17 de julio del 2003
Glen Rangwala y Raymond Whitaker
La Jornada
Una supuesta reunión en Praga entre Mohammed Atta, líder de los aeropiratas del 11 de septiembre, y un funcionario de la inteligencia iraquí fue el principal fundamento de esta aseveración, pero más tarde la inteligencia checa admitió que el contacto iraquí probablemente no era Atta. Esto, sin embargo, no contuvo incesantes informes de que Irak tuvo algo que ver con el 11 de septiembre, tendencia que fue tan exitosa que actualmente los sondeos de opinión demuestran que dos tercios de los estadounidenses creen que Saddam Hussein estuvo detrás de los atentados. Casi la misma cantidad de gente está convencida de que eran iraquíes los secuestradores que estrellaron los aviones. Ni lo uno ni lo otro es verdad.. 2. Irak y Al Qaeda trabajaban juntos. Las constantes afirmaciones de líderes estadounidense y británicos de que Saddam y Osama Bin Laden estaban en el mismo equipo fueron desmentidas por un reporte que se filtró del equipo británico de inteligencia para la defensa, que negaba que hubiera algún nexo entre ambos. El reporte agregó que 'los objetivos del señor Bin Laden entran en conflicto ideológico con el Irak actual'. También se difundieron informes según los cuales miembros de Al Qaeda recibían refugio en Irak, donde habían montado un campamento de entrenamiento en el uso de venenos. Cuando las tropas estadounidenses encontraron el supuesto campamento no hallaron el menor rastro de sustancias venenosas, químicas o biológicas. 3. Irak iba a adquirir uranio de Africa para 'reconstituir' su programa de armas nucleares. Ahora el jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) ha admitido que los documentos que supuestamente demostraban que Irak había tratado de importar uranio de Níger, en Africa occidental, eran falsificados, y que esta afirmación nunca debió aparecer en el discurso del presidente George W. Bush sobre el estado de la Unión. Gran Bretaña defiende su postura alegando que existe 'evidencia de inteligencia adicional'. Sin embargo, la oficina del Exterior británica admitió la semana pasada que dicho reporte está 'siendo sometido a revisión'. 4. Irak pretendía importar tubos de aluminio para desarrollar armas nucleares. Estados Unidos argumentó insistentemente que Bagdad trató de comprar tubos de aluminio extrarreforzado, mismos que se emplean exclusivamente en las centrifugadoras de gas necesarias para enriquecer el uranio con que se fabrican armas nucleares. De manera igualmente tenaz, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) afirmó que dichos tubos estaban siendo usados para fabricar cohetes de artillería. El jefe de la AIEA, Mohamed El Baradei, le aseguró al Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en enero pasado, que los tubos no eran adecuados para usarse en centrifugadoras. 5. Irak conservaba, desde la primera guerra del Golfo, vastos arsenales químicos y biológicos. Irak poseía suficientes sustancias peligrosas para matar al mundo entero, se argumentó en más de una ocasión. Contaba con aviones que volaban sin piloto, que podían ingresar al espacio aéreo estadounidense para regar sustancias químicas y biológicas. Pero expertos han señalado que Irak nunca tuvo la tecnología para producir agentes químicos y biológicos, salvo el gas mostaza, que pudieran conservar su virulencia durante más de 12 años, tiempo que transcurrió entre las dos guerras. Todos esos agentes debieron deteriorarse y quedar inservibles hace años. 6. Irak tenía hasta 20 misiles que podían cargarse con elementos químicos y biológicos, cuya capacidad de alcance amenazaba a las fuerzas británicas en Chipre. Independientemente del hecho de que no se ha hallado indicio alguno de estos misiles desde la invasión, Gran Bretaña minimizó la supuesta existencia de tales armas, una vez que comenzaron los combates. También se hizo público que en 2002 se retiró todo el equipo de protección contra ataques químicos de las bases británicas en Chipre, lo cual indica que Londres no tomó en serio sus propias afirmaciones. 7. Saddam Hussein tenía medios para desarrollar cepas de viruela. Esta acusación fue hecha por el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, en su discurso ante el Consejo de Seguridad en febrero pasado. En marzo, la ONU aseguró que no había ningún elemento que la sustentara. 8. Los inspectores de la ONU respaldaron las acusaciones estadounidenses y británicas. Según el responsable del Exterior británico, Jack Straw, el jefe de los inspectores de armas de la ONU, Hans Blix, 'subrayó' que Irak tenía 10 mil litros de ántrax. Tony Blair dijo que la ONU había documentado los programas de armamento químico, biológico 'y, desde luego, nuclear' de Irak. ¿Cuál fue la respuesta del señor Blix? 'Esto no equivale a decir que hay armas de destrucción masiva', señaló en septiembre pasado. 'Si yo hubiera contado con cualquier evidencia sólida de que Irak conservaba armas de destrucción masiva o las estaba fabricando, la hubiera llevado inmediatamente al Consejo de Seguridad'. En mayo de este año Blix agregó: 'Obviamente estoy muy interesado en el tema de si había o no armas de destrucción masiva, y empiezo a sospechar que no'. 9. Las inspecciones anteriores de desarme fracasaron. Tony Blair declaró al diario The Independent en marzo pasado que la ONU 'intentó sin éxito durante 12 años que Saddam Hussein se desarmara de manera pacífica'. Pero en 1999 una comisión del Consejo de Seguridad de la ONU concluyó: 'pese a que aún deben esclarecerse elementos importantes, el grueso de los programas iraquíes para fabricar armas prohibidas han sido eliminados'. El señor Blair también aseveró que los inspectores de la ONU 'no hallaron rastro alguno de los programas de armas biológicas de Saddam', sino hasta que huyó del país el yerno del gobernante iraquí. De hecho la ONU logró que el régimen admitiera que existió un plan de armas biológicas un mes antes de dicha huida. 10. Irak obstruía la labor de los inspectores de armas. El llamado 'expediente dudoso', que el gobierno británico divulgó en febrero pasado, argumentaba que los iraquíes que eran asignados a acompañar a los inspectores estaban 'entrenados para enfrascarse en largas discusiones' con funcionarios del propio régimen iraquí, lo que permitía a otros sujetos esconder las evidencias. El informe agregaba que las inspecciones eran monitoreadas y que incluso ya se sabía con anticipación qué lugares iban a ser revisados de manera sorpresiva, por lo que la evidencia era ocultada antes de la llegada de los expertos. El doctor Blix dijo en febrero que la ONU realizó más de 400 inspecciones y que se cubrieron más de 300 sitios. 'Notamos que el acceso a estos lugares se logró sin problemas', señaló. En ningún caso hemos visto evidencia convincente de que la parte iraquí sabía que los inspectores iban a llegar'. 11. Irak podía lanzar un ataque con armas de destrucción masiva en únicamente 45 minutos. Esta célebre afirmación se basó en una sola fuente que, según se dijo, era un oficial militar iraquí en funciones. La identidad de este individuo no se ha hecho pública desde la guerra, pero en todo caso Tony Blair desmintió la versión en abril. Manifestó que Irak comenzó a esconder sus armas en mayo de 2002, lo cual implica que no pudo haberlas usado en 45 minutos. 12. El 'informe dudoso'. El señor Blair expresó ante la Cámara de los Comunes en febrero pasado, cuando se difundió el expediente, que 'durante el fin de semana hemos obtenido información adicional de inteligencia sobre la infraestructura del ocultamiento de armas. Obviamente sería muy difícil publicar los reportes de inteligencia'. Poco después se descubrió que la mayor parte de este informe fue copiado, sin que se le atribuyeran fuentes, de tres artículos en Internet. El mes pasado, Alastair Campbell asumió la responsabilidad por el plagio cometido por su equipo, pero defendió la exactitud del expediente, pese a que éste confunde a dos organizaciones de la inteligencia iraquí y señala erróneamente que una se trasladó a nuevos cuarteles en 1990, dos años después de que fue creada. 13. La guerra será fácil. Los temores de la opinión pública que surgieron en Estados Unidos y Gran Bretaña fueron mitigados con la aseveración de que los iraquíes oprimidos darían la bienvenida a las fuerzas invasoras. Se dijo que 'demoler el poder militar de Saddam Hussein y liberar a Irak será un paseo', según palabras de Kenneth Adelman, funcionario del Pentágono en dos administraciones republicanas anteriores. La resistencia se presentó de manera irregular pero fue más tenaz de lo que se esperaba, principalmente la que provino de fuerzas no oficiales que combatían vestidas como civiles. 'Este no era el enemigo contra el cual planteamos la estrategia', se quejó un general. 14. Um Qasr. La caída de la sureña ciudad de Irak, que además es el único puerto del país, fue anunciada en varias ocasiones, antes de que las fuerzas angloestadounidenses la controlaran. El anuncio fue hecho, entre otros, por el secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, y por el almirante Michael Boyce, jefe de la defensa británica. 'Um Qasr ha sido subyugada por marines estadounidenses y está ahora en manos de la coalición', afirmó el almirante de manera prematura. 15. La rebelión de Basora. Durante días se dijo repetidamente que la población chiíta de Basora se había rebelado contra sus opresores, mucho antes de que quedara claro que esto no era más que un deseo incumplido. También se dio a conocer la supuesta desersión de un batallón iraquí. La afirmación fue hecha por un vocero militar que no estaba en posición de conocer la verdad. 16. El 'rescate' de Jessica Lynch. El 'rescate' de la soldado Jessica Lynch de un hospital de Nasirya por parte de fuerzas especiales estadounidenses fue una de las principales 'historias conmovedoras' de la guerra. Ella afirmó que disparó contra las tropas iraquíes hasta que se le terminaron las municiones, y que fue llevada al hospital con heridas de bala y de arma blanca. Pero ahora ha quedado claro que las lesiones que sufrió ocurrieron cuando el vehículo en el que viajaba volcó, dejándola imposibilitada para disparar. Médicos del hospital local trataron de entregarla a los estadounidenses, luego que las fuerzas iraquíes salieron del nosocomio, pero los doctores tuvieron que retroceder cuando las tropas de Estados Unidos abrieron fuego contra ellos. Las grupos especiales no encontraron resistencia al realizar el 'rescate', pero desde luego se aseguraron de que todo el episodio quedara filmado. 17. Las tropas enfrentarían ataques con armas químicas y biológicas. A medida que las fuerzas estadounidenses se aproximaban a Bagdad, un montón de informes de la prensa señalaban que las tropas cruzarían la 'línea roja', después de la cual unidades de la Guardia Republicana tenían la autorización de emplear armas químicas. Pero el teniente general James Conway, el más importante general de los marines en Irak, admitió más tarde que estaban equivocados los reportes de inteligencia según los cuales se había desplegado armamento químico en torno a Bagdad desde antes de la invasión. 'Me sorprendió mucho el no encontrar armas a medida que avanzábamos', dijo. 'Entramos a todos los depósitos de municiones entre la frontera de Kuwait y Bagdad, pero simplemente no había ninguna. Sencillamente nos equivocamos. Pero estemos o no equivocados, creo que todavía hay mucho que nos queda por ver'. 18. Interrogando a científicos iraquíes se logrará encontrar las armas de destrucción masiva. 'No tengo absolutamente ninguna duda de que esas armas están ahí (...) Una vez que tengamos la cooperación de científicos y expertos, no tengo duda alguna de que las encontraremos', aseveró Tony Blair en abril pasado. Otras personalidades han hecho afirmaciones similares, en el sentido de que los interrogatorios promoverán el descubrimiento de esas armas que las verificaciones no lograron hallar. Pero prácticamente todos los científicos iraquíes están bajo custodia, y el pretexto de que no han confesado porque aún le temen a Saddam Hussein está empezando a desgastarse. 19. El dinero proveniente del petróleo iraquí será para los iraquíes. Tony Blair se quejó ante el parlamento de que 'la gente cree la falsa acusación de que queremos apoderarnos de la riqueza petrolera iraquí', y agregó que debería crearse un fondo para el pueblo que sea administrado por la ONU. Gran Bretaña debe promover una resolución del Consejo de Seguridad, que estipule que 'todas las ganancias resultantes del petróleo beneficiarán a la ciudadanía de Irak'. Pero en vez de esto Londres copatrocinó una resolución en el Consejo de Seguridad que otorgó a Estados Unidos y Gran Bretaña el control sobre la producción petrolera iraquí. No hay ningún fondo administrado por la ONU. Y lejos de establecer que 'las ganancias petroleras' serán usadas por el pueblo iraquí, la resolución plantea deducciones sobre dichas percepciones que tienen el propósito de pagar compensaciones por la invasión de Kuwait en 1990.
Tomado de Rebelión