17 de marzo

23 de mayo del 2002

Plan Colombia, la guerra sin límites

Pascual Serrano
Rebelión

Desde hace dos años, Estados Unidos está aplicando el denominado Plan Colombia, un operativo netamente militar destinado a implantar a sangre y fuego la política estadounidense en América Latina. Pero, en contra de lo que se pueda imaginar, los planes militares de Estados Unidos no se limitan a Colombia. Miles de millones de dólares están destinados a distribuir armamento, asesores militares y tropas en América Latina bajo el pretexto de la defensa de la democracia y la lucha contra las drogas y el terrorismo.

Una intervención militar a nivel regional que es defendida claramente por algunos políticos latinos. El ex vicepresidente colombiano y candidato presidencial Horacio Serpa ya demandó el pasado año en una reunión con militares y diplomáticos estadounidenses que el Plan Colombia tuviera alcances en toda la región Andina y Amazónica (1).

La propuesta de implicar a toda la región en la política guerrerista de EEUU ya se plantea en el documento "Política de Estados Unidos con respecto a la Región Andina", elaborado por el Departamento de Estado el 17 mayo del 2001. En este documento se propone la asignación de 800 millones de dólares del presupuesto del 2002 para la Iniciativa Regional Andina, y se señala la preocupación por el auge de los movimientos populares en la región: "La democracia en Ecuador está bajo presión de movimientos populistas e indígenas cada vez más radicalizados", señala. En cuanto a Bolivia, "grupos radicales han iniciado protestas violentas que dañaron gravemente a la economía y desafiaron al gobierno de Banzer". Por ello este documento oficial del gobierno norteamericano ya señala que los esfuerzos de EEUU "deben enfocarse en fortalecer su capacidad (la de los gobiernos de los países andinos) de hacer frente al desorden que impera en las zonas fronterizas". Para ello ya se reservaron 180 millones de dólares del Plan Colombia del 2001 para otros países de la región.

El citado documento afirma que "las fuerzas armadas andinas se ven limitadas en su capacidad de realizar las misiones que les son requeridas" y "se beneficiarían enormemente de una modesta inyección de ayuda de seguridad en forma de Financiamiento Militar Extranjero (FMF) y adiestramiento y Educación Militares en el Extranjero (IMET) y del contacto incrementado con militares estadounidenses en general".

Las propuestas norteamericanas están claras: "Es necesario que mejoremos la cooperación regional a través del proceso de las Ministeriales de Defensa de las Américas y otras estructuras de defensa regional hemisférica". "Deberíamos estar preparados para aumentar nuestros contactos entre militares mediante ejercicios, educación y adiestramiento profesionales, intercambio profesional y visitas entre homólogos y programas. Las naciones anfitrionas necesitarán nuestra ayuda para seguir adelante con la modernización racional y apropiada del equipo militar para reemplazar equipo obsoleto. El uso del programa de Ventas Militares en el Extranjero (FMS) ampliará nuestros vínculos con las fuerzas armadas anfitrionas, promoverá la capacidad de operar recíprocamente con las fuerzas estadounidenses y aliadas y mejorará la capacidad de acción regional combinada", añaden.

En ese marco de intervención, Ecuador establece la Iniciativa de la Frontera Norte, Brasil emprende la Operación Cobra en la región Cabeza del Perro, fronteriza con Colombia, y establece un programa de rastreo de sospechosos derivado de su Sistema de Vigilancia del Amazonas (SIVAM), Bolivia implanta el Plan Dignidad y Panamá incrementa su presencia militar en la región del Darién (2).

EEUU, por su parte, moviliza a la CIA, la DEA, el Pentágono, el servicio de guarda costas y el Comando Sur para poner en marcha esa política de intervención.

Panamá, Perú, Ecuador, Brasil y Nicaragua se sembrarán de bases militares al servicio de Estados Unidos. Se negocian bases aéreas al servicio del Comando Sur de EEUU en la isla de Urabá en las Antillas holandesas y, de manera más oculta en Comalapa (El Salvador) y Tegucigalpa (Honduras) (3). En Perú, la estrategia norteamericana de control e injerencia militar en la región tenía su avanzadilla en el operativo "Nuevo Horizontes" en la selva peruana, protagonizado por el Comando Sur de Estados Unidos. Un plan militar disfrazado de ayuda humanitaria que estaba organizándose desde febrero del 2001 y que se ha paralizado ante la indignación de parte de la clase política peruana. Indignación ante un "programa humanitario" fundamentado en un contingente de doscientos soldados norteamericanos que tomaban muestras del suelo, realizaban mediciones topográficas, contaban con un presupuesto de nueve millones de dólares, poseían el equipamiento militar listo para la guerra y se dedicaban a entrenamientos militares. (4). El operativo también contaría con una pista de aterrizaje para helicópteros artillados y un total de once pequeñas bases militares. Aunque el gobierno peruano ha negado la relación del operativo "Nuevo Horizontes" al Plan Colombia, los pobladores de la región y los representantes de la oposición siempre han tenido clara esa vinculación.

También en Perú, militares extranjeros operan en la base fluvial de Nanay (Amazonia Peruana) y Loreto y la estructura militar boliviana en el Chapare tiene componentes brasileños. Además de las bases de Aruba y Curacao, Palmerola en Honduras y la reactivación de la base de Comalapa en El Salvador. (5)

En el marco de este plan, el pasado año 400 militares estadounidenses se establecieron en Guatemala contraviniendo los acuerdos de paz entre el gobierno guatemalteco y la guerrilla de la Unión Revolucionaria Nacional Guatemalteca. "Nuevos Horizontes" también llegó a Paraguay, donde cientos de militares norteamericanos se han entrenado en el departamento de la Concepción. De nuevo, el pretexto de la ayuda social para realizar cursos y entrenamiento contrainsurgente.

Al Plan Colombia le complementa la denominada "Iniciativa Andina", que busca involucrar a Ecuador, Venezuela y Perú en la guerra colombiana, y que cuenta con un presupuesto de 882 millones de dólares en el 2002, 350 de los cuales para ayuda militar. El objetivo del Departamento de Estado es activar todo un sistema militar en torno a Colombia que sirviese de apoyo al Plan Colombia y utilizase todos los frentes en su choque contra las fuerzas insurgentes. Lo menos importante para Estados Unidos es que implique a todos los países de la región y que se implantase en zonas de población civiles.

Estados Unidos también cuenta con la base de Manta en Ecuador, además de acuerdos bilaterales entre Panamá y Estados Unidos. La base de Manta, iniciada en el año 2000, permite operaciones conjuntas con los militares ecuatorianos en la selva. Allí se ha creado la Escuela de Selva de Coca, lugar donde los norteamericanos entrenan a militares brasileños, colombianos y ecuatorianos en técnicas de guerra con tecnología de última generación. El acuerdo sobre la base de Manta se remonta a noviembre de 1999, y en él el gobierno ecuatoriano se compromete a "permitir al personal de los Estados Unidos, sus dependientes y a las entidades que tengan relaciones contractuales con el gobierno de Estados Unidos, el acceso y uso de la Base de la Fuerza Aérea Ecuatoriana en Manta, así como el puerto de Manta e instalaciones relacionadas con la Base o en su vecindad". Y también "permitir este uso y acceso a las aeronaves, navíos y vehículos operados por o para los EEUU". El apoyo marítimo a estas tropas lo aporta la Base Naval de Iquitos, en el norte de Perú, que dispone de decenas de asesores estadounidenses y cuenta con lanchas rápidas. Ecuador también recibirá 150 millones de dólares de los EEUU de los que un porcentaje se destinarán a reforzar las patrullas militares en la frontera con Colombia, según ha denunciado la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos en Quito.

Los planes de presencia militar norteamericana mediante el operativo Nuevos Horizontes también implican a Nicaragua. El embajador estadounidense en Nicaragua, Oliver Garza, sostuvo en un discurso ante el presidente de Nicaragua que este plan "serviría para garantizar la seguridad de los dos pueblos (EEUU y Nicaragua) ante amenazas como el terrorismo y el contrabando".

En el citado discurso, el embajador reconoció que la tropa de Estados Unidos en Nicaragua estaba compuesta por miembros activos y reservistas del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea de EEUU. También destacó la presencia de la infantería de marina (los marines). (6)

La propia página web del Comando Sur de los Estados Unidos establece los requerimientos mínimos para el establecimiento de una base militar norteamericana en Latinoamérica y el Caribe. Unas especificaciones que están basadas en las características de Fort Buchanan, un cuartel estadounidense instalado en Puerto Rico, conforme un documento denominado Base Camp Guidance for Latin America and the Caribbean.

A todo ello, hemos de añadir la presencia militar de EEUU en Honduras desde los ochenta, donde 2.000 soldados norteamericanos realizaron maniobras el pasado año. También la futura instalación de un Centro Regional de Drogas en El Salvador y los 350 millones de dólares que recibió Costa Rica hace dos años para financiar un acuerdo de patrullaje conjunto. Y todo esto sin olvidar los centros de entrenamiento en Guantánamo (Cuba) y Vieques (Puerto Rico).

EEUU siempre ha afirmado que las razones de la puesta en marcha del Plan Colombia era la lucha antinarcóticos y no la guerra contra la insurgencia colombiana, como desde el primer momento han denunciado los movimientos sociales y grupos de izquierda de todo el mundo. Ahora, dos años después de su puesta en marcha, desde diferentes sectores de la Administración norteamericana se está reconociendo la verdad. Así, Gary Speer, comandante interino del Comando Sur de Estados Unidos declaró el pasado 11 de abril en el Congreso norteamericano: "El apoyo que Estados Unidos le da a Colombia debería ir más allá de los límites de combatir el narcotráfico, para ayudar a atender la gran amenaza terrorista antigubernamental en la nación andina". "Estos esfuerzos requieren que vayamos más allá de la estrategia concentrada en la lucha antidroga", y mencionó "revisiones de política, ayuda adicional para infraestructura de seguridad y combate contra el terrorismo, intercambio de inteligencia y ayuda de seguridad incrementada". "Para ayudar a Colombia a ganarles la guerra a las guerrillas, Estados Unidos debe proveerles a los colombianos la ayuda necesaria", añadió. El 24 de abril, este alto cargo militar volvió a repetir estas informaciones en una subcomisión de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano (7).

Pero no es sólo el responsable militar quien plantea abiertamente el uso de fondos del Plan Colombia para la lucha contra la insurgencia, algo siempre negado por los gobiernos colombiano y norteamericano. En esa misma Subcomisión de Relaciones Exteriores del Senado, el 14 de abril, el subsecretario de Estado para asuntos políticos Marc Grossman, adelantó que el presidente Bush va a solicitar autorización para "atender el problema del terrorismo en Colombia tan vigorosamente como actualmente atendemos (el problema de) los narcóticos". Un programa de ayuda estadounidense a Colombia de base más amplia, explicó Grossman, "le permitiría a Colombia usar los helicópteros provistos por Estados Unidos y la brigada antidroga del Plan Colombia para combatir a los terroristas en ciertas ocasiones, según se lo necesitara". (7)

Es evidente que el Plan Colombia no tiene límites de fronteras ni de competencias. Que la intervención norteamericana no se detendrá en ningún país ni se ajustará a ningún otro criterio que el que interese a Estados Unidos. No podía ser de otro modo, la colonización económica y cultural del continente necesita de sólidos "argumentos" que garanticen su éxito. ¿Acaso no son sólidos los que acabamos de citar?.

Notas

(1) Citado por Luis Alberto Matta Aldana. "El Plan Colombia: Desafío neoliberal contra América Latina"

(2) Departamento de Estado de Estados Unidos. "Política de Estados Unidos con respecto a la Región Andina".

(3) "La guerra contra la droga". Le Monde Diplomatique.

(4) Jorge Lora Cam y María Amelia Rosales. "Perú: Nuevos Horizontes del Comando Sur".

(5) FARC-EP. "El Plan Colombia amenaza para todos". 13 agosto 2001

(6) Diario Correo. 25 de abril de 2002

(7) Información disponible en la página web oficial de la Oficina de Programas de Información internacional del Departamento de Estado de EEUU. http://usinfo.state.gov/espanol/

Tomado de Rebelión


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