30 de julio del 2002
Isaac Bigio
El Siglo
La rosa es el símbolo internacional de los partidos socialistas, mientras que el azul es el color del conservadurismo. Sin embargo, en Bolivia ocurre lo inverso. La papeleta rosa es la del Movimiento Nacionalista Revolucionario de Gonzalo Sánchez de Lozada, el arquitecto del modelo neoliberal vigente desde hace 17 años y quien contó con el respaldo de los 84 congresistas que defienden este sistema. La papeleta azul, en cambio, fue la del Movimiento Al Socialismo del sindicalista campesino Evo Morales quien contó con el apoyo de los 43 parlamentarios de la izquierda. Otros 28 parlamentarios votaron blanco/nulo.
Los rosados de hoy son apuntalados por los EE.UU., han promovido la privatización de la mayor parte de las empresas públicas y liberalizado el mercado y la mano de obra. Los azules del MAS se enfrentan a los EE.UU., piden la renacionalización de empresas privatizadas y están por la restitución de los beneficios sociales.
Lo paradójico es que rosas y azules ocupan roles inversos a los que tuvieron hace 50 años. En abril 1952, el MNR llegó por primera vez a la presidencia al encabezar la mayor insurrección obrera y popular sudamericana. Entonces realizó la reforma agraria más osada del subcontinente, nacionalizó a las 3 principales familias, dio el voto a la mayoría iletrada, hizo cogobierno con los sindicatos y sus milicias, depuró y reestructuró las FF.AA. y permitió que los trabajadores participasen en la administración de las minas estatizadas.
Durante los 1950s, el partido que comandaba la contrarrevolución eran los azules de la Falange Socialista Boliviana. La FSB se apoyaba en las capas medias y en terratenientes blancoides que se oponían a dar tierras y el voto a los indígenas. Los azules de entonces querían una dictadura clerical-fascista como la del general español Franco y organizaban golpes anticomunistas. Unzaga de la Vega, jefe de la FSB, fue el único contrincante electoral de peso que tuvo el MNR en la primera elección en la cual se permitió votar a todos los adultos (1956). Tres años más tarde, murió al fracasar un complot. Sus partidarios afirman que fue ejecutado por los movimientistas.
La FSB fue fundada en 1937 siguiendo las pautas de la franquista Falange Española. Desde su creación hasta mediados de los 1980s, fue la encarnación del fascismo criollo y sus cuadros estuvieron implicados en cuantiosos cuartelazos y ataques armados contra sindicalistas e izquierdistas.
En 1987, Añez Pedrasa, entonces jefe de la FSB, decidió apartarse de los sectores más anticomunistas del falangismo para crear su propio partido. Así inscribió su nueva sigla: el Movimiento Al Socialismo-Unzaguista. El MAS-U se integraría a la Izquierda Unida, donde candidatearía Evo Morales. Más tarde, los campesinos cocaleros liderados por él acabarían por apropiarse de la sigla MAS y dejarían de usar el apellido 'unzaguista'.
Un partido que había sido creado por uno de los desgajamientos de los falangistas que defendían a los patrones cochabambinos que se oponían a darle la tierra a los campesinos, se transformaría en el mayor movimiento de masas que hayan creado los dirigentes campesinos indios cochabambinos. Algunos dirán que ésa fue una de las venganzas de la historia, en la cual los indios acabaron expropiando no sólo las tierras sino una de las expresiones políticas de sus anteriores dueños. Otros dirán que eso muestra el carácter ambivalente de la nueva izquierda agrarista boliviana.
Lo interesante es que Bolivia debe ser uno de los pocos países en el mundo en el cual las fuerzas polares parlamentarias de la derecha y de la izquierda pueden rastrear sus orígenes en el fascismo. Tanto los azules como los rosados provienen de dos partidos que se formaron cuando el hitlerismo estaba en su apogeo, e influenciados por sus ideas.
La FSB emulaba a la Falange Española que estaba ganando la guerra civil (1936-39). El MNR se fundó en 1941 bajo auspicio de la embajada germana y utilizando simbología y fraseologías del nacional socialismo alemán.
En julio 1946, el grueso de la derecha y de la izquierda se unieron para tumbar a la dictadura del MNR y Villarroel. Un levantamiento popular acabó colgando a éste último, tratando de copiar la forma en la cual los italianos acabaron con Mussolini.
El MNR tendría la habilidad de recuperarse desde la oposición, adoptando un lenguaje izquierdista y marxistoide. En 1952, los rosados cabalgaban entre las presiones de la naciente Central Obrera Boliviana y los intentos de reacomodarse dentro de la órbita pro estadounidense. Gradualmente, se fue transformando en un partido del orden y en un aliado de Washington contra Cuba y otros rivales.
En 1985, un tercio de siglo después de haber conducido la mayor revolución estatista sudamericana, el MNR empezó a desmantelar su obra para llevar a cabo una de las más osadas reformas neoliberales.
El MNR se fue convirtiendo en el partido que gestó el actual sistema monetarista de libre mercado. Para el MAS, los rosados representan lo mismo que la vieja oligarquía antes de 1952. Los nuevos azules sostienen que Sánchez de Lozada es otro barón minero, que entrega el país a capitales extranjeros y a los EE.UU., y está en contra de las aspiraciones de los sindicatos y los indígenas. Evo Morales ha llamado a hacer otra revolución tipo 1952.
Para complicar la cosa, la socialdemocracia, cuya sección boliviana es el MIR, ha preferido aliarse con fuerzas a su derecha y no con los socialistas del MAS. Los representantes directos del símbolo del puño con la rosa se coaligan con los rosados, en un gobierno que será atacado por la izquierda y los sindicatos.
Rosados y azules han pasado de un extremo al otro. Los primeros debutaron como pro hitlerianos para luego liderar la revolución anti-oligárquica y después convertirse en el principal partido del nuevo modelo privatista. Los segundos, tienen su origen lejano en escuadrones fascistas pero terminaron convirtiéndose en el membrete que capturaron los sindicalistas campesinos de izquierda.
Hace medio siglo, los rosados eran la fuerza más popular y los azules representaban el viejo orden. Hoy los roles han cambiado. Por increíble que parezca, los sectores más radicales que se enfrentaron a las diversas juntas militares han escogido como colores partidarios los del falangismo. Los rosados y la rosa socialdemócrata se han convertido en el gobierno que defenderá el actual orden neoliberal.
'Goni' Sánchez de Lozada es el nuevo presidente boliviano. Esta decisión no fue tomada por el pueblo o el parlamento, sino en una reunión entre él y el ex mandatario Jaime Paz Zamora.
En los comicios del 30 de junio debieron haber votado unos 4,2 millones de bolivianos, pero los 3 primeros candidatos tuvieron un virtual triple empate totalizando cada uno aproximadamente 600.000 votos. El parlamento debió dirimir entre los 2 candidatos más votados (Sánchez y Evo Morales), aunque la suma de ambos no llega al millón y medio de electores que no votó por ningún partido.
Sánchez es el arquitecto del modelo neoliberal impuesto en los últimos 17 años. Es visto por los inversionistas como quien acabó con la hiper inflación, privatizó las principales empresas, abrió completamente el país al mercado externo y eliminó al estatismo. Para los sindicalistas, es quien condujo al cierre masivo de minas y fábricas, despidos y reducción de salarios reales y beneficios sociales.
Morales es el dirigente de los sindicatos campesinos del Chiapare, una región en el centro boliviano donde se cultiva la coca. Mientras Chiapas en México es la base de una guerrilla indigenista, el Chiapare es el principal reducto de un significativo movimiento de masas que permanentemente promueve marchas, huelgas y bloqueos de camino, y que ha acabado produciendo enfrentamientos con las fuerzas locales de seguridad patrocinadas por la DEA estadounidense.
Morales tiene mucho apoyo en los sindicatos y en las comunidades indígenas del occidente andino. Allí es visto como el primer indio que podría llegar a la presidencia y quien pudiese cambiar a la élite y al modelo neoliberal.
Para el grueso de los bolivianos, la coca es un alimento consumido varias veces a la semana. Desde antes de la conquista española, su mascado o uso servía para dar energías, curar algunos males y combatir los efectos de la altura. La cocaína es un producto relativamente reciente, en el cual se utilizan una serie de reactivos químicos para producir una droga en base a dicha planta. El planteo de las organizaciones campesinas es que se les permita seguir cultivando la coca como lo han hecho desde hace siglos, e incluso industrializarla para fines medicinales y nutricionales. Aducen que si se quiere evitar el consumo de droga, se debe atacar a quienes la transforman en cocaína y la distribuyen en el mercado euro-americano, pero no a los agricultores pobres. Para la DEA, es fundamental erradicar los cultivos pues una gran parte de la coca acaba siendo procesada por los carteles narcotraficantes.
'Goni' y Evo hablan un castellano 'impuro'. El primero con un dejo norteamericano y el segundo con acento indígena. Mientras Sánchez es un incondicional de los EE.UU. (donde se crió) y uno de los empresarios más ricos del país, Morales es un sindicalista campesino que ha sido vetado por la embajada.
Morales plantea la libre producción y distribución de la coca, la renacionalización del gas y otras industrias, una nueva constituyente y restitución de beneficios sociales. Sánchez anuncia que va a continuar el modelo de economía thatcheriano, que se seguirá erradicando la coca y que no se dará una constituyente.
En el congreso, Sánchez tenía asegurados 58 de los 157 parlamentarios, mientras que la izquierda iba a dar 43 para Morales. El primero trató de conseguir el apoyo de dos partidos de centro: la Nueva Fuerza Republicana de Mafred Reyes (26 votos) y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (31 votos). Este último fue quien resolvió apuntalar a Sánchez, a cambio de una fuerte cuota de ministros y puestos claves.
Nuevamente, el MIR es quien ha tomado la decisión final por el pueblo boliviano. Nacido en 1971 como castrista, acabó haciendo alianzas con todo el espectro partidario. Ha rodeado al poder en16 de los últimos 20 años. En 1982-85 cogobernó con la izquierda. En 1985-89 votó para que el MNR gobernara. En 1989-93 llegó a la presidencia bajo el programa de Bánzer, quien les persiguió en su dictadura (1971-78). En 1997-2002 estuvo con el régimen banzerista. A cambio de no haber votado por la izquierda, el MIR podría conseguir 2/5 del gabinete y puestos claves.
Sus enemigos le tildan de oportunista y de mostrar un apetito por llegar como sea al poder. El MIR justifica su actitud sosteniendo que lo hace para salvaguardar la estabilidad nacional, y siguiendo la tónica de partidos socialdemócratas hermanos que se han visto obligados a coaligarse con las fuerzas más disímiles.
Este acuerdo podría permitir a Sánchez una mayoría parlamentaria y aplicar su programa de privatizaciones. El nuevo gobierno se basará en la alianza de los 5 partidos parlamentarios 'sistémicos' (MNR, MIR, ADN, MBL y UCS), es decir, de todos aquellos que han cogobernado desde 1985 cuando Sánchez lanzó el actual sistema monetarista. La oposición cuestionará al nuevo gobierno por no querer convocar una constituyente, demanda fuerte dentro de las comunidades indias.
El gas pasa a ser una materia clave. Sánchez persistirá en que éste (el principal producto nacional) siga en manos de transnacionales y se exporte a California vía un gasoducto que acabe en Chile, por ser más rentable. La oposición quisiera que los hidrocarburos volviesen al control estatal. Hay muchos que no quisieran que el gasoducto desemboque en Chile si este país sigue oponiéndose a dar una salida soberana al mar para Bolivia, y plantean que mejor sería que llegué a la costa vía el altiplano y Perú, con lo cual se ayudaría a desarrollar el empobrecido occidente boliviano.
Sánchez ha de enfrentarse a un fuerte movimiento social. Los partidos indígenas campesinos han obtenido más votos que su partido y piden reformas sociales, pluriculturalismo y nueva constituyente. Los sindicatos y comités cívicos se van envalentonando y vienen consiguiendo la renacionalización del agua en Cochabamba o de minas en el altiplano.
* Analista Internacional, London School of Economic
Tomado de El Siglo