17 de marzo

25 de febrero del 2002

COLOMBIA EN LLAMAS

Cuentas claras

Apolinar Díaz-Callejas
especial para ARGENPRESS.info

El periodista Apolinar Díaz-Callejas, desde Bogotá, describe en esta nota la grave situación política colombiana.

En operación militar en desarrollo del contenido de guerra del Plan Colombia, se accidentó un avión de Estados Unidos utilizado en la asesoría técnico-militar a nuestras Fuerzas Armadas en su lucha contra las guerrillas. Murieron un contratista, mercenario norteamericano, y un militar colombiano. Están secuestrados o prisioneros tres mercenarios. Es un suceso de guerra que involucra militares activos y mercenarios yanquis. Los medios de comunicación y el Gobierno se han empeñado en que se hable de 'ciudadanos estadounidenses' y se oculte que están complicados en un acto de guerra, porque constituye explícito acto de guerra participar en operaciones de inteligencia militar, que es lo que hacían en el Caquetá. No son turistas.

El empeño del Gobierno y los medios en cambiar el concepto de mercenario por el de ciudadano estadounidense, es una grosera deformación de los hechos por la vía de la manipulación del idioma. Según la Enciclopedia Mundial de Relaciones Internacionales y Naciones Unidas, mercenarios son unidades militares a base de voluntarios que se alquilan para luchar contra cualquier adversario, muy frecuentemente con fines coloniales, de intervención o de sabotaje. En Estados Unidos las organizaciones de mercenarios que se alquilan para esos fines, son integradas por militares que participaron en guerras de agresión como Vietnam, Granada, Somalía y otras, incluso en la primera guerra de la familia petrolera de los Bush contra Irak en 1990. Ejecutan órdenes de muerte como la de Bush cuando dijo: 'tráiganme vivo o muerto a Bin Laden'. Son unos Rambos que se alquilan para matar. No son ciudadanos comunes y corrientes. Estos mercenarios de la CIA están aquí en acciones militares dentro de la intervención norteamericana en nuestros asuntos internos que es el Plan Colombia que dejó Pastrana y sigue Uribe Vélez. La embajadora de Estados Unidos en Colombia ha declarado que tienen autorización para disparar. Son la parte yanqui de nuestra violencia.

¿Por qué esta patraña idiomática? Se quería ocultar a los colombianos que los estadounidenses ya están militarmente en nuestro conflicto. The Washington Post dice que el avión norteamericano cayó en la selva del Caquetá cuando 'rastreaba al frente 15 de las FARC'. Es un avión para la guerra con mercenarios para la guerra. Hay que decir la verdad. Por eso Bush anuncia a Colombia mayor intervención militar, más guerra, tal como ha hecho al disponer que 1.750 soldados estadounidenses participen en Filipinas en la guerra contra grupos rebeldes musulmanes. Serán mercenarios alquilados como hicieron en la reciente invasión a Afganistán en que los soldados norteamericanos también eran mercenarios para matar musulmanes.

Es inaceptable que no se llame a los norteamericanos involucrados en los sucesos del Caquetá con su nombre real: mercenarios, rambos contratados, incluso, para matar. Que esto se haga en Colombia en el 2003, cuando se cumplen cien años del asalto de Estados Unidos a las obras del Canal de Panamá, es una vergüenza nacional.

¡Uf! ¡Último minuto! Escrito lo anterior llegó la bomba: Bush envía 150 mercenarios para rescatar a los del Caquetá. Vienen a la guerra, como en Filipinas. Son la guerra de los gringos. Recordemos 1903, cuando perdimos el Canal de Panamá. ¡Dios nos salve! ¡Unámosnos por Colombia! Nuestra paz sólo la haremos los colombianos dialogando.

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