17 de marzo

18 de julio del 2003

De tumbo en tumbo

Las aflicciones del imperio

Lisandro Otero, Organización Editorial Mexicana

Ya comenzaron las secuelas al periplo de Bush por Africa. El golpe de estado en Sao Tomé y Príncipe destronó al presidente Fradique de Meneses y los ministros fueron arrestados por los militares putchistas. Sao Tomé es considerado uno de los estados más pobres del mundo donde recientemente se descubrieron yacimientos petrolíferos off shore con lo cual la ínfima isla comenzó a tener un perfil estratégico. Estados Unidos ha estrenado un interés muy especial en las reservas petroleras de Africa como alternativa a las fuentes de energía en el Medio Oriente. El Golfo de Guinea, en especial, ofrece muchas posibilidades extractivas y cuenta con gran potencial, por ello el Pentágono piensa establecer una base aeronaval en Sao Tomé y Príncipe y este golpe de estado es el preámbulo. El año pasado el general Carlton Fulford visitó aquél país para acordar los últimos detalles operativos.

Mientras esto sucede en Africa, los tentáculos del imperio se manifestaron en Irak creando un consejo de gobierno de 25 miembros, sin funciones ejecutivas. Se trata de un grupo de cipayos, bien amaestrados, que tratarán de ofrecer una máscara democrática según el plan del procónsul Paul Bremer. Por lo pronto el nuevo mando tendrá funciones revanchistas. Se erigirá en tribunal para juzgar a Sadam Hussein por crímenes de guerra y hará una depuración en las filas del partido Baath para asignar culpas y reprimir con inhabilitaciones y condenas. Bremer anda en trajines de crear una nueva policía y emitirá una nueva moneda en un par de meses. Son los proyectos que desarrolla para hacer de Irak un protectorado rentable que permita el flujo de petróleo de bajo precio a las arcas de la Halliburton y demás compañeros de pillaje.

Sin embargo los verdaderos problemas de Irak hoy son los de la inseguridad, la falta de electricidad, la carencia de agua potable, las rivalidades étnicas y religiosas y sobre todo, la resistencia patriótica a la ocupación. Desde la toma de Bagdad el espíritu nacionalista iraquí ha causado 147 bajas al ejército invasor que igualan a las ocurridas durante la Guerra del Golfo en 1991 y la cifra de muertos y heridos sigue en aumento. Cada día se advierten nuevas muestras de unas guerrillas fortalecidas y mejor organizadas, la calidad del armamento que emplean crece. De pistolas que usaban al principio ahora utilizan lanzacohetes RPG7 y granadas de mano. También disponen de cohetes tierra aire con el cual atacan a los aviones y helicópteros yanquis. La moral de las tropas norteamericanas es muy baja y aquellos que contaban ser relevados para regresar pronto a sus casas recibieron la infausta noticia de que deben permanecer unos meses más. Rumsfeld anunció que serán necesarias más fuerzas para poder someter el país. Así empezó la escalada en Vietnam.

Ahí no se detienen las vicisitudes. La patraña inventada como excusa para invadir Irak se deshace como un cubo de hielo al sol. No han aparecido las armas de destrucción masiva pero la opinión pública norteamericana se siente agraviada por el engaño de que fue objeto. La oposición del partido demócrata, que hasta ahora permaneció silente e inactiva, se ha armado de un nuevo dinamismo y parece que llevarán este escándalo hasta el umbral de la campaña presidencial del año próximo. La otra falacia armada por la Casa Blanca, la de la presunta compra de uranio a Níger para fabricar armamento atómico, también se ha deshecho a la luz de la verdad. El director de la CIA, George Tenet, asumió la culpa para evitar ser destituido tras las amenazas veladas de Condoleezza. Todo ello pudiera desembocar en un juicio de residencia en el Congreso y en una eventual destitución, similar a la que estuvo enfrentado Nixon.

A Dick Cheney se le acusa de haber construido falsa evidencia para justificar la agresión a otro país, se le inculpa de desorientar al Congreso con deliberación y malevolencia. Lo más grave es que estas incriminaciones no provienen de grupos de izquierda sino de ex oficiales de los servicios secretos norteamericanos que ven con preocupación como las fuentes de la inteligencia fueron cribadas para darles un significado diferente a lo que una lectura real hubiese arrojado. En una carta abierta a Bush han exigido la renuncia de Cheney. Ahora parece que el espionaje italiano está responsabilizado también con la construcción del embuste, lo cual es de esperar de un gobierno presidido por Berlusconi cuyos vínculos con la Mafia, la banca del Vaticano, la CIA y los ex oficiales nazis de la Logia P-2 es más que evidente.

El imperio se debate con sus contradicciones y se hunde cada vez más en su envilecimiento.

gotli2002@yahoo.com



Tomado de Rebelión


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