17 de marzo

18 de abril de 2003

Libertad de prensa y Medios

Sobre los dos periodistas argentinos muertos en Irak

elcorresponsal.com

'No te preocupes. Si llegué vivo después de 34 guerras, es porque no hago tonterías. En ese sentido, soy muy prudente.'

Releemos el último mensaje que recibimos en El Corresponsal, vía e-mail, de Mario Podestá, el periodista argentino muerto ayer (14) a 100 kilómetros de Bagdad, cuando el vehículo en el que viajaba sufrió, al parecer, el reventón de uno de sus neumáticos y dio una serie interminable de vueltas. Mario murió en el acto, mientras que Mariana Verónica Cabrera, camarógrafa argentina de 29 años, que había sufrido graves heridas, falleció al día siguiente.

Podestá, fotógrafo y camarógrafo independiente, de la productora BPITV, de su propiedad, con mucha experiencia en coberturas de guerra, estaba tratando de llegar a Bagdad desde Amman, Jordania. Había tenido dificultades para reunir los fondos necesarios para el viaje, pero un acuerdo con tres patrocinadores le permitió trasladarse a la región, adonde trabajaría para el multimedios argentino América 2. También había ofrecido su colaboración desinteresada para elcorresponsal.com.

Mario tenía 52 años, cuatro ex mujeres y cuatro hijos y una vastísima experiencia en el oficio: además de los numerosos conflictos en los que se jugó el pellejo, había entrevistado a la Madre Teresa, a Yasser Arafat, a Nelson Mandela, a Salvador Dalí, al mismo Saddam Hussein.

'Después de tantas guerras, lo ridículo va a ser que me voy a terminar matando de un piñazo.' La frase, medio en broma y medio en serio, la había dicho Mario poco antes de perder la vida. 'Se había lastimado una rodilla, y dijo eso cuando estábamos en la frontera, poco antes de cruzar a Irak', contó, aún consternada, Mónica Pérez, periodista del canal 13 de televisión de Chile, que estuvo con él hasta pocos segundos antes de la tragedia.

Según el relato de Elisabetta Piqué, corresponsal del diario La Nación, de Buenos Aires, en Bagdad, Podestá y Cabrera se trasladaban desde Jordania hacia la capital iraquí en una camioneta en no muy buen estado, para gastar menos. 'Aunque todos los demás pagamos el viaje Amman-Bagdad 2200 dólares, ellos habían pagado 1100 y tenían un auto malísimo', contó Mónica Pérez.

'En una de las paradas, Mario justamente contaba: 'Cuando llego a cien, hace un ruido tremendo atrás'. Cuando tuvieron el accidente iban a 170 kilómetros por hora', agregó.

También el chofer jordano 'era malo, porque no era del circuito de periodistas. Nunca había hecho el camino Amman-Bagdad, estaba muerto de miedo e iba rapidísimo'.

'No quedó nada, y fue un horror cuando vi a Mario tirado en la carretera, muerto. Todos estaban lejísimo del auto porque salieron despedidos. Y Verónica tirada, gimiendo, y el chofer jordano también. Yo creo que se les salió el tren trasero del auto, que quedó mucho más atrás', relató la periodista chilena, que aseguró que ninguno llevaba el cinturón de seguridad puesto.

Pocos segundos después del accidente -cuenta Piqué- 'ya había saqueadores iraquíes que intentaban robarse las cosas de los colegas. Como las camionetas de periodistas estaban cargadísimas de equipaje y bidones de agua y nafta, y nadie tenía lugar, un iraquí se prestó a llevar el cuerpo sin vida de Podestá hasta Bagdad por 300 dólares; aquí, una fortuna'. Verónica fue llevada al hospital de Ramadi por unos colegas rusos, donde no pudo recuperarse de las heridas.

Mario Podestá y Mariana Verónica Cabrera se suman a una lista demasiado larga de periodistas muertos en esta guerra absurda, que ya se ha cobrado la vida de 14 hombres de prensa.

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