25 de abril, 2001
CNN en español
WASHINGTON -- Hubo sonrisas satisfechas en el Departamento de Estado poco tiempo atrás cuando se conocieron las últimas estimaciones de la CIA sobre la producción de coca en Colombia. Pero no era una caída de la producción lo que despertaba entusiasmo, sino apenas una moderación de la tasa de incremento.
En vez del alza habitual de 20 por ciento o más en la producción, los cultivos de coca habían crecido "apenas" en un 11 por ciento como resultado de los esfuerzos de erradicación que, aunque ambiciosos, no han logrado seguir el ritmo de las nuevas siembras.
Nadie dijo que la guerra contra las drogas iba a ser fácil. Las autoridades habían advertido que podía llegar el año 2005 antes de que la asistencia antinarcóticos de Estados Unidos a Colombia, iniciada el año pasado, produjera resultados significativos.
Uno de los aspectos más promisorios ha sido el programa patrocinado por la CIA en el que aviones de reconocimiento estadounidenses rastrean naves presuntamente cargadas de drogas y alertan a las fuerzas aéreas de Colombia y Perú. Según reglas establecidas, el avión sospechoso puede ser derribado por cazas del país anfitrión cuando se cumplen determinadas condiciones.
En el curso de los últimos seis años han sido derribados en Perú 30 vuelos cargados con drogas, lo que contribuyó a desalentar a los narcotraficantes y a reducir en dos tercios la producción de coca en ese país. Al resultarles inhóspito, muchos traficantes se mudaron de Perú a la vecina Colombia. Pero ahora hasta este programa de reconocimiento aéreo tropieza con dificultades, al menos en el corto plazo. Quedó congelado luego de que el viernes un avión con misioneros estadounidenses fuera derribado por las autoridades peruanas que, notificadas por los sabuesos aerotransportados de la CIA, lo confundieron con un vuelo de narcotraficantes. Una misionera estadounidense y su hija murieron.
Las autoridades peruanas y estadounidenses tratarán de averiguar lo que ocurrió y luego reanudarán los vuelos tras una pausa probablemente de algunas semanas durante las cuales las partes analizarán medidas para asegurar que no se repita el incidente.
La tragedia pronto será olvidada por el público, pero las serias dudas que existen sobre la inteligencia de toda la campaña antinarcóticos estadounidense probablemente perdurarán.
Algunos se quejan porque la erradicación de cultivos en la zona no ha afectado mucho el precio ni la disponibilidad de cocaína en Estados Unidos, y porque los programas de erradicación manual y química de la coca obligan a los agricultores a internarse más en la selva, donde arrasan con bosques vírgenes para plantar sus cultivos..
"Nuestra estrategia nacional e internacional para el control de las drogas no funciona", declaró una coalición de 39 grupos religiosos y otros, en una carta enviada en febrero al presidente George W. Bush.
Entretanto, la guerra civil en Colombia parece empeorar. Unidades paralmilitares derechistas, armadas con motosierras, mazas, piedras y machetes, han estado masacrando últimamente a civiles inocentes de zonas remotas.
"Hemos regresado a la era de la mayor barbarie", dijo el ombudsman colombiano Eduardo Cifuentes tras una matanza que segó decenas de vidas en la localidad de Naya.
El gobierno de Bush pide paciencia, y señala que ayudar a los colombianos a erradicar sus cultivos de drogas tiene un impacto directo sobre los guerrilleros colombianos de izquierda y derecha debido a que dependen del dinero de la droga para sus operaciones
Y los funcionarios afirman que la lucha contra las drogas apenas comienza. La entrega de helicópteros Black Hawk para los batallones antinarcóticos colombianos y su policía nacional empezará en el curso de este año. Los dos servicios de seguridad esperan recibir 34 Huey-2" en los meses venideros. También está en preparación un embarque de cinco aviones fumigadores adicionales para uso de la policía.
Al reconocer que los problemas de Colombia se extienden mucho más allá del narcotráfico y la guerra civil, los Estados Unidos también están brindado ayuda en varias otras áreas, especialmente en la imposición de la ley y el orden, donde un esfuerzo interdepartamental estadounidense está trabajando en 12 áreas de proyectos.
A diferencia de lo ocurrido en otros aspectos, Bush parece no tener problemas en retomar la política respecto de Colombia allí donde la dejó el ex presidente Bill Clinton. Dijo que el objetivo estadounidense es ayudar al gobierno colombiano a "proteger a su gente, combatir el tráfico de drogas, restar impulso a las guerrillas y alcanzar una solución razonable y pacífica" para la prolongada guerra civil colombiana.
Tomado de CNN en español