22 de marzo de 2003
JUAN PABLO II
Prensa Latina
El Papa Juan Pablo II condenó hoy la guerra lanzada por Estados Unidos contra Irak y dijo que amenaza el destino de la humanidad y por eso se debe gritar que sólo la paz es el sendero para construir una sociedad justa y solidaria.
En su primera alocución pública tras comenzar las tropas estadounidenses el pasado día 19 el ataque y mientras las más importantes ciudades iraquíes reciben una lluvia de bombas, Juan Pablo II afirmó que jamás la violencia y las armas pueden resolver los problemas de los hombres.
El Sumo Pontífice puntualizó que la paz es un don de Dios y una conquista de los hombres que se debe respetar.
Tras conocer que el Pentágono comenzó la ofensiva armada contra ese estado del Medio Oriente, el Papa se retiró a rezar y en su primera misa pidió por la paz en Irak.
Mientras, fuentes vaticanas señalaron el dolor del Papa por esos acontecimientos y recordaron sus palabras de que el principal perjudicado en esa contienda bélica será el pueblo iraquí, el cual sufre las consecuencias de 12 años de bloqueo.
Un día antes de comenzar la guerra, el Vaticano criticó el ultimátum de 48 horas dado por el presidente estadounidense, George W. Bush, al mandatario iraquí, Saddam Hussein, para que abandonara el poder o esperara la conflagración.
En alusión a Bush, el Vaticano afirmó que quien decide que los medios pacíficos de la comunidad internacional se agotaron y se decide por la guerra responderá ante Dios, su conciencia y la historia.
Con anterioridad y ante los preparativos bélicos y las constantes amenazas lanzadas por Washington contra Bagdad, Juan Pablo II realizó diversos llamados a solucionar la crisis por la vía pacífica, la prolongación de las inspecciones en suelo iraquí para comprobar su posee armas de destrucción masiva.
Pero además instó al gobierno iraquí a brindar la mayor cooperación posible a los verificadores internacionales.
En diversas ocasiones, la máxima jerarquía de la iglesia católica calificó la guerra de desastre para la humanidad.
El Sumo Pontífice realizó ingentes esfuerzos diplomáticos para evitar la conflagración con el envió de emisarios personales a Washington y Bagdad.
Entre otras personalidades, también se entrevistó con los principales aliados europeos de Estados Unidos, los primeros ministros británico e italiano, Tony Blair y Silvio Berlusconi, así como con presidente del gobierno español, José María Aznar.
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