informaron de la situación de cada una de sus regiones. El prefecto de Potosí, Sergio Medinaceli, informó que no existe bloqueo alguno en esta región. El prefecto de Santa Cruz, Mario Justiniano, informó que la convocatoria al bloqueo de caminos no fue acatado en ese departamento.
La marcha encabezada por dirigentes del Comité Cívico, Comité de Vigilancia y del Municipio de Sacaba fue duramente reprimida ayer al medio día, con gases y balines disparados por los efectivos de la Policía a pocos metros de que dicha columna arribe a Pacata, territorio que los sacabeños reclaman como parte de su circunscripción.
La arremetida de los policías fue contundente y agresiva toda vez que la misma dejó a varios de los marchistas heridos por los balines recibidos en sus rostros, descontando a los vecinos de la zona que sintieron los fuertes efectos de la gasificación.
Los sacabeños demandan la derogación del Decreto Supremo 25608 el cual permite al Municipio de Cercado la administración territorial de Pacata, extensa zona que reclaman como suyo al igual que los recursos de coparticipación popular que superan los dos millones de bolivianos.
Fruto de la represión, una mujer a quien no se pudo identificar, recibió el impacto de un balín que le ocasionó un considerable corte en la frente y la dejó por unos momentos inconsciente y bañada en su propia sangre; posteriormente y gracias al auxilio del equipo de prensa de Los Tiempos la misma fue trasladada al hospital Viedma donde fue asistida en Emergencias. Otro de los heridos por balín fue Isidro Jaimes García quien sufrió un corte en la ceja y Teófilo Mamani otro corte en la mejilla.
La represión ejercida por los policías fue mucho más contundente con un transeúnte que acababa de almorzar en un kiosco. Fue golpeado y pateado por varios efectivos, quienes luego lo detuvieron y se lo llevaron junto a su bicicleta.
La marcha se inició en forma pacífica a tempranas horas, aproximadamente a las 09:00, cuando más de un centenar de personas, portando banderas sacabeñas (verde y blanco) tomaron como ruta la principal arteria que los conecta con la ciudad de Cochabamba y que forma parte de la carretera hacia Santa Cruz de la Sierra. La columna de manifestantes bloqueó durante toda la mañana una de las vías de la carretera.
Tanto el presidente de los cívicos como del Comité de Vigilancia, Javier Tórrez y Remberto Rivera, respectivamente, lamentaron y protestaron por la dura represión ejercida contra su marcha pacífica.
Javier Tórrez negó ayer que la marcha y el paro cívico determinado en asamblea esté relacionado con la movilización convocada por el Movimiento Al Socialismo (MAS), sin embargo aclaró que la misma fue estratégica y con la finalidad de que sus reivindicaciones sean atendidas por el Gobierno.
Por su parte el dirigente del Comité de Vigilancia, Remberto Rivera, denunció haber sido amedrentado y detenido durante cinco horas junto a otros por miembros de la Policía el domingo y agregó que fue liberado en virtud de que no existían razones de peso que justifiquen su detención.
Nuevos sectores afilan estacas para entrar en la lisa. El gobierno grita a todos los vientos que no hay paro que todo esta tranquilo, mientras los propios preriodistas dicen textualmente que el gobierno dice una cosa y ellos estan viendo otra. Es interesante como la fuerza del paro ha conseguido obligor a ciertos medios a pasar alguna información.
Esperamos con impaciencia las ocupaciones anunciadas.
Clajadep4@hotmail.com
Clajadepchile@yahoo.fr
Tomado de La Haine