Febrero 13 de 2003
La falta de policías provocó una gran congestión vehicular en la ciudad. Con los enfrentamientos en la plaza Murillo, reinó la confusión. Los paceños vivieron escenas propias de una guerra civil.
La Razón
Caos vehicular y bullicio, así es un día normal en la ciudad de La Paz. Pero, ayer, en esa normalidad algo era diferente, sin forma, sin color y sin sentido.
El alba despuntó como un día cualquiera. Mas no era así. En el recorrido por la ciudad, muy temprano por la mañana, los agentes de parada no estaban en las esquinas de las vías céntricas controlando el tráfico vehicular.
Ellos se plegaron a los amotinados del Grupo Especial de Seguridad, junto a Bomberos y efectivos de diferentes unidades policiales que colaboran en la seguridad ciudadana.
Ni un policía desde El Alto hasta la zona Sur. Efectivos militares se ubicaron en el peaje de la Autopista La Paz-El Alto y en la plaza Pérez Velasco.
Las estaciones policiales de varias zonas estaban vacías. Sin embargo, en las puertas de los bancos del centro de la ciudad habían entre uno y dos policías que no eran sólo oficiales, sino capitanes y mayores. En la mañana los vehículos continuaban sus recorridos normales. Basilio Tarqui conductor de la línea 225 contó que sólo pudo dar dos vueltas completas a su ruta porque el congestionamiento se hacía más pesado.
En las calles que rodean a la plaza Murillo el tránsito vehicular continuaba hasta el mediodía, cuando comenzó a ser blo- queada por gente, policías, gases y balas. Los conductores ya no hacían caso a los semáforos y se pasaban de largo. Algunos colegios cercanos a la plaza Murillo tuvieron que suspender actividades. Un ejemplo es el colegio Santa Ana que adelantó el horario de salida en una hora.
En la tarde, el caos se incrementó en las calles y varios vehículos retornaron a sus garajes para no tener problemas. Algunas personas apresuraban el paso y como nunca en las calles y en los carros de transporte público no se escuchaban cumbias, sino noticias.
Las radios cristianas oraban por la solución del problema y la gente se detenía al lado de los puestos para escuchar el relato de los hechos que se suscitaban en la zona de fuego.
Los expositores de Alasita que en la mañana intentaron tomar la Alcaldía fueron víctimas de personas que pretendieron robar sus puestos. La falta de control vehicular se hizo sentir también en la Ceja de El Alto. Allí nadie respetaba los semáforos y los vehículos se detenían en cualquier lugar. En la Ceja se esperaba más de media hora para avanzar, pues los carros se trancaban entre sí y tardaban en descongestionarse. En la Autopista habían militares para evitar el bloqueo de la vía.
A cada hora que pasaba la situación era más tensa. Algunas personas no sabían si bajar o no a la hoyada paceña.
El Ministerio de Educación instruyó ayer a las nueve direcciones departamentales, la suspen- sión de las labores escolares en todo el territorio nacional hasta el lunes 17 de febrero.
El instructivo rige para todos los establecimientos estatales y particulares.
La decisión fue tomada ayer por la tarde luego de la agudización de los problemas sociales en el país. El viceministro de Educación, Pánfilo Yapu, aclaró que las clases serán reanudadas el próximo lunes sólo si la situación en el país retorna a la normalidad.
Desde este jueves los maestros y la Central Obrera Boliviana tomarán las calles paceñas para protestar contra el Gobierno.
El magisterio nacional exige mejoras en sus salarios. Sus dirigentes advirtieron que una vez que se reanuden las labores escolares continuarán ejecutando su cronograma de protestas.
CURIOSOS - Ayer, después del mediodía, un grupo de militares comenzó a descender por la calle Ayacucho hacia la Potosí. La gente y los vehículos que se encontraban en el lugar comenzaron a huir. Sin embargo, después de unos minutos volvieron para ser testigos de lo que sucedía. Habían estudiantes y oficinistas que caminaban presurosos, pero no para dirigirse a sus hogares, sino para ser testigos de los incidentes.
INCENDIOS - El Ministerio de Trabajo, la Casa Rosada en San Pedro, la del MIR en la calle Pichincha y la Vicepresidencia fueron saqueadas e incendiadas. Asimismo, el Tribunal de Justicia Militar, la sede de la UCS y dos financieras fueron apedreados. La turba que había incendiado el Ministerio de Trabajo intentó tomar la Alcaldía, pero fueron gasificados por efectivos militares y dispersados inmediatamente.
COMERCIOS - En la mañana, las tiendas y los vendedores ubicados en la plaza Murillo recogieron su mercadería y cerraron sus puestos de venta a los primeros disparos. Por la tarde, los comercios de la zona central de La Paz y El Alto fueron saqueados en diferentes actos vandálicos. Una turba se dirigió hasta la feria de Alasita, pero los incidentes que se registraron allí no fueron de gravedad.
EL ALTO - Durante la mañana de hoy los vehículos particulares y de transporte público no respetaron los semáforos ubicados en diferentes puntos de la ciudad. Los congestionamientos duraron varias horas en la Ceja de El Alto. En el peaje de la Autopista se apostaron efectivos militares para controlar el paso. En la tarde, balas y gases dispersaron a marchistas de la COR.
COLEGIOS - A primeras horas de la tarde, cientos de estudiantes salieron de sus hogares para asistir a clases. La ciudad ya estaba en medio del caos, paralizada y sin servicio de transporte público. El Gobierno reaccionó tarde y emitió un comunicado "urgente" suspendiendo las labores escolares. Los medios de prensa difundieron la disposición inmediatamente, a las 14.30 horas.
Tomado de La Razón
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