26 de febrero de 2003
Reagan ordenó en 1982 dar "apoyo ilimitado a Bagdad" en su guerra contra Teherán
Jim Cason y David Brooks
La Jornada
Washington y Nueva York. El gobierno de Estados Unidos proporcionó al gobierno de Saddam Hussein equipo militar, información de inteligencia y materiales para fabricar armas de destrucción masiva en el momento en que el presidente iraquí desplegó las primeras armas químicas contra Irán a principios de los años 80, según documentos oficiales estadunidenses y la declaración de un ex funcionario de la Casa Blanca.
El gobierno estadunidense -acusó el senador Robert Byrd ante el Senado en una intervención poco comentada en septiembre pasado- "muy bien podría haber creado el monstruo que ahora estamos intentando destruir".
Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, tuvo un papel central en este apoyo militar a Irak en 1983, cuando era enviado especial del entonces presidente Ronald Reagan. Sin embargo, el año pasado Rumsfeld negó que Estados Unidos hubiera proporcionado este tipo de apoyo a Hussein.
Pero las pruebas son abrumadoras. El gobierno de Irak empezó a utilizar gas mostaza en su guerra contra Irán en 1983 y, según las investigaciones realizadas por la Federación de Científicos Estadunidenses, en marzo de 1984 Irak hizo historia al desplegar el arma química tabun, el primer uso de un agente nervioso en una guerra.
Documentos oficiales estadunidenses recién desclasificados revelan que Estados Unidos sabía en ese tiempo que Hussein estaba empleando armas químicas de manera "casi cotidiana".
En esas fechas, de hecho, Estados Unidos ya estaba trabajando muy de cerca con Hussein. Howard Teicher, el ex jefe del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, ha declarado que en 1982 el entonces presidente Reagan había aprobado una orden secreta, una directiva de decisión de seguridad nacional, que autorizaba el apoyo ilimitado a Irak en su guerra contra Irán.
"Estados Unidos apoyó activamente el esfuerzo de guerra de Irak al proporcionar a los iraquíes miles de millones de dólares en créditos, brindándoles inteligencia militar y asesoramiento y monitoreando de cerca las ventas de armas de terceros países a Irak para asegurarse de que éste contara con las armas militares que requería", escribió Teicher en una declaración bajo juramento prestada para un caso judicial en 1995, y cuya copia fue obtenida por La Jornada.
En esa declaración legal de cuatro páginas el ex funcionario del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca encargado de asuntos de Medio Oriente también describe cómo él y el entonces director de la CIA, William Casey, ayudaron a organizar entregas de bombas cluster a Irak, así como refacciones para armamentos soviéticos. Poco después describe un viaje con Rumsfeld, el entonces enviado especial de Reagan a Irak, para reunirse con el canciller Tarek Aziz.
Bajo un intenso interrogatorio realizado por el senador Byrd el año pasado, Rumsfeld reconoció que se había encontrado tanto con Aziz como con Saddam Hussein en 1983, pero negó tener conocimiento de cualquier apoyo estadunidense a Irak, señalando que dudaba que fuera cierto.
Pero para las fechas en que Rumsfeld se reunía con Hussein Estados Unidos ya otorgaba cientos de millones de dólares en asistencia a ese gobierno, y se preparaba para entregar a Bagdad los elementos necesarios para las armas biológicas que estaba desarrollando.
Documentos del gobierno estadunidense recién desclasificados demuestran de manera contundente que en 1985 el gobierno de Reagan había proporcionado a científicos iraquíes que trabajaban para Hussein más de dos docenas de muestras virales y biológicas de ántrax, la peste y botulismo, entre otras enfermedades mortales. El ex director de los Centros de Control de Enfermedades -la agencia nacional encargada de controlar epidemias y enfermedades en Estados Unidos- detalló estas entregas en una carta enviada a investigadores del Congreso en 1995.
Es obvio que Estados Unidos ya sabía que Irak utilizaba armas químicas y que estaba intentando desarrollar una bomba nuclear; cazas F-16 de Israel habían destruido las instalaciones de investigación de armas nucleares Osirak en 1981.
Como reportó la revista Newsweek el año pasado, los funcionarios estadunidenses también consideraban desde hacía mucho tiempo que Hussein era un sicópata. "Uno de las primeros actos de Saddam después de que se proclamó presidente, en 1979, fue videograbar una sesión de congreso de su partido durante la cual personalmente ordenó la ejecución, ahí mismo, de varios miembros", indicó Newsweek en un extenso reportaje sobre los vínculos históricos entre ese régimen y el gobierno estadunidense.
Durante los años 80, Estados Unidos estaba más preocupado por detener la posible expansión del régimen fundamentalista iraní a Medio Oriente y proteger los campos petroleros iraquíes que por las armas químicas y biológicas. El senador Byrd ha grabado en el registro oficial del Congreso una lista detallada de las toxinas biológicas exportadas a Irak en los 80.
Mientras tanto, el actual gobierno de George W. Bush y su secretario de Defensa, Rumsfeld, se han negado a responder a preguntas precisas y detalladas sobre esta colaboración histórica planteadas por varios legisladores. "El pueblo estadunidense no necesita ofuscación y negativas", declaró Byrd ante el pleno senatorial en septiembre pasado.
"El pueblo estadunidense necesita la verdad. Necesita saber si Estados Unidos es, en gran medida, responsable por las mismas armas de destrucción masiva iraquíes que ahora el gobierno busca destruir. Muy bien podríamos haber creado el monstruo que ahora buscamos eliminar."
Hasta la fecha, informa su oficina, no ha recibido respuesta.
Los documentos desclasificados citados por la Federación de Científicos Americanos se localizan en la página de Internet
http://www.fas.org/irp/congress/2002_cr/s092002.html
Tomado de La Jornada
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